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Unas horas después del momento vergonzoso con aquel alfa Jeongin se encontraba comiendo de nuevo de su pote de ramén, cómo el día anterior su padre no se encontraba en la casa por lo que podía pensar con tranquilidad y claridad.
- ¿Qué quiso decir con eso?- cómo quinta vez Jeongin llevo sus palillos hacia su nariz en vez de su boca logrando ensuciarse con salsa.
Quejándose volvió a pasar la servilleta limpiándose mientras se regañaba mentalmente por andar distraído, pero es que, Jeongin realmente no se quitaba de la cabeza a aquel alfa, su aroma la cuál se encontraba impregnado en él lograba hacerlo suspirar a cada segundo mientras un sentimiento cálido lo envolvía, repitiendo una y otra vez aquellas palabras que lo hacían sonrojarse como un tonto, "te quiero para mí, Yang Jeongin", un nuevo chillido emocionado escapó de sus labios mientras jugaba con su comida.
No podía estar así por un simple encuentro, debía controlar las hormonas.
Mordiendo su labio inferior termino de sus fideos y botando el envase a la basura tomo un poco de agua y se dirigió al baño a cepillar sus dientes, apresurado tomo su mochila donde traía el chaleco la cual usaba como uniforme en el supermercado y salió de su casa solo con las llaves, ya que Jeongin no tenía ningún aparato móvil, por que él creía que no lo necesitaba y entonces se ahorraba meses de trabajo para poder comprarlo.
Con su omega contento al portar el aroma de aquel alfa y una sonrisa en el rostro Jeongin ingresó al local para realizar su trabajo.
- ¿Hola?, disculpe, ¿podría ayudarme con los perfumes?- Jeongin dejó los paquetes de galletas en su respectivo lugar y ofreciendo una amable sonrisa a la cliente se propuso a guiarla.
- Son estos todos los perfumes, perfumes para cambiar el aroma y también perfumes para betas, es especial para llevar un aroma natural si así lo desea- sonriendo dio una reverencia a la omega quien agarraba los perfumes interesada y girando estuvo dispuesto a alejarse cuando su voz lo detuvo de nuevo.
- ¿Podría ayudarme?, desearía cargar con un aroma igual a la que traes, como la de un alfa- girando Jeongin parpadeo con expresión dudosa.
- ¿Cómo mi aroma?- la chica río observando los envases de perfumes.
- No cariño, es obvio que no es tu aroma, el aroma de alfa que traes, ¿es tu alfa?, muchos omegas morirían por llevar un aroma tan caliente y aterrador como el tuyo, ¿podrías recomendarme uno parecido?, ya sabes, para ahuyentar a los alfas idiotas- alejando el calor de sus mejillas Jeongin asintió lentamente, aquella omega supuso que el aroma era de su alfa y él no quería corregirlo.
- S-si...- carraspeando buscó entre el estante los aromas más fuertes y naturales, algo receloso se aseguró de buscar lo más ajeno al aroma de Hyunjin y tomo el perfume con aroma a café y canela, mientras el aroma de Hyunjin era chocolate amargo y menta- Este podría ayudar, el café es perfecto para un alfa territorial- la omega sonrió en grande y asintiendo tomó el perfume.
- Te lo agradezco, me llevaré esta- con una reverencia Jeongin regreso a sus deberes, entendiendo en ese momento el por qué todo los alfas de aquel lugar estaban huyendo de él, el alfa Hwang era realmente imponente para hacer presencia incluso con su aroma.
Luego de seis extensas horas, siendo las ocho de la noche Jeongin pudo finalizar su trabajo sin complicaciones, acomodando su mochila en su hombro se aseguró de mantenerse firme con aquel aroma que aunque le encantaba, se desvanecerá esa misma noche al lavar sus prendas.
Tal como el instituto, el supermercado solo quedaba a cuadras de su hogar, en el camino Jeongin se debatía si debía llevar algo para comer, ya que su padre quien no aparecía desde hace dos días, de seguro se encontraría ahí ese día para poder digerir algo. Así que sin opciones volvió a comprar un envase de ramén con el poco efectivo que cargaba, no era broma cuando el omega decía que aquellos preciados fideos eran su pan de cada día, y al igual que su rutina, también le estaba cansando.
En silencio y con cautela entro a su hogar, viendo que efectivamente las luces se encontraban encendidas, y el sonido del televisor en la habitación de su padre se escuchaba con fuerza, colocándose sus pantuflas soltó un suspiro mientras se dirigía a la cocina, metiendo los fideos en el microondas se dirigió algo nervioso a la habitación de su padre, dando suaves toques lo abrió un poco y metió su cabeza dejando solo ver sus ojos.
Y aunque lo intento, no pudo corresponder la gran sonrisa de su padre.
- Hola padre- tragando ingreso a la habitación cuando el alfa abrió en grande los brazos para que vaya a saludarlo.
- Ya volvió el bebé de la casa- el único, ironizó Jeongin en su mente y tembloroso se sentó en la cama al lado de su padre y dejó que este lo apretuje contra su cuerpo.
Y Jeongin deseo no haberlo hecho.
Cuando Jinho escondió su rostro en su cuello como normalmente hacía para buscar su aroma supo que notó el obvio aroma de alfa, su cuerpo tembló cuando las manos de su padre tomaron sus brazos con fuerza y lo apartó de él con brusquedad, sus ojos bien abiertos del terror se encontraron con la mirada furiosa y analítica de su padre.
- ¿P-papá?...-
- ¿Por qué traes el aroma de un alfa?, ¿estás viendo a otro?, no debes Jeongin- su omega lloriqueo aterrado cuando las manos de su padre hicieron más fuerza en sus brazos y el aroma amargo de la furia lleno la habitación, sus ojos cristalizados por el dolor y el miedo.
- ¿Q-qué está diciendo?, n-no debería...-
- No vuelvas con otro aroma, a papá no le gusta, bebé- Jeongin sintió asco, no debería reaccionar así, no debería llamarlo con ese apodo- Ve a bañarte, ahora, quema esa ropa- el cuerpo tenso de su padre comenzó a ponerlo ansioso.
- ¿P-por qué reaccionas así?.
- ¡Obedece ahora!- gimiendo del miedo y el dolor Jeongin sintió su cuerpo temblar cuando la mano de su padre se estampó contra su mejilla.
Y como un trapo sucio lo tomo de la muñeca arrastrándolo fuera de la habitación hasta el cuarto de baño, y con fuerza lo arrojó en la ducha, comenzó a sollozar cuando sin importar la temperatura Jinho prendió el grifo y el agua helada lo hizo encogerse disgustado.
- ¡N-no por favor!- pero su padre lo ignoró, comenzando a restregar con fuerza el jabón por sus brazos y ropa, arañando de paso su piel, las gotas de sangre no tardaron en deslizarse con el agua, Jeongin no hacía más que sollozar con terror, no entendía que ocurría, no entendía a su padre, aunque muy en el fondo, no estaba sorprendido por lo que Jinho hacía, ya tenía en mente desde hace mucho que la actitud de su padre hacia él no era normal- d-duele alfa, p-por favor deja de l-lastimarme.
Las súplicas no funcionaron.
Y unos treinta minutos después el omega se abrazaba con fuerza tratando de aliviar el frío que mantenía helado su cuerpo, soltando bajos sollozos al sentir su piel arder y su cuerpo temblar con fuerza, inútilmente se enredó con las grandes frazadas y cerró los ojos sintiéndonos húmedos y arder de tanto llanto, dejando escapar aire tembloroso se dispuso a alejar las imágenes aterradoras de su padre y en cambio pensó en aquel alfa, deseando tanto volver a percibir su aroma y no solo tener aquel feo recuerdo.
+
Jeongin dio una reverencia a la maestra y la observó salir de la oficina con las copias que había solicitado, con un suspiro volvió a sacudir su abrigo en un intento que el aire alivie el dolor, teniendo solo un abrigo con mangas largas la cual llevaba mucho algodón, no era fácil aguantar el ardor de sus brazos y muñecas al sentir calor. Aquella mañana al despertar, la presencia de su padre había desaparecido, por lo que con mucha dedicación maquilló su mejilla derecha la cuál se encontraba algo inflamada y roja, y paso un poco de alcohol en las heridas de sus brazos, había tirado también la ropa que fue arrancada y rasgada de su cuerpo sin opciones.
Con un suspiro triste y un puchero Jeongin observo por la ventana de su oficina, sus dientes estirando de su labio inferior pensativo, preguntándose si aquel alfa iba a buscarlo después de haber huido de él, por que tal vez él, esperaba verlo pasar por las rejas del instituto, y no entendía por qué, si no lo conocía y tampoco creía que un alfa tan superior se interese en un omega común cómo él.
Aunque mentía si decía que las palabras de Hwang Hyunjin no lo ilusionaron, ¿lo había visto antes?, Jeongin juraba que aquel alfa había entrado al instituto solo para poder verlo a él, ya que escondido en su oficina lo vio arrancar en su coche sin mirar atrás.
- Jeonginnie, ¿estás bien?- girando Jeongin se encontró con la directora Moon, le ofreció una pequeña sonrisa mientras asentía.
- Buenos días directora Moon, estoy bien- la mujer lo observo desconfiada pero terminó por ofrecerle una pequeña sonrisa.
- Venía a informarte que en la última hora habrá reunión de maestros, por lo que tendrás que inspeccionar las aulas para vigilar a los alumnos.
- No hay problema, me encargaré de eso- la directora sonrió agradecida.
- Por cierto, mañana no se abrirá el instituto, puede quedarse en casa a descansar joven- asintiendo Jeongin le ofreció una reverencia como despedida observándola salir de la habitación.
Tomando asiento Jeongin comenzó a ordenar las actividades en la agenda del instituto algo confundido, era raro que un viernes no se abriera el instituto, pero prefirió olvidar el tema para así pensar en cómo sobreviviría una mañana con la ansiedad de que su padre podría encontrarse en la casa.
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Viernes en la noche Jeongin regresaba a su hogar luego de un tranquilo horario de trabajo en el mini supermercado, en la mañana para su suerte no apareció su padre, al menos hasta ese momento.
- B-buenas noches- ofreciéndole una gran reverencia a su padre Jeongin observo el suelo fijamente mientras sus manos se aferraban a las cuerdas de su mochila.
- Bebé, ya estás aquí- y el nudo en su garganta logró hacer que Jeongin quiera devolver todo aquel café que bebió horas antes- quería disculparme por mi comportamiento el otro día hijo, sabes que soy muy sobreprotector.
Jeongin solo asintió frenéticamente, no quería refutar, tenía miedo de las consecuencias, por que aquella excusa de sobreprotección no le convencía para nada.
- Gracias hijo, ¿quieres comer algo?.
- N-no...no traje nada.
- Oh- Jeongin se tensó cal escuchar los pasos de su padre acercarse a él, le costó tragar el nudo en su garganta cuando lo tomo en los brazos y dolió cuando presionó en el mismo lugar en que lo lastimó días antes- no te preocupes hijo, iré a comprar algo.
- S-si- no se atrevió a alzar la mirada, solo deseaba que se vaya.
- Por cierto hijo, compre muchos regalos, están en tu habitación- por favor no de nuevo, Jeongin tembló mientras sentía sus ojos humedecerse y a su omega lloriquear temeroso- y recuerda bebé, no vuelvas a acercarte a otro alfa, jamás- y con eso se retiró, dejando que por fin el omega caiga al suelo con lágrimas empapando sus mejillas.
De pronto, todo se estaba saliendo de control.
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Hyunjin observaba aburrido al beta frente suyo, agachándose apoyó su codo en su pierna para así atajar su rostro y escuchar con más atención sus súplicas.
- ¿Que dijiste?, lo siento pero no logré escucharte- se inclinó un poco fingiendo prestarle atención.
Escuchando sus espasmos y los quejidos de dolor evito arrugar la nariz por el olor a sangre, asqueroso, su entrecejo se frunció cuando comenzó a sollozar.
- S-solo...s-solo quiero que p-perdone mi vida- rodando los ojos Hyunjin volvió a levantarse y extendiendo su mano espero a que Minho le extienda su arma.
Pasando su pañuelo por el caño se alejó varios pasos.
- Lo siento, no lo escuche de nuevo y el tiempo se ha acabado- y apuntando ignoro sus gritos de suplica apretando el gatillo, gruñó molesto cuando la sangre logró salpicarlo incluso si se alejó para evitarlo- que limpien todo esto rápido.
Rodeando los cuerpos inertes comenzó a caminar por los pasillos listo para salir de aquel instituto cuanto antes.
- Hueles a mierda- soltó un gruñido hacia Changbin apenas entró a la camioneta.
- Gracias florecita- esta vez él sonrió burlón mientras escuchaba a Seo maldecirle, y es que llevar un abrigo con estampados de flores no le favorecía en ese momento.
- No jodas mierda, la chillona de tu hermana me ordenó a usarla- Hyunjin se encogió de hombros mientras apoyaba su cabeza en el respaldar del asiento- la señora Hwang quiere verte.
- Dile que se vaya al infierno- Changbin soltó una risa seca mientras prendía su cigarrillo, acercándolo a sus labios le dio una profunda calada para dejar salir el humo por la nariz.
- Te partirá el maldito culo si le mando ese mensaje.
- Díselo igual- cerrando los ojos Hyunjin escucho a Minho subir en el asiento copiloto- y apaga esa mierda Changbin.
Rodando los ojos Changbin dio una última calada a su nuevo cigarrillo y presionó con sus dedos para apagarla y así arrojarlo por la ventana.
- Vámonos- asintiendo a la orden el chófer comenzó a conducir.
Hyunjin bajo de la camioneta apenas este se debutó, entrando a su mansión sacudió sus zapatos solo para así evitar la mirada de enojo de su abuela.
- Volví.
- No me había dado cuenta, gracias- con una sonrisa divertida Hyunjin se inclino para dejar un beso en la cabeza de la mayor.
- Tengo hambre Sook.
- Que bueno, hay muchas verduras, cocínate algo rico- el alfa no tardó en quejarse mientras seguía a la beta, Kim Haesook tenía años trabajando en la mansión Hwang, actualmente teniendo sesenta años para Hyunjin ya era considerada familia, es por eso que decirle abuela de vez en cuando ya no es raro para ninguno.
- Vengo cansado Soso- bufando se apoyó en el marco de la puerta una vez la beta entró al salón, Haesook comenzó a sacudir los muebles indiferente.
- Para andar disparando a lo tonto no estás cansado- Hyunjin suspiro y alzo sus manos en forma de rendición.
- Bien bien, me prepararé algo yo solo- girando se encaminó tranquilo hasta el comedor y atravesándolo llego a la cocina.
Minutos después Hyunjin observaba concentrado aquellos tomates y naranjas, no sabía si realmente estaría bien cortar los dos y arrojarlos al fuego, aunque pensándolo mejor, tendría que conseguir una olla primero.
- ¿Necesita ayuda, joven Hwang?- girando hacia la joven cocinera evito hacer una mueca, era por esa omega que no buscaba ayuda, ya iba tiempo de que se arrepentía de contratarla, por que si bien era muy buena cocinando, sus muy insistentes coqueteos le jodian mucho.
Y no ayudaba el hecho de que ya iban tres veces en que aquella omega entraba en celo estando cerca suyo.
- Si, ¿puedes prepararme algo rápido?- con una sonrisa radiante Yuna asintió.
- No se preocupe, le prepararé algo muy...-
- Ve a limar tus uñas o algo, yo me encargo- Hyunjin evitó reír a la expresión ofendida de la omega mientras Sook se acercaba al frigorífico.
Con una reverencia la rubia se retiró con grandes zancadas, el alfa se impulsó en la mesada terminando por sentarse encima y observo atentamente a la mayor sacar toda clase de verduras y arrojarlas a la pileta.
- Abuela- la mujer soltó un sonido afirmando que lo escuchaba- hay un omega, que me gusta.
Hyunjin parpadeo cuando la beta dejo su labor y giro sorprendida, con pasos rápidos se acercó a la ventana que dejaba la vista al patio y abriéndolo observo el cielo.
- Si, creo que lloverá, esto es un milagro.
Rodando los ojos por su dramatismo Hyunjin terminó riendo, tal vez se parecían un poquito.
- Sook es enserio.
- Yo también lo digo, el cielo está nublado- la mayor volvió a su tarea comenzando a lavar las verduras y córtalas con total profesionalidad- Cuéntame, ¿cuál es su nombre?.
Con un suspiro Hyunjin se recargo en la pared.
- Yang Jeongin, sabes que si algo me interesa me encargo de averiguarlo todo, tiene veinte años y trabaja en un instituto en la zona de Hongdae- Sook escuchaba atenta mientras prendía la estufa- es un ángel, abuela.
Girando hacia el menor la beta suspiró al ver su aura soñadora, claro, muchos creían que Hwang Hyunjin era un asesino y mafioso sin remedio, pero los cercanos a él sabían la verdad, y al verdadero Hyunjin le gustaba los dramas y hacer berrinches, los postres y los perritos, dormía con camisetas grandes y sin pantalones.
- Hyunjin, me alegro escuchar que estás viendo hacia el lado amoroso, pero quiero que recuerdes quién eres- la sonrisa de Hyunjin lentamente se borró hasta quedar en una mueca de amargura- me dices que llamo tu atención y que te parece un ángel, la gente de afuera creen que tú eres un demonio, ¿sabes cuántos querrán corromperlo con tal de que vivas un infierno?, ese omega no conoce lo que hay detrás de tu apariencia, así que quiero que actúes con la verdad.
- Pero él no será capaz Sook.
- ¿Capaz de qué?.
- De amar todos mis demonios.
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Jeongin soltaba suaves tarareos, estando más aliviado cuando el llanto de la pequeña infante en la camilla cesó, la enfermera no se encontraba en ese momento por lo que el omega no dudó en ser él en ayudar a la tierna niña quien llegó con lágrimas en los ojos y una herida en la rodilla a su oficina.
- ¿D-dolerá?- la niña quien se llamaba Eunha hizo un pequeño puchero, negando Jeongin limpio cariñosamente sus mejillas eliminando las lágrimas.
- No cariño, apenas lo sentirás- inevitablemente Jeongin comenzó a soltar de su aroma para calmar a la pequeña mientras lentamente pasaba el algodón con alcohol por la pequeña herida, el llanto paró en segundos mientras arrojaba lo utilizado en la basura.
Apenas subió la mirada se encontró con los brillantes ojos de la infante quien la miraba sonriente.
- ¿E-es usted un ángel, oppa?- una suave risa brotó de los labios del omega mientras tomaba una tirita con estampados de ositos.
- Uhm no lo soy, pero yo creo que tú sí lo eres, un ángel muy valiente- y con cuidado termino de colocar la tirita en la herida satisfecho.
- ¡Mi mami también me lo dice!, debe ser cierto- la pequeña asintió convencida mientras Jeongin la ayudaba a bajar sonriendo enternecido.
- Y también debes saber que las niñas valientes siempre son recompensadas- Jeongin tomó una paleta de aquel envase que descansaba en el escritorio y con una suave sonrisa se la extendió a Eunha- toma princesa, y ten más cuidado, ¿está bien?.
- ¡Si oppa!- riendo agito la mano y salió contenta de la habitación.
Con un suspiro más tranquilo Jeongin termino de acomodar lo utilizado y salió de la enfermería, era martes, grandes y esponjosas nubes escondían el sol de aquella mañana y una suave brisa se podía sentir, Jeongin suspiro acomodando su camiseta, su padre volvió a comprar muchas camisetas ajustadas y transparentes olvidando su falta de abrigos y sudaderas, por lo que su piel se encontraba ligeramente fría.
Mordiendo su labio inferior acomodó su cabello azabache mientras se dirigía a su oficina, esperaba que haya una buena pila de informes que fotocopiar para así tener su mente ocupada.
Sin embargo al entrar y recibir un inconfundible aroma, supo que algo mucho mejor lo esperaba.
Su corazón se removió cómo nunca al observar a Hwang Hyunjin apoyado a un lado del ventanal con los brazos cruzados, llevaba una sudadera gris con la capucha puesta haciéndolo ver tan hermoso junto a unos jeans negros y zapatos del mismo color, su cabello tan negro como la noche estaba liso consiguiendo que se vea tierno a la perspectiva de Jeongin.
Y cuando sus ojos se encontraron Jeongin tuvo un debate mental, claro que quería cerrar la puerta detrás suyo y saber la razón de su presencia en su oficina, tal vez podría ser que se equivocó de habitación lo que lo dejaría desilusionado, pero podía arriesgarse, sin embargo sentía que si cerraba aquella puerta era lo mismo que firmar su propia sentencia.
- Te estaba esperando, omega- claro que podía arriesgarse.
Cerrando la puerta detrás suyo sintió sus mejillas arder mientras daba varios pasos hacia su escritorio, remojando sus labios no pudo evitar querer sonreír al notar los ojos del alfa seguir el camino de su lengua y luego quedarse viendo sus labios.
- H-hola, ¿a mí?- Hyunjin se alejó de la pared y se acercó varios pasos al menor, consiguiendo que al instante el omega se encoja en su lugar mientras bajaba la mirada tímidamente.
El aroma tan atractivo e imponente del alfa casi lo hizo ronronear, pero se contuvo.
- Mhm...- divertido por sus reacciones Hyunjin se detuvo frente al omega, sus ojos paseando por todo su cuerpo, claro, no le es difícil admitir que el atractivo físico era una de sus cosas favoritas de aquel omega que apenas conoce, pero ya se estaba cuestionando la falta de prenda que tape su linda piel- el otro día te dije lo que deseo, ángel, ¿aún te sorprendes?.
Algo desorientado Jeongin trago el nudo de emociones en su estómago y subió la mirada, gran error, su corazón dejó de latir por un segundo al encontrar al alfa tan cerca suyo, teniendo que alzar un poco la cabeza ya que este le superaba por altura Jeongin noto lo apetitoso que eran sus gruesos labios y lo perfecto de sus fracciones.
- N-no entiendo, uhm no lo conozco- sin aguantarse Hyunjin alzo una mano hasta posarla en el pecho del menor, Jeongin tuvo que morder su labio inferior para aguantar un jadeo de sorpresa, bajando su mirada avergonzado mientras los dedos del más alto se deslizaban por sus hombros, el tacto quemando placenteramente en cada lugar que tocaba.
- No, no me conoces ángel- Jeongin no pudo cuestionarse nada, no pudo contestar que él tampoco lo conoce, solo pudiendo temblar cuando los largos dedos de Hyunjin delinearon su clavícula mientras comenzaba a rodear su cuerpo- y no creo que quieras hacerlo.
Y sin poder evitarlo un jadeo vergonzoso escapó de los labios del omega cuando el alfa se pegó totalmente a su espalda, sintiendo el bulto de sus pantalones contra su trasero y el aliento cálido contra su nuca.
- ¿P-por qué no querría?- cuando por fin encontró su voz Jeongin se atrevió a preguntar, sus ojos observaron hipnotizados el movimiento de los dedos de Hyunjin en su cuerpo, pasando por su cintura y deteniéndose ahí, de nuevo causándole temblores al sentir al alfa frotar su nariz contra su nuca.
- Huirás de mí- Hyunjin abrió los ojos la cuál las había cerrado estando tan absorto en el aroma del omega, notando a Jeongin girar su alfa no hizo más que ronronear satisfecho al encontrarse con sus ojos tímidos.
- ¿Por qué lo haría?.
- Lo hiciste la otra vez cuando llevaba un arma conmigo- Jeongin apretó los labios avergonzado.
- Sabe que no lo hice por eso- el omega retrocedió tembloroso cuando Hyunjin se acercó un paso, repitiendo la acción cuando este no se detuvo.
- ¿Entonces por qué lo hiciste?- tal cual un gatito asustado Jeongin salto al sentir su escritorio detrás suyo impidiendo retroceder otro paso más en aquella estrecha oficina.
- Y-yo necesité controlar a mi o-omega- Hyunjin observo detenidamente el fuerte rubor en el rostro del menor mientras acorralaba su tembloroso cuerpo contra la mesa, sus brazos apoyándose a cada lado de su cuerpo mientras buscaba la mirada del omega, disfrutando como su aroma se mezclaba con el suyo- p-podríamos conocernos.
- Podríamos- Hyunjin frunció el ceño al sentir la piel fría del menor cuando sus manos se deslizaron por sus brazos- pero no me gustaría corromper a un ángel.
- ¿Un ángel?- Jeongin ladeo la cabeza no pudiendo apartar sus ojos del alfa- ¿insinúa ser tan malo?.
- Alguien que tiene mil demonios es el terror en persona Yang Jeongin, yo soy uno de ellos- el omega suspiro casi encantado cuando el aliento del mayor acaricio su rostro estando tan cerca de él, con el corazón emocionado por la cercanía y disfrutando de su tan increíble aroma.
- Entonces, permítame conocer a sus demonios también- Jeongin sintió sus mejillas arder al ver la expresión sorprendida de Hyunjin, sus labios algo entre abiertos y sus ojos con un brillo extraño.
- Terminaras temiendo y huyendo de mí- Jeongin se preguntó quién realmente era Hwang Hyunjin, ¿por qué insistía en ser tan malo?, ¿realmente lo era?.
- Estoy seguro que vale la pena arriesgarse.
Hyunjin remojo sus labios y sonrió de lado.
- Me aceptes o no, ya eres irremediablemente mío, ángel.
N/A: Me han preguntado cómo serán las actualizaciones, realmente no lo sé AKDK, pero planeo que este fic se actualice lo más pronto posible y cada que se me sea posible.
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