011
TaeHyung
— Tenías que ser un cobarde, sí, claro que lo eres, un completo cobarde. — me repetía constantemente mientras daba una y otra vuelta por la acera, fuera del edificio de HoSeok, con el objetivo de tranquilizarme; sin embargo, no podía, los nervios me consumían y la hojas que se encontraba en mi mano, ya estaban arrugadas y todo sudadas.
La prueba de embarazo casera que me tomé afirmaba que tendría un bebé, pero nunca logré confiar en esas tonterías, por lo que me tomó un día entero decidirme por ir a un hospital y pedir una verdadera prueba de embarazo, aquella de las que te extraen sangre y después de media hora te dicen si "sacaste la lotería" o simplemente "tendrás que seguir intentando".
Lamentable fue mi caso al recibir esos papeles y ver que SÍ me "había sacado la lotería". No pude evitar llorar en plena sala de espera mientras pensaba en todo lo que perdería al llegar nuevamente a New York; mi trabajo tendría que esperar por más tiempo y el departamento donde vivía ya lo había colocado en venta. No tenía ni una casa donde quedarme, a excepción del departamento de JungKook, a quien tampoco podía interrumpir mucho puesto que se había conseguido una novia y ahora se convertiría en padre. Sí, todos los amigos que conocí ya no eran los mismos, como dijo Jin: cada uno tiene su propio camino, era hora de formar el mío.
Con determinación y poca valentía que me quedaba, me decidí por entrar al edificio; sentía que todos me observaban, que me juzgaban, mas no era así. Las personas continuaban con sus vidas, mientras que yo me veía como el objeto de burla de todos.
El ascensor se detuvo en el número 5 y procedí a pedir permiso a todas las personas de mi alrededor mientras caminaba hasta salir del pequeño lugar.
Aún recordaba los pasillos, al igual que el número de su puerta. Al ver el 405, comencé a recordar todo lo que viví al lado de HoSeok, desde que éramos unos niños hasta que decidí largarme de su vida.
En cambio, ahora ya no podía darme el lujo de largarme de su vida como si nada, el bebé tendría que conocerlo en algún momento y prefería decírselo antes que él se enterara por bocas ajenas, algo que realmente no deseaba puesto que eso solo me traería muchos más problemas en el futuro.
Dos leves, muy leves, golpes fueron los que le di a la puerta, esperando muy en el fondo que él no se encontrara. Sin embargo, pasos se escucharon desde adentro y con dos minutos más, pude ver a quien no esperaba ver ahí.
— ¡TaeHyung! — su sonrisa gatuna se hizo presente. — Qué alegría verte. — sus manos se apartaron de la puerta, dándome el pase libre para entrar. — ¿Deseas pasar?
Negué de inmediato.
— Ho-HoSeok... ¿Está ahí? — él miró para adentro y al voltear, negó.
— No, pero si gustas puedes pasar a esperarlo. — abrió la puerta por completo y entonces me percaté que la ropa que utilizaba era de mi mejor amigo.
Me le quedé viendo el atuendo por unos minutos, minutos largos que quería perder para ver si de esa manera HoSeok llegaba para salvar el momento incómodo que estábamos viviendo su novio y yo.
— ¡TAEHYUNG! — su grito me sacó de mis pensamientos y me obligó a mirarlo directamente al rostro.
YoonGi volvió a sonreír y con sus manos hizo un ademán para que entrara.
— Mejor hablo con él por telefo...
— Yo quiero hablar contigo. — se apresuró a decir, dejándome con la palabra en la boca y con más nervios que antes. — Podríamos hablar... ¿cierto?
No me quedó de otra que asentir y con pasos lentos, entrar al departamento. El pasillo seguía manteniendo los cuadros que por primera vez visualicé, a excepción de que ya no se encontraba la foto de HoSeok junto a YoonGi; sin embargo, no le tomé mucha importancia al asunto y continúe caminando hasta llegar a la sala de estar.
— Siéntate por favor.
Asentí y me dejé caer en el sofá, sosteniendo con más fuerza mis análisis.
Y entonces... Todo empezó.
— Sé lo que HoSeok y tú tuvieron. — no lo iba a negar; sin embargo, me sorprendía que a estas alturas recién se atreva a decir que estaba enterado de mi relación con su futuro esposo. Dejé que continuara, quería saber hasta dónde llegaba con sus investigaciones. — También sé que lo sigues amando, no soy tonto, pero te pido, no solo por HoSeok, también por mí, que estés presente en la ceremonia. — ya iba abriendo mi boca para soltar el rotundo NO y apoyando mis manos en el sofá para así levantarme, cuando de repente... — Antes que te niegues, quiero recordarte que más que novios, ustedes fueron amigos. HoSeok fue como un hermano para ti desde el principio, él te apoyó y te cuidó cientos de veces, ¿No crees que deberías devolverle ese favor?
Me coloqué de pie lo más rápido posible y emprendí marcha hacia la salida; sin embargo, YoonGi se atreveso, colocando sus manos en mi pecho.
— No te estoy pidiendo que te quedes a celebrar junto a nosotros, solo te pido que estés presente para felicitar a HoSeok, es lo poco que puedes hacer ante todo lo que él hizo por ti.
— Él no hizo nada por mí. Me mintió los últimos tres años y quien sabe cuántos más, sin contar que fue un total egoísta al haberme alejado de su lado por una estúpida enfermedad que pudimos haber afrontado ambos.
YoonGi se quedó callado, si pensaba que aceptaría su estúpida propuesta así de la nada, estaba equivocado. Yo no pensaba aceptar nada y tampoco desearle algo que realmente no sentía a HoSeok.
— Me tengo que ir. Si HoSeok regresa es mejor que le digas que nunca estuve aquí.
Y con aquello, me encaminé hacia el recibidor, donde me senté un momento para colocarme mis zapatos. La prueba yacía en uno de mis bolsillos y la verdad sentía miedo, no todo había salido como yo lo había planeado y temía que en un futuro sea mucho peor de lo que ya estaba pasando.
Cerré mis ojos por un momento y suspiré, para luego levantarme, iba a abrir la puerta cuando esta sola lo hizo, dejando ver a HoSeok. Él al verme se sorprendió, su mirada cambió y un intento de sonrisa trató de aparecer en su rostro.
— ¿Q-Qué haces aquí? — musitó. Mi cuerpo se relajó al instante en que lo escuchó y evité sonreír al tenerlo delante de mí.
Volví en sí cuando la voz algo profunda y gruesa de YoonGi se hizo presente entre nosotros.
Esperé y fui testigo de como los labios que una vez solía besar, ahora se entregaban a otros, saboreaban a otro y disfrutaban de cada movimiento que ejercían. Mi cuerpo se congeló como si nuevamente volviera a ver la prueba de embarazo que dictaminaba un positivo, y cuando traté de caminar, caí de bruces.
Tanto HoSeok como YoonGi intentaron levantarme; sin embargo, rechacé su ayuda y comencé a atar mis pasadores, que fueron la razón de mi caída.
Al levantarme, no me quedó de otra que sonreír como si nada hubiera sucedido.
— So-Solo ve-ve... — mordí mi labio inferior con fuerza (reabriendo la herida que tenía en este lugar) al tratar de decir qué es lo que venía a hacer realmente en su departamento. Mas no podía pronunciar palabra alguna para dar una respuesta concisa a su pregunta.
— Tae ¿Te encuentras bien? — preguntó HoSeok, alejándose un tanto de YoonGi para tocar mi frente.
Si fiebre era lo que estaba buscando, pues estaba muy equivocado, yo no me encontraba enfermo... Bueno, no del todo.
— Y-Yo... — HoSeok se alejó y YoonGi no dudó en rodearle la cintura y abrazarlo como si de un árbol se tratara. Entonces ya no había ninguna duda... entonces logré entrar en razón. — Solo quiero que sepan que les deseo lo mejor, espero que sean muy felices. No podré estar en la ceremonia, pero tengan presente que podré irme feliz al ver que mi mejor amigo consiguió a alguien que sí ha logrado robarle el corazón por completo.
Les sonreí y salí corriendo de ese lugar, corrí por el pasillo e importándome muy poco que existiera un ascensor, me dirigí hacia las escaleras de emergencia. Las bajé corriendo y salí por el estacionamiento, este se encontraba vacío a excepción de unos cinco autos.
Caminé como si de un zombie se tratara y al encontrar un tacho de basura me detuve. Saqué los análisis y mirando por última vez el POSITIVO, lo rompí. Decir que descargué mi furia con aquellos papeles era mentir. No me encontraba enojado, tampoco podía decir que estaba triste, no del todo, solo podía afirmar que le agradecía mucho a HoSeok. Gracias a él, sería papá. Tendría un bebé y podría educarlo como yo deseara.
Sonreí a la nada y arrojé los trozos de papel al tacho de basura. Luego de unos minutos volví a retomar mi camino, como si nada hubiese pasado y es que nada había ocurrido.
[🍃🍃]
Abracé por quinta vez a JiMin y le agradecí por el alojamiento, al igual que por su gran amistad y confianza.
— Al menos puedes quedarte en la boda media hora. — insitió él, mas me negué.
— Mi vuelo sale dentro de tres horas y pienso ser puntual. — sonreí sin mostrar mis dientes y cargué mis dos maletas.
JiMin me ayudó a subir las maletas al taxi y volvió a abrazarme cuando ya estaba por adentrarme al auto.
Por un momento, durante el abrazo, me debatí entre entregarle o no la carta.
— Ya es hora de irme. — me separé y terminé entrando al auto.
JiMin se despidió de mí, moviendo de un lado a otro su mano; hice lo mismo.
Estamos muy cerca al final, bebés.
Ya estoy llorando :')
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