Chào các bạn! Vì nhiều lý do từ nay Truyen2U chính thức đổi tên là Truyen247.Pro. Mong các bạn tiếp tục ủng hộ truy cập tên miền mới này nhé! Mãi yêu... ♥

7

El viento golpeaba con fuerzas las ventanas, esa noche pareciera que una fuerte lluvia se avecinaba, y a pesar de eso, Jeongin seguía observando la luna embelesado con la palabra del alfa esa mañana.

- ¿Yo también puedo decidir?- suspirando se apoyó en la suave madera, esa habitación puertas antes de la del alfa, era el único que contenía un balcón.

Y Jeongin puede que se haya escapado de esa no tan agradable cocinera.

Sus ojos descendieron hacia abajo, topándose con las siluetas de varios guardias de la mansión, todos cerca de la alta muralla que conformaba todo el terreno, al otro lado, grandes y altos árboles era lo único que cubría su visión.

Apoyando el mentón en una mano, Jeongin observo el cielo nocturno, despejado de estrellas y con una cegadora luz gracias a la luna la cual se alzaba más que nunca esa noche.

- Él dice que puedo decidir, ¿qué crees mamá?, decidir por un alfa mafioso de naturaleza dominante y con el triple de fuerza que yo- una sonrisa triste decoró su rostro-. Sí...también lo escucho absurdo.

Absolutamente absurdo y fuera de lugar para un omega como él.

Cerrando los ojos Jeongin se dejó envolver por el fuerte e inconfundible aroma, inhalando de manera hipnotizante el olor a menta que logró hacerlo ronronear.

- Tienes un gran olfato- los dedos del pie se le apretaron de la satisfacción, la voz de Hyunjin definitivamente lo tenía a sus pies, y mucho más si lo escuchaba en susurros.

- ¿Lo cree?- alejándose de la baranda, Jeongin giro hacia el mayor.

Sus labios formaron una pequeña sonrisa tímida, Hyunjin había llegado luego de varias horas de haber desaparecido luego del almuerzo, y ahora volvía a aparecer frente suyo con un traje con tela gruesa, bordados de flores de un color negro y el marrón de la tela resaltando sus largas piernas, debajo del saco una llamativa remera de ceda negra.

Y rubio, su cabello de un llamativo color rubio.

- ¿Te gusta?- una risa ilusionada escapó de sus labios, apoyándose en la baranda mientras asentía con la cabeza.

Jeongin estaba en las nubes con lo que veía, sumando que Hyunjin se acercaba a él con las manos en los bolsillos del pantalón y una media sonrisa que, rayos, le estaba derritiendo el corazón.

Su estómago revoloteo con grandes hadas dentro suyo cuando el alfa apoyó los brazos cada lado de su cuerpo y su rostro se inclinó hacia el suyo hasta que sus respiraciones se mezclaron.

- Jinnie se ve genial- halago, casi con un toque de maldad al notar los ojos del alfa brillar de la satisfacción.

- Pues tú Jinnie tiene a amigos esperando abajo- Hyunjin remojo sus labios, aspirando del aroma tan peculiar que enloquecia sus sentidos- así que deberás esperar un poco más por mí.

- ¿Qué?- se quejó, haciendo un pequeño puchero.

Hyunjin no pudo evitar desviar la mirada, impaciente por querer besar esos suaves labios.

Pero una vez que comenzaba no pensaba detenerse.

- ¿Puedes hacerlo, ángel?, solo será una pequeña charla, estaré arriba cuando menos te lo esperes- trato de convencer, observando como los ojos del menor comenzaban a brillar de una emoción inconforme.

Joder, Hyunjin juraba estar viendo las malditas estrellas en esos pequeños orbes.

- Debió no subir y evitar avisarme- refunfuño, siéndole incapaz enojarse al notar el alfa solo sonreír a sus palabras.

- Lo siento, prometo subir rápido, no bajes por favor, solo yo puedo ver a ángel- el calor subió a sus mejillas al escuchar aquellas palabras, su omega estando tan de acuerdo con el alfa.

Cuando el alfa se dispuso a alejarse Jeongin no tardo en aferrarse a las solapas de su saco, atrayendo al mayor hacia él con fuerza.

Y Hyunjin casi cae de espaldas.

Sus ojos observando expectante los pequeños ojos del omega cerrarse, y con suavidad...su pequeña nariz de botón se frotó contra el suyo, un gesto cariñoso y lleno de ternura.

- Alfa no debe tardar.

Hyunjin carraspeo repetidas veces, golpeando en la altura de su corazón mientras sus pasos se dirigieron dudosos hacia la puerta, sus ojos sin despejarse del rostro sonrojado del omega y la manera en que su mirada escapaba de la suya.

Bien, ese pequeño bebé pan lo iba a matar tarde o temprano, él o una bala.

+

El omega observaba con atención sus muslos, con la mitad del cuerpo en en suelo y la cintura para abajo descansando en la cama, se preguntaba por que su piel era tan pálida, era lo que carcomia se cabeza entre tanto aburrimiento.

- Seungmin en más atractivo por su tono de piel- dramatizo en voz baja- claro que mi piel también es bonita- se halago, así era él, tiraba su autoestima al suelo, y luego lo hacía volar en los cielos cuando recordaba que todos los cuerpos eran hermosos, igual que el suyo o el de Seungmin.

Suspirando con cansancio se incorporó del suelo, observando la puerta con tristeza.

Estaba seguro que ya había pasado más de una hora.

- ¿Y si echo un pequeño vistazo?.

Se lo pensó y luego negó rápidamente volviendo a su posición al suelo, pero tan pronto cómo su mirada se perdió en el techo volvió a reconsiderarlo.

- Hyunjin dijo que no baje- negó con la cabeza cuando su omega se lo recordó.

Pero estaba taaan aburrido.

- Lo dijo como favor, no como orden.

Y con eso fue suficiente, poniéndose de pie mientras la curiosidad del por que tanta demora le sacudía el cuerpo.

- Solo un vistazo- asintió para si mismo y en puntitas salió de la habitación, como si ya estuviera en el último escalón de las escaleras.

Estirando bien de su sudadera se acercó comenzando a bajar los escalones con las manos aferradas a la baranda, sus ojos tratando de captar algo hacia el pasillo.

Y no pudo ver nada, pero si olerlo.

- Iugh- sacó la lengua con desagrado por los aromas tan agrios e imponentes- tontos alfas territoriales.

Terminando de bajar el último escalón, lo rodeó teniendo el corto pasillo frente suyo, aparte de los desagradables aromas, el de Hyunjin apreciándose en el aire, tan fuerte e imponiendo presencia.

- Te tengo- riendo terminó tapando su boca, caminando algo temeroso hacia el pasillo.

Sus oídos no tardaron en captar fuertes y ronca risas, una pequeña melodía musical, y mucho movimiento.

- ¡Demonios jefe, ya lo tienes!.

Entre cerrando los ojos Jeongin se detuvo frente a la puerta del que suponía él era la sala de estar, totalmente cerrada, pero eso no podía evitar que todo movimiento dentro sean captados por sus oídos.

- ¡Las bolas no son para el maldito suelo Jiho!- Jeongin bufo, eran tan ruidosos.

Acercándose con curiosidad no pudo evitar inclinarse, observando con algo de dificultad entre el delgado espacio de las dos puertas cerradas.

- Hyunjin- susurro con admiración, no tardando en encontrarlo en la mira, con la ropa algo desordenada e inclinado sobre una mesa de billar.

Apenas podía apreciar a las personas a su alrededor, pero Jeongin estaba seguro que ahí adentro era como una exhibición de alfas mafiosos, por que los aromas lo estaban mareando, demasiado.

Ni siquiera fue capaz de entender los vítores hacia Hyunjin ni tampoco el repentino silencio sepulcral.

- Rayos, huelen tan mal- se quejó bajo, alejándose toco su cabeza, si no fuera por el aroma de Hyunjin, estaba muy seguro que se pondría a llorar del terror por tantos aromas posesivamente agrios.

- Por Buda, ¿de qué se trata ese delicioso aroma?- rápidamente Jeongin se tapó la boca, como si un simple ruido revelaría su presencia fuera del salón.

Tenía que ser tan torpe en ese momento, podían olerlo.

Jeongin rezó mentalmente a todos los dioses, aterrado a la idea de que lo descubran y Hyunjin termine en problemas y por ende termine molesto con él, y lo tiré a las garras de su padre y al final perdería al alfa de su vida y no tendría con quien soñar toda las noches en un futuro con muchos cachorros, mañanas brillantes y el delicioso aroma protector del alfa.

Gimio aterrado con sus pensamientos tan tontos, ni siquiera servía para huir de una situación tan complicada, sus pies prácticamente estaban plantados en el suelo, temblando de pies a cabeza como tonto escuchando los aterradores gruñidos de los alfas al otro lado de la puerta.

Jeongin estaba seguro que se haría pipí.

El alma escapó de su cuerpo cuando las puertas fueron abiertas con brusquedad frente suyo, tantos pares de ojos deteniéndose en su tembloroso cuerpo.

Y un Hyunjin con los ojos bien abiertos observándolo metros suyo.

- Vaya vaya- sus ojos volvieron hacia el alfa que había abierto las puertas.

El omega se encogió en su lugar, aterrado a la mirada oscura e inyectado de sangre, la manera en que los miraban casi idos, totalmente fuera de si.

- Que hermoso y deseable bebé omega- Jeongin gimio, asqueado y aterrado cuando el alfa avanzo y su rostro se inclinó hasta su cuello con descaro, el aroma a sustancias tóxicas y excitación entrando por sus fosas nasales.

- Aléjate- Jeongin sintió que pudo respirar mejor al escuchar esa voz, su corazón la cual iba con rapidez a causa del pánico golpeando sus oídos.

El alfa frente suyo, con la piel algo bronceada, sus fracciones definidas pero blandas, cómo alguien que no refleja en la mirada el poder que posee, y el cuerpo alto y delgado, no tardo en reaccionar a la voz dura y demandante.

Y no de una forma bonita.

- Maldición jefe, no nos digas que no compartirá algo tan apetitoso, con nosotros- los demás alfas expectante rugieron, totalmente de acuerdo con ese alfa quien giro con diversión, Jeongin casi dio un grito ahogado cuando el alfa se posicionó alado suyo y su brazo se aferró a su cintura, la presencia y el aroma causando cosas desagradables en su interior.

Jeongin observo con terror a Hyunjin, gimio bajito al notar al alfa mirar la escena sin expresión, se notaba en sus ojos, estaba furioso, pero la aterradora expresión de desigualdad le hizo temer que no interferirá a lo que sea que ese alfa pensaba hacerle.

- N-no- se alejó con pasos torpes, empujando al alfa lejos suyo no tardo en abrazar su cuerpo aterrado.

Todos observaban su cuerpo. Cogió aire, tembloroso, sintiendo arcadas cuando el aroma de Hyunjin llegó a él, estaba furioso, con él, con su omega, eso se sentía asfixiante, como sentir que el aire se le estaba siendo arrebatado por haber hecho algo indebido.

- Vete Jeongin- gimio mientras su cuerpo se puso débil, ligero cómo una hoja, se encogió sobre si, los oídos zumbandole y su omega sintiéndose el mayor fracaso para su alfa, como una simple marioneta, su cuerpo giró hacia la salida, caminando con torpeza hacia la puerta como se le fue ordenado.

Pero una nueva voz lo hizo detenerse, las náuseas llegaron a él.

- Quieto- sus ojos se llenaron de lágrimas, sus manos cubriendo su boca por las arcadas que comenzó a recibir, sintiendo el ligero sabor de aquel jugo que había digerido en el almuerzo, su cuerpo se sintió arder cuando de nuevo el brazo de ese alfa atrapó su cintura.

Era desagradable, él no quería eso, no quería ser tocado de esa manera.

- Este bebé será jodido por mí primero- Jeongin jadeo con los ojos llenos de lágrimas, su cuerpo paralizandose cuando la mano del alfa apretó sus glúteos, a su antojo, las risas satisfechas de los otros alfas taladrando su cerebro- el jefe debe saber compar...-

Jeongin tembló con fuerza, cuando sus oídos captaron el fuerte rugido, poderoso y animal, congelando a todos en su sitio, las feromonas haciendo caer a los alfas al suelo con terror.

Y luego un fuerte ruido ensordecedor, Jeongin gritando en pánico mientras sus manos tapaban sus oídos asustado.

Sus ojos abiertos en par observaron al alfa alado suyo caer al suelo como peso muerto, y luego sólo...sangre, mucha sangre comenzó a manchar el pulcro piso blanco, un charco formándose alrededor del cuerpo, manchando sus pantuflas.

Fue una bala, Hyunjin había disparado.

- ¿Alguien más qué se atreva a desobedecerme?- Jeongin sintió que todo daba vuelvas, quería devolver todo hasta quedarse literalmente vacío.

Sus ojos aterrados captaron a Hyunjin, la mueca seria tallada en su rostro, sus manos ocupándose de pasar un pequeño trapo blanco por el caño de su revólver.

- ¿Nadie más?- los alfas arrodillados en el suelo soltaron un quejido rasposo, oxidado, como alfas que difícilmente mostraban debilidad a alguien de su misma jerarquía.

Pero ese alfa que apuntaba a cada uno de sus socios con el arma no era normal, su instinto era más animal que persona.

- Tienen cinco segundos para desaparecer de mi territorio.

Jeongin sintió las vacías lágrimas bajar por su rostro, el nudo en su garganta se hizo insoportable mientras observaba paralizado a todos los alfas correr con gritos aterrados, su cuerpo entero respondió mal, mandando punzadas a todas sus extremidades como advertencia a lo que estaba viviendo, estaba yendo más haya a sus capacidades como omega.

Sus ojos se humedecen una vez más, sollozando cuando el aroma a sangre llegó a sus fosas nasales, mezclándose con el fuerte aroma de Hyunjin, martillando su cabeza como recuerdo de que ese alfa estaba tan furioso consigo como con su omega.

Gimio en terror, cuando el alfa comenzó a acercarse a él, sus oscuros y serios ojos observándolo directamente a los suyos, desnudando hasta su alma y haciéndolo ver pequeño y patético.

Su labio inferior tembló cuando se detuvo frente suyo, y con firmeza sus largos dedos tomaron su mentón con algo de brusquedad.

No fue capaz de decir ni una palabra.

- Escúchame bien, omega, por qué no lo repetiré dos veces- quiso llorar, gritar y encogerse de dolor cuando todo su cuerpo le respondió mal por la voz del alfa, su omega lo estaba castigando por ser malo con el alfa, por haber desobedecido, y eso estaba jodiendo cada campo de fuerza que tenía tanto como psicológica y físicamente.

Había cometido un grave error al decidir bajar.

- Nunca vuelvas a obedecer a otro alfa además de mí, no obedeces otra voz de mando, ninguna otra orden o solo un favor de otro alfa- los dedos del alfa apretaron sus mejillas, mientras se inclinaba más hacia su rostro- es una orden de tu alfa, no me desobedescas, nunca.

Y Jeongin ya no pudo resistir, terminando por caer en la oscuridad.

+

Hyunjin ni siquiera se atrevía en parpadear, sus ojos clavados en su ángel quien reposaba en su cama, su cabello azabache revuelto y las mejillas sonrojadas, la lenta y suave respiración llegando hasta sus oídos.

Suspiro mientras se preguntaba si había sido demasiado duro.

Cruzándose de brazos ladeo la cabeza, no, no había sido duro, fue necesario, ahora Jeongin solo lo obedecería a él, Hyunjin no sería malo con su ángel, no lo obligaría a nada que él no quiera, no lo tocaría, pero otros alfas si, lo obligarían, se aprovecharían, como el idiota de hace unas horas.

Entonces Jeongin debía estar seguro, con o sin su presencia.

Pero puede que ahora, su ángel tema de él y lo rechace.

- Fue necesario- se convenció de nuevo, Hyunjin no dejaría que otro alfa vuelva a causar esa reacción de pánico a Jeongin.

Acercándose a su alta y cómoda cama, el alfa se situó en el espacio vacío a la derecha, apoyando sus manos en la cama atajó su peso para así poder inclinarse hacia el rostro de su ángel.

Una pequeña sonrisa decorando su rostro.

- Lindo- murmuró bajo, atrapado con la bonita expresión que portaba el rostro del menor al dormir, sus mejillas algo inchadas con un suave tono rosa, y sus labios rojos algo entre abiertos.

Sus ojos viajaron hacia abajo, notando la sudadera algo subida y los shorts ajustándose a sus muslos. Con cautela tomó las sábanas en la punta de la cama y arropó al omega hasta la cintura.

Hyunjin esperaba que su ángel pueda descansar unas horas más.

Levantándose, tomó su arma del escritorio y con una última ojeada a que todo esté en su lugar, salió de su habitación, escondiendo el revólver en el interior de su pantalón bajo las escaleras y paso por el largo pasillo hasta llegar frente a su salón.

Ningún rastro de un cadáver.

El suelo totalmente pulcro, el aroma a lavanda apreciándose en al aire gracias al desinfectante de piso. Continuando su camino entro al salón, donde las quejas de Changbin se apreciaban desde las escaleras.

Y ahí se encontraba, con un teléfono en la mano y Minho apoyando en la pared a su lado.

- Hasta que apareces, joder- blanqueando los ojos Hyunjin se acercó al sofá individual, tirándose sobre este recostó la cabeza en el respaldo con cansancio.

- ¿Quienes ya se han enterado?- soltó la pregunta rápida, observando el techo como si fuera más interesante que ver la expresión rabiosa de Seo Changbin.

- Considerando que mataste a tu jodido primo, todo Khangpae sabe de tu imprudencia, Hwang- ignorando los gruñidos de su amigo Hyunjin trato de pensar.

Nadie de su familia le importaba, sus opiniones se lo pasaba muy por abajo, pero de una persona si titubeaba.

Hwang Jinah, su madre.

Joder, Hyunjin no recuerda cuántas peleas a sangre había tenido con esa mujer, ambos perteneciendo a la misma jerarquía y con más racionamiento animal que humana en su sistema, había heredado el mayor poder y la peor maldición de quien decía llamarse su madre.

Y estaba muy claro que con su nueva "travesura", su madre no tardara en meter la nariz.

- ¿Algún indicio de Jinah?.

- Ni por casualidad, y eso es malo jefe- Hyunjin no pudo estar más de acuerdo con Minho.

Jinah no tardara en aparecer y para Hyunjin, sus movimientos son totalmente predecibles.

Solo que no controlables.

- No puede llegar hoy- trato de darse esperanza, observando por el gran ventanal de cristal frente suyo, pequeñas gotas deslizándose por el vidrio y el fuerte ruido de la lluvia caer por el techo.

Su madre no sería capaz de recorrer las calles con lluvia, lo aborrecía.

- Es muy seguro que no, deja de temblar Hwang- Hyunjin bufo a la burla de Minho.

No temía de su madre, solo que ella era más difícil de manejar, solo un poquito más difícil.

+

Hyunjin maldijo, acelerando sus pasos tratando de detener a su madre.

Cuán equivocado estaba.

Ni siquiera había pasado una hora, y su madre ya había tirado la puerta de la mansión y su presencia junto a una gran sombrilla fue recibida.

- Deja de seguirme Joseph, solo miraré un poco- gruñendo por el jodido apodo bautismal Hyunjin acelero sus pasos.

Con brusquedad se detuvo frente a la alfa y se cruzó de brazos.

- No dejaré ni siquiera que respires frente suyo, puedes irte al infierno- rugió, observando cómo la sonrisa de autosuficiencia adornaba el rostro de Jinah.

- Vamos Joseph, si no dejas ver a mami, terminará muerto- Hyunjin se sentía irritado, sumando a que literalmente él era el clon de su madre, hasta los gestos se veía reflejado a sí mismo.

Como en ese momento ambos se alzaban frente a frente con los brazos cruzados.

- No creo que quieras pasar sobre mí, Jinah.

Su madre ni siquiera había dado el saludo, solo murmuró algo de querer conocer al escándalo de Khangpae y ya había corrido hacia el pasillo. Hwang Jinah tenía treinta ocho años, a cuanto físico, genéticamente la envidia de todo omega estético, piernas largas, rasgos perfectos, labios gruesos y cabello largo y sedoso.

Una portada brillante con un interior podrido.

- No sobre ti pero si encima tuyo Joseph- Hyunjin froto su frente con cansancio, escuchando la infantil y malvada risa de su madre.

Hyunjin maldijo cuando volvió su mirada hacia su madre y esta ya no se encontraba en su fuente de visión, girando como idiota en medio del pasillo encontró a Jinah ya frente a su habitación.

- Carajo, te dije que no te acerques- gruñó con fastidio.

Con pasos largos y demandante se acercó a la mayor y sin gentileza la tomó de su cabello arrastrando de ella hacia atrás.

Ni siquiera se cuestiono la falta de complejidad al hacerlo.

- Mantente lejos- empujándola metros suyo observo su expresión.

La lamparita se prendió dentro de su cabeza, esa que le avisaba que algo definitivamente no andaba bien con la expresión perdida de su madre.

- Ese aroma- Jinah tomó sus mejillas perpleja.

Hyunjin había aprendido a no sorprenderse por cada palabra que salía de la boca de su madre.

Pero las siguientes definitivamente lo dejaron mudo y con el cuerpo hirviendo de la ira.

- Déjame tener a ese omega, solo una vez Joseph- Jinah chilló, abrazándose a si misma mientras sus mejillas ardían-. Oh Dios, no había percibido a un omega tan sumiso desde que marqué a tu madre, lo necesito debajo mío- gimió esperanzada, con los ojos brillantes y los ojos inyectados de sangre.

Hyunjin llevo los dedos en su nuca, frotando lentamente, tratando de tranquilizar su ira, su aroma mezclado con la excitación de su madre podría alertar y enfermar a Jeongin, debía mantener sus emociones controlados.

- Ignorare lo que acabas de decir, solo vete ya o te arrancaré el jodido cuello- hablo con la voz pacífica, ignorando los quejidos de la alfa.

- Entonces solo tocarlo, déjame verlo Joseph- Jinah ni siquiera espero aprobación, apresurandose hacia la habitación donde provenía tan delicioso e hipnotizante aroma.

Pero antes de su mano siquiera tocar la manija una mano en su cuello bastó para terminar muy lejos de tan anhelada puerta.

Jinah gruñó adolorida al ser estrellada con fuerza contra la pared del pasillo, su cabeza reclamandole al no tener cuidado con aquel movimiento. Sus manos se aferraron a la muñeca de Hyunjin cuando este rodeo su cuello con sus dedos y estas se apretaron con fuerza a su extremidad.

- Cuidado con lo que haces Jinah, no querrás terminar como Jiho- Bang Jiho, su primo a quien había eliminado horas antes.

- ¿Matarme de una manera tan deprimente?, no creo que desees eso Joseph- entre cerrando los ojos Hyunjin sonrió con sarcasmo.

- Hasta solo unas horas aprendí lo rápido que se puede apretar un gatillo y eliminar molestias- Jinah trato apartar la mano del menor, forcejeando cuando este no cedió e incluso terminó con el pecho sintiéndose más asfixiante.

- Es un simple omega, en que te afecta una pequeña probada.

- Crees que puedes engañarme, un simple omega no te tendrá tan caliente- gruñó irritado- pero ya que lo preguntas, te diré lo único que tienes que llevar en cuenta.

Jinah clavo sus uñas en la piel del menor, tensa cuando este se inclinó hasta su rostro, sus ojos oscureciendose.

- Yang Jeongin es mío, de mi propiedad, y conoces mi regla Jinah.

Con los ojos bien abiertos la alfa termino tiesa, ni siquiera pudiendo tomar aire cuando su hijo la soltó y se alejó de su espacio personal.

- ¿De qué carajos hablas Joseph?, es un jodido omega, marcar como tu propiedad a una persona es demasiado...-

- Ya lo hice, ya lo dije y ya te le advertí, nadie lo toca- sentenció, ignorando la mirada furiosa de la mayor.

Apunto hacia las escaleras, no queriendo tener cerca de su ángel a esa mujer.

- Puedes ir a una habitación de huéspedes, y no te quiero ver aquí antes del amanecer.

- No impediras que conozca a ese omega- la alfa se dirigió hacia las escaleras, cruzando los brazos detrás de su espalda recuperando la compostura- veamos que tan bien lo tienes domado.

Hyunjin evito acumular la ira a sus palabras, estaba bien, su madre seguía pensando en su ángel como algo pasajero, eso estaba bien mientras se mantenga ajena a lo que Yang Jeongin significa para él.

+

Los ojos de Jeongin poco a poco fueron abriéndose, sus ojos enfocando el techo mientras trataba de relacionarse con su alrededor, su cuerpo se sentía ligero, incorporándose lentamente en la cama ronroneo con tranquilidad al aspirar el aroma de su alfa cerca.

De su alfa.

Sus ojos se abrieron más grandes, encogiéndose en la cama cuando los recuerdo lo asaltaron, sus manos tapando su rostro horrorizado al recordar todo lo vivido antes de que todo se vuelva oscuro.

Hyunjin, él debía estar molesto consigo.

Lo recordaba, la manera en que lo habló y miró a los ojos, debía estar odiandolo.

- Soy tan torpe- lloriqueo, regañandose por haber bajado, por haber hecho enojar al alfa, por haber hecho que maten a alguien-. Oh Dios, alguien murió por mi culpa- su cuerpo se tensó, se sintió palidecer mientras sus ojos se perdían en algún punto en las sábanas.

Y en cuestión de segundos sus ojos se llenaron de lágrimas.

- Soy un omega malo- gimio comenzando a sollozar mientras las lágrimas mojaban sus mejillas como cascadas.

Su llanto comenzó a llenar la habitación al igual que su aroma amargo y triste.

Pero nada duró por mucho cuando la puerta fue abierta con brusquedad y con un hipido el silencio reinó en la habitación.

- ¿Ángel?- con la expresión preocupada Hyunjin se apresuró hacia la cama.

Jeongin sintió su labio inferior temblar, formando un pequeño puchero por retener el llanto.

- ¿Por qué lloras?, ¿tuviste una pesadilla?- olvidando cualquier tipo de espacio personal al omega Hyunjin se posicionó alado del menor encerrando su cuerpo entre sus brazos mientras se inclinaba hacia su rostro.

Termino recibiendo un nuevo sollozo del omega.

Hyunjin suspiro con evitable ternura, el omega no olía como si estuviera asustado, solo era su tierno llanto y él ya suponía el por que, el alfa solo lo dejó ser, pasando la mano por la espalda del omega lo atrajo hacia él, satisfecho cuando no faltó palabras y el menor se escondió su cuello mientras seguía soltando sus sollozos con pequeños hipos.

- Ya ya, ángel, si sigues llorando terminarás con dolor de cabeza- advirtió luego de unos minutos, dando palmaditas a la espalda de Jeongin cuando este lo escucho y su llanto se comenzó a tranquilizar.

En cuestión de segundos sólo se escuchaban pequeños hipidos, Hyunjin sintiendo al omega removerse incómodo.

- Ven omega- Jeongin no discutió, sintiéndose casi eufórico cuando el alfa lo atrajo hacia él y terminó sentandolo en sus piernas, sus rodillas apoyándose en la cama a cada lado de su cuerpo, con timidez su rostro se escondió en el cuello del mayor, evitando frotarse por las lágrimas.

Hyunjin apoyo su mentón en el hombro del menor con alivio, abrazando el cálido cuerpo mientras agradecía que el omega no lo rechazaba.

- ¿Estás mejor?- pregunto con voz apacible, sintiendo la nariz fría del menor rozar su piel cuando este asintió lentamente-. no te escucho.

- S-sí...estoy mejor- satisfecho Hyunjin deslizó los dedos entre la suave cabellera del menor, comenzando a acariciar su cabeza con pequeños mimos.

- Dime cómo te sientes, ¿te duele algo?, ¿alguna molestia?- Jeongin gimoteo, se supone que no debía ser así, en ese momento Hyunjin debía estar metros lejos suyo y regañandolo.

- E-estoy perfectamente bien, por qué alfa volvió- admitió, Hyunjin suspiro, casi maldiciendo en voz alta por lo que esas simples palabras causaron a todo su sistema.

- Claro ángel, dije que no tardaría en volver- Jeongin no se contuvo, frotando su rostro en la fuente de aroma del mayor se quejo bajito, demasiado complacido.

- Alfa...¿está bien?, ¿n-no me odia?- murmuró bajo, sintiendo el cuerpo del alfa tensarse, cerró los ojos temeroso.

- No, ángel eso ni siquiera debes preguntarlo, yo no estaba bien, pero solo por que me carcomia la cabeza pensar que en este momento estarías odiandome, temiendo de mí, pero estamos aquí...así- Jeongin se alejó, buscando la mirada del alfa mientras sus manos se apoyaban en su pecho.

- ¿Entonces estamos bien?.

Jeongin susurro, siendo la perdición del alfa, observando cómo sus ojos algo inchados y rojos volvían a brillar, pero esta vez no era a causa de las lágrimas.

Brillaban por él y a sus ojos, no podía evitar ver a un precioso ángel.

- Estamos perfectamente bien.

Hyunjin beso esos rojos y dulces labios, sintiéndose cada vez más perdido por Yang Jeongin.


Hello, no podía pasar este capitulo sin agradecerles el apoyo, Dios, ya son 1k de votos en Melifluo, estoy realmente feliz, creo que sin exagerar es una meta más cumplida en la vida :'), muchísimas gracias enserio aaa.

Otra cosa de lo que quería hablarles es que por el momento, no estaré aceptando adaptaciones para dulce, tengo muchos mensajes que no he respondido, y sinceramente lo siento, pero me complica mucho acordarme de que shipps ya he dado permiso, algunas personas nunca publican, otras ya no actualizan, y para mis dos neuronas eso es demasiado, así que para las personas que me escribieron o me vuelven a escribir para eso, por el momento no serán respondidos :(, lo siento.

Espero y estén teniendo un lindo fin de semana, se les adora♡

Bạn đang đọc truyện trên: Truyen247.Pro