"La primera noche"

Advertencia, el siguiente material puede ser delicado y dañino para algunas personas, si te incomoda el tema tocado en este capitulo te invito a pasar de el.

Podía ver a todos divirtiéndose y bebiendo sin reservas. De reojo, observaba a su ahora esposo y tenía que admitir que el chico era atractivo. Desde el color de su cabello, sus ojos, la palidez de su piel, hasta sus movimientos delicados y su dulce aroma; era sin duda un imán para cualquiera en la sala. En otras circunstancias, habría hablado con el omega y quizás lo hubiera cortejado, pero las cosas no eran así. Zenitsu había irrumpido en su vida de una manera poco agradable y poco convencional. Ahora era feliz con Makio, Suma y Hinatsuru. Negó con la cabeza mientras tomaba otro trago de sake. Cuando el alcohol comenzó a surtir efecto, bebió un líquido dulce que dejó una sensación sedosa en sus labios. Perdió la noción de sus acciones a medida que la sensación se extendía por todo su cuerpo. Jadeó al sentir una ola de calor repentino invadir su ser, y perdió el conocimiento cuando todo se volvió oscuro.

No era participe del ruido excesivo, ni de festejar dejándose llevar por la inhibición del alcohol, por eso se mantuvo en silencio mientras los demás festejaban, era consiente de la molestia del hombre a escasos centímetros de el, se resigno a su situación sin una sola queja, todo marchaba en calma para el hasta que una de las sirvientas acerco un liquido de olor y sabor dulce que no pudo evitar beber cuando la mujer mayor le dijo que era de parte de su ahora suegro, el sabor facilito las cosas, pronto tuvo una sensación cálida instalada en el vientre que fue subiendo despacio a su pecho y rostro, jadeo cuando el calor aumento de golpe, una punzada en el vientre lo hizo gimotear así como la sensación conocida de la humedad proporcionada por el lubricante natural emitido por su cuerpo para facilitar una penetración, gimoteo una vez más antes de que todo se volviese oscuro.

Jadeos, mordidas, el olor de ambos combinados era todo lo que había en aquella habitación, la rudeza de las embestidas lo hicieron gimotear adolorido, Tengen lo sostenía con ninguna fragilidad de las muñecas mientras embestía con fuerza gruñendo cada que se deslizaba en el interior cálido de omega, Zenitsu por su parte se limitaba a dejarse hacer, correspondía a cada embestida con un lloriqueo que era socavado con un nuevo gruñido, no puso resistencia alguna cuando el alfa al que ahora estaba unido en matrimonio lo hizo apoyarse sobre sus manos y rodillas, mucho menos cuando lo hizo pegar el pecho al futón y elevar las caderas, aferro las manos a las telas debajo suyo cuando el peliblanco entro con fuerza invadiendo su interior, lloriqueo con fuerza cuando el alfa fue mas profundo, cuando lo tomo del cuello manteniéndolo quieto mientras arremetía contra su adolorida entrada sin ninguna consideración, grito cuando sintió como se corría llenándolo y como lo anudaba, cuando sintió los colmillos del hombre sobre su menudo cuerpo rasgar sobre su glándula de olor dejando su marca de propiedad, dejo de saber de si segundos después.

Cuando Tengen se despertó, el sol ya estaba iluminando la habitación. Se llevó la mano a la cabeza al sentir un pinchazo y, al enfocar la vista, suspiró. Recordó vagamente los eventos de la noche anterior y, molesto, buscó a su esposo, quien ahora era el omega. Al verlo en un rincón de la habitación, estuvo a punto de reclamar. Sus palabras quedaron atascadas en sus labios cuando se dio cuenta de la mancha de sangre sobre las telas del futón y los moretones visibles en el cuerpo a medio vestir del omega, negó no queriendo creer lo que había echo, en ese instante se prometió jamás ponerle una mano encima al rubio, nunca volvería a someterlo a algo de esa magnitud, si bien no estaba de acuerdo con el matrimonio, tampoco estaba de acuerdo en ser de esos alfas que se forzaban sobre su omega.