Broma sale mal
Se había estado comportando raro, claro que lo sabía.
Sus amigos comenzaban a sospechar sobre su nuevo comportamiento y aunque sabía de ello, no podía cambiarlo aunque quisiera.
Ahora bien, ¿A qué se refería con su comportamiento?:
—Merlín, Harry, se te cayó tu puré. —Comentó Ron con la nariz arrugada mientras lo miraba de arriba a abajo.
—No es para tanto. —Respondió mientras agarraba lo que creía que era una servilleta y limpiaba su barbilla de manera distraída.
—Llevabas 15 minutos con el puré escurriendo por tu boca, literalmente, Harry.
—Ya me estoy limpiando, no seas quisquilloso, Ron.
—Ese era mi ensayo... —Dijo Neville atrayendo la atención de los chicos, el de anteojos miró su mano para comprobar aquello y sí, con lo que se había estado limpiando no era una servilleta, era el ensayo de Neville para Transfiguraciones.
—Ah, ah, lo siento mucho. —Se disculpó rápidamente mientras intentaba limpiar el pergamino con su manga pero eso solo hizo que la tinta de las letras se escurriera.
—Ya déjalo así. —Neville le arrebato el pergamino y lo intento leer pero era imposible, solo suspiro. —Ron tiene razón, Harry, has estado extraño desde hace días.
—Desde que saliste con Malfoy a Hogsmeade.
—No es cierto, solo por este error no significa que siempre sea así.
—Esto mismo ha pasado tres veces ¡Tres veces! —Ron mostró al aire tres de sus dedos. —Y las tres veces, fueron ensayos del pobre Neville que se sienta a tu lado. —Harry mordió su labio, recordando que era cierto lo que su amigo decía. —Además es demasiado raro que desayunes aquí, hasta Hermione esta allá en la mesa de las serpientes y tú, el chico que parece que siempre está pegado de la cadera con Malfoy, estas aquí.
Longbottom asintió de acuerdo. —No nos molesta que estés aquí, no pienses mal. El asunto es que... Es extraño.
—Lo sé, chicos, lo siento. —Harry revolvió un poco el tazón de puré de manzana frente suyo de una forma desganada.
—No te disculpes, sólo estamos preocupados por ti. —Neville le sonrió de forma confortante.
Harry solamente asintió en silencio, sus amigos no insistieron más y siguieron comiendo hasta que llegó la hora de ir a clases. Ron se adelantó para alcanzar a Hermione para pedirle la tarea de Tranafiguraciones, pudieron observar cómo parecía que Pansy le decía que hiciera su propia tarea y no la anduviera pidiendo mientras Hermione solo giraba los ojos. Soltaron una pequeña risa al ver el intercambio tan dinámico, era extraño cómo poco a poco habían estado conviviendo aquellas chicas, no eran las mejores amigas pero Hermione ya no se molestaba con la presencia de la otra al menos y aveces se mostraban amables una con la otra.
—¿Estás realmente bien, Harry? —Preguntó Neville, interrumpiendo su entretenimiento de ver a sus amigos desde la distancia, el pelinegro trago saliva.
Estaban caminando por el pasillo, aún faltaba un poco para llegar al aula, había muchos estudiantes caminando pero ninguno les prestaba atención, todos estaban en lo suyo.
—Pensé en lo que me dijiste.
—¿Qué te dije?
—Eh... Sobre-sobre si veía a Draco como mi mejor amigo. —Susurró por si las dudas de que alguien pudiera escucharlo. Seguían caminando ahora a un paso lento, entendiendo que querías hablar más tiempo.
—Ah, ¿Y qué tal? ¿Qué pensanste?
Harry inhalo profundamente, guardando la mayor cantidad de aire en sus pulmones y luego exhalo para armarse de valor, era la primera vez que lo diría en voz alta y a una persona.
—Creo que me gusta. Bueno, me gusta.
Espero cualquier reacción de Nev, un sobresaltó, que gritara, se atragantara con su saliva o algo, cualquier cosa pero al contrario de ello, solamente siguió caminando como si le hubiera comentado sobre el clima en lugar de decirle que le gustaba Malfoy.
—¿No estas sorprendido?
Longbottom negó lentamente, un poco divertido y le sonrió amablemente. —Para nada, ya me esperaba que te gustará, mi abuela dice que soy bueno comprendiendo lo que sienten las personas.
—Ah...
—¿Y se lo dirás?
Harry trago una gran cantidad de saliva, su manzana de adán bajo y subió de su cuello. —No lo creo, no lo sé ¿Tú qué crees que debería hacer? —Habló nervioso, aunque había estafó pensando las 24 horas de cada día en lo que harían, hasta en sus sueños seguía pensando, no sabía en realidad a qué conclusión había llegado. Sí, había invitado a Draco a una cita en un momento de valentía pero de ahí en más, no podía saber si decirle.
—Mm... ¿Por qué no quieres decirle lo que sientes?
—Dios, Nev, es mi mejor amigo, soy su mejor amigo, lo he visto hacer toda su rutina diaria durante años, su familia me trata como si fuera un Malfoy.
—Eh... ¿Eso no es bueno? Te ven como su familia, lo seguirías siendo.
Harry lo miró desesperado. —No, Nev, es malísimo. Tengo miedo de que arruine todo esto, arruinar nuestra amistad, su confianza ¿Qué tal si se siente incómodo? Lo he visto desnudo tantas veces y eso es porque me tiene confianza y no lo vi nunca con mordo pero-pero —Inhalo aire profundamente, había estado hablando tan rápido que a su amigo le costó seguirle el paso hasta que intento hablar más calmado. —No quisiera que me odie.
—Eso no podría pasar, Harry. —Le sonrió levemente. —Comprendo tu miedo pero ¿Realmente crees que Malfoy sea así? ¿Qué pueda llegar a odiarte? Me cuesta imaginarlo. Además, puedes intentarlo, todo lleva un riesgo pero siempre debes tomar decisiones con la cuestión de que puedes perder todo o ganarlo todo, eso se llama "Intentarlo".
En ese momento llegaron frente a la puerta del aula, la puerta estaba cerrada, Harry la miró por un momento, pensando en lo que había dicho Neville, lo miró un segundo y su amigo le sonrió, decidió abrir la puerta para entrar, McGonagall apenas estaba acomodando sus cosas en el escritorio.
Caminaron cada quien a sus asientos y pudo ver a Draco sentado al lado de Blaise, parecían estar bromenado juntos, hubo un momento en el que los ojos grises lo observaron y Harry le sonrió, creía haber llegado a una conclusión.
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En la sala slytherin se escuchaban risas de distintas personas, algunos ruidos de cartas golpeando la pequeña mesa del lugar y el sonido de la chimenea, era de tarde pero habían tenido dos horas libres gracias a que el profesor se había enfermado ese día.
Draco estaba sentado en el sofá, reía algunas veces con sus amigos quienes estaban intentando jugar con unas cartas muggles, Harry les explicaba una y otra vez.
—Sí te ponen una carta con un +4 debes de agarrar 4 cartas más, Blaise. —Explicó por tercera vez en la ocasión.
—¡Estoy harto! ¡Están haciendo trampa! Ya tengo 14 cartas, basta. —Se quejó el moreno mientras amontonaba todo el maso entre sus manos, Crabbe se rió de él. —Tu cállate, te han eliminado 5 veces seguidas.
—No es personal, Crabbe. —Dijo Pansy quien estaba a la derecha del chico.
—Ni is pirsinil. —Arremedó molesto.
—Sólo es un juego, vamos, no pasa nada. —Intentó ayudar Harry.
—Mejor hagamos otra cosa, siempre que jugamos esta cosa terminó enojado con todos por una semana. —Dijo Draco mientras dejaba su mano de cartas en el sofá y cruzaba las piernas.
Sus amigos estuvieron de acuerdo y dejaron las cartas, Harry aprovecho para comenzar a juntarlas y acomodarlas, Draco palmeo su lado del sillón para indicarle que se sentará junto a él y hasta había parecido que una cosa le había salido a Harry por la facilidad de hacerle caso al rubio e irse a sentar a su lado, sus amigos soltaron una risilla contagiosa.
—¿Qué hacemos? —Preguntó Goyle.
—¡Ah! ¡Vamos a contar historias de terror! —Pidió Pansy con entusiasmo.m y formando una voz tenebrosa al final.
—Sólo traigan una foto de Draco recién despertado y verán que no dormimos por un mes. —Dijo Blaise burlón y Malfoy le arrojo un cojín al rostro.
—Ya, en serio, me gusta hacer que Crabbe y Goyle orinen sus pantalones.
—¡Hey! —Vociferaron ambos chicos y los demás rieron.
—Bueno, comienza tú primero. —Le dijo Draco a Pansy y ella asintió frenéticamente, con un hechizo bajo la luz de la chimenea para que la oscuridad envolverá la sala común, acercaron los sofá para formar un pequeño círculo. —Había una vez...
—Ni que fuera cuento infantil. —Susurró Blaise y Pansy le golpeó el hombro.
—Como dije, había una vez aquí en Hogwarts, un chico de Gryffindor, era alguien que peleaba continuamente, no creía en las leyendas y era tan irrespetuoso con las pinturas, se burlaba de ellas y las rayaba con tinta, así que una noche, estas confabularon para jugarle una broma. —Cada vez iba bajando más la voz, provocando que todos se acercaran a prestarle atención, Harry contuvo la respiración, no por el miedo, sino porque sentía la rodilla de Draco pegada a su pierna y podía oler con atención su colonia. —Así que le pidieron a la chica que le gustaba a aquel chico que lo citara en los baños de prefectos, él acepto rápidamente, uso su mejor gel de cabello y los zapatos más lustrado que tenía y fue al baño a esperarla. En ese momento, las luces de las antorchas se apagaron, todo estaba en silencio y el chico ni podía ver bien, así fue hasta que escucho la voz de una mujer mayor hablarle, la miro y pudo darse cuenta que probablemente era una profesora, sin cuestionarse, se acercó para hablar con ella, se disculpo cuando lo regañó diciéndole "Deberías de regresar pronto, porque hay un fantasma que sale a esta hora para devorar a los chicos como tú."
Draco rodó los ojos pero siguió viendo a su amiga contar la historia, Crabbe, Goyle y Blaise ya estaban abrazados entre sí, escuchando con atención pero Harry ni siquiera sabía de qué iba lo que hablaba su amiga, sólo podía ver de reojo las manos de su mejor amigo, notando las venas sobresalientes, trago saliva e intento concentrarse.
—Entonces el chico se burló de la mujer, carcajeandose pero aun así le hizo caso, tuvo que irse de allí y así, al día siguiente, fue con la chica a explicarle que tuvo que irse gracias a que una profesora que no conocía le había dicho que se fuera, la chica dio para largo y le dijo que no importaba. Las pinturas rechinaron los dientes al ver que su broma no había resultado, la broma iba a ser simplemente que la chica lo dejaría plantado toda la noche. Así que volvió a invitarlo, él fue pensando en sí la profesora volvería a regañarlo pero todo cambio cuando llegó al baño... —Espero a que sus amigos estuvieran prestando atención. —Y entonces se dio cuenta que donde había hablado con la profesora... Era una ventana pero él recordaba perfectamente que fue ahí donde había hablado con la mujer, confundido, retrocedió y en eso, las antorchas se apagaron y sólo pudo escucharse una voz susurrando "Te dije que a esta hora salía una mujer a devorar chicos como tú." Y desde ese día, nadie encontró al chico. Aunque las pinturas estuvieran felices de ya no ser molestadas.
—Ni dió miedo. —Habló Blaise, temblado con Crabbe abrazados.
En ese momento de silencio, repentinamente se escucho el sonido agudo de una alarma que hizo que todos saltaran del susto. Harry se levantó del asiento y apago el conjuro que funcionaba de alarma.
—Lo siento, chicos, tengo que irme, Ron me dijo que quería que le enseñará un hechizo. —Se despidió rápidamente con una mano y salió del lugar, dejándolos solos.
—Seguro estaba asustado. —Comentó Crabbe.
Y Draco sintió como si dos cuernos imaginarios le crecían de la cabeza, sonrió grandemente, atrayendo la atención de sus amigos, se levantó del sofá rápidamente para ir a su dormitorio y después regreso con un mapa entre sus manos, algunas veces Harry lo dejaba en su alcoba ya que parecía más que compartían habitación que otra cosa. Miró el mapa y sonrió más.
—Lo adivinare ¿Le harás una broma, no? —Preguntó Blaise, conociendo a la perfección a Draco quien con un asentimiento lo confirmó.
Sus amigos rodaron los ojos con diversión y Malfoy se retiro de la sala común para seguir a Harry para esperar el momento adecuado para asustarlo y carcajearse en su cara como buen amigo que es.
Siguió desde la distancia a Harry, lo vió saludando a Ron, se habían ido caminando unos minutos hasta que el pelirrojo le dijo que quería ir al baño y como, justamente, el de prefectos era el que estaba cerca, fueron, ese año Ron, Hermione y Pansy eran prefectos así que pudieron ir fácilmente.
Se rió internamente y susurró un hechizo que hace tiempo había leído, era unonpara poder entrar en objetos reflejantes, como espejos, ventanas o lentes. Así paso, había logrado entrar al espejo del baño, su plan era esconderse y cuando menos se lo esperaran, saldría para asustarlos.
—¿Y ya vas a decirme lo que querías? —Preguntó Ron mientras lavaba sus manos enfrente del espejo donde Draco estaba escondido.
Harry se removió incómodo. Malfoy frunció el ceño, recordando que Harry había dicho que se iría para enseñarle a Weasley un hechizo, no para contarle algo.
—Sí-bueno, eh...
—Vamos, amigo, puedes decirme lo que quieras. —Ánimo Ron mientras lo volteaba a ver.
—Me... Me gusta Draco. —Dijo repentinamente.
Al contrario de Neville, Ron si se atragantó con su saliva, se coloreo de rojo por la falta de oxígeno mientras tosía varias veces, el rostro de Harry era de nervios llenos de preocupación. Hasta que su amigo se calmo pudo hablar.
—¿No... No te agrada, cierto? —Preguntó temeroso pero Ron negó rápidamente.
—No, no, no pienses mal, es decir, eh... Es muy raro pero —Se acercó a tomarlo de los hombros, respiro para intentar encontrar las palabras, quería apoyar a Harry, eran como hermanos y sabía que necesitaba hablar de este tema. — comprendo. —Le sonrió.
Harry pudo respirar con regularidad. —¿Sí? —Ron asintió.
—Cuéntame bien todo, sabes que soy muy chismoso y este es un chisme comí pan horneado. —El pelirrojo le rodeo el cuello con el brazo y salieron del baño.
Se escucho como algo había caído al suelo, al parecer el espejo del baño se había caído para estrellarse en cientos de pedazos en el suelo.
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