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Nuevo objetivo

Con toda la emoción y controversia que pasó en Hogwarts al enterarse que era Draco Malfoy el estudiante transferido, habían dejado completamente en segundo plano al nuevo estudiante que se había reincorporado unos días después de la llegada de Malfoy.

—¡Que bueno es volver a verlos! —Gritó emocionado Joshua Sthilk, un chico de cabello castaño y ojos azules que maravillaba a cualquiera.

—Hey, amigo, que bueno que volviste. —Respondió felizmente Dean Thomas mientras le rodeaba el cuello con el brazo. —¿Cómo estuviste mientras estudiaba en casa?

—Mal, mi madre es una obsesiva con el estudio, ya ves que por eso me saco de aquí después de mi tercer año. —Bajo la cabeza y fingió un escalofrío. —Por suerte mi padre hablo con el ministerio, ya sabes, fue todo un proceso el juicio pero al fin y al cabo, pude regresar con él.

—¿Así que tu padre te permitió regresar, no? —Completó Seamus Finnigan quien estaba al lado de Dean. Josh asintió.

Los tres eran mejores amigos en sus primeros años de Hogwarts hasta que Josh tuvo que irse y no fue hace 3 años después que pudo regresar al colegio de magia para completar su sexto año académico. Estaba feliz de poder haber regresado donde mejor se sentía.

—¿Y qué me cuentan? ¿Ya consiguieron novias? —Preguntó el castaño con una sonrisa coqueta.

Dean y Seamus compartieron una mirada fugaz para después depositarla en su amigo de nueva cuenta para negar con la cabeza, casi un poco incómodos.

—No ¿Y tú? —Preguntó Seamus.

Josh ensanchó su sonrisa para mostrar por completo sus dientes de manera emocionada. —No, pero vengo en búsqueda de tener a alguien en mi lista de personas conquistadas.

Sus amigos asintieron de manera divertida, ya conocían a su compañero, era un casanova que siempre estaba en búsqueda de conquistar a alguien, tenía "algo" que hacía que las personas cayeran a sus pies completamente enamoradas y él decidía si botarlas o no, fueran hombres o mujeres, no había distinción. Se despidió de sus compañeros y comenzó a caminar a los dormitorios, era su primer día después de tanto tiempo, no había podido llegar en el expreso de Hogwarts como todos allí ya que habían surgido algunos problemas con su madre quien intentaba que por todas las cosas, estudiará en casa por su seguridad (ella era una persona obsesiva con el control) y tuvo que llegar días después de la llegada de todos los alumnos.

Repasaba en su mente las posibles opciones de conquistar según recordaba a los estudiantes de allí.

Mmm... ¿Las Patil? No, demasiado serias... ¿Longbottom? No, demasiado torpe... ¿Quién podría cumplir mis estándares?

Pensaba seriamente, más que cuando estaba por hacer un examen sorpresa que ni siquiera se percató que una persona cruzaba por el mismo pasillo en el que entró y no pudo evitar de ninguna forma cuando choco con ella hasta caer al piso.

—Agh... —Se quejó al caer sobre su trasero y miró con el ceño fruncido sus manos rojizas que amortiguaron su peso. —Fíjate por dónde vas. —Dijo molesto aunque hubiera sido él el de la culpa.

—Lo siento ¿Estás bien? —Era una voz suave y masculina, demasiado tersa.

Subió la mirada para toparse con el chico más precioso que hubiera visto antes, de cabello negro profundo y alborotado, ojos verdes esmeralda tan brillantes como aquella piedra, piel ligeramente morena y cuerpo medianamente ancho; no evitó mirarlo como un ángel caído del cielo, totalmente maravillado.

—¿Te lastimaste? —Preguntó de nuevo el otro mientras le extendía su mano para ayudarle a levantarse.

Josh la acepto rápidamente al salir de su estupor, permitiéndole alzarlo como si no pesará ni un kilogramo, con una facilidad que le sorprendió, Josh reconocía que no pesaba lo que una pluma como lo había hecho parecer el pelinegro, al contrario, era un chico que podía considerarse ancho, tenía músculos gracias a que su madre lo forzaba a recorrer largas distancias de forma diaria pues "Tenía que tener una buena salud".  Fue hasta que el cabello del otro se movió y pudo ver la cicatriz en forma de relámpago que soltó el aire por la sorpresa.

—¿Harry? ¿Harry Potter, no? —Preguntó contrariado, sorprendido de ni haberlo reconocido, ya no estaba aquel niño flacucho y pequeño, si bien seguía siendo más bajo que él, sus hombros eran grandes, las manos (en el breve momento que se sujetaron la mano) eran rasposas y más grandes que las de él, lo único que había del niño que recordaba eran los ojos esmeraldas penetrantes, el cabello revoltoso y la cicatriz inconfundible para el mundo mágico.

Harry pareció sorprendido un momento. —¿Te conozco?

Eso tuvo que doler.

Mientras que Josh había reconocido de inmediato a Harry, este parecía no tener ningún recuerdo del chico en su cerebro.

—Ah, soy Josh, Josh Sthilk. —Dijo esperando ver un atisbo de emoción en Harry pero este pareció fruncir las cejas, intentando hacer memoria si lo había visto en algún momento. Bien, Josh se sentía ligeramente humillado pero aún así se veía en la obligación de hacerle recordarlo. —Estuve aquí hasta tercer año, estuvimos en la misma casa y acabo de reincorporarme. —Espero de nuevo una reacción.

—Ah... Eh... Josh, un gusto. —Dijo en una muy mal disimulada de que si lo había reconocido y le sonrió incómodo. —¿Entonces compartimos la misma casa, no? —Dijo señalando la corbata roja y dorada que tenía el castaño quien asintió.

Fue hasta que Hermione apareció en el otro extremo del pasillo y le llamo a Harry para que fuera con ella. —Lo siento, tengo que irme, fue bueno verte de nuevo. —Se despidió aún en su mal papel de haberlo recordado y se marchó rápidamente con Hermione Granger quien reconoció de inmediato por su inconfundible cabello alborotado aunque ya no tenía los dientes de ratón de antes y se preguntó el porqué de ello. Suspiro y sonrió mientras veía por dónde se había ido Harry.

—Ya encontré lo que buscaba. —Habló para sí mismo y siguió caminando.

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Decidió contarle a sus amigos lo que había descubierto, que le gustaba Harry Potter y quería conquistarlo. Por supuesto, solamente se rieron de él porque no se imaginaban a Harry saliendo con un chico pero igualmente le dijeron que lo intentara, nada perdía.

Estuvo tan sumergido en su enamoramiento express que no escuchaba los rumores o conversaciones de las personas a su alrededor.

—Aún no puedo creer que Draco Malfoy y Harry Potter sean... Amigos. —Susurró un chico Gryffindor.

—No solo amigos, mejores amigos. —Le corrigió un Hufflepuff.

Miraba a Harry tan a menudo que se hizo a la idea de que cuando lo veía con Malfoy (Supo desde el primer día que llegó, que también Draco había vuelto a Hogwarts), su cerebro transformaba la situación de manera para que pensara que las sonrisas que se daban eran arrogantes, que cuando los veía juntos, era porque estaban discutiendo y que se seguían odiando a muerte. Aunque era muy fácil confundir a la gente, realmente había veces en las que parecía que Draco y Harry seguían odiándose ya que continuaban con sus rivalidades, hablándose de manera tosca, haciéndose bromas pesadas de vez en cuando y la mayoría de sonrisas que se daban era con sorna pero eso no quitaba que siguieran siendo mejores amigos.

Fue así hasta que un día se acercó a uno de los amigos de Harry: Ron. Después de arreglarse durante una hora, era atractivo y lo sabía, la única razón por la que parecía que ni una mosca querría rodearlo era por el gran narcisismo que lo acompañaba siempre, Josh no era consciente de ello y pensaba que nadie se le acercaba por miedo a su gran belleza, claro estaba.

—¡Hola, Ron! —Saludó con una sonrisa que correspondió el pelirrojo un poco ido.

—¿Te conozco?

Joshua tenía que tener la mayor fuerza de voluntad para no molestarse de nuevo porque alguien no lo recordara aunque sintió un tic en el ojo mientras mantenía su sonrisa intacta.

—Soy Joshua, estuve con ustedes hasta el tercer año.

—Ah... ¿Y qué se te ofrece?

De nuevo, aquel tic en el ojo ¿Qué nadie se lo tomaba en serio?

—¿Sabes dónde está Harry?

Finalmente un gesto de emoción paso por el rostro del pelirrojo —Esta en el campo de Quidditch, de hecho también iré yo, vamos a tener un juego amistoso contra slytherin. Si quieres venir, podemos ir juntos. —Ofreció Ron con una leve sonrisa amistosa y Joshua asintió de inmediato, feliz por pensar que vería a Harry con aquel traje de Quidditch que, según su imaginación, debía de quedarle como anillo al dedo.

Comenzaron a caminar por el pasillo para llegar afuera, estaba un poco nublado, quizás llovería más tarde pero eso no le quitaría a los estudiantes la emoción de jugar, había gente reunida en el campo y algunas personas en las grandes gradas del lugar, aún si fuera un juego amistoso, muchos estaban emocionados por el juego no oficial.

Se acercaron a un grupo reunido en el centro de la cancha, todos de gryffindor que ya tenían sus escobas en mano, todos conversaban hasta que llegó Ron y los saludó, el castaño se quedó detrás, viendo el intercambio de palabras.

—Hey, Josh ¿Qué haces por aquí? —Preguntó una voz que ansiaba escuchar, giró la cabeza para poder toparse con el rostro de Harry quien, como predijo, tenía puesto el uniforme de quidditch que le quedaba de forma magnífica.

—Venía a verte jugar ¡Digo verlos! A todos, ya ves, me encanta el quidditch. —Dijo con una sonrisa nerviosa por aquel desliz que Harry no captó.

—Oh ¿Y por qué no juegas con nosotros? Es un juego no oficial, no importará si entras.

A Joshua se le iluminaron los ojos y asintió rápidamente, abrió la boca en medio de su sonrisa para mostrar el piercing de su lengua que Harry notó con curiosidad. El castaño se fue rápido para buscar su escoba y a pedir un uniforme. Harry desvío la atención del chico cuando se fue y encontró a Draco con la mirada, estaba al otro lado de la cancha, con su uniforme verde esmeralda y se sonrieron con desafío emocionante, Harry extendió su mano en el aire para saludarlo desde la distancia y Draco le correspondió.

Después de 20 minutos, el juego comenzó. Luna se había ofrecido a vociferar en el juego y así fue, con su voz soñadora, anuncio el inicio del juego. Joshua había sido puesto como golpeador y Draco y Harry como buscadores por los viejos tiempos. Josh le había lanzado una mirada pesada al rubio pero este ni siquiera lo había notado.

Llevaban media hora de juego, slytherin ganando por 10 puntos y los buscadores parecían tomarse su tiempo para ganar mientras desaparecían por el aire por algunos instantes.

Así fue hasta que Joshua terminó por golpear la pelota sin haber medido bien su alcance, fue hacia arriba y cuando creyeron que solo era cuestión de alcanzarla, golpeó a Draco quien iba volando encima y de forma desequilibrada, cayó en dirección al suelo junto con su escoba, dio algunos rebotes en el suelo hasta frenar de senton, con una mano en su cabeza y los ojos cerrados para pensar que no había dolido tanto como había sido.

El juego se detuvo y todos se acercaron a Malfoy para verlo. Joshua no supo qué hacer al inicio, se sintió culpable pero después... Recordó.

Malfoy era una pésima persona, Harry lo odiaba ¿No? Es más, casi todo Hogwarts no lo quería, era despreciable, egocéntrico, se creía la última botella de agua del desierto y demás cosas horribles. Todos estaban serios pero él pensó que era para controlar la risa así que él fue el primero en hacerlo, soltó una pequeña carcajada que hizo que todos lo volteara a ver.

—Parece que dios hizo que lloviera imbeciles del cielo. —Se rió un poco más y no comprendió cuando nadie le acompaño en las risas, al contrario, le miraron con incomodidad mientras turnaban la mirada entre Joshua y el buscador de Gryffindor que bajaba de su escoba cerca de Draco. —A ver si así se te acomoda el cerebr-

—¿Qué mierda estás diciendo? —Habló Harry, interrumpiendolo mientras daba zancadas para quedar frente a frente en menos de un segundo, sujeto del cuello a Joshua y lo levanto un poco del suelo, haciendo que estuviera de puntillas. —¿Le lanzaste a Draco la bludger para que se cayera? —El tono molesto descoloco a Joshua quien miró a su alrededor y todos miraban la escena como si ya se lo hubieran esperado. ¿Por qué se comportaban así? ¿Por qué parecía que Harry estaba defendiendo a Draco?

—Pero... ¡Es Malfoy! —Gritó Josh como si eso hubiera sido la total justificación de haberse burlado del rubio. Harry pareció entender y frunció el ceño, apunto de contestar fue interrumpido.

—Ya, estoy bien, vamos a seguir el juego. —Dijo Draco irritado, quiso levantarse con una mueca pues su muñeca parecía haberse lastimado.

Harry soltó al castaño quien terminó por caer al suelo de un senton y se acercó a Draco para extenderle la mano, ayudándolo a levantarse.

—¿Puedes seguir jugando? —Preguntó Harry y Draco asintió. El pelinegro se agachó para acercarle la escoba al rubio quien la tomo sin darle las gracias como era costumbre. Miró de reojo a Joshua mientras todos comenzaban a tomar sus escobas para elevarse y continuar jugando. —Somos mejores amigos, idiota.

Sin más, no hace falta decir que por lo que resta del juego, nadie volvió a pasarle la pelota a Joshua y que Harry, las pocas veces que lo miraba durante el juego, era de una forma pesada, al contrario de Draco que parecía haberle dado totalmente igual.

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—¡No entiendo! ¡¿Mejores amigos?! ¡¿Por qué nadie me dijo?! —Gritó Joshua mientras jalaba sus cabellos.

—Claro que te dijimos, todos hablan de eso aquí. —Respondió Dean mientras hojeaba un libro.

—Sí pero estabas tan metido en tu plan de conquista que ni siquiera prestaste atención. —Complementó Seamus.

—No me voy a rendir, esto no me derrotará. Solo son amigos, puedo con eso.

Sin más, se fue del jardín para buscar a Harry, finalmente decirle lo que sentía y conquistarlo.

Supuso que estaría en la biblioteca, le habían dicho que siempre iba allí gracias a que Hermione lo forzaba a estudiar, ese hábito nunca cambio desde primer año. Era sábado y el pasillo estaba vacío y supuso que la biblioteca también lo estaría, arreglo su corbata, despeino un poco su cabello y acercó su mano a su boca para soplar y comprobar su buen aliento. Inhaló profundamente y exhaló, comenzó a abrir la puerta, en efecto, no había nadie dentro, camino un poco más por los libreros, buscando a Harry entre las mesas hasta que vió una cabellera negra, sonrió y comenzó a acercarse.

—¿Draco? ¿Te quedaste dormido? —Habló suavemente Harry, Joshua se detuvo y bajo la mirada, en la mesa estaba Malfoy recargando su cabeza en ella, con los brazos cruzados y con una respiración lenta, no supo porqué pero Joshua se quedó solo observando, sin dar un paso más, era como si el mismo ambiente se lo prohibiera.

El sol se colaba por los ventanales de un color amarillo y naranja gracias a que era el atardecer, el silencio estaba de por medio y la mirada de Harry era tan distinta, demasiado diferente a lo que alguna vez había visto.

—Eres tan flojo, se supone que eres una persona elegante y dormir encima de la mesa no lo es. —Habló Harry consigo mismo mientras soltaba una pequeña risa.

Potter guardo silencio como su hubiera tragado sus palabras, miró fijamente a Draco, parpadeo un par de veces, miró el mechón de cabello que caía encima de los ojos de su mejor amigo, sintió la necesidad de quitarlo y así lo hizo, acercó su mano para colocar el mechón detrás de su oreja y sin saber porqué lo hizo, acercó sus labios a la frente del chico y soplo un poco, se hubiera acercado más pero Joshua, de la sorpresa, choco con tra el librero de su lado y eso hizo que Harry se alejara de forma asustada para mirar a todos lados. El castaño se ocultó y cuando Harry pensó que sería alguna criatura que estuviera por allí o su imaginación, solo recargo su mejilla en su propia mano derecha, siguiendo su lectura de un libro abierto en la mesa, con la mano izquierda sujeto el libro que estaba leyendo antes de Draco sobre pociones y lo abrió para sujetarlo arriba de la cabeza del rubio y protegerlo del sol. Suspiro como si estuviera resignado a no poder hacer algo más y un poco de color rosado debajo de sus ojos por la emoción que le recorría la piel.

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—Me rindo, no puedo conquistar a Harry. —Anunció Joshua mientras tomaba asiento al lado de Dean en el comedor.

—¿Por? —Preguntó Seamus.

—Me di cuenta que no puedo competir contra Malfoy. —Dijo y sus amigos lo miraron comprensivos, pensando sus mejores formas de animarlo hasta que Joshua sonrió de oreja a oreja, con el rostro rosado. —¡Merlín! ¡Que lindos se veían! ¡Fue como una escena de romance literario!

—¿Qué? ¿Quienes? —Dean lo miró extrañado.

—No les puedo decir pero... Son preciosos, no pude, no tuve la suficiente fuerza, no puedo meterme entre ellos.

Sus amigos compartieron una mirada extrañada pero lo dejaron así, tal vez no tenía importancia.

Hey, sé que pensaron que había dejado botada la historia y que era de los autores que daban la excusa de la escuela para después jamás regresar pero noo. Les juro, la escuela me tenía tan zambullido en ella que no tenía nada de tiempo para escribir. Fue un semestre horrible:( Estudio una carrera demasiado exigente y no quería dejarme ser feliz, jaja.
Pero ya regresé, estoy de vacaciones navideñas y tengo ganas de escribir un especial de navidad en la historia ¿Qué les parece? O hacer un one shot de navidad 🤔.
Bueno, finalmente, gracias por haber seguido al pendiente de esta historia, espero seguirlos viendo ^^.

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