Inusualmente
Ron tenía agarrado por el brazo a Harry, Hermione tenía bien sujeto su codo del otro brazo y ambos lo jaloneaban por los pasillos, Neville, Ginny y Luna caminaban a su alrededor, todos a paso apresurado. Habían acabado de cenar y no esperaron ni un segundo más para levantar a su amigo como un prófugo y llevárselo de allí, Harry había intentado zafarse pero no lo había logrado, aunque si notaron la mirada extrañada de Malfoy quien había estado conversando con sus amigos de casa.
Apenas llegaron a la sala común, Ron casi aventó a Harry al sofá delante de la chimenea pues no pudo medir su fuerza ante el apuro que sentía en su ser.
—Ahora sí, Harry, tienes que decirnos ¿Qué carajos está pasando? —Preguntó su amigo y el llamado se encogió de hombros.
—¿Sobre qué? —El claro intento de fingir demencia no le funcionaría, lo supo cuándo sus amigos lo miraron como un "¿En serio?"
—Ah, claro, de nada, Harry, es totalmente normal y esperado por todos que vayas y abraces a tu mayor enemigo de primer año donde todos nos quedamos con la idea de que lo odiaba a muerte. —Respondió Hermione de manera rápida.
Harry los miró un segundo más y terminó por suspirar derrotado. —Ya lo sé...
Luna se sentó a su lado y puso su mano en su hombro como muestra de confort. —¿Nos quieres contar? —Harry la miró, luego a sus amigos y por último regreso su mirada a Luna.
—...Bueno, es un poco extraño. —Comenzó a hablar. —Ya sé que ustedes pensaban que odiaba a Draco, es decir, sí lo odiaba, era el peor niño con el que me había topado.
—Ni que lo digas. —Respondió Ron con ironía, recordando las groserías del niño rubio en sus recuerdos.
Harry lo ignoro y continuó: —Sólo que, como lo saben, su padre lo transfirió ¿cierto? —Sus amigos asintieron de acuerdo. —Pues... Después de que se haya ido, juro que sentí que era el mejor día de mi vida, así que cuando regresamos cada quien a su hogar por vacaciones, quise escribirle una carta para burlarme... Y de pronto él me respondió, yo lo hice otra vez y continuamos ese ciclo, no nos dimos cuenta realmente cuándo comenzamos a ser amigos por correspondencia.
—¿Cómo? ¿Se hicieron amigos por estarse insultando por cartas? —Preguntó Ginny con las cejas juntas, Harry asintió.
—¿Pero tus tíos no te prohibían que sacarás a Hedwig? Por eso te sacamos de allí mis hermanos y yo cuando estaban por acabar las vacaciones. —Dijo Ron, intentando embonar las piezas correctamente, de nuevo, Harry asintió.
—Sí, es decir, solo pude responderle tres cartas y en la última le dije que no podría seguir hablando gracias a mis tíos. —Respondió y comenzó a buscar algo dentro de su túnica hasta que lo encontró, era una pequeña libreta de cuero negro, sus amigos lo miraron curioso. —Me envió esto después, allí comenzamos a hablar, la mayoría de las cosas que decíamos eran insultos pero, como les dije, ni siquiera nos dimos cuenta cómo comenzamos a ser amigos.
Hermione se acercó a examinar la libreta, algunas veces había visto a Harry escribir en ella pero no tantas como para ser tomado como sospechoso así que nunca le había preguntado qué ponía en esas hojas. —¿Cómo funciona?
—Es una libreta que tiene una gemela, la otra la tiene Draco, yo escribo allí y a él le aparece lo que puse, funciona también al revés, él escribe y yo leo lo que pone. —Hermione musitó un suave "Hmm..." mientras seguía viendo la libreta, estudiandola. —Pero hay algunas cosas más. —Eso atrajo la atención de todos de nuevo quienes lo miraron expectantes. —Pues... Digamos que en parte de las vacaciones, me quedo en su mansión a dormir.
En ese momento, Ron sintió que se atragantaba con su lengua y los demás lo miraron como si fuera un marciano.
—Bien, déjame ver si comprendo ¿Se hicieron amigos por estarse insultando con escritos y después hasta pasaste las vacaciones en su casa? —Preguntó Ginny.
—Pues resumidamente, sí. Recuerden que nos lo topamos cuando fuimos a comprar útiles para segundo año, pues me invitó a quedarme en vacaciones de navidad de ese año, fue extraño pero acepte y se volvió casi una tradición. —Se encogió de hombros.
—¿Por eso sólo ibas a nuestro hogar los últimos tres días de vacaciones de navidad? —Esta vez, Ron lo miró como si hubiera podido encajar al fin todas las piezas de la historia.
—Así es. Es un poco raro para ustedes y lo entiendo, pero Draco es una de las personas que considero mis mejores amigos, me gustaría que lo entendieran.
—¿Y por qué lo mantuviste en secreto? —Preguntó Luna, curiosa.
—Porque sabíamos que se pondrían así, todos consternados y además, queríamos privacidad en nuestra amistad, solo que no sabía que él volvería aquí, me tomó por sorpresa y ya habíamos acordado que nos daría igual las opiniones de los demás, por eso fui a abrazarlo.
Sus amigos se miraron mutuamente, como si se comunicaran los pensamientos, pensando si era buena idea creerle a Harry, todo era tan extraño pero no les quedaba otra opción más que asentir.
—Bueno... Es raro pero creo que podemos hacer el intento de al menos no insultarlo cuando lo veamos. —Comenzó a hablar Ron.
—Sólo dile que no me moleste de nuevo. —Pidió Neville tembloroso, Harry soltó una pequeña risa.
—No lo hará, Nev. Al único que le gusta molestar tanto como le gusta el Quidditch, es a mí, aunque seamos amigos, le encanta sacarme de mis casillas.
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—¡Hey, Potter! —El llamado hizo que Harry volteara, había estado caminando en los pasillos junto con Hermione pues la chica le había pedido ayuda para buscar algunos libros en la biblioteca.
—Ah, eres tú. —Dijo con una pequeña sonrisa mientras veía a Draco acercarse junto con Pansy a su lado. —Es extraño verte de nuevo aquí y con tu uniforme de slytherin.
—Me queda estupendo, debes de admitir. —Respondió prepotente mientras alistaba su corbata, Hermione rodó los ojos. —Quería hacerte una propuesta, mi cuatro ojos favorito. —Deslizo uno de sus brazos por los hombros de Harry quien no hizo ningún gesto de molestia ante ello.
—Vamos a jugar Quidditch.
—¿Es aviso o pregunta?
Draco rió un poco. —Claramente es aviso, conmigo no hay sentido de democracia. —Levantó el dedo de su mano para golpear levemente la nariz redonda de Harry quien se quitó de inmediato con molestia.
—No hagas eso, no me gusta que me pegues en la nariz, ya te había dicho. —Se quejó mientras tapaba la mitad de su rostro con la mano.
—Y a mi no me gusta tu cabello revoltoso pero sigues sin usar la gomina que te regale.
—Eres un rencoroso, sólo quieres que use esa estúpida cosa porque me la regalaste tú.
Draco terminó por quitar su brazo de sus hombros. —Ya, pues ¿Jugaremos?
Harry hizo un gesto de dudar, llevo su mano a su barbilla y pensó por unos segundos donde Draco lo miraba fijamente hasta que termino por asentir. —Te haré el honor de jugar conmigo.
Malfoy terminó por sonreír ladinamemte y dio media vuelta junto con Pansy quien se había acercado mucho a Hermione pero ella ni siquiera se había dado cuenta por estar viendo tan pendiente el intercambio de palabras amistosas de los chicos.
—Bien, ver cómo se hablan como si nada y se traten como los amigos de la vida, si es muy raro, no sé cuánto tarde en acostumbrarme.
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Allí estaban, Ron, Luna, Hermione, Pansy y Blaise, todos sentados en las gradas bajo el calor del verano que aún estaba presente. Los Slytherin estaban lejos, no porque lo quisieran así, sino que los Gryffindor de inmediato, al verlos, se alejaron como si fueran radioactivos, menos Luna quien era la más cercana a ellos, Ginny había intentado jalarla para que se alejara de ellos pero solo recibió un manazo de parte de la rubia mientras le decía un "No seas grosera, Ginny." Y a la pelirroja no le quedo de otra más que resignarse a quedarse cerca de las serpientes.
Vieron a Harry y a Draco acercarse en el estadio de Quidditch, no había entrenamiento ese día así que podían aprovechar el espacio a su antojo; Harry había invitado a Ron y a Ginny a jugar pero se negaron, no se sentían cómodos en un juego amistoso con una serpiente aún si su amigo jurará con su vida que él era buena persona, parecía ser el mismo caso para Blaise y Pansy quienes tampoco jugaban. Solamente jugarían Draco y Harry, no les molesto, estaban acostumbrados a jugar solos de vez en cuando en la mansión de Malfoy.
—¿Preparado para comer pasto, Potter? —Preguntó arrogantemente, tenía su escoba sujeta con la mano izquierda, ninguno de los dos tenía el uniforme de Quidditch, Draco no se había inscrito en el equipo y Harry no quería usarlo si el rubio no lo hacía, por ende solamente tenían su uniforme diario.
—Te recuerdo que a diferencia de ti, soy el capitán del equipo de Quidditch. —Respondió burlón al momento que subía a su escoba y Draco lo imitaba.
—Puestos tontos para personas tontas.
Dicho eso, Harry saco la snitch de su bolsillo, la había tomado prestada sin permiso. —El primero en tomar la snitch, gana.
—Y ya sabemos quién ganara.
—Claramente yo. —Apenas termino de hablar, soltó la pequeña pelota que salió disparada de sus dedos hacia el cielo aunque ambos no despegaron sus miradas competitivas y llenas de emoción entre ellos, tenían una sonrisa mientras hacían mentalmente la cuenta regresiva de 10 segundos que era lo que esperaban hasta que llegaron al cero y volaron rápidamente en busca de la pelota.
El aire cálido chocaba con sus rostros, Draco se maravillo por lo inmenso del estadio, sonrió grandemente al recordar cuando vió jugar a Harry en primer año y las cartas que le enviaba el pelinegro para poder contarle todos los accidentes que tenía tras cada juego, cada lesión o golpe dicha lo más explícitamente posible para que se lo imaginara solamente para molestarlo ya que sabía que Malfoy tenía poco estómago para imaginarse escenarios trágicos.
Salió de sus pensamientos cuando sintió la ráfaga de viento de un Harry volando a toda velocidad a su lado y giró para perseguirlo al creer que ya había visto la snitch, al principio, veía la espalda de Harry quien estaba encorvado para sujetar el palo de madera con fuerza, se reía al creer que llevaba la delantera.
—Eres una tortuga como siempre, Draco. —Gritó para que el rubio lo escuchará desde atrás.
—Sólo voy a tu mismo paso por compasión, cara rajada. —Se sorprendió al escucharlo tan cerca, volteó a la derecha y pude ver a un Draco Malfoy parado en dos pies sobre el palo de su escoba, totalmente ágil ante el movimiento del aire en su cuerpo y disfrutando arrogantemente de la sorpresa de Harry al verlo. Aceleró la velocidad mientras se inclinaba un poco, a Harry le recordó a los skaters que veía en el mundo muggle.
—Eres un presumido. —Habló y también aceleró para alcanzarlo.
En esos momentos, los Gryffindor de las gradas veían el juego desde lejos, logrando ver las interracciones de los chicos, aún intentando contener lo raro que era verlos juntos.
—Malfoy es realmente bueno volando. —Halagó en voz alta Luna con media sonrisa, Ginny la miró con una mueca.
—Yo también soy buena volando. También puedo hacer eso. —Respondió y todos pudieron jurar que le crecía la nariz como Pinocho.
—No le hagan caso, quiso hacerlo en vacaciones y terminó con un brazo roto. —Ron se burló y solo recibió una mirada enojada de su hermana.
—Ja, en sus sueños sería mejor que Draco. —Comentó Blaise, había escuchado la conversación en todo ese rato sin que lo notarán.
—Te aplastaríamos. —Contrataco Ron con molestia.
Blaise mostró una sonrisa ladeada, Pansy había volteado a verlos también con ojos divertidos.
—Tendríamos que jugar para que me lo demuestres. —Ron arrugó el entrecejo, nunca jugaría con las serpientes por mero Hobbie. —Aunque entendería si tienes miedo. —Agregó de manera burlona, Ron se coloreo de rojo y apretó los labios.
—Después de Harry, vamos a la cancha y te pateare el trasero. —
Blaise ensanchó su sonrisa para mostrar sus dientes blancos.
De esta manera, continuaron viendo el partido amistoso de sus amigos por lo que creyeron que fue media hora hasta que finalmente, no hubo ganador, al parecer Draco y Harry habían querido atrapar la snitch al mismo tiempo, cada uno viniendo en dirección contraria y terminaron chocando por no alcanzar a frenar a tiempo, los dos cayeron hasta el estadio y la stnich había quedado en medio de los dos, sie do un empate aunque se habían divertido, su sentido de competencia les exigía volver a hacer otro partido después.
Se sorprendieron que al acercarse a las gradas, Blaise, Ron y Ginny se levantaban de las gradas, pensaron que sería para hablarles pero no, pasaron de largo menos Blaise quien le mostró una sonrisa grande a Draco quien pareció entender algo y también le sonrió con gracia.
—¿No va a venir Parkinson? Así seremos par. —Dijo Ginny al ver a la chica quien no se movió de las gradas.
—Uy, no, ustedes luchen por su sentido se ganar, yo me quedo aquí cómoda. Ensucience de lodo. —Respondió rápidamente la pelinegra y se acomodó en sus asientos.
—Entonces me quedo, teníamos que ser pares pero si Parkinson no juega, no puedo tampoco. —Le dijo Ginny a su hermano. —Destrozalo, Ron.
El chico asintió determinado y fue con Blaise en la cancha, Ginny fue con Harry que estaba hablando con Draco y no le quedó de otra más que unirse junto con Luna, como ambos chicos estaban de pie mientras se limpiaban el sudor con dos pañuelos que ya tenía preparados Malfoy.
Hermione resopló, no le agradaba el Quidditch pero lo soportaría un rato más, sino se iría a la comodidad de su habitación para estudiar con una semana de anticipación de los exámenes. Escuchó un carraspeo a su lado y se sobresalto al ver a Pansy quien estaba a su lado de repente.
—¿Y te gusta el Quidditch? —Preguntó la chica con una voz nerviosa y Hermione frunció el ceño al tenerla cerca.
—¿Qué quieres? —Preguntó tajante.
—Sólo quería saber si te gustaba. —Respondió rápidamente. —El quidditch, claro.
Hermione la miró extrañada. —Pues no es tanto lo mío.
—¡También pienso eso! Tenemos tanto en común. —Dijo emocionada y Hermione la miró como una gran mentirosa.
—Eres co-capitana en el equipo de Slytherin.
—Uh...
Pansy prefirió quedarse callada pero no sé movió de su lado, ambas fingieron poner atención al partido de sus amigos hasta que finalmente, Blaise le ganó a Ron en el juego y todos pudieron irse, los Gryffindor por un lado y los slytherin por otro, claro, con un león como infiltrado, Harry hablaba con Draco con naturalidad, aún tenía el pañuelo del rubio para limpiar el sudor aún presente en su frente aunque Draco ya había dejado de sudar hace tiempo.
Había sido un buen día con dos inusuales juegos de Quidditch.
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