"Semilla"

Se sentía nervioso, Tengen lo mantenía entre sus brazo pasando la nariz por sus mejillas y la marca que había echo, cerro los ojos mordiéndose el labio, dejo de hacerlo cuando el alfa los acaricio con delicadeza, siguieron entre toques sutiles sin llegar mas abajo de las mejillas y cintura hasta que Zenitsu bostezo.

No supo en qué momento se durmió, mucho menos cuándo su marido se fue. Suspiró, estirándose sin deshacer su nido, dejó una mano sobre su vientre para volver a dormir. Cuando la mañana llegó, comenzó con su rutina de todos los días. Al atardecer, una nota de Tengen llegó anunciando que esta vez estaría fuera por dos meses, suspiro pensando en que haría cuando su vientre comenzara a notarse, ¿Cómo haría para esconder a su bebé?, ¿Tengen lo iba a querer y aceptar?, negó tratando de desviar aquellas preguntas, ya habría tiempo para darles solución.

Tengen podía ver a Makio dormir, la partera no le había dado buenas noticias cuando el sangrado no paro, "era apenas del tamaño de una semilla", comentó la mujer. Siguiendo el consejo de la anciana Hinatsuru, permaneció postrada en cama. Para evitar más pérdidas, era lo más sensato. Nadie comprendía por qué sus hijos no lograban llegar al mes de gestación; primero Suma y ahora Makio. Anhelaba que Hinatsuru no sufriera lo mismo, no soportaría verlas pasar por ello de nuevo. Sumido en sus pensamientos, surgieron preguntas, ¿sería igual con Zenitsu? ¿Presenciaría al omega en la misma situación si alguna vez concebían un hijo? Deseaba que no, se comprometió a evitar que el omega experimentara algo similar en el futuro. Sus descendientes, al parecer, no prosperarían en esta vida, y si evitar el sufrimiento significaba negarle esa oportunidad al omega lo haría.