41
El humo era el mayor participe de esa habitación. Junto al suelo húmedo y frío y el aire helado que acariciaba su piel, Jeongin pudo jurar que realmente estaba muriendo, o que ya lo hizo.
Su cabeza dolía, una insistente punzada que se extendía por su cráneo, bajaba por su cuello y finalmente lo lograba percibir en todo su cuerpo. Como infinitas agujas perforando su carne.
Era doloroso, tan doloroso e intolerable.
Intentó un par de veces abrir los ojos, pero sus ojos pesaban como nunca y parecía que al cerrarlos por momentos volvía a un sueño profundo de varias horas. Y cuando los volvía a intentar abrir la luz le golpeaba en los ojos causando un terrible dolor en su cabeza.
Así que se tomó su tiempo. Cuando comenzó a sentir sus sentidos despertar y el frío más insoportable comenzó a abrir los ojos, con pequeños parpadeos mientras el nudo de llanto se instalaba en su garganta por las corrientes de dolor que se extendía por su cuerpo.
Parpadeó y lo primero que captó era que estaba tirado sobre su brazo, la cual ya no la sentía de tanto tiempo estar acostado sobre este. Su cabeza se apoyaba sobre un húmedo y maloliente suelo y sus manos las cuales ardían con raspones estaban encadenados detrás de su espalda.
Soltó un pequeño gimoteo. Cerrando los ojos las lágrimas comenzaron a bajar por su rostro mientras daba una pequeña vuelta y caía sobre su estómago. Intentó respirar mientras apoyaba la frente en el suelo y lloriqueaba del dolor de sus extremidades.
Dolía como nunca, eso no era normal. Definitivamente le habían hecho algo estando inconsciente.
Impulsándose tembló con violencia por el cansancio y la poca fuerza al intentar colocarse de rodillas. Luego de varias caídas y algunos tambaleos logró colocarse de rodillas y caer sobre talones.
Cerró los ojos con fuerza intentando aguantar su llanto al recibir un mareo asfixiante y el latigazo de dolor en toda la cabeza, la sangre bajo de su cabeza como un calor de arcadas. Soltando aire finalmente parpadeó dos veces comenzando a acostumbrarse a la luz de la habitación.
Lo primero que se encontró no fue la imagen más aliviante.
El corazón se le detuvo de una manera dolorosa al ver a metros suyo a Hyunjin arrojado en el suelo. No había ninguna capa de abrigo sobre su cuerpo, simplemente su camiseta blanca con manchas de sangre y los pantalones rotos y más sangre, hasta su lugar incluso podía ver algo de sangre nueva y brillante rodar por su piel hasta caer al suelo.
El nudo se hizo más doloroso en su garganta, su labio tembló con fuerza al ver a su alfa de esa manera, arrojado igual que él y con unas cadenas sosteniendo sus brazos detrás de su espalda. El cabello azabache cubría sus ojos pero en pequeños huecos Jeongin logró ver los labios morados y rotos junto a la piel pálida.
Mordiendo su labio inferior un sollozo ahogado resonó en su garganta. Hyunjin estaba muriendo.
Él en serio estaba muriendo a metros suyo.
Removiéndose cayó sobre su trasero, intentó respirar por la boca ya que el llanto ya hacía chorrear su nariz y el aire en ese lugar era tan tóxico como los que los habían traído. Volteando a mirar más del lugar se tensó al hallar algo más.
O alguien más: Minho.
Él estaba igual de inconsciente, sin embargo este se encontraba apoyado en la pared a metros de Hyunjin y con las mismas cadenas en sus muñecas sobre su regazo. Había un ligero golpe en su mejilla derecha pero además de eso su cuerpo parecía estar intacto, es lo que el omega podía deducir gracias a que él también traía solo los pantalones y una camiseta al cuerpo.
Volteando a ver toda la habitación ya no halló más, solo eran ellos tres encadenados contra la pared en una sucia y fría habitación, donde la única fuente de luz era un foco en medio de la habitación.
Pasando saliva Jeongin tomó aire y carraspeó sin otra idea más que no querer estar solo.
Comenzó a mover las cadenas generando ruido, el aliento se atascó por un momento pensando en que alguien podía oírlo fuera de aquella habitación. Pero no tenía otra idea, y el corazón se le hacia pedazos cada que miraba a Hyunjin y sentía que ya no volvería a despertar.
Pero por más que hizo ruido y una llanto lastimero escapó de su garganta Hyunjin no despertó.
Sin embargo, y para su total alivio encontró a Minho frunciendo el ceño y comenzando a removerse. Por lo que podía ver el alfa también estaba experimentando los dolores infernales y el dolor de cabeza que le impedía abrir los ojos. Tal vez había sido ese humo, debía ser eso.
Jeongin soltó un pequeño llanto aliviado y con miedo, eso era lo que llenaba su cuerpo en ese momento mientras veía a Minho parpadear con cansancio y dejando caer sus ojos sobre él.
- ¿Jeongin?- el menor asintió frenético, sin poder hablar del nudo en su garganta pero sollozando como respuesta.
Por un momento los ojos de Minho volvieron a cerrarse, pero no volvió a la inconsciencia por que momentos después ya estaba gruñendo y maldiciendo del dolor, tal vez de todo lo que estaba ocurriendo a su al rededor.
- E-estas...¿Estás bien?- su voz salió derrotada, pero Jeongin lo valoró.
- H-hyung no despierta- fue suficiente respuesta.
Minho volvió a abrir los ojos y finalmente volteó a ver al cuerpo delgado y pálido arrojado cerca suyo. Su cuerpo se tensó mientras deslizaba sus ojos por la pierna de del menor, que aunque no podía verla bien en esa posición, el aroma ya le confirmaba que la herida no había mejorado ni un poco.
- Estará bien...- soltó un carraspeó intentando calmar a un Jeongin angustiado por su reacción, su llanto simplemente se intensificó.
No podía culparlo, ni él mismo se creía.
- Jeongin, él estará bien- afirmó con una voz más firme.
La cual se evaporó en medio instante cuando recibió una mirada empañada de lágrimas y el rostro sonrojado, el labio inferior de Jeongin temblaba y su cabello blanco y alborotado le daba la misma imagen a un ángel descolorido y lastimado. Su cuerpo cubierto por una sudadera blanca y sucia y sus pantalones de algodón lograban remover su corazón con dolor.
Siempre seria más intolerable ver lo bonito siendo maltratado, lo bueno cubrirse de lo malo. Alguien que tenía tanta pureza siendo ensuciado por gente incorrecta.
Su corazón se encogió al igual que su estabilidad. Dejó caer la cabeza contra la pared con frustración, intentando no afectarse tanto con el llanto del omega, intentando entender que había ocurrido.
- H-hyung...- habían pasado pocos minutos y la voz rota de Jeongin se volvió a escuchar.
- ¿Hhm?- hubo un leve silencio antes de escuchar la pregunta.
- ¿Es c-cierto?...lo que yo vi...S-seungmin...- a Minho le costó varios segundos entender.
Sus ojos se abrieron al momento. Observando algún punto en el techo su corazón se encogió de manera dolorosa, no lo había recordado.
Sintiendo su cuerpo helarse por el miedo pasó saliva. Minho no tenía corazón para aceptarlo por Jeongin.
- No lo sé- respondió de forma vacía, y Jeongin no refutó nada.
Minho volteó a ver la habitación, había una puerta a su derecha en un extremo, y otro frente suyo a unos metros donde si provenía una luz, algo inexistente pero que se alzaba debajo de la puerta gracias a lo opaco de la habitación. Sus ojos no se apartaron de ese sitio hasta ver leves movimientos de sombras, ahí confirmó que habían enemigos resguardando la habitación, y de seguro también estaba al otro lado de la otra puerta.
Volviendo su mirada hasta Jeongin formó una fina línea con sus labios al verlo cabizbajo soltando un llanto silencioso, sus ojos se perdían en el cuerpo de Hyunjin y parecía estar implorando que despierte. Y Minho hubiera aceptado que realmente el alfa menor estaba muerto si no fuera por que Jeongin aún estaba consciente, de pie y emocional.
Jeongin más que nadie sabría si su alfa ya no estaba con vida.
Cualquier silencio se vio interrumpida por la puerta frente suyo abriéndose. El típico y molesto sonido de la puerta oxidada siendo trabajada golpeó sus oídos, y junto al ruido y la luz cegante del exterior sus ojos no tardaron en cerrarse con el ceño fruncido mientras su cabeza palpitaba como el infierno.
Jeongin no se contuvo, tembló y titiritó cuando vio a unos hombres ingresar a la habitación, todos llevaban cubre bocas y gorras cubriendo sus caras, fueron cinco y seis contando con Riki siguiéndolos detrás.
No, siete con Yeji como última quien terminó por cerrar la puerta encerrandolos a todos dentro.
Minho no bajó la mirada por ningún segundo, sus ojos se movieron de forma dura y cautelosa por cada uno de ellos, ni siquiera parpadeó cuando Riki le ofreció una sonrisa torcida y Yeji lo siguió con un saludo de manos. Apretó los dientes con fuerza cuando vio a dos hombres colocarse a cada lado de Jeongin, el omega se veía tan indefenso en medio de ellos, pequeño y vulnerable.
A su lado también se pusieron dos, y Minho no les ofreció ni la mínima miraba mientras analizaba al último colocarse detrás de Hyunjin. Riki también se detuvo frente a él, y su cuerpo se calentó cuando lo vio patear sutilmente a su jefe por el hombro.
- No lo toques- murmuró entre dientes. Riki simplemente le echo un vistazo burlón.
- ¿Crees que estas en posición para ordenar?- Minho no respondió. Riki soltó un chasquido con su lengua-. Creí que aguantaría un poco más, ni siquiera ha despertado- se quejó, y parecía hacerlo con Yeji quien plantada al lado del guardia se encogió de hombros.
Soltando un suspiro exasperado Riki finalmente se alejó del aún inconsciente Hyunjin. Minho lo siguió con la mirada, no le sorprendió cuando este fue hasta Jeongin, quien a pesar del aspecto demacrado y el temblor aterrado no apartó la mirada de la del alfa hasta que este se detuvo frente suyo y se acuclilló a su altura.
- Veamos...- Jeongin se hizo para atrás cuando la mano del contrario intentó tocar su mejilla. Pero a pesar de apartarse la mano se estiro con brusquedad y esta vez tomó amabas mejillas entre sus dedos hasta apretujarlos y hacerlo gemir del dolor.
- ¡Qué no lo toques!...-
Un golpe en su estómago dejó sin aire a Minho, un ligero mareo lo hizo buscar aire de forma brusca y a pesar del dolor que lo recorrió volvió enderezarse sin buscar ceder, soltó un ligero gruñido mientras sentía la mano de uno de los betas tomar su cabello y al otro encestarle otro golpe pero esta vez en el rostro.
Las lágrimas de Jeongin mojaron sus mejillas hasta los dedos de Riki observando de reojo a Minho ser golpeado cada vez que intentaba gritar que no lo toquen, el corazón se le apretujó y la frustración le picó el cuerpo por cada golpe y gruñido de dolor que captaban sus oídos.
Pero él mucho menos pudo hacer nada. Gimiendo del dolor cuando los dedos se apretaron con más fuerza y Riki lo obligó a concentrarse en él atrayendo más su rostro. Una sonrisa torcida se le fue recibida junto a la satisfacción en sus ojos, su interior se revolvió con repulsión mientras temblaba.
- Tú estas en mejores condiciones de lo que creí- Jeongin sintió su interior temblar cuando los ojos del alfa brillaron con algo desconocido, intrigante-. ¿No deberías estar muriendo ahora mismo?. Hwang lo está haciendo.
Fue como una patada directo a su estómago, todo su interior se encogió de manera asfixiante, Jeongin comenzó a repetirse reiteradas veces que era mentira, "mentira mentira mentira". Si Hyunjin estuviera muriendo él lo sabría, él sabría si su alfa no volvería a despertar. Pero Hyunjin estaba bien, aún lo estaba.
Solo se mantuvo en silencio, no había mucho que pudiera decir con una mano lastimando sus mejillas para impedirle hablar. Riki por otro lado no pareció afectado, en cambio su sonrisa creció y finalmente dejo ir su rostro, Jeongin dejó escapar un quejido de dolor mientras lo veía colocarse de pie.
- Sí...como vemos realmente te ves bien- Jeongin se encogió cuando el alfa negó-. Y eso no es bueno.
El omega parpadeó, observó sin palabras a Riki señalar a uno de los hombres que estaba detrás suyo , que por más que intentó evitar, sus sentidos se activaron cuando lo sintió colocarse detrás suyo, todos los vellos se le pusieron de punta cuando sintió la mano helada posarse en su nuca, y con un pequeño recorrido sus dedos se aferraron a su cabello con la fuerza suficiente para mandarlo hacia atrás y hacerlo gemir.
Riki volteó hacia Yeji.
- ¿Comenzamos?.
Jeongin odió ese mismo instante, pero por más que quiso ser fuerte, los gritos y retorcidos de dolor comenzaron, y aunque su cuerpo fue el peor blanco. Fue su corazón la cual dolió por cada grito de Minho para que dejen de golpearlo, por cada vez que dejaban inconsciente a Minho por los golpes y por cada vez que lo hacían con él.
Porque Jeongin no dejaba de despertar, porque a pesar del cansancio físico, al otro lado de la habitación aún había un alfa con vida aguantando por él.
+
- ¡Ya deja de llorar!, ¡no es eso lo que necesitamos!- Jisung cacheteó el rostro de Byungchan haciéndolo espabilar y que deje de llorar.
Tomando aire Byungchan tragó saliva y los mocos y se colocó firme, más que todo por el golpe que acaba de recibir.
- ¡Ni siquiera he empezado y ya estas llorando!- Jisung chilló exhausto, definitivamente Byungchan y el omega eran la peor combinación en esas situaciones.
- D-dijiste que Jinnie esta muerto- Byungchan hipo mientras veía al omega buscar aire con paciencia.
- ¡No!, no dije eso, idiota. Dije que todos caímos inconscientes por un humo extraño.
- ¡Es lo mismo!- Byungchan volvió a echarse a llorar cayendo en la cama de su habitación, el edificio de los guardias era un lío, nadie sabía que hacer.
No era una sorpresa, los dos únicos alfas con derecho a dar órdenes fueron raptados, si no había un líder la manada entraba en pánico y la organización se iba a la mierda. En aquel edificio ya había llegado las nuevas gracias a Jisung quien fue el único testigo y sobre viviente de la matanza hace ya muchas horas.
No faltaba aclarar que al principio todos creyeron que era una trampa de su parte e intentaron deshacerse de él. Casi le salió su ardilla demonio interior si Byungchan no hubiera aparecido a su rescate.
- ¡No!, dios eres un tonto- Jisung chilló y tomó al alfa por los hombros-. ¡Desperté y ellos ya no estaban, solo era yo rodeado de cuerpos muertos de la organización!. Por alguna razón se los llevaron, no deben estar muertos aún, ¡pero si no hacemos algo si pueden estarlo muy pronto!.
- ¡¿Pero que piensas que nosotros podemos hacer?!- Byungchan chilló en pánico y eso también afectó a Jisung.
- ¡No lo sé, tú eres el más experimentado aquí, los conoces antes que yo!.
- ¡Conocí primero a Hyunjin y en una cárcel, idiota!.
- ¡Lo mismo!, levanta el culo ahora por que esos caras de mono se llevaron a mi sugar y si él muere me quedo en la calle!- el omega lloriqueó en su último aliento.
Ni siquiera tuvo tiempo para procesar cuando Byungchan se levantó de golpe y le devolvió otra cachetada, una débil pero que lo hizo guardar silencio de golpe.
- ¡Espabila tú también!, ¡de lo único que tienes miedo es de que Minho muera por que te gusta y vas a llorar como un bebé por él!- Jisung parpadeó un par de veces antes de que sus ojos se humedezcan.
- Eso es más horrible, ¡me niego a llorar por ese animal!- ambos comenzaron a hacer un berrinche sin la menor idea de que hacer ni como moverse, eran literalmente el dúo de alfa y omega más inútil del planeta.
Sus berrinches se detuvieron cuando la puerta se abrió de golpe. Byungchan y Jisung parpadearon observando al alfa pálido y con el rostro ligeramente demacrado y cansado ingresando en la habitación, los ojos se hallaban inyectados de sangre y completamente hinchados con un rojo fuerte, y una venda rodeaba todo su brazo izquierdo.
La mirada de ambos descendieron en las heridas en su cuerpo la cual se dejaba ver por la ropa rota y la sangre en su piel pálida.
- Joder, ¿estas bien?- Jisung avanzó unos pasos preocupado.
Chris carraspeó buscando su voz mientras asentía lentamente.
- Me alegro que tú estés bien- Jisung hizo una mueca ante la voz ronca y cansada, pero a pesar de eso el rostro devastado ya le daba una idea del porque su aspecto.
- D-disculpe, ¿Usted es?- Byungchan avanzó un pequeño paso detrás de Jisung.
Chris le ofreció una pequeña mirada.
- Debes ser miembro nuevo de la organización, soy Christopher Bang, estoy a cargo del tráfico de armas- Byungchan dio un pequeño asentimiento de respeto al alfa-. ¿Él tiene algo que ver con el jefe?.
Jisung entendió que la pregunta fue dirigida hacia él.
- Son cercanos, v-vine a él por que no sabía a quién más acudir ya que todos desaparecieron, ¿qué te ocurrió a ti?- Christopher asintió lentamente, el cabello castaño tan alborotado y con copos de nieve y suciedad se movieron ligeramente.
- Bien, ahora que somos tres personas conscientes, ¿deberíamos hablar ya de qué haremos?.
Jisung y Byungchan voltearon a mirarse y luego asintieron con rapidez. Definitivamente una cabeza inteligente para esa situación.
+
Los dedos de Hyunjin acariciaron con delicadeza el largo cabello castaño, soltando un ligera risa agarro dos largos mechones entre sus pequeñas manos y fingió colgarselas a cada lado de su cabeza como coletas. La omega a su lado soltó una ligera risa, ambos observándose por el espejo de ese gran estudio.
Jeongin se embelesó con dulzura observando a su hijo jugar con su larga cabellera simulando tener los mechones largo y brillantes, con aquella suavidad cayendo hasta sus hombros.
- ¿A mí también me crecerán así?- Jeongin no se sorprendió por la pregunta, Hyunjin siempre hablaba de ese tipo de curiosidades.
Solo que si le preocupó, su pequeño hijo de 7 años simplemente hacía preguntas tan inocentes que no llegaba a ser conocedor de lo peligroso que era soltarlo a la ligera en aquellas cuatro paredes.
Hyunjin dejó caer los mechones una vez pasó mucho tiempo y su madre no contestó, volteando sonrió en grande mientras rascaba su propia cabeza.
- ¡También quiero!- Jeongin pestañeo-. Tener el cabello largo, mami. Así de hermoso como el tuyo, ¡es tan bonito!. Lo bonito me gusta.
La omega sonrió ligeramente, dejó caer su mano delgada y pálida sobre la cabellera oscura del infante, el rostro de Hyunjin se iluminó totalmente ante los mimos soltando varias y pequeñas risas a gusto.
- ¿Sí?, a los bonitos siempre les gusta lo bonito- Hyunjin asintió orgulloso-. Si te lo propones podrás tener el cabello así, largo y sedoso, mami puede ayudarte a cuidarlo.
- ¡Sí!- Hyunjin asintió al instante convencido-. Quiero, quiero, quiero. ¿Puedes hacerlo crecer ya, mami?, ¿puedes?.
Jeongin soltó una ligera risa mientras las manos de su hijo se apoyaban a sus muslos alzándose con un puchero en su rostro, uno tan dulce y convincente. Sin embargo ella sabia que no podía crear tantas esperanzas e ilusiones en un pequeño corazón tan inocente.
- Luego, ¿bien?, yo te diré cuando- Hyunjin hizo un mohin sin verse convencido-. Mientras tanto, no puedes decirle nada de esto a mamá, ¿sabes eso?- eso terminó por desanimar al pequeño infante.
- ¿Pero por qué?- su voz sonó triste-. Mamá siempre repite que ella es tan fuerte como nadie en el mundo, ella puede hacer crecer mi cabello rápido.
Jeongin sintió su corazón acelerarse con miedo, pero no lo demostró, su labio inferior tembló mientras deslizaba el dedo índice por la suave y esponjosa mejilla de su amado hijo, repartiendo suaves caricias mientras intentaba regalar una cálida y convincente sonrisa.
- No, bebé. Ella no usará su fuerza para eso, confía en mí, ¿sí?, es una promesa, yo te avisaré cuando comenzaremos a cuidar juntos de tu cabello, será largo y suave, tan oscuro pero a la vez brillante, ¿te gustaría?- la sonrisa de Hyunjin volvió, el corazón de la omega se sintió más en calma cuando lo vio volver a saltar contento y parlotear de lo bonito que se vería con el cabello como su mami.
Lo observó con calidez comenzar a jugar con las muñecas que siempre lo desocultaba en la ausencia de Jinah. Una ligera sensación de miedo siguió deslizándose por su cuerpo ante la reciente conversación.
- ¿Me prometes que no hablaras de nuestra conversación con mamá?- volvió a insistir, y Hyunjin detuvo un momento los movimientos de sus dos muñecos teniendo una pelea infantil amorosa.
Volteó hacia su madre, una gran sonrisa volvió a aparecer en su rostro, el podía prometerle todo lo que quisiera a ese ángel. Por que sip, su mami era un ángel, una vez había leído en un cuento en su instituto el significado de ángel, y Hyunjin chilló toda la tarde contento al enterarse que su madre quien era tan hermosa como las flores en primavera, cumplía con todos los criterios y semejantes de un ángel.
Y no sólo era semejante, Hyunjin confirmaba que su madre era un ángel. Especialmente por que era tan hermosa, a veces le ponía triste que no se pareciera tanto a ella, no tenía sus labios ligeramente finos ni la nariz pequeña y respingada. Incluso muchos lo acusaban de parecerse mucho a su madre alfa.
Y él sin querer ser golpeado guardo su mayor secreto, él quería ser como su mami, bonito y angelical.
Bueno, para algunos eso era ligeramente obvio, por que siempre intentaba imitar las actitudes y acciones de su madre omega. Siempre se preguntó si lo hacía mal, por que su otra mamá lo golpeaba cada vez que lo veía intentar usar ropa blanca, jugar con las muñecas de su hermana Yeji o peinar su cabello con gel para verse guapo. Hyunjin siempre acababa triste por que por más que su madre alfa repitiera que le gustaba su mami por su apariencia, parecía que él nunca le gustaría por más que lo intentará.
Soltando los muñecos levantó sus dos pequeños pulgares.
- ¡Lo prometo, mami!.
Jeongin relajó sus facciones para volver a acariciar la cabeza de su hijo, un ligero momento de tranquilidad antes de escucharla.
- ¡Jeongin!, ¡¿Donde mierda estas?!- el color abandonó su rostro en segundos.
Dio un pequeño parpadeó antes de cambiar su expresión a una dura. Se levantó de golpe llevando consigo los muñecos y corrió por el estudio escuchando a Hyunjin seguirlo con torpeza.
- ¿Jeongin?, ¿quién es Jeongin, mami?- Jeongin arrojó los muñecos detrás de un estante de libros.
- Guarda silencio, bebé- Hyunjin ladeó la cabeza sin refutar cuando la mano de su mami tomó la suya y lo arrastró al otro extremo del estudio.
- ¡Jeongin!, ¡joder!- Jeongin sintió su cuerpo helarse, esa mansión era enorme, pero los pasillos no eran infinitos, y la voz se escuchaba tan cercana.
Y Jinah la mataría si la encontraba interactuando con su futuro heredero alfa, jugando a las muñecas y hablando de lo bonito que se vería con el cabello largo. Y luego de matarla a ella torturaría a Hyunjin.
No, no, no. No podía pasar.
- Mami, ¿quien es Jeongin?, ¿es un sirviente?, ¿está en problemas?- Hyunjin volvió a murmurar preocupado, sin prestar atención a su madre abriendo la puerta de un pequeño armario y obligándolo a ingresar dentro.
- Q-quédate aquí y en silencio, ¿sí, cariño?- Hyunjin ladeó la cabeza sin poder concentrarse tanto, seguía escuchando ese nombre a gritos departe de su madre fuera de la habitación.
- ¡¿Alguien ha visto a Jeongin?!- la voz se escuchó fuera de la habitación pero para Hyunjin casi se ahogo en el silencio cuando finalmente su madre cerró la puerta y la oscuridad del armario lo recibió.
Desde ese puesto y con claridad Hyunjin pudo escuchar el maltrato de su madre alfa hacia su mami. Su mamá ya ni preguntó por ese tal Jeongin, pero Hyunjin tenía tanta curiosidad, ¿tal vez su mamá estaba engañando su mami?.
Jeongin era un nombre bonito, y es por eso que la curiosidad aumento.
Debía averiguar quien era esa persona, no debía olvidar el nombre. Se lo repitió infinitas veces en pequeños susurros dentro del armario que nadie más que él podía escuchar, con los gritos de su madre alfa no era de sorprender.
"Jeongin, Jeongin, Jeongin, Jeongin. Debo recordar el nombre bonito".
- Jeongin.
- Jeongin.
- ¡Jeongin!.
- ¡Despierta Hyunjin!.
Los ojos de Hyunjin se abrieron de golpe. Un pitido largo y asfixiante se escuchó contra su oído, un gran barullo, ¿quién mierda lo molestaba cuando estaba soñando con un nombre tan bonito?.
Jeongin.
¿Jeongin?.
Parpadeó ligeramente, el pitido fue disminuyendo sin embargo no lograba entender que estaba ocurriendo, su visión también se veía obstruida por su cabello azabache, pero en movimientos borrosos logró divisar a personas moviéndose frente suyo.
- ¡Hyunjin!- el alfa parpadeó, todo le dio vueltas pero estaba seguro de haber escuchado bien el llamado.
Intentó moverse, pero ninguna extremidad respondió. Se permitió cerrar los ojos unos segundos, maldita sea estaba derrotado, tan exhausto, quería dejarse llevar por la oscuridad y dejar atrás el mareo y los sonidos sofocantes. Volvió a escuchar a alguien llamarlo pero en su intento de averiguar la fuente también tuvo la necesidad de hacer responder su cuerpo.
Bueno, momentos después ya se estaba arrepintiendo.
Fue despertando, y el dolor que comenzó a recorrer sus extremidades fue infernal. Sus ojos no se pudieron abrir pero estaba seguro que si estuviera consciente de si mismo ya estuviera lloriqueando del dolor. El mayor ardor se concentró en su pierna y brazos, pudo sentir que se encontraba apoyado sobre su brazo derecho y que en este definitivamente la sangre ya no corría hace un largo rato.
- ¡¿Vas a tomarte tu tiempo, maldito idiota?. ¡Tu omega esta muriendo!.
¿Minho?. Sí, definitivamente ese era Minho. Abriendo y cerrando los ojos lentamente pudo apreciar mejor la estancia sin que todo le dé vueltas. Y bueno, comenzó a recordar, a ser consciente de la situación, a entender los dolores infernales.
Recordar de una maldita vez que tenía un omega y que la razón de que su cuerpo ya estuviera casi sin responder solo se debía a una cosa.
Su corazón comenzó a hacer el trabajo, se aceleró y golpeó contra sus oídos con fuerza, ruidoso, todo su ser se removió alerta. Moviendo sus ojos entre los huecos de su cabello vio a alguien de pie frente suyo, y su pecho se sintió asfixiante cuando comenzó a respirar de forma acelerada y su olfato logró captar ese aroma.
Riki.
No supo como lo hizo, tal vez fue la pequeña adrenalina del momento, la furia y frustración, el odio profundo que lo hizo dar un pequeño giro en el suelo impulsándose con sus pies, y colocándose de frente a Riki levantó las piernas golpeando con todas y las últimas fuerzas de su cuerpo contra su estómago hasta verlo retroceder y caer al suelo a un metro suyo.
Se levantó con un tambaleó horrible que lo hizo jadear y perder aire sin fuerzas. Y cuando se aproximó con rapidez al idiota en el suelo, para mínimo darle otra patada en los huevos, algo lo detuvo.
Hubiera deseado que solo sea por las cadenas que se aferraban a sus muñecas.
Pero en realidad, perdió todas las fuerzas de incluso querer vivir cuando sus ojos fueron más atrás de Riki.
Habían pocas situaciones donde Hyunjin realmente sintió que el mundo se le venía abajo, esa sensación donde en un instante todo su alrededor perdía sentido y solo una cosa era el objetivo de todo su mundo, donde sólo ese momento se convertía en el instante que lo desarmaba y lo desconectaba de si mismo.
Su cuerpo tembló, sus piernas, sus labios y sus dedos las cuales momentos atrás ardían por las heridas. El pitido regreso, el nudo se instalo dentro de su pecho, en su garganta, sus ojos ardieron como fuego, sintió su sangre hervir e incluso la última punta de cabello vibró por su tensión, por el odio, por la furia, el horror y la cólera.
Sus ojos apenas lo dejaron capturar aquella escena, apenas pudo procesar a su ángel, a Jeongin, a ese omega con nombre tan bonito inconsciente con la sangre resbalando de su boca, por su cuello, mojando su abrigo que anteriormente era blanco, aquella sudadera con la cual él lo había vestido tan solo horas antes se manchaba con su sangre.
Sentado sobre sus talones, igual de encadenado que él y con la cabeza cayendo hacia el frente ni siquiera lo dejaba ver el rostro, solo se veía la sangre gotear hasta el suelo y su regazo.
Eso fue lo único que registro incluso mientras sentía a alguien jalarlo de la cadena hacia atrás con brusquedad, incluso en la trayectoria de caer y estrellarse contra el suelo sus ojos nunca se apartaron de su omega hasta que el dolor de la caída se extendió por su cuerpo y una lágrima resbaló por su mejilla.
Hubiera reaccionado en otras circunstancias, hubiera pataleado y hecho un escándalo si no hubiera sentido su garganta cerrarse, su pecho se privo de pasar aire mientras sentía a alguien detrás suyo tomarlo del cabello, y luego un horroroso dolor se extendió por su espalda recibiendo un golpe justo en el centro.
No se esmeró en buscar fuerzas o estabilidad, cedió completamente, fue para adelante y soltó un ligero quejido lleno de dolor, la cual fue mezclado con un sollozo, doloroso, tan asfixiante e intolerable. Su pecho quemó como fuego mientras dejaba caer la frente contra el suelo y abría la boca buscando aire.
- Dios Jinnie, apenas despierto y ya andas tan rencoroso- por milagro logró escuchar la voz de Riki, tal vez ya estaba de pie.
Intentó no prestarle atención, estaba seguro que si lo hacía se volvería loco, y sabía sería en vano, porque si se ponía a pensar por un maldito segundo estaba encadenado, con el cuerpo hecho mierda, con más personas de lo que hubiera visto teniéndolo en la mira a él.
A su ángel. No podría arruinarlo más de lo que ya lo había hecho.
Su garganta protestó en un gruñido cuando de nuevo lo tomaron del cabello y lo obligaron a alzar la cabeza, se le fue casi imposible enfocarse en Riki frente suyo de cuclillas, y si hubiera estado un poco más perdido se hubiera atrevido a vomitarle encima hasta la sangre.
El contrario le ofreció una sonrisa, triunfante y torcida, cada espacio en su expresión indicaba lo mucho que estaba disfrutando aquello. Lo bien que le sabía verlos sufrir de esa manera.
- ¿No había dicho que movería una pieza sorpresa?- sí, Hyunjin lo recordaba, solo que aún no sabía de que se trataba.
No contestó, soltó aire por la nariz con fuerza, conteniéndose, tomando las fuerzas para no escupirle en la cara y ocasionar una gran estupidez. La sonrisa de Riki creció, iba creciendo con el pasar de los segundos y Hyunjin estaba seguro que nadie en el mundo podría borrarlo.
- ¿Aún no sabes cual, cierto?.
Bueno, a Hyunjin nada más podía desvastarlo, lo más importante, lo único que le importaba que no sea lastimado estaba desangrándose a metros suyo, ¿qué más podía afectarle?.
Riki desvío por un momento la mirada hacia atrás, y con un ligero movimiento de dedos indicó a alguien detrás suyo que se acerque. Hyunjin esperó algún golpe, alguna pierna de alguien cercano como recuerdo, incluso que Jisung se detenga frente suyo con una gran sonrisa, cualquier cosa.
Cualquier cosa, cualquier cosa que pueda tolerarlo.
Solo ya no quería que todo termine viniéndose abajo de una vez.
Pero a pesar de las súplicas interiores, el mundo conspirado en su contra desde ya un tiempo.
Su expresión no cambió sin embargo, pero por dentro, el corazón se le detuvo por un momento, de la impresión, de la decepción, aquel sentimiento de traición atravesó su corazón como un filo cortándolo en dos. Incluso sintió que se estremeció por la noticia.
Ambos alfas se observaron por unos ligeros segundos. Y Hyunjin sintió que explotaría al ver una vacía y divertida sonrisa comenzar a extenderse por el rostro de Yeji.
- Hola hermanito- su voz sonó burlona, despectiva, Hyunjin sintió el filo incrustarse aún más-. Tú no te ves desde aquí, pero eres tan bonito manchado de sangre.
El alfa apenas parpadeó, siguiendo con la mirada a Yeji colocarse de cuclillas a un lado de Riki. Y por primera vez pasó, a Hyunjin se le encogió el pecho, su cuerpo tembló vulnerable y frustrado, toda su piel picó por la irá contenida, por la humillación.
Hyunjin se sintió patético y usado.
Y vaya que había una primera vez para todo, pero como jodía.
- Debes estar tan confundido Jinnie- Hyunjin pasó saliva-. Mi patética hermana acaba de traicionarme, ¿no te lo esperabas, cierto?.
Hyunjin hizo un ligero encogimiento de hombros. Al menos si sería su último juego debería hacerlo bien.
- Eres tan impredecible, hermanita. ¿Por qué debería sorprenderme?- una cosa era ser buen actor y otra ser un jodido sentimental.
Y Hyunjin elegía ser el uno. Porque sí se lo había esperado, pero querer aceptarlo, eso sí era otra mierda.
La sonrisa de Yeji se mostró tensa, pero siguió bien grande, una máscara de ternura y un trasfondo espeluznante. La vio extender su mano, y no se movió al sentirlo acariciar su mejilla, sus dedos quemaron sobre su piel, se deslizó por la comisura de su labio y acaricio con una fuerza molesta la herida que se posaba en su carne.
Pero Hyunjin una vez más ni siquiera parpadeó, observando con el estómago revuelto a su hermana llevar su dedo índice con rastro de sangre suyo a sus labios y chuparlo sin disimulo, con lentitud, hasta pareció gozarlo con una expresión enfermiza. Por un momento incluso Riki pareció sorprendido.
- No bromees mucho Jinnie, en las lista de cosas que realmente odio estas tú haciéndome ver como una alfa patética. No hagas que lleve aún más lejos mi venganza- el alfa apretó los dientes, ¿llevarlo más lejos?.
Era estúpido creer que haber tocado a Jeongin ya no fue ir muy lejos.
- Deberías admitir que tú misma te haces ver patética, yo solo te lo hago recordar simplemente existiendo- Yeji ya no siguió forzando su sonrisa.
Ni siquiera espero sorprenderse cuando su mano se estrelló contra su rostro. Pudo arder todo lo que quería, le quemó e incluso le corto el labio e hizo girar su rostro. Pero la simple acción, esa fue la que quemó en su sangre como fuego.
Lentamente su lengua limpio la sangre cayendo por su labio inferior volviendo la vista hacia Yeji. Una vacía y sin gracia sonrisa se extendió por sus labios sintiendo sus ojos apagarse, no prestó atención a la respiración agitada de la alfa ni en el temblor en su cuerpo, principalmente por la ira.
Simplemente la miro, la analizó, buscó en todo su rostro alguna razón para perdonarla. Por qué si él lograba salir de eso, ni el polvo de esa pocilga iba a seguir de pie, se encargaría que entierren los cuerpos de todos lo que participaron en ese espectáculo. Haría desaparecer a cada ser que haya puesto un dedo en su omega.
Así que siguió buscando razones. Yeji estaba ahí, probablemente había sido ella la causante de toda la trampa hasta llevarlo a ese edificio abandonado y luego haber llegado en el auto. Incluso podría haber estado junto a Riki desde el momento en que atacaron los departamentos de los guardias para poder ir por su ángel en el momento de la distracción.
Pero aun así, el asqueroso corazón de Hyunjin buscó una inevitable compasión. Entonces espero a que ella siga hablando, a que aquello acabe, a que le confiese que fue totalmente manipulada y que ella no deseaba hacer nada de lo que hizo.
- ¿Ves a tu amiguito?- Hyunjin parpadeó.
Volteó hacia su izquierda. Por primera vez observó a Minho, y se sorprendió al encontrarlo consciente, a rastras lo estaba.
Evitó con todas las fuerzas no alterarse, su corazón se aceleró angustiado al verlo parpadear sin fuerza, la sangre caía de su boca, había hematomas por todo su rostro hasta su cuello y brazos, sus ojos opacos y cansados lo observaron con la característica firmeza y presencia como cada vez que Hyunjin lo observaba.
- ¿M-me creerías si te dijera que me siento más seguro al verte despierto?- la voz de Minho tembló como nunca, pero las palabras se adentraron a su cerebro de forma correcta.
Hyunjin podía ser el mejor actor, pero con Lee Minho y su ángel era un jodido sentimental. Así que se tragó con fuerza el nudo de llanto que se instaló en su garganta, su labio inferior tembló mientras negaba lentamente.
Era gracioso, por que mientras Minho le confiaba la vida a él, Hyunjin hacia lo mismo y peor, le confiaba a su omega y toda la organización. ¿Qué haría si su amigo no volvía con vida?, no se lo perdonaría por nada del mundo.
- Él está así gracias a mí- Yeji soltó una ligera risita al lado suyo-. Di tantas órdenes para que lo dejen así y estoy tan satisfecha, hermanito.
Si Hyunjin buscaba razones para perdonala estas se estaban evaporando con cada palabra que salía de su boca.
Volvió la mirada hasta ella y la siguió con la vista al verla colocarse de pie. Sus alarmas se dispararon cuando fue saltando hasta Jeongin, apenas lo localizó tambaleándose en su sitio sintió sus miedos salir a flote, todo su interior se revolvió como una montaña rusa al verlo temblar e intentar no caer al suelo.
Su cuerpo tembló nervioso, sin compasión. Y cuando Yeji llegó hasta el omega y su mano palmó su cabeza como un perro sus ojos se nublaron en un oscuro rojo de la rabia.
- ¡No lo toques!.
La mano de Yeji tembló sobre la cabeza de su omega. Y Riki se exaltó frente suyo, colocándose de pie se alejó algunos pasos. Su respiración se volvió pesada mientras soltaba un gruñido, ignoró el temblor en el cuerpo de su hermana, la vio palidecer y pasar saliva.
- Te cortaré la asquerosa mano si lo vuelves a tocar, Hwang Yeji- murmuró entre dientes, y Yeji pareció entender muy bien, aunque claro no lo demostró.
Debió haberlo demostrado. Pero al contrario infló su pecho en un intento vano de querer imponer presencia, y finalmente lo soltó.
- Tarde, ¿quién crees que le hizo esto a tu querido omega?- los ojos de Hyunjin se prendieron en fuego al verla extender la mano y tomar el mentón de Jeongin obligándolo a subir la cabeza.
Se tensó de manera evidente, sus dientes se apretaron con fuerza y crearon un chirrido irritante al encontrar el rostro del omega. Con morados, el labio roto y con hilos de sangre, cortadas en las mejillas que seguían hasta su cuello. Y lo que lo golpeó directo al pecho fue sus ojos dejando escapar gruesas lágrimas que se camuflaban con la sangre en su piel.
Y cuando sus ojos se encontraron Hyunjin no pudo contenerse, simplemente sintió que no podía dejar que eso siga pasando. Podía tolerarlo todo, incluso que lo corten una jodida pierna, pero que toquen a Jeongin no, que lo hagan llorar no, que aquella mirada de dolor y tristeza se filtre en sus ojos para él era un rotundo no.
- Deberías implorar desde ya, Yeji- murmuró con voz severa, relajada, el toque duro seguía ahí pero la tranquilidad con que lo dijo estremeció a la alfa-. En lo primero que te equivocas es en creer que por que encadenas a un monstruo este es menos peligroso. ¿Qué nadie te enseñó que los perros se ponen más bravos cuando los privan de la libertad?.
Yeji tembló en su sitio, sus manos se apretaron con fuerza a cada lado de su cuerpo mientras un chillido exasperado escapaba de sus labios.
- ¿Es qué no lo entiendes, idiota?. La que hace amenazas aquí soy yo, tú estas allí abajo, acabado, puedo acabar contigo en un disparo, puedo incluso matar a este niño y morirías de un corazón roto en segundos. ¿Qué mierda te hace creer que podrás salir de aquí?.
Hyunjin apretó los dientes, intentó no demostrar que estaba comenzando a cansarse, y no de la conversación. Su cuerpo temblaba del agotamiento y sus ojos pesaban, era una lucha asfixiante dejarlos abiertos y no dejarse caer en la inconsciencia. En aquel lugar donde no tenía infinitas heridas que muy prontamente serían más problemáticas de lo necesario, y donde el dolor que se acentúaba en su pecho no iba creciendo.
- Ya ya ya, muchas charla. Señorita Hwang, pareció olvidar quien está al mando por un momento- Riki finalmente habló, y la posición firme e irritada de Yeji se desvaneció por una tensa, hasta pareció arrepentida por un momento mientras descendía la cabeza en silencio.
Riki volvió a extender una sonrisa satisfecha. Volteando hacia Hyunjin extendió un brazo señalando a Jeongin detrás suyo.
- ¿Y qué tal?, sorprendente, ¿no lo crees?. Lo que la ira de una venganza puede producir.
Las manos de Hyunjin se sintieron frías, sus ojos se deslizaron por cada persona dentro de esa habitación. Yeji aún no hablaba sobre la razón por lo que hacía eso, Riki parecía ir muy rápido con sus planes, Minho al otro lado podría estar muriendo incluso si no lo demostraba. Y los hombres corpulentos y con cuchillas rodeándolos no parecían blancos fáciles.
En ese momento y sin quererlo. Hyunjin tuvo que aceptar que los contras eran infinitos.
Pasó saliva exhausto y luego tomó aire antes de hablar.
- Tú en serio...¿haces todo esto por venganza?. Quieres deshacerte de cada rastro de las personas que mataron a tu familia, ¿entonces por qué solo no me matas a mí?- Riki enarcó una ceja-. Yo soy el hijo de quien te causó tanta desgracia, no hay nadie más, solo torturame a mí, matame, haz lo que quieras, ¿por qué haces esto con inocentes?. Si mi madre fue un monstruo por lo que te hizo, tú también eres igual por que la estas imitando.
El alfa no pareció tan afectado con sus palabras, su sonrisa se volvió más afable y hubo un encogimiento de hombros de su parte.
- ¿Quién dice que no te estoy torturando solo a ti?.
Hyunjin parpadeó confundido. Riki pareció encantado de explicarle sus dudas.
- Verás Hyunjin, tengo muchas cualidades, una de ellas es la observación; y no he podido evitar notar que, por mas que te torture físicamente, pareces inmutarte tan fácil como si te estuvieran repartiendo cosquillas en el cuerpo- Riki lo señaló entero-. Como ahora, te he causado distintas y grabes heridas en el cuerpo pero lo ignoras con tanta facilidad mientras me creas una discusión y alzas tu mirada para defender a tus seres queridos.
A Hyunjin le bastó un pequeño segundo comprender a donde iba el alfa. Y sin poder evitarlo incluso una sonrisa irónica se extendió por sus labios.
- Entonces me torturas lastimando lo que me importa, esa es la tortura principal- Riki pareció fingidamente encantado.
- Es un alivio que nos entendamos tan bien.
Riki se volteó hacia Jeongin y comenzó a caminar hacia él. Hyunjin pudo sentir un agotamiento interior con las emociones que se filtraban dentro suyo, quería explotar, quería pararse frente a su omega y evitar una explosión de heridas. Pero en aquella posición no podía hacer mucho, en realidad nada.
- Por ejemplo- Hyunjin se sintió hiperventilar, su corazón comenzó a desbocarse observando a Riki colocarse a un lado de Jeongin, luego volvió a girarse hacia el alfa y le ofreció una ligera sonrisa-. Me has dado curiosidad hace un momento, y yo quisiera...conocer tus límites, Hwang Hyunjin.
Los ojos de Hyunjin se movieron con rapidez, el pulso se le aceleró hasta filtrarse en sus oídos con golpes ensordecedores, abrió sus ojos en grande cuando la mano de Riki tomó el cabello su omega, y se estremeció al escuchar a Jeongin soltar un quejido mudo, cerrando los ojos con fuerza para no mirarlo, las lágrimas seguían cayendo por su rostro y el temblor en su cuerpo golpeó directo en el corazón de Hyunjin.
Lo siguiente fue sentir su corazón detenerse, el estomago se le encogió como una piedra el ver a Riki retirar con lentitud una navaja de su bolsillo. Hyunjin sintió que comenzaba a marearse mientras se tambaleaba ligeramente hacia el frente intentando colocarse de pie.
- No...- imploró sin aliento, sin embargo Riki lo ignoró y detrás suyo alguien jalo sus cadenas intentando inmovilizarlo.
Vio a Yeji sonreír por un momento, su cuerpo volvió a luchar contra la persona detrás suyo, pero era imposible con su estado. Estiró las cadenas con fuerza mientras soltaba un gruñido y avanzaba unos pasos.
- ¡No!- Riki le ofreció una sonrisa, lentamente fue agachándose a la altura de Jeongin, y Hyunjin palideció cuando los ojos de su omega se abrieron y lo observaron con temor, pareció comprender que ocurría por qué sus ojos también se abrieron aterrados y sus labios se separaron ligeramente en un intento de hablar.
Pero lo único que pudo escapar de su garganta fue un quejido ahogado y sin aliento cuando en un movimiento Riki enterró la navaja en su estómago.
Hyunjin observó como lentamente las lágrimas fueron cayendo de aquellos ojos dolidos y opacos. Y fue peor cuando ningún sonido escapó de Jeongin, al contrario sus labios se apretaron y un quejido mudo volvió a sonar, indicándole que su ángel realmente intentaba aguantar el dolor para no verse débil, para no desesperarlo a él.
Soltó un ligero sonido de la sorpresa, de no saber como reaccionar. Y cuando sus ojos captaron la sangre comenzar a rodear el objeto aún incrustado perdió la cabeza.
Volvió a avanzar estirando las cadenas con fuerza, gruñó, jadeo y chirro los dientes pero las cadenas no cedían, sus piernas finalmente colapsaron mientras caía al suelo e intentaba seguir rompiendo de aquella atadura, sus muñecas protestaron de dolor al igual que sus brazos y hombros pero era lo menos que le importaba.
- ¡Maldito hijo de puta!- Riki solo pareció más entretenido y eso siguió tocando cables en la cabeza de Hyunjin-. ¡Reza a tu jodido dios para que estas cadenas sigan aguantando por que te partiré en pedazitos!, voy a acabar contigo, no iré al maldito infierno sin llevarte conmigo- rugió y su garganta raspó, su voz rota y ronca murió en nuevos sonidos antinaturales de bramidos intentando soltarse inútilmente de las cadenas.
La risa de Riki comenzó a inundar la habitación mientras todos los presentes veían a Hyunjin caer al suelo, una y otra vez agotando sus fuerzas, intentando hacer ceder aquel hierro mientras maldecía y creaba heridas en sus muñecas que lograron un coro de risas departe de Yeji y el alfa al mando.
- Divertido, tan divertido, Hwang Hyunjin- Hyunjin dejó caer el sudor por su frente mientras apoyaba la cabeza en el suelo, intentó recuperar el aliento mientras escuchaba unos pasos acercarse a él, ya ni siquiera intentó defenderse de que Riki pueda intentar aplastar su cabeza y matarlo de una vez. Simplemente espero a que llegue hasta él.
Titiritó y abrió la boca tomando aire mientras de reojo en los espacios de su cabello veía a Riki agacharse a su altura y acercar su rostro a su oído.
- Tranquilo Jinnie, mantendré la cuchilla aun dentro para que tu omega no se muera desangrado aún, ¿no deberías agradecerme?- Hyunjin escuchó cada palabra con rencor hasta el final.
Cuando pasó varios segundos levantó la cabeza hasta quedar a la misma altura que el rostro de Riki y resopló ligeramente.
- Te lo agradezco, Riki- murmuró bajito y escuchó un sonido conforme departe del alfa.
Y antes de que se vuelva a levantar habló de nuevo.
- Pero mi agradecimiento va a que a pesar de que tienes encadenado al monstruo, tú decidiste liberarlo un momento de tanta opresión- Riki pareció tensarse un momento comprendiendo pero fue tarde para alejarse.
El sonido de las cadenas chocando con fuerza hizo saltar a todos en su lugar, y lo que palideció a los presentes fue escuchar el gritó desgarrador a causa del dolor de parte de Riki mientras veían a Hyunjin soltar sobre él y tomar como presa su carne.
Y Hyunjin no se detuvo, mordió la oreja de Riki hasta escucharlo gritar sin aliento, del dolor, no cedió incluso si forcejeo, no le importó incluso si sus cuerdas vocales se rompían del dolor, siguió aferrando los colmillos en su carne hasta que la sangre lleno su boca de forma asquerosa y una parte de su carne quedó entre sus dientes.
E incluso se sintió victorioso cuando con fuerza lo alejaron de Riki hasta hacerlo caer hacia atrás en un ruido en seco, y fueron a atenderlo mientras Hyunjin comenzaba a escupir la sangre y el pequeño rastro de carne. Incluso pudo sentir arcadas mientras escuchaba a Riki aún gritar de la furia y el dolor.
Y mientras limpiaba su mentón con brusquedad contra su hombro por un momento su mirada viajo de una paralizada Yeji hasta su ángel.
Sus miradas se encontraron, por un ligero segundo hubo una explosión de emociones, los ojos de Jeongin brillaron y expresaron tanto en un simple segundo que Hyunjin sintió su corazón removerse. Su piel cosquilleó cansado y su corazón comenzó a acelerarse a la par del omega, ambos intentando con todas sus fuerzas transmitirse algo de confianza en esa situación tan desastrosa.
Y cuando volvió a la realidad Riki volvía a levantarse en un tambaleo furioso y su respiración se escuchó en todo el lugar, furioso como un toro, soltando aire por la nariz y agarrándose de su oreja que dejaba caer sangre y más sangre. Las venas se le marcaban en su cuello y frente cuando volteó a Hyunjin y pareció a punto de matarlo de una vez.
A veces Hyunjin no pensaba en las consecuencias, y es por eso que una torcida y burlona sonrisa se extendió en sus labios. De seguro la sangre seguía decorando su piel, y esta vez no precisamente suya, y eso pareció llevar la furia a otro nivel departe de Riki.
- ¡¿TE PARECE GRACIOSO!?- su grito hizo saltar a todos sus hombres en su lugar, pero para Hyunjin fue como un ruido irritante-. ¡¿Te parece gracioso, eh?!- vociferó y luego tomó el cuello a uno de sus hombros-. ¡Taiganme un puto trapo o algo!, ¿quieren que me desangre?, ¡joder!.
El guardia asustadizo salió huyendo de la habitación mientras Riki soltaba de una vez la herida, lo vio gimotear del dolor pero a Hyunjin le dio absolutamente igual mientras veía la sangre caer y manchar su traje negro y algo arrugado. Todos vieron en silencio a Riki comenzar a limpiar la sus manos llenos de sangre mientras maldecía a la nada y respiraba totalmente como un loco.
Hyunjin lo escuchó sorber la nariz y escupir al suelo de forma asquerosa y desaliñada antes de verlo acercarse a uno de sus hombres y arrebatarle su cuchillo. No se sorprendió, y menos cuando en lugar de ir por Jeongin fue hasta Minho.
- A mí también me parece gracioso- Hyunjin apretó las manos con fuerza cuando lo vio tomar a Minho del cabello y haciendo hacia atrás su cabeza pasó la cuchilla por su cuello de forma lenta.
Minho apenas siséo del dolor antes de que un gruñido irritado y ronco escape de la garganta de Hyunjin. La mano de Riki se quedó congelada mientras volteaba a ver a Hyunjin e ignoraba la sangre comenzar a deslizarse por el cuello del contrario.
- Suéltalo- murmuró cada sílaba de forma dura y lenta. Y Riki pareció desorientado por un momento, no se movió y el cuchillo en su mano tembló contra el cuello de Minho.
Segundo después dejo ir el cabello del alfa menor y su cuerpo titiritó de la rabia mientras su cuerpo se movía mecánicamente siguiendo la orden.
- ¿Q-qué estás haciendo?- Yeji pregunto alarmada al alfa quien se giro bruscamente hacia ella.
- ¡Cállate!- Hyunjin ignoró a ambos tensarse y observarse asustados en silencio.
Volteando hacia Minho le hizo un asentimiento con la cabeza como orden. Minho apenas parpadeó antes de mandar la cabeza ligeramente hacia atrás dejando ver su herida, escaneando Hyunjin pudo apreciar que esta no era tan profunda, apenas caía un fino hilo de sangre, si fuera grave Minho probablemente ya se estuviera ahogando en su propia sangre.
Volviendo a bajar la cabeza Minho le ofreció una mirada cansada, y Hyunjin lo entendió, eso ya estaba cansando, ya no estaban para aguantar juegos. Definitivamente y aunque no tendría sentido decirlo, Riki había llevado al extremo aquella "venganza".
No era solo haber lastimado a Jeongin. Era el haber matado a tantos de sus hombres, a Seungmin, Kkami, torturar a un omega, torturar a Minho, torturarlo a él. Incluso Hyunjin hubiera comprendido si sólo lo hubiera atacado a él, pero se había metido con más gente de lo que él podía tolerar.
Volteando hacia Riki aprovechó que había comenzando una discusión con Yeji donde ella lo recriminaba por ser tan débil, parecía a punto de ser asesinada por un furioso Riki y a decir verdad a Hyunjin le estaba importando poco.
Se giró hacia los dos hombres detrás suyo, y cuando uno de ellos le presto atención alerta él le señaló la cadena con la cabeza.
- ¿La llave?- murmuró bajo, el alfa pareció parpadear detrás de su gorro, desorientado de que lo estaba hablando, y Hyunjin se impacienció cuando también el otro beta volteó a mirarlo cauteloso-. La llave, démenla, saben que no están de lado correcto de la jugada.
Murmuró, y frente suyo Yeji ayudaba a Riki a envolver su oreja con una venda mientras chillaba del asco. Los guardias se giraron a mirarse y parecieron tensos, y Hyunjin casi jadeo indignado cuando subieron la mirada hacia el frente ignorando completamente su presencia.
- La jodida llave- gruñó ligeramente conteniéndose-. No los mataré si me ayudan, ¿o esperan que los obligue y mueran de una vez?- los dos guardias parecieron temblar y los vio a tragar volviendo a mirarse en silencio.
Maldiciendo en silencio se volteó volviendo a mirar a Riki y su hermana esperando tener tiempo. Por un momento paso de su pelea y los quejidos de Riki girando a ver a su omega.
Su corazón se desbocó al verlo nuevamente con la cabeza caída hacia el frente inconsciente, y al descender la mirada la sangre ya había acaparado toda la prenda para abajo. Palideció como nunca intentando concentrarse en que su ángel aún respiraba, él aún lo hacía.
Volteando bruscamente hacia atrás apenas logró abrir la boca cuando algo frío cayó entre sus dedos. Apenas recibió una breve mirada de los guardias antes de cerrar el puño y poder sentir con claridad el hierro entre sus dedos.
La llave.
Volteando hacia Minho lo encontró mirándolo expectante, esperando cualquier movimiento suyo. La mente de Hyunjin comenzó a maquinar, sus ojos se movieron de Riki a Yeji, de Yeji a Jeongin, Jeongin a los guardias, y los guardias a Minho.
Sí, lo primero era que él era absolutamente inútil en ese momento.
Observó de reojo a los guardias que habían estado custodiando a Minho socorriendo a Riki, se animó a poner en riesgo de ser pillado y dejó caer lentamente la llave contra el suelo presionando contra sus dedos.
Y girando levemente el cuerpo dio un impulso con su mano y hizo deslizar el hierro hasta Minho. Quien apenas este llegó a unos centímetros suyo levantó la pierna y dejó caer su pie sobre el objeto al mismo momento en que todos en la habitación volvieron a prestarles atención.
Antes de siquiera Riki abrir la boca la puerta se abrió de nuevo y uno de los hombres que había estado detrás de Jeongin y quien fue el que Riki agarró llegó agitado.
- J-jefe, ya tenemos los primeros auxilios, debería atender su herida para que no pase a peores- Hyunjin sintió su cuerpo vibrar mientras observaba a Riki comenzar a maldecir furioso de nuevo, volteó a verlo un par de veces antes de salir a zancadas de la habitación con dos de sus guardias siguiéndolo detrás.
Hyunjin respiró ansioso, ¿así tan fácil?. Con Riki y dos guardias fuera solo quedaban aquellos dos que volvieron a posicionarse detrás de Jeongin, y Yeji. Los chicos detrás de Hyunjin no parecían cerca de obedecer a su jefe en ese momento.
Observando de reojo a Minho lo vio comenzar a mover la pierna intentando estirar la llave hacia él y no generar ruido. Caso perdido cuando el hierro raspó contra el cemento y llamó la atención de Yeji.
Removiéndose con disimulo Hyunjin se dispuso a ayudar.
- Y luego...hermanita, ¿no piensas contarme toda la historia de lo mucho que pareces odiarme?- Yeji volteó a mirarlo y rápidamente portó una expresión altanera en su rostro.
- No puedo creer que lo preguntes- Hyunjin enarcó una ceja mientras Yeji se cruzaba de brazos.
- Pues yo si lo creo, no estoy realmente seguro de que te hice- decidió responder. Y Yeji se vio irritada.
- ¿Pues por donde empiezo?, ¿tal vez en la parte en que te llevaste siempre toda la atención de mamá?- Hyunjin frunció el ceño prestando más atención.
- ¿Querías la atención de esa perra?- murmuró incrédulo y Yeji pareció echar chispas de fuego por los ojos por su reacción-. No sabes de lo que hablas.
- ¡No!, si sé, no soy estúpida- Yeji se llevo una mano en el cabello y lo sacudió con frustración-. Ella siempre estaba para ti, ella te consentía a ti, te preparó para liderar la organización y me hizo de lado a mí. Todo eso para que al final salieras tan débil e inútil, Hyunjin.
El alfa parpadeó aún más perdido, se repitió que no debía dar paso a la ira, Yeji definitivamente no sabía de lo que hablaba. Por qué Jinah no lo preparó con libros de estudio o simplemente armas desde los 10 años. La preparación de su madre fueron golpes, maltratos, abusos, mentales, físicas. Tantas torturas que Hyunjin estaba seguro Yeji no hubiera podido soportarlo.
- No, no sabes- repitió, y Yeji pareció más irritada-. Debiste haberte alejado lo más posible, aunque Jinah no lo haya hecho por que le importes, él que te haya alejado fue una jodida suerte. ¿Y ahora vienes a liarte en esta mierda y a atarte en donde siempre te quise alejar?- pregunto incrédulo.
- ¡Y eso fue lo que odié, yo también quería su atención todos los días!. No quería ser alejada, no lo necesitaba, yo quería lo que tú tenías con mamá desde que éramos niños- Hyunjin tensó su cuerpo aún más incrédulo.
- Deja de ser tan estúpida, ¡ella me maltrataba, Yeji!- la alfa no pareció entender.
- ¡Ella no lo hacía!- soltando un risa seca y sin gracia Hyunjin negó.
- Es por eso que eres patética, hablas como si realmente supieras, madura ya, Yeji y sal de esa burbuja- eso tocó todos los botones de la alfa, la vio apretar las manos con tanta fuerza que era muy seguro que se esté lastimando la piel con sus uñas.
- Yo si sé- murmuró lentamente y bajo, conteniéndose para no explotar. Pero Hyunjin si lo hizo.
- ¡Abusaba de mí!, me golpeaba, me tocaba, me torturaba, ¡¿es de esa manera que esperabas que te enseñe a ti?!- por un momento, la expresión de Yeji no cambió en nada.
Y segundos después volvía a la actitud irritada.
- Ella lo hacía para enseñarte, debía hacerlo por que tener el puesto de jefe llevaba un gran cargo. ¡Y mamá no necesitaba a alguien tan débil como tú en el puesto!- finalmente Hyunjin cayó en cuenta, sus hombros cayeron de la sorpresa y sus ojos se abrieron en grande.
- ¿Qué?- preguntó sin entender, Yeji pareció a aún más furiosa, mirándolo como el peor enemigo-. ¿Tú lo sabias todo este tiempo?, ¿y aún así estas diciendo esto?.
- ¡¿Cómo no iba a saberlo?!, los veía siempre anhelando también estar ahí- Hyunjin se sintió enfermo, sus oídos le zumbaron negándose a seguir escuchando aquello.
- ¡Ella me violaba!, joder ¿que no estas escuchando?.
- ¡No lo hacía!- la respiración de Yeji estaba tan agitada como la suya-. Sólo te enseñaba, ella te hacia los favores y tú lo menospreciabas, gritabas como un maldito mocoso y justo ahora haces lo mismo por un omega que humilla tu jerarquía. ¡No debiste tener ese don si terminarías siendo tan débil y malagradecido!.
Hyunjin no supo como reaccionar, estaba tan sorprendido, incrédulo, aterrado con las palabras que salían de la boca de aquella mujer quien se suponía era su hermana melliza, quien se suponía debía apoyarlo en el mismo momento que le confesó haber sido herido. Estaba tan asqueado.
- Y-yo siempre...le suplicaba que haga conmigo lo mismo, que me enseñe, que podre hacerlo mejor que un inútil como tú. No me importaba que tanto llegaba a doler, seria placentero complacer a mamá- Hyunjin sintió que comenzaba a asfixiarse-. Pero ella nunca me tomó en cuenta, la única vez que lo hizo me golpeó por ser una niñita irritante y luego volvió a ignorarme para centrarse en ti. Eras su favorito.
Su voz denotaba tanta tristeza que Hyunjin se sintió desorientado.
- Siempre te odié, llevando la atención, siendo el favorito, causando miedo a donde fueras simplemente por poseer un poco más de fuerza que un alfa común, ¿pero sabes qué?, por dentro eres tan débil e inservible, siendo el mismo niño que gritaba por unos pequeños golpes y pidiendo ayuda a chillidos asquerosos.
Hyunjin pudo entenderlo por fin, su cuerpo se enfrento a temblores, estaba tan en shock que por un momento no se sorprendería si le dijeran que no estaba respirando para nada. Sus ojos no se apartaron de su hermana, quien lo miraba como la peor peste, el enemigo más asqueroso; lo miraba con tanto odio que Hyunjin ya no pudo sentir más dolor que en ese momento.
- Y es por eso que te quiero muerto- el alfa no respondió-. La organización pasará a ser mía y de Riki, voy a hacer todo lo que mamá siempre quiso y recuperaré los miles que perdimos por tu culpa. Ella probablemente se sentirá orgullosa de mí en el infierno, ¿cierto, Jinnie?.
Hyunjin sintió su respiración pesada.
- Y luego buscaré a Chris, tú idiota, nunca me dejaste acercarme a él y me obligabas a alejarme, ¡incluso de mi enamorado!- Yeji chilló aún más furiosa-. Apenas me voy enterando de que un omega iba tras él, ¡y tú estabas consciente!, ¿por qué no alejaste a ese niño también, eh?. ¿Tanto me odiabas?.
A Hyunjin le bastó ver a Yeji titiritar de la furia, mirarlo con odio, grabarse sus palabras en su cabeza para finalmente rendirse.
Comenzó a reír, su cabeza fue hacia atrás sintiendo su cuerpo vibrar de la risa, ese era el verdadero momento donde estaba riendo para no llorar. Donde las risas se convirtieron en carcajadas hasta sentir el aire fallarle y finalmente intentar calmarse con pequeñas risa y respiros.
Paso de largo la expresión pálida y colérica de Yeji y comenzó a negar mirando al suelo, y suspiró.
- Siempre creí que yo era el monstruo, me dije, "ya que Yeji vive su vida de forma correcta y sana, me tocó a mi ser el monstruo y hacer el trabajo sucio"- soltó una ligera risa y volvió la mirada hasta su hermana, esta la observó sin palabras, aún con la actitud defensiva-. Pero parece ser que el monstruo que había gestado Jinah no soy yo. Sino tú.
Yeji no pareció tan afectada, seguía irritada, sí. Pero incluso se vio ligeramente altanera con la descripción.
- El monstruo más patético y enfermizo que he visto- finalizó con severidad, sus ojos se encogieron sin emociones.
No disfrutó escuchar a Yeji comenzar a maldecirlo, a apuntarlo y gritarle más cosas que se suponía eran hirientes. Se puso de pie enfrentando a su hermana quien se había acercado y golpeaba su pecho con tanta fuerza y rencor que lograba tambalear a Hyunjin al tener el cuerpo tan débil y tembloroso.
Sintió al guardia detrás suyo colocarse más cerca hasta respirar contra su nuca.
- ¡Te mataré, espera y veras!, ¡eres patético, inútil, tan débil!, ¡nunca hiciste nada bien, no complaciste a mamá de ninguna forma y te acobardaste toda la vida como una niñita!...
Siguió gritando, Hyunjin se contuvo para no quejarse del alivio al sentir sus muñecas liberarse, moviendo ligeramente en círculos prosiguió a sentir un objeto colocarse en sus manos.
Soltando un último respiro observó por última vez el rostro de su hermana de cerca.
Y mandando el brazo hacia atrás incrustó con todas sus fuerzas el cuchillo contra el abdomen de la alfa, cortesía del guardia detrás suyo.
No parpadeó, prestó atención a la voz de Yeji morir en su garganta, sus labios se separaron ligeramente mientras Hyunjin movía la cuchilla más adentro, hasta verla abrir más la boca y jadear sin aliento, sin voz. Los guardias cerca de Jeongin se movieron intentando ver por encima de Yeji pero parecían aún no captar lo que ocurría.
Los ojos de su hermana bajaron hasta su estómago y comenzó a temblar, sus manos cayeron sobre las del alfa pero por más que intentó no pudo apartar el agarre en el mango. Hyunjin tragó duro el nudo en su garganta, no cambió ni un poco su expresión inmutable mientras volvía a encontrarse con los ojos de su hermana.
La sangre comenzó a manchar su abrigo celeste pastel, delgado y poco protector. Y sin embargo Yeji no soltó ni un solo quejido mientras aún lo miraba con sorpresa.
Con lentitud Hyunjin subió su mano hasta el rostro de la alfa, su pulgar acaricio la mejilla pálida y caliente mientras extendía una pequeña sonrisa por sus labios.
- ¿Sabes?, yo pude haberte perdonado todo lo que acabas de decir- susurró de forma tranquila-. Si me hubieras acuchillado mil veces por la espalda te hubiera concedido mi perdón una vez más, si me hubieras gritado patético y desagradable más de lo necesario de igual manera lo dejaría pasar, por que no me importa. Incluso si hubieras clavado tú el cuchillo en mi estómago, si hubieras acertado con el coche y me hubieras arrollado a mí...yo te hubiera perdonado, hermanita.
Hyunjin eliminó con cuidado la lágrima que se deslizó por la piel de la contraria, y mientras lo hacía comenzó a girar lentamente el cuchillo, abriendo más la herida, escuchando un quejido oxidado y roto provenir de la garganta de la peli naranja.
- Te hubiera perdonado incluso desde el infierno si me hubieras matado- retirando el cuchillo lentamente volvió a dar un empujón con fuerza hasta sacarle un gemido ahogado del dolor, y los guardias detrás comenzaron a acercarse pero a Hyunjin no le importó.
Inclinándose más cerca de su hermana sus ojos cambiaron, a unos duros, sin compasión, con odio y rencor.
- Pero incluso así decidiste ser estúpida, por que no recordaste mi regla más importante, Yeji. Este alfa patético e inútil no tolera que vayan contra sus reglas...y tú lo hiciste, tocaste a mi omega, lo único que no tenias que hacer para seguir con vida, sin embargo no te importó. Era la única regla.
Negó lentamente con fingida desaprobación.
- Por eso, debes morir, todos lo que tocan lo que es mío lo hacen. Entonces...no vemos pronto, tranquila por que esta vez podrás alcanzarme en algo, y es que lo dos arderemos juntos en el infierno, tal vez mamá se sienta orgullosa de ti.
Dejando ir su mejilla Hyunjin volvió a retirar el cuchillo mientras veía las lágrimas seguir cayendo y la vida irse de los ojos de su hermana. Sus ojos se apagaron mientras retrocedía varios pasos.
Y antes de finalmente irse Hyunjin la volvió a atajar, y volvió a clavar su carne otra vez, y otra. Y en la última la abrazo contra su pecho, dejando que se desvanezca lentamente sobre él mientras veía a los guardias correr hacia ellos listos para atacar.
Nunca llegaron hasta él. Minho apareció enfrente suyo y en un parpadeó su puño se estrelló con fuerza contra uno de los guardias mandándolo al suelo y lejos. Él otro ni siquiera pudo respirar antes de que el alfa lo tome de la cabeza y levantando su rodilla lo golpeó con fuerza contra su frente y luego lo arrojó contra el beta ya inconsciente en el suelo.
Lentamente Hyunjin dejó caer el cuerpo de Yeji al suelo, la observó una última vez, con los ojos cerrados y vacías lágrimas corriendo por su piel.
Volteando hacia los guardias detrás suyo los encontró paralizados, con el cuerpo tembloroso y los ojos bien abiertos.
- ¿Alguna arma?- preguntó relajado.
Apenas uno fue capaz de reaccionar, moviéndose con una rapidez alarmarte y retirando un arma de su pantalón y extendiéndole con una reverencia.
Tomándolo entre sus manos se aseguró de que esté cargada y se acercó a Minho extendiéndole el objeto. No tardo en tomarlo, y dándose una breve mirada recibió un asentimiento mientras sus dedos dejaban caer una llave sobre la palma de su mano.
Dejándolo atrás se apresuró de una vez hasta Jeongin, no había tiempo, ni siquiera estaban seguros de en que momento volvería Riki y sus hombres ni cuanto tardía curarse la maldita oreja.
Cayendo frente a su ángel levantó su cabeza alarmado. La sangre ya se encontraba seca en sus mentón pero al bajar en su abdomen seguía igual cayendo en mucha cantidad. Temblando Hyunjin se volteó hacia los guardias detrás suyo.
- ¡La navaja rápido!- el mismo guardia reaccionó y corrió hasta él acercándole lo pedido.
Hyunjin hizo la tarea rápida, corto una manga limpia del omega y lo rompió lo más largo posible, haciendo lo mismo con la otra manga, ató una manga en un ovillo y luego con los dedos temblorosos y helados retiro el cuchillo del abdomen del omega. Su corazón latió con fuerza cuando un quejido provino de Jeongin mientras él se apresuraba en atar el ovillo blanco contra la herida con la máxima fuerza.
Cuando un sollozo escapó de los labios del omega y lo empujó intentando alejarse Hyunjin se aferró a él.
- Ángel, bonito soy yo, soy yo- repitió con toda la calma posible, y segundos después sus ojos humedecidos se abrieron encontrándolo de cerca.
Simplemente una pequeña sonrisa se extendió por sus labios antes de volver a cerrar los ojos y dejar caer la frente contra su hombros.
Hyunjin nunca había temblando tanto en su vida como en ese momento. Volteando con toda la rapidez sostuvo los brazos del omega alrededor de su cuerpo y con la ayuda de Minho se colocó de pie en tembaleos llevando consigo a su ángel. Sosteniéndolo de los muslos ambos se aseguraron que su cabeza esté apoyada en su hombro para finalmente comenzar a movilizarse.
- ¿Qué hay en esa puerta?- Hyunjin se dirigió a los dos quienes parecían perdidos y nerviosos.
- E-es un pasillo que lleva detrás del edificio, sin embargo varios compañeros están afuera resguardando por las dudas.
- ¿Puedes saber si Riki esta ahí?- el guardia negó.
- El jefe está en alguna habitación del edificio curando su herida, es lo que puedo deducir, no creo que vaya ahí si no es por emergencia- Hyunjin asintió.
- Bien, entonces vamos- el guardia pareció sorprendido.
- N-no sobrevivirá ni un minuto, son muchos- Hyunjin gruñó impaciente haciéndolos exaltar.
- Pónganse detrás de Minho y ayuden o les partiré el culo antes de irme.
No faltó más, ambos siguieron a Minho como chicle pegados a su espalda. Hyunjin fue último, iba con el sudor resbalando su piel, por momentos todo le daba vueltas, y creía que iba a caer junto a Jeongin y arruinarlo todo. Ya había dado por hecho que prestar atención a sus heridas no ayudarían mucho, probablemente estaba por perder una pierna pero Hyunjin no le prestaría atención ahora.
Solo debía salir de ahí, solo necesitaba poner seguro a Jeongin y todo estaría bien.
El pasillo si que era extenso, a los costados había infinitas puertas pero todos iban sellados con madera, quien sabía que había dentro. Corriendo detrás de los demás guardias hizo saltar el cuerpo de Jeongin para asegurarlo encima suyo hasta finalmente llegar al final de la penumbra donde la única puerta en el centro dejaba escapar grandes rayos de luz por los bordes.
Minho fue quien se inclinó para ver por el espacio del cerrojo. Y segundos después se volteó estirándose para mirarlo frente a los dos betas.
- Están rodeando todos una fogata, son unos 20, ¿qué hacemos?- Hyunjin hizo maquinar su mente.
Estaba siendo difícil mientras más sangre perdía.
- ¿Hay algún equipo de explosivos aquí?- Hyunjin volvió a dirigirse hacia los guardias.
- S-sí, en las camionetas, hay granadas artudidoras.
- Perfecto, sal, haz conversación y consiguelo, tienes dos minutos- el guardia pareció desorientado y muy aterrado.
- ¿Q-qué?- Hyunjin no tenía la paciencia en ese momento.
- Ahora- el beta no tuvo opción.
Se giro y salió con pasos absurdamente sospechosos y patéticos mientras ellos se pegaban a la pared evitando ser vistos. Cuando la puerta se cerró fue Minho quien de nuevo se inclinó a mirar el panorama mientras Hyunjin se encargaba de intentar percibir algo fuera de lugar con la herida de Jeongin. Y también vigilando el final del pasillo metros suyos a que se abra y que finalmente estén en problemas.
Pasaron casi tres minutos donde sudor frío le recorrió a Hyunjin antes de escuchar a Minho.
- Lo consiguió, esta viniendo- Hyunjin volvió a ajustar a Jeongin encima suyo y por un momento cerró los ojos suplicando a cualquier ente de la suerte que todo salga bien, casi imposible pero debía intentar-. Matemos a todos antes de que pase el efecto o habrá cabo suelto.
Finalmente Minho se alejó de la puerta y tomando el pomo paso dos segundos cuando en un ligero barullo se hizo escuchar y lo siguiente fue una explosión. Minho abrió la oferta al instante y los tres comenzaron a disparar a los guardias que a Hyunjin le supo que eran más de 20, todos lloriqueaban sosteniendo su cabeza e intentado correr pero terminaban cayendo al suelo.
Hyunjin dejó escapar vaho cayendo en cuenta del frío, de tanta adrenalina y emociones ni siquiera había sentido el invierno aún presente. Ignorando cualquier cosa que no sea de ayuda se apresuró a los autos a metros de la fogata, pasando sobre los cuerpos inertes y alejándose de los que aún seguían vivos.
Chocando contra uno de los miles se apresuró a meter a Jeongin dentro cuando el guardia le abrió la puerta. Cayendo frente al asiento extendió el cuerpo del omega encima y soltó aire tembloroso, su corazón latió desbocado, bombeando sangre como nunca mientras sentía que podía volar en una nuve.
Lo estaban consiguiendo...en serio lo estaban.
- H-hyung...- Hyunjin sintió su corazón acelerarse al escuchar al omega.
Dejando descansar su mano sobre su mejilla ignoró cualquier otra cosa que ocurría a su alrededor. Simplemente se enfocó en Jeongin intentando abrir los ojos y abrazando su abdomen con desasosiego.
- Esta bien, ángel. Esta bien, estamos bien- repitió, una y otra vez en susurros mientras se encontraba con aquellos ojos brillantes y volvía a recibir una ligera sonrisa de alivio.
Y eso por algún motivo le hizo acordar a Changbin, aquella situación en ese mismo momento lo destrozó al sentir la mano del omega caer sobre su rostro débil, y luego acariciar su mejilla sin fuerza, pero tierno, lento y suave. Y sus ojos se humedecieron cuando una pequeña lagrima se deslizó por la mejilla del menor.
- Lo hicimos- fue un susurró débil, pero Hyunjin lo entendió.
Escuchó a Minho subir en el asiento piloto pero no pudo prestar mucha atención.
Tragando el nudo doloroso Hyunjin abrió la boca intentando decir algo, su piel se calentó de forma alarmante por la fuerza que hacia para no quebrarse. Observando como Jeongin intentaba mantener los ojos abiertos pero incluso así su mano cayó en el asiento sin fuerza.
- P-por favor, ángel...- suplicó, no sabía muy bien que, pero ver a Jeongin lentamente comenzar a perder la fuerza le dio la necesidad.
- E-estoy...estoy bien, no tiene por que llorar- Hyunjin apenas notó las lágrimas resbalar por sus mejillas, el auto se puso en marcha y en tanto artudimiento logró escuchar más disparos.
Finalmente Hyunjin sollozo y apoyó la frente contra el omega, moviendo tembloroso el pulgar sobre su mejilla. Llorando más fuerte cuando Jeongin dejó caer su mano sobre el suyo y le dio un ligero apretón, su corazón se encogió doloroso cuando Jeongin finalmente soltó un último suspiro.
- L-lo siento, lo siento tanto, ángel...p-por favor, perdóname.
Jeongin cerró los ojos y sintió su corazón doler, mientras perdía la consciencia su corazón no pudo hacer más que doler al escuchar a Hyunjin, al escucharlo pedirle perdón a gritos y sentir sus lágrimas mojar su rostro mientras la sangre seguía escapando de su cuerpo y el mundo comenzaba a darle vueltas y se volvía silencioso.
- ¿Por qué lo siente?. Estoy feliz por que lo hicimos juntos, hasta el final fuimos hyung y yo.
Hyunjin no pudo dejar de pedir perdón, y se convirtieron en gritos cuando la mano del omega se deslizó lejos de su agarre y sus ojos finalmente se cerraron. Y lo que fueron gritos se ahogaron en un estruendo detrás suyo.
Volteando se permitió ver por última vez la realidad, observó con la última lágrima recorriendo su mejilla a Minho voltear con toda las fuerzas el auto hacia un lado, por un momento logró divisar el vidrio frontal roto y el espacio pequeño de una bala en el centro.
Y mientras el auto se estrellaba contra algún muro, Hyunjin vio la sangre resbalar por el brazo de su mejor amigo, y luego de un dolor asfixiante en su corazón.
Finalmente, todo se volvió negro.
Omagaa, lo habrán sentido re largo AIFKFK, 13k palabras chica.
Finalmente, perdón por mi error de ayer de haber publicado el capitulo por error aaa:)</3.
Los tkm, no lloren tanto, la vida sigue, tomen awita y a dormir AJDJDJ 💗
(Y tranquilas que ya se acaba el sufrimiento) :P
Bạn đang đọc truyện trên: Truyen247.Pro