26
"Lazo"
Se mantenían en un silencio cómodo, Gyutaro acariciaba la cintura desnuda de Zenitsu quien permanecía con la cabeza recostada en su pecho mientras trazaba con la punta de su dedo pequeños círculos sobre la piel tibia de su alfa.
El silencio se rompió cuando Zenitsu se sentó viendo a su ahora pareja.
—Gyu, vámonos de aquí, vamos a otro lugar donde Ume, Hibiki, tu yo seamos felices, donde podamos formar una gran familia— el omega agacho la cabeza cubriendo su rostro al comenzar a sollozar, Gyutaro se apuro en abrazarlo, Zenitsu se aferro al torso de su alfa quien solamente lo consolaba en silencio.
Gyutaro sabía el porqué de esa petición, sabía que estaba relacionada con su marca anterior y por obviedad con el alfa quien la hizo, Zenitsu le había contado sobre su matrimonio arreglado y cómo hasta ese momento había sido infeliz atado a alguien que no lo amaba. Besó con ternura las mejillas de su rubio, recostándolo con cuidado, se colocó sobre el delicado cuerpo del omega a quien amaba dejando varios besos que pararon el llanto para cambiar los sollozos por pequeños gemidos, beso, lamio y dejo marcas de chupetones por toda la tersa piel ofrecida mientras se hundía en el cálido interior que lo recibía gustoso amoldándose a su tamaño y anchura, se movió despacio sacándole al rubio varios gemidos, ronroneo al sentir las manos delicadas de su mate recorrer su espalda, de nuevo la habitación estaba solamente llena de ellos y su manera de amarse.
Se perdieron en el tiempo juntos y la sensación de unirse, en como sus pieles chocaban haciendo que un chispazo se generara de su unión, en un movimiento rápido y osado por parte del omega fue que quedo sobre su alfa, Gyutaro ronroneo gustoso de que Zenitsu tomase el control, vio extasiado como el rubio apoyaba las manos sobre su abdomen subiendo y bajando sobre su erección que era succionada en aquellas paredes húmedas que esperaban recibir de nuevo su nudo y semilla.
Para cuando el clímax llego fue inevitable para el alfa no correrse en abundancia y anudar con necesidad, y es que la imagen divina del rubio alcanzando su propio placer fue incentivo suficiente, mientras esperaba que su nudo bajase Gyutaro se prometió cumplir con la petición de su omega, lo sacaría de ahí, le daría la familia que estaba pidiendo y haría honrar la maravilla de compartir un lazo con su destinado y amor eterno.
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