El tiempo pasó  volando,  Aragorn y Legolas ya llevaban 7 meses de relación y la realidad es que su amor, cada día que pasaba se volvía más y más fuerte. Ambos estaban felices y agradecidos de estar el uno con el otro pero no todo siempre era color de rosa.  Aragorn tenia problemas con su padre, el hombre no solo lo había sacado de la linea de reyes sino que cada día que pasaba era una constante guerra con su hijo. No le basto con quitarle la oportunidad de ser rey, el discutir con el todos los días a todas horas parecía ser su pasatiempo favorito

Aragorn trataba de ignorarlo, el realmente no quería tener enfrentamientos con su padre, así que cada vez que le decía algo el solo bajaba el rostro y guardaba silencio, prefería mejor ser así, no quería ya más problemas 

En casa de Legolas el ambiente se había tornado algo tenso, Perla había obtenido un nuevo poder, sus padres la colocaron alfrente de la casa real y eso hizo que Zambars y Linden la odiaran mucho más de lo que ya lo hacían. Y a todo esto le sumamos que Legolas no se había estado sintiendo bien desde hacia un tiempo, hacia del ambiente uno más turbio 

En fin, tal y como siempre, salieron al entrenamiento Zambars con Linden y Perla con Legolas pero el camino fuera esta vez un poco más largo. Tuvieron que detenerse varias veces durante el trayecto. Legolas había tenido que devolver el estomago porque estaba que no se aguantaba en pie y el movimiento con el caballo hacia que su estomago estuviera más revuelto 

-Legolas, creo que lo mejor será que regreses, no estas bien 

-estoy bien, vamos ya estamos un poco retrasados 

Los dos hermanos continuaron su camino hasta el campo de entrenamiento, llegaron a tiempo, por suerte aún no habían comenzado. Dejaron sus caballos en el establo y entraron rápidamente, aún faltaba tiempo para que comenzaran los entrenamientos así que Perla lo llevo hasta su división y se sentó junto a el bajo la sombra de un árbol 

-¿te sientes mejor? 

-sí ya me siento mejor, sigo con mareos y dolor de cabeza pero eso se ira ya pronto. Vete a tu división, te veo en la salida 

-¿estás seguro? ¿No quieres que espere a que llegue Aragorn? 

-estoy seguro Perla, vete tranquila. Soy un elfo, soy fuerte. Voy a estar bien 

-estaría tranquila si no te viera tan mal Legolas, pero esta bien me iré. Si te sientes muy mal por favor regresa a casa 

Legolas solo asintió y su hermana beso su frente antes de irse. Era raro, Perla sentía que había algo en su hermano, sabia que no era malo pero aún no estaba segura de que era lo que tenia y eso le preocupaba. Igualmente a Legolas le preocupaba, era un elfo, los elfos nunca se enferman, son criaturas completamente saludables y súper fuertes. Pero el decidió ignorar todos sus pensamientos, aunque bueno no podía pensar en nada sintiéndose tan mal como se sentía, ni siquiera sintió a Aragorn llegar a su lado 

-amor ¿Estas bien? 

-hola Aragorn, estoy bien ¿Porque? 

-¿como que porque? Estas tirado aquí con los ojos cerrados y estas increíblemente pálido Legolas ¿Que te pasa? 

-nada, estoy bien 

Legolas se levantó del suelo pero perdió el equilibrio, por suerte su novio lo agarro antes de caer. Su mareo se intensificó y el dolor de cabeza era fuertisimo, y sumándole las nauseas horribles que tenia, Legolas realmente estaba mal 

-¿piensas que te crea que de verdad estas bien? Legolas, tu no eres así, llevas sintiéndote mal bastante tiempo y eso no es normal 

-estoy bien Aragorn, últimamente he estado bastante cargado, seguramente es cansancio lo que tengo, ya se me ira 

-llevas más de dos meses así Legolas, no es normal, eres elfo, las criaturas como tu no se enferman y mucho menos muestran signos de debilidad, me preocupas, deberías revisarte 

-ya te dije que estoy bien Aragorn y calmate ¿si? No tengo que revisarme, sé que lo que tengo es cansancio y con descanso se me pasara 

Aragorn no estaba convencido por lo que su novio le dijo, él sabia que Legolas estaba mal y quería ayudarlo, pero elfo alfin decía que estaba bien y no tenia nada. Aragorn lo llevó hasta su división con mucho cuidado, el elfo realmente estaba débil, increíblemente débil. Lo cual era también increíblemente extraño

-ten mucho cuidado Legolas, por favor. Buscame por si necesitas algo

-quedate tranquilo, estaré bien

Besaron castamente sus labios y se despidieron, los entrenamientos estaban a punto de comenzar y a Aragorn le daba mucho miedo dejar a su novio solo en ese estado, así que se tomo el atrevimiento de hablar con los entrenadores y contarle la situación. Todos lo dijeron que se quedara tranquilo, que ellos cuidarían de su novio y el hombre aunque eso lo dejaba muchísimo más tranquilo, seguía estando preocupado porque no estaba a su lado

Mientras el día pasaba Aragorn entrenaba y hacia sus rutinas como se supone pero siempre estaba pensando en su novio. Legolas al parecer era el que más mal lo pasaba, el entrenamiento de hoy estaba siendo demasiado fuerte, ya no aguantaba la cabeza, los mareos eran extremos y había tenido que parar algunas veces porque tuvo que vomitar, sus entrenadores le pidieron que se sentara un rato a descansar pero el se negaba a todo, decía que podía y que estaba bien y continuo con la rutina

Todos a su alrededor sabían que había algo extraño con el, un elfo jamás se enfermaba y un elfo tan fuerte y audaz como lo era Legolas era prácticamente imposible que se enfermara. Definitivamente había algo sumamente extraño en Legolas, todos lo sabían pero no le dijeron nada, el decía que estaba bien, que solo era cansancio. El era el único que se creía eso, o bueno él trataba de hacérselo creer, Legolas sabia que lo que tenia no era por eso cansancio, lo sabia muy bien. Pero no tenia idea de que era lo que le pasaba, y mientras lo descubría el seguía diciendo que estaba bien

Pero la realidad es que la situación de Legolas era bastante delicada, nadie se imagina la gravedad del asunto