19
"Nido"
No se cansaba de mirar a su cachorro. Durante tres días, su principal ocupación era alimentar, observar y cuidar a su pequeño. Agradecía la compañía y la ayuda de Gyutaro y Ume, quienes eran su salvación cuando necesitaba descansar o comer. El alfa era quien más se involucraba, dedicando minutos en silencio a observar al cachorro.
Zenitsu, en esos momentos entre su hijo y el alfa, se mantenía en silencio, suspiró algo cansado pensando en qué haría a partir de ese momento. Estaba claro que con Tengen no contaba, que el padre de su hijo tenía otros asuntos, negó con una mueca silenciosa que fue interrumpida cuando Gyutaro acaricio su rente con el dedo en un intento de llamar su atención mientras le daba a su cachorro que parecía buscarlo, ambos se mantuvieron en silencio hasta que el alfa lo rompió en un susurro.
—No se que pasa, que te paso esa noche, pero se ve que es algo que te mantiene molesto, sea lo que sea quiero decirte dos cosas— Zenitsu miro al contrario en silencio mientras tomaba la pequeña mano de su bebe quien dormía plácidamente.
—La primera es que podemos volver a casa, bueno a tu casa, el señor Tanaka ya dio el visto bueno— el rubio hizo de nuevo esa mueca extraña que llevaba haciendo desde el momento del parto, el alfa soltó una risa suave que solo hizo al omega aumentar la mueca que paso a un puchero que fue acariciado por el contrario con delicadeza.
— No quiero volver a esa casa, está bien si volvemos, pero no a esa casa Gyu— el contrario sonrió enternecido por el sobrenombre que el omega le había dado después de que estuviera con él durante el parto, asintió viendo al bebé antes de hablar de nuevo.
—Entonces buscaré una casa nueva para ti y el bebé, donde estés tranquilo y feliz. Tal vez una casa con un árbol de melocotones en el jardín, solo te pido me des dos días para hacerlo— el rubio asintió tomando la mano de su contrario jugando con sus dedos, él alfa sonrió imitando la acciona correspondiendo al juego con delicadeza, ambos contemplaron la diferencia en el tamaño de sus manos, Zenitsu tenia manos pequeñas y nada maltratadas mientras que Gyutaro tenia manos más grandes y ásperas, el omega acaricio la palma con delicadeza detallando sus rugosidades producidas por trabajar duro, ambos se sonrieron por un largo periodo hasta que el cachorro anunciando que tenia hambre los hizo recordar que no estaban del todo solos.
— Dos días Zen— el omega asintió viendo como el alfa salía para dale privacidad mientras amamantaba a su cachorro, suspiro sintiendo su corazón palpitar con fuerza contra su pecho y sus mejillas calentarse al olisquear el olor a pino, lluvia y menta del alfa, se concentro en atender a su bebé quien después de un cambio de pañal y comer se quedo despierto por un rato hasta que ambos quedaron dormidos.
Fue más fácil de lo esperado para Gyutaro conseguir una casa bonita y agradable, la mujer que le ofrecía la propiedad había detallado que quería venderla para ir a vivir cerca de la costa junto a su hijo y tener la casa abandonada le causaba cierto dolor ya que había sido un regalo de su difunto marido cuando se casaron. Gyutaro prometió cuidar del lugar que ahora sería para "su omega e hijo". La anciana le aseguró que ahí serían felices ya que su cachorrito tendría donde correr y jugar en un futuro junto a sus hermanos si es que él y su pareja decidían tener más hijos.
Gyutaro solamente escuchó en silencio sonrojado, cuando la venta de la casa concluyó al segundo día fue que tuvo que conseguir ayuda para mover las cosas nuevas que había comprado para Zenitsu a la nueva casa, si bien no había demasiado él se encargó personalmente en mover cada prenda de ropa impregnada en ese suave y delicado aroma a melocotón, granada, magnolias y bebé, suspiró un momento aferrado a las finas telas de la ropa del omega, le fue inevitable contener un ronroneo mientras terminaba de empacar.
Al llegar a la nueva casa, no dudó en dejar con cuidado las cosas en la habitación principal. Ahí aprovechó que la habitación estaba vacía para limpiar y arreglar a detalle el lugar. Viendo que aún se veía vacío el lugar, no dudó en tomar las cosas necesarias para armar el futón donde Zenitsu y el cachorro dormirían. Poco complacido con la apariencia del futón, fue que comenzó a armar un nido. Se esmeró en que fuera cómodo e hiciera sentir protegido al omega y su bebé. Temeroso y dudoso, además de incorporar prendas del rubio, se arriesgó en agregar algo de Ume y suyo. Un nuevo ronroneo se hizo presente cuando se sintió esta vez satisfecho con lo que había hecho. Salió de la casa asegurándose de cerrar bien para ir a buscar al rubio.
Zenitsu no pudo contener la sorpresa al ver lo que Gyutaro había conseguido en tan poco tiempo, la nueva casa era más que perfecta, por alguna razón le gustaba más que la casa en la que Uzui lo había botado por meses solo, recorrió el lugar dejando a su cachorro en brazos del alfa, sonrió al ver que la cocina era más amplia, el jardín estaba bien cuidado, vio a Gyutaro quien solo le sonrió para tomarlo de la mano y llevarlo hasta la habitación principal que estaba iluminada por velas , Zenitsu no dudó en ver sorprendido el nido bien armado en medio del futón, el alfa lo incitó a entrar, el omega no dudó, entró sin desordenar nada, se dio el tiempo de tocar las telas con delicadeza llevándolas a su nariz ronroneando al sentir el olor familiar que le ofrecía al reconocer el olor a caramelo y ciruelas de ume mezclado con su propio aroma, el de su cachorro y el olor a pino, lluvia y menta del alfa que había armado un nido para él, extendió los brazos hacia Gyutaro que mantenía su distancia, vio cómo se acercaba despacio arrodillándose para darle al bebé, Zenitsu lo acunó y besó sus mejillas dejándolo recostado en las telas suaves, se giró hacia el alfa conectando su vista con la contraria, extendió de nuevo los brazos esperando que el contrario se acercara más, Gyutaro no dudó en acercarse y abrazarlo, permanecieron así hasta que los quejidos del bebé reclamando alimento se escucharon, el alfa estaba por irse pero fue detenido por el omega, Zenitsu se hizo a un lado palmeando el lugar junto a él y su cachorro en una silenciosa invitación para que entrara al nido.
En esos momentos mientras Zenitsu amamantaba a su bebé y sostenía la mano de Gyutaro fue que ambos se sintieron únicos en el universo, en su nido, juntos.
A como me gusto escribir esto, amo hacer que los alfas hagan nidos para demostrar que piensan en los omegas que los dominan, solo por eso les dejo una imagen de referencia
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