Ú N I C O
Recomiendo leer el capítulo con la canción Still With You de Jungkook como fondo.
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Una joven dama, con el delineador corrido y lágrimas bajando deprisa manchando su hermoso rostro, corre por las calles, escapando de la realidad que la ha golpeado.
Le hace la parada a un taxi y solo pide que la lleve lejos de ese lugar, lo más deprisa que pueda, que no quiere saber nada más.
Pues detrás de ella, venia el hombre que la había traicionado, el hombre que le había roto el corazón. La persona que se había metido con la que era, su mejor amiga, pero ambos, ellos eran las ultimas personas que quisiera ver ahora mismo.
El taxista no le dijo nada más, solo se dedicó a escuchar el llanto doloroso que su pasajera estaba desbordando en los asientos de atrás, solo se dedicó a manejar por varias horas, sabiendo por la experiencia que había ganado por trabajar en ese ramo por más de veinte años, que el mejor remedio para el mal de amores, era solo llorar y sacar todo.
El taxi se detiene casi a las orillas de la ciudad, se gira un poco en el asiento para mirarla.
─Señorita, hasta aquí puedo llegar, si quiere la puedo llevar de regreso ─
─Esta bien si me deja aquí ─ dice ella sin siquiera mirar bien en donde estaba.
─Pero señorita... ─ el taxista mira hacia afuera y después la mira a ella de regreso.
─ ¿Cuánto va hacer? ─ dice ella mientras busca en los bolsillos de su ropa, sin encontrar su monedero.
─Así está bien, solo... debería regresar rápido a su casa señorita, seguro que hay personas que la esperan ─
Ella sonríe amargamente mientras sale del taxi y después se inclina un poco en la ventanilla.
─Gracias por todo señor ─
El taxista no sabe que más decir, solo ve como la chica empieza a caminar por la calle, dando vuelta en la esquina, él solo pide que ella regrese viva de ese lugar.
Y como alma que lleva el diablo, el taxista da la vuelta y regresa a la ciudad.
Sora, quien camina sin mirar bien donde va, solo sintiendo como el dolor en su pecho parece querer consumirla, se sostiene algunas veces en la pared cuando siente que sus ojos que nublan por las lágrimas.
Al pasar por la vitrina de lo que era una tienda de ropa, en el reflejo de la venta vio cuál era su estado. Su maquillaje estaba completamente corrido, sus ojos completamente hinchados por haber llorado mucho.
Fue ahí cuando ella frunció el ceño y empezó a limpiar su rostro con el cuello de la blusa. Llorar por un hombre que no había sabido valorarla no valía la pena, sentir dolor por alguien que no llegaba a ser más que una basura, no valía la pena.
Y después de haber limpiado su rostro y haber decidido que no lloraría más, fue cuando ella puso atención en su entorno.
─ ¿Dónde estoy? ─
Sora miró todo a su alrededor.
Al principio algo confundida mira su entorno, pero conforme pasan los segundos, ella se ve totalmente llena de miedo, incluso por primera vez siente que su cordura ha fallado, que su sentido del peligro estaba relativamente apagado.
El lugar donde ella se encontraba era mejor conocido como el distrito rojo, y no el lugar donde se podían encontrar prostitutas, no, más bien el lugar que era estrictamente prohibido para personas como ella; humanos.
En ese lugar solo podían entrar personas que tenían un permiso, el cual era casi imposible de obtener si no eras como los seres que estaban dentro de ese lugar.
Y de nuevo deseo que su sentido del peligro desapareciera por nueva cuenta, de nuevo sus sentimientos abrazadores para nada buenos llegaron a ella, sintiendo esta vez furia por lo que había visto, odio hacia las personas que una vez se hicieron llamar "mejor amiga" y "novio", esos pedazos de basura que no llegaban ni siquiera al derecho de ser llamados insectos no merecían menos que infelicidad, y aunque sabía que no estaba bien desear nada malo a nadie mal, esta vez ella se lo permitiría, desearía con todo su ser que ellos enfrentaran el dolor desgarrador que ella sintió, incluso deseaba de alguna manera infantil, que si ellos tenían relaciones sexuales, el condón que usaran se rompiera en el acto, causando un futuro desdichado para ellos.
Una manera muy infantil de pedir un castigo para ellos, y Sora lo sabia.
Por eso, aun con el sentimiento de furia en su sangre recorriendo por sus venas, camino por las calles de ese lugar aterrador, ese lugar que debería de dejar en ese mismo momento y no adentrarse más. Pero no podía irse, no cuando ella tenía la oportunidad de poder ver con sus propios ojos que tan diferente eran su mundo y el lugar donde estaba parada.
A simple vista el lugar parecía como una ciudad normal, donde las luces empezaban a encenderse para prepararse a la vida nocturna, algunos bares empezaban a iluminarse con diferentes letreros en luces neón, muy brillantes para su gusto. Ninguno llamó su atención, ninguno hasta que escucho una preciosa voz salir de uno de los muchos bares.
Apresurándose hacia donde se escuchaba esa melodía dulce, incluso hasta triste y melancólica, asomándose con timidez en un bar que en el letrero tenía con luces neón como "La rosa negra", un hombre muy llamativo. Lo que encontró fue a un chico de cabello oscuro como la noche, arriba de un escenario cantando esa melodía que la había atraído con demasía, que la había hecho sentir un fuerte apretón en su corazón.
Como pudo se sentó en una silla desocupada, alejada del escenario, pero teniendo una vista perfecta de ese precioso chico de cabello negro y de vestimenta sencilla pero que dejaba ver lo elegante que era. Él tenía sus ojos cerrados mientras sujetaba el micrófono, balanceándose de un lado a otro de una manera lenta y sensual, dejaba salir cada palabra de su boca como coro de ángeles.
Sora estaba embelesada por tal canción, por tal voz y por tal hombre, y no era la única ahí, los espectadores disfrutaban por completo de la actuación de ese chico, quien de un momento a otro abrió sus ojos, dejando ver un precioso color rojo que la miraron, parecía que en sus ojos había dos hermosos rubíes. Sora, en vez de sentir miedo, solo quedó aun mas hipnotizada a él, era como si la canción que estaba cantando fuera una especie de hechizo que hipnotizaba a la gente.
El chico parecía estar concentrado en un punto del lugar, cantando con aun mas de sentimiento si eso era posible. Sora sintió como sus labios temblaban ante tal melodía, ganas de llorar no faltaban, pero ella estaba peleando con el nudo en su garganta, no quería llorar de nuevo, no cuando ya había prometido que no lo haría más.
El ritmo fue bajando de a poco, anunciando el término de la canción, un bullicio se escucho por sobre la melodía, hombres vestidos de negro y con su rostro cubierto habían entrado al lugar, haciendo que varias personas presentes mostraran ese permiso que necesitaban si querían permanecer ahí.
Sora empezó a sentirse nerviosa, pues no parecía haber otra salida visible, no sabía cuál sería el castigo por haber entrado a ese lugar sin previo permiso.
La canción paró y hubo un silencio de al menos unos minutos, donde después de que el hombre que había estado cantando, bajara del escenario y después música de fondo se escuchara.
Sora no había puesto atención a ese hombre, pues ella se encontraba mirando hacia los uniformados que estaban chequeando los permisos de las personas ahí presentes. Cada vez se acercaban a ella, no sabía qué hacer, salir corriendo solo la delataría aun más.
─Sígueme ─ escuchó un susurro helado en su oreja, para después ser arrastrada con suficiente cuidado de no ser notada.
Perpleja dirigió su mirada hacia la persona que sujetaba su mano, era la misma que había estado arriba del escenario.
Aun dejándose arrastrar por esa persona desconocida, notó como el tacto de esta era demasiado fría, era como estar tocando el frio metal de algún juego infantil en medio de una plaza cuando era invierno, muy helado.
Sora no sabe a donde la llevan, pero mientras fuera lejos de esas personas que estaban al tanto de que un intruso había entrado a ese lugar prohibido, era mucho mejor.
Entre callejones y calles intransitadas, Sora fue introducida a un apartamento algo lujoso. Los detalles de este pasaron desapercibidos cuando al fin pudo ver el rostro perfecto de ese chico.
─ ¿Te encuentras bien? Lamento no haberme detenido para que descansaras un poco, pero si lo hacíamos podrías haber sido capturada ─ su voz era tan hermosa como aquel canto.
─Gracias por ayudarme... ─ murmura ella, aun hipnotizada en los bellos ojos de ese hermoso ser─. ¿Cómo sabias que necesitaba ayuda? ─
─Es fácil de adivinar cuando se conoce muy bien a los forasteros ─ sonríe él, mientras camina hacia lo que es la sala de estar. Le hace una pequeña seña para que tome asiento─. No eres de aquí, y dudo que tengas un permiso para estar en este lugar, ¿me equivoco? ─
─No ─ niega ella, temiendo de inmediato por ser delatada─. ¿Les dirás que soy una intrusa? ─
─En ese caso no tenia sentido haber corrido todo el camino hasta mi casa ─ sonrió él divertido─. Dime, ¿Qué es lo que te trajo a este lugar? Aquí no es apto para... personas como tú ─ al decir la última frase, su voz bajo un poco.
─Me perdí ─
─Tienes una suerte realmente muy extraña, perderte dentro del distrito rojo... ─ niega él suavemente, incluso parece divertido por tal acción─. ¿Cuál es tu nombre? ─
Ella titubea un poco, dudando si decir su nombre, tal vez él lo utilice para ponerla en la lista negra de ese lugar. Pero al ver los brillantes ojos de ese chico, se dio cuenta que él solo parecía curioso y no tenía ninguna intención de delatarla, como ya lo había dicho él, no tenía caso el haberla ayudado entonces.
─Sora, ¿Cuál es el tuyo? ─
─Jungkook ─ contesta él de inmediato, sin titubeos y con una sonrisa amable─. ¿Quieres beber algo? Puedo escucharte si quieres en el transcurso de la noche ─
─Solo quiero regresar a casa ─
─Me temo que eso es imposible ahora ─ Jungkook suspira un poco antes de levantarse del sofá donde se había sentado, él se dirige hacia la cocina, donde sus movimientos eran visibles para Sora─. Si sales de aquí, no dudo que te atrapen en el acto, y no sabría decirte que es lo que te podrían hacer por irrumpir en este lugar ─
─ ¿Por qué es tan importante el que yo haya entrado sin permiso? ─
─ ¿No sabes qué clase de lugar es este? ─ él parece algo confundido e incrédulo.
─Solo he escuchado rumores... ─ murmura ella, mientras acepta el vaso con agua que Jungkook le estaba ofreciendo─. Dicen que este lugar tiene misterios que son mejores no saber, que las personas de aquí son más de lo que nosotros podríamos saber ─
─Supongo que nadie sabe a ciencia cierta qué lugar es este... ─ habló para sí mismo Jungkook, después miró de reojo a Sora─. Este lugar es peligroso para ti, para tu especie ─
─ ¿Mi especie? ─ pregunta ella confundida.
─Los humanos ─
─Ustedes también lo son, ¿Qué nos hace diferentes? ─
─Nosotros no somos humanos─ comenta Jungkook con una sonrisa amarga, incluso Sora sintió pena por haber hecho que semejante ser tan hermoso pusiera ese rostro─. No es como su nuestra existencia fuera un secreto por completo, hay personas en tu mundo que saben de nosotros, los vampiros ─
─ ¿Vampiros? ─
─Si, el distrito rojo tiene como habitantes, en su mayoría, vampiros. El que hayas pasado por todo el lugar sin ningún accidente realmente me sorprende, el permiso es necesario porque es la protección de ustedes, sin eso, es fácil terminar con sus vidas ─
─ ¿Entonces eres un vampiro? ─ Sora parecía asustada, Jungkook sonrió por ello, pues por primera vez desde que habían llegado a su casa, había visto un sentimiento acorde a la situación─. ¿Vas a matarme? ¿vas a chupar mi sangre? ¡No puedes! ─ ella empezó a hablar rápidamente, cubriendo después su cuello con ambas manos.
Jungkook soltó una risotada, que mas que sonar vulgar, parecía el repiqueteo de campanillas.
─Eres muy divertida ─ comenta aun sonriendo, tocando su estomago suavemente.
─No quiero convertirme en un vampiro ─ comenta ella algo molesta por ser el objeto de su burla.
─No te preocupes, no chuparé tu sangre y no te convertiré en un vampiro ─ Jungkook suspira un poco, dejando de lado la risa para comentar con seriedad─. Para convertirte en uno de nosotros hace falta mucho más que solo hincarte los colmillos en tu cuello y chupar algo de sangre ─
Sora se siente abochornada por haber soltado todo eso, pero era lógico preocuparse por su condición humana, fácilmente él podría haber acabado con su vida en el camino hacia la casa de él.
Jungkook sonríe de nuevo con dulzura cuando se da cuenta de que ella esta tan avergonzada que no sabe que más decir.
─Puedes quedarte aquí hasta mañana, dejemos que las cosas se calmen allá afuera, si sales podrían hacerte daño, prometo llevarte de regreso a un lugar seguro para que regreses a casa ─
Sora titubea un poco, pero ella camina hasta donde está el sofá y se sienta, después bebe un poco del vaso de agua que no había tocado.
─Gracias por tu hospitalidad ─
─De nada ─ Jungkook sonríe de lado.
Sora suspira cansada, esta agotada por el revoltijo de sentimientos que tuvo desde muy temprano, solo quería descansar un poco, cerrar los ojos y poder olvidar por un momento todo lo que había pasado.
[...]
Después de haber descansado un poco, de haber logrado despejar, aunque sea por un momento todo lo malo, Sora sintió que estaba lista para afrontar su cruda realidad.
─Has dormido bien ─ al escuchar esa voz de tono suave y casi como un arrullo, volteo a ver a la persona que la había ayudado.
─Puedo decir que si, gracias de nuevo por ayudarme ─
─De nada, conseguí un cepillo de dientes y algo de ropa para ti, espero sea de tu agrado ─ Jungkook señalo una bolsa de papel de color verde que estaba perfectamente acomodada en una mesita.
Sora se sentó en la cama, sintiéndose avergonzada al principio.
─Lamento haberte quitado tu cama, seguro que dormir en el sofá fue muy incómodo ─
─No tienes de que preocuparte, no he dormido, así que solo me ocupe de algunos asuntos pendientes ─
─ ¿No has dormido? ─ pregunta incrédula─. Te dolerá la cabeza, estarás fatal en el día ─
Jungkook rio por lo bajo, haciendo que ella se preguntara que fue lo que dijo que al parecer fue gracioso.
─Perdona, la cuestión es que no necesito dormir como ustedes los humanos ─
─ ¿No duermen? ¿nunca? ─
─Bueno, si dormimos, pero solo un par de horas, podemos sobrevivir aun si no dormimos en una semana completa─ Jungkook suspiró y después susurro lo siguiente─. Pero es mejor si dormimos al menos un par de horas al día, eso nos ayuda a controlarnos y no volvernos locos al oler la sangre ─
Sora asintió, algo perdida en sus pensamientos, aun asimilando esa nueva informacion.
─Te dejaré sola para que te duches, puedes usar los productos de baño a tu antojo, tomate tu tiempo ─ sonrió él hacia Sora.
Jungkook salió de la habitación para después dejar a Sora sola, quien miro la bolsa de papel perfectamente acomodada. Se levantó lentamente, caminando hasta la mesita, miró cada prenda que estaba en esa bolsa, sonrojándose a mas no poder al encontrar un conjunto de lencería de color negro, pensando en cómo él se había tomado su tiempo en escoger esa prenda intima.
Ella se tomó su tiempo tal y como Jungkook se lo había aconsejado, lavando cada parte de su cuerpo y mirando de vez en cuando lo que estaba en ese baño. Todo estaba muy bien acomodado, incluso se sorprendió de lo normal que se veía esto, nadie pensaría que un vampiro viviera aquí.
Sora sale del baño ya cambiada, su cabello aun mojado y con pequeñas gotitas de agua resbalando por sus hebras castañas.
La ropa sucia la echó a la bolsa de papel y la llevó consigo misma. Salió lentamente de la habitación temiendo asustar al propietario de la casa.
─ ¿Quieres desayunar? Oh, mejor dicho ¿comer?, ya pasan de las doce del mediodía ─ Jungkook rio un poco.
Sora miro asustada el reloj, seguro sus padres estarían preocupados por su desaparición repentina. Por eso sacó su teléfono y lo encendió, pues el día anterior lo había apagado no queriendo recibir llamada alguna de esa persona.
Se ve bombardeada de llamadas perdidas y varios mensajes, todos para saber sobre su paradero. Frunció el entrecejo al ver que la mayoría de las llamadas perdidas eran de esa persona. Sora solo mando un mensaje rápido a su madre, quien a su vez le haría llegar ese mismo a su padre, diciéndole que se encontraba bien, para después apagar de nuevo el aparato, ignorando todos los demás mensajes.
Con brusquedad aventó su teléfono a la mesada para después sentarse en el banco.
─Lamento ser una molestia, creo que será mejor que me vaya, gracias por tu hospitalidad ─
─ ¿Por qué mejor no comes algo? Después te llevare segura a las afueras como lo prometí ─
─Ya has hecho mucho por mí, no sé cómo pagarte ─ Sora de verdad se sentía en deuda con ese ser.
─Si quieres pagarme puedes contarme que es lo que pasó para que terminaras aquí ─ comentó Jungkook de manera amable, Sora titubeo un poco─. No me meteré en tus asuntos si así lo quieres ─ inquirió él, sonriendo y volviendo a lo que estaba haciendo.
Tal vez lo dijo por el hecho de ver el titubeo en su rostro.
Sora al ver su rostro podía ver que su pregunta no lo movía la búsqueda de un chisme, más bien solo parecía curioso por la razón que la había hecho terminar en ese lugar.
Sora suspiro mientras asentía un poco.
─Ayer yo... encontré a quien era mi novio con mi mejor amiga ─ empezó ella, haciendo que Jungkook pusiera su atención en lo que ella estaba hablando.
─Tuvo que ser difícil ver esa situación ─ comento con cuidado Jungkook.
─No sabes cuánto ─ asintió ella─. Creo que el dolor que sentí al ver eso no fue por la traición en sí, creo que fue más por el hecho de ver quien era la persona con la que me engañaba ─
─Una traición es una traición, sea con quien sea ─
─Supongo ─ Sora se encogió de hombros.
─ ¿Y quieres vengarte? ─ pregunta él, dispuesto a ofrecerse en su ayuda.
─No hay necesidad de venganza ─ negó ella─. Ya no le pertenezco y ese será su mayor castigo. Tal parecía que estaba conmigo solo por hecho de que mi padre lo estaba apoyando en su carrera, abriéndole caminos que solo ganaría en muchos años de experiencia ─
Un silencio se apodero del lugar mientras las manecillas del reloj seguían avanzando. Ella continúo hablando:
─Supongo que fui una ingenua también, más de una vez me lo advirtieron, me advirtieron que había algo extraño en todo eso, pero yo no quise creerles ─
─No tienes la culpa de nada, tú solo entregaste tu corazón sin reservas, deseando solo recibir ese mismo amor ─
Jungkook le entregó una taza de té, el cual había preparado mientras ella hablaba.
─Gracias ─ bebió un poco de ese té, sintiendo calentito en su garganta y después en su estómago─. Tienes razón, yo solo quería ser amada ─
─Estarás bien, estoy seguro de ello, eres más fuerte de lo que piensas ─
─Ayer no lo era, me estaba derrumbando por dentro ─
─De vez en cuando hasta la persona más fuerte necesita un poco de debilidad, sino se volvería loco ─
Sora miró a Jungkook por unos segundos y después habló, dejando la taza a un lado.
─ ¿Eres psicólogo o algo así? ─
Jungkook rio divertido por eso.
─No lo soy, soy un vampiro que se gana la vida cantando─ comenta divertido─. Pero creo que vivir por muchos años, me ha hecho ganar algo de experiencia en la vida ─
─ Supongo que ser un ser inmortal tiene sus ventajas ─
─No siempre ─ la sonrisa que Jungkook le dio era diferente, esta vez parecía que había algo que le había afectado─. Come un poco, te ayudara a recobrar energía ─
Sora vio como Jungkook arrimaba un plato lleno de pasta en salsa de tomate y un poco de queso encima. Ella no tenía hambre, pero tampoco rechazaría la comida. Y dejando la charla triste a un lado, Sora se puso a comer, mientras hablaban un poco de cosas triviales.
[...]
Era ya entrada la tarde cuando Jungkook y Sora caminaban por las calles, mientras intentaban no llamar la atención.
Sora se sorprende al ver la misma avenida donde el taxi la había dejado la noche anterior. Ella no le había contado ese detalle.
─Como lo prometí, de regreso a tu mundo, sana y salva ─ Jungkook sonrió─. Es hora de despedirnos ─
─Muchas gracias por todo lo que hiciste por mí, de verdad no sé cómo podre agradecerte ─
─Entonces, ¿puedo pedir algo a cambio? ─ ella asintió sin pensarlo mucho─. Promete que no volverás a entrar a este lugar. Puede que la próxima vez te encuentres con alguien peor que yo ─
─Pero tú no me hiciste daño alguno ─
Jungkook solo ríe suavemente.
─Te deseo una vida feliz y llena de solo buena suerte ─
Sora no pudo decir nada más, pues Jungkook pasó su fría mano por sus ojos haciendo que los cerrara.
Cuando los vuelve a abrir, él ya no se encuentra frente a ella, y no solo eso, el distrito rojo ya no está tampoco. Todo se esfumó tal y como Jungkook lo había hecho.
Ella no sabe cómo sentirse, extrañamente se siente sola, vacia.
[...]
Sora se encuentra en su cama, había llegado el día anterior a su casa y se había ido a dormir tan pronto tocó la cama.
Cuando despertó de ese largo sueño, se dio cuenta de varias cosas. La primera, el dolor que había estado en su corazón por la traición, extrañamente desapareció por completo. Segundo, la imagen del vampiro desapareció también, pero en cambio aun recordaba la voz y la risa de campanillas, ¿Cómo olvidar esa hermosa voz?
Por eso, cerrando sus ojos, ella recreo la canción que escucho en ese bar.
Tal vez no recordaba a ese ser mítico que la había ayudado, pero su voz y esa canción siempre estarían en su mente como evidencia de que lo que pasó fue real, y no causado por su adolorido corazón esa vez.
Aprendería a vivir con ello, solo recordando la voz de la persona que la había ayudado.
Fin.
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