"Aparente paz"

Hacía días desde su casamiento, todo transcurría en tranquilidad y sosiego. Tengen compartía las mañanas con su pareja en un silencio profundo que se prolongaba hasta la hora del almuerzo. Al caer la tarde, el alfa partía en silencio para pasar la noche fuera, regresando al amanecer para repetir la rutina.

Zenitsu no tenía motivos para quejarse, la tranquilidad en su nuevo hogar le sentaba bien; el alfa al que estaba ligado no se había acercado de nuevo, lo cual le otorgaba paz. Sin embargo, todo cambió un mes después, cuando las náuseas y la sensibilidad a ciertos olores se apoderaron de él, lo que le generó ansiedad. Para confirmar sus sospechas, tuvo que acudir a la partera del pueblo al que Tengen lo había llevado, quien le reveló la noticia que perturbó su tranquilidad: estaba embarazado, de forma inesperada y visceral.

Tengen sostenía a Suma en sus brazos mientras lloraba desconsoladamente. El olor metálico en la habitación solo les recordaba lo ocurrido horas atrás. Una semana atrás, Tengen había recibido la noticia del embarazo de la beta, lo cual lo llenó de alegría. Sin pensarlo dos veces, se ausentó de la casa que compartía con Zenitsu durante varios días. Fue en la tercera noche con ellas, después de cenar, mientras estaba en la habitación de Makio, disfrutando de un momento íntimo, que Hinatsuru lo llamó a gritos. Al salir de la habitación, Hinatsuru le informó que Suma no estaba bien.

Al entrar en la habitación, la partera lo observó con compasión mientras retiraba las sábanas manchadas de rojo. El llanto desgarrador lo llevó a compartir la tristeza con su amada Beta. Optó por ausentarse el resto del mes, enviando una nota a Zenitsu para informarle que tenía que ir a trabajar a otro pueblo y que no se verían pronto.