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TaeHyung

– ¿Cuándo? – musité sin atreverme a mirarlo, no tenía el valor para hacerlo, no podía ni siquiera estar frente a él y sentir como mi mundo se caía.

– ¿Qué? – contestó con otra pregunta. — No te enti...

– ¿Cuándo se casarán? – hasta decir aquello me dolía. No era algo bonito ver como tu único mejor amigo y primer amor se iba a casar con alguien que no eras tú.

– Dentro de dos semanas – y aquello me obligó a levantar el rostro y mostrar la expresión de sorpresa que estaba, de seguro, plantada en mi rostro. – Todo se dio rápido, estábamos tan bien, él era mi novio y lue... y – un suspiro salió de sus labios antes de decir aquella palabra que no quería escuchar. – Lo siento.

Cerré mis ojos con lentitud y llevé mis dos manos a mi rostro; ya no tenía el derecho de reclamarle algo, él era ajeno a mí, al igual que yo era ajeno a él. Éramos dos personas desconocidas en este momento.

– Iré a desempacar. – di por terminada aquella conversación, emprendiendo camino al instante y siendo detenido antes de llegar a mis maletas.

– Quiero que nuestra amistad no se vea afecta...

– ¿Qué amistad? Aquí no hay ninguna amistad, HoSeok. Me mentiste cuando te pregunté si tenías algún saliente, me dijiste que estabas solo y eso fue hace menos de cinco meses. — noté la incomodidad en su mirada y la vergüenza en su rostro. ¿Él estaba apenado? ¡Por dios! Yo ya no le creía nada al que fue una vez mi mejor amigo.

Logré soltarme de su agarre y llegar a mis maletas, para luego caminar con mucha prisa hacia mi nueva habitación, cual la verdad no conocía y solo al estar por el pasillo que daba a las habitaciones me maldije, no había preguntado por el lugar que ocuparía en toda mi estadía, la cual supuestamente iba a ser para siempre; sin embargo, con lo ocurrido lo único que quería era buscar departamentos o alguna casa en venta para mudarme cuanto antes e ignorar al imbécil y mentiroso de HoSeok.

Con mucho pesar, me aventuré a buscar mi habitación, encontrando en el proceso un estudio, de esos en los cuales haces música o compones, me pareció genial que HoSeok no se haya detenido con su sueño y haya obtenido lo que más quiso: un lugar donde componer. Cerré la puerta de esta habitación y al abrir la siguiente me di con lo que sería la habitación de mi ex novio. Todo estaba en orden, como su vida.

No me atreví a entrar y solo continúe hasta deducir que la última puerta, que se encontraba al fondo del pasillo, era mi habitación, y tal como lo predije, esa era mi habitación, estaba intacta, como si nadie hubiera dormido ahí por varios años.

Pasé a dejar de mis maletas y a cerrar la puerta con seguro, empezando de esa manera a desempacar. Mi ropa fue a parar en el armario mientras que mi diario personal fue escondido debajo de la almohada, una manía que tenía desde los doce años, en cambio, mis pertenencias, tales como fragancias y fotos, estuvieron a la vista.

Para cuando terminé de acomodarme en el lugar ya eran las seis de la tarde. Sí, era de aquellos que les gustaba la perfección y hasta lograrlo podrían demorarse años.

Me lancé a la cama, suspirando y probando la suavidad de esta. Sonreí gustoso y no tardé en tomar mi móvil y los audífonos de este para darle play a la primera musica que encontré en mi playlist.

Estaba tan sumido en aquello que ni percibí en que momento mis ojos se cerraron, lo único que sé fue que desperté cuando la habitación se encontraba a oscuras y mis oídos doliendo por el volumen tan alto de la música.

Con mucha desesperación me encaminé hacia la pared más cercana, buscando el interruptor de la luz y al hallarla, la presioné con mucha fuerza; mi miedo a la oscuridad era igual de grande que mi miedo de perder a HoSeok.

Teniendo un poco más de tranquilidad, decidí salir de mi habitación, los audífonos seguían puestos en mis orejas y reproduciendo una música que era muy conocida para mí: The scientist de Cold Play.

Las luces de la sala de estar se encontraban encendidas, al igual que el de la cocina, ambas alumbraban el pasillo por el cual avanzaba. Proseguí a quitarme los audífonos, no sin antes ponerle pausa a la música que más me gustaba, y buscar a HoSeok con la mirada. No estaba en la sala.

— ¡EN LA COCINA! — Dijo o mejor dicho, gritó con su típica voz, esa voz​ que parecía estar llena de esperanza y felicidad.

Rodeé los ojos y entré a la cocina, encontrándolo con una camiseta sin mangas y con unos shorts que le quedaban hasta la rodilla, quería regañarlo por andar de esa manera, cuando me dí cuenta que el frío estaba más que afuera, en la calle, pues en el departamento la temperatura era la adecuada como para ir desnudo y no morir de hipotermia.

— ¿Qué haces? — me atreví a preguntar, a pesar de que era obvio que estaba cocinando. ¿Por alguna razón se encontraba en la cocina, no? — Idiota. — me dije a mi mismo.

— ¿Perdón? — dijo HoSeok con algo de sorpresa y apagando la hornilla.

— Te perdono. — reí ante mi "grandioso" chiste y no tardé en colocar ambas manos en el repostero de la cocina para luego impulsarme y sentarme en este. HoSeok también rio ante mi ocurrencia y me advirtió que bajara del lugar para sentarnos como personas civilizadas.— La última vez también lo hicimos en un repostero. — di como respuesta.

— TaeHyung no empieces, por favor. — rogó, refiriéndose obviamente a la explícita conversación que quería empezar.

Desvíe la mirada y le hice caso, bajé del repostero, pero no para ir a sentarme a la mesa, sino para caminar a la salida de la cocina. El hambre se me había pasado, aunque en un principio ni lo tenía.

— ¿A dónde vas? — gritó él, pero no me detuve, continúe con mi camino hasta llegar a la sala de estar y detenerme al frente de la mesita central, donde yacía mi móvil junto a mis audífonos, los tomé y cuando me giré, vi el rostro de HoSeok muy cerca al mío.

Tragué grueso y esperé su reacción, una no muy buena.

— ¿¡Qué mierda te sucede!? — gritó, tomando mis codos entre sus manos. — No te he hecho nada malo. — continuó, controlando el tono de su voz.

Maldije internamente, ya veía en qué terminaría esto, él gritándome y yo contestando cada uno de sus insultos con algo mucho peor.

— No me sucede nada, solo no tengo hambre. — dije con total simpleza, tratando de llevar por un buen rumbo esta conversación.

Él no me contestó de la misma manera, en realidad no contestó nada, solo apretó con más fuerza mis codos, traté de parecer el fuerte, pero dentro de mí moría del dolor.

— TaeHyung, dime la verdad. — exigió, oponiendo la fuerza antes que la razón.

Su mirada se clavó en mi rostro, yo hice lo mismo y sin poder evitarlo me lancé a sus labios. Pensé que con aquel beso despertaría algo en él, sin embargo, lo único que logré despertar fue su enojo. Se separó bruscamente de mí y no tardó en empujarme.

— ¿¡QUÉ TE SUCEDE, EH!? — el enojo podía notarse en su mirada.

No bajé ni la cara y mucho menos, la mirada, sé que había hecho mal, pero tampoco cometí pecado alguno o ¿sí?

— Me iré a dormir. Buenas noches. — traté de escapar, pero nuevamente HoSeok me tenía sujetado, sllo que esta vez fue de las muñecas.

— ¡Vamos a arreglar esto de una buena vez! No quiero tener problemas con mi mejor amig...

— ¡TU BODA! — grité a todo pulmón, ya no lo podía aguantar más, no aguantaría que me tratara como a un amigo más, cuando en realidad fuimos algo más que eso. — Eso me molesta.. Tu boda, tu maldita boda y el hecho de que me hayas mentido.

Su agarre se suavizó y me soltó. Tanto él como yo nos quedamos callados, yo ya no tenía nada qué decir, por lo que pensaba retirarme; sin embargo...

— Amo a YoonGi. — eso me detuvo y logró pisotear mi corazón roto. — Él me apoyó cuando más necesité de un mejor amigo, él estuvo siempre conmigo.

Y eso fue la gota que derramó el vaso. Me giré en mis talones y proseguí a empujarlo.

— ¡NO TIENES DERECHO A DECIR ESO! ¡YO ESTUVE ANTES QUE ÉL, YO FUI TU PRIMER AMIGO, TU PRIMER BESO E INCLUSO TU PRIMERA EXPERIENCIA! ¡YO, NO ÉL! — lo grité, a tal punto de sorprender a HoSeok y de tener una que otra lágrima corriendo por mi mejilla.

— TaeHyung, no lo entien...

— ¡CLARO QUE LO ENTIENDO! — Lo interrumpí. — ¡ENTIENDO QUE ESE IDIOTA ESTUVO CONTIGO DURANTE TODA LA QUIMIOTERAPIA! — Y lo llegué a soltar. Solté el gran secreto que juré llevarme a la tumba.

HoSeok abrió sus ojos en par y susurró un "no puede ser".

— ¿Lo sabías? — preguntó más que desconcertado.

Solo me tocó asentir.

— ¡NO DEBÍAS SABERLO! ¡NO DEBIAS! — gritó. NamJoon me dijo que a él no le gustaba hablar sobre aquello.

— Sí debía, era tu novio, HoSeok. Debiste decírmelo. — traté de acercarme, pero él se alejó; parecía tenerme miedo.

— ¿Quién te lo dijo?

— HoSeok no de...

— ¿¡QUIÉN FUE!? — gritó. Su rostro se había colocado rojo y de su cuello sobresalía una vena.

— ¡ES POR ESO QUE DEJASTE QUE ME MARCHARA! ¿CIERTO?...

— ¡NO ME CAMBIES DE TEMA, TAEHYUNG!

Lo ignoré por completo.

— ¡AL DEMONIO CON EL TEMA!, ¡TÚ ME ENGAÑASTE Y DEJASTE QUE ME LARGARA DEL PUTO PAÍS CUANDO NECESITABAS MÁS DE MÍ! ¡DECIDISTE DEJARME DE LADO CUANDO EL QUE SUFRÍA DE CÁNCER ERAS TÚ!

— ¡LO HICE POR TU BIEN!

Negué lentamente con la cabeza.

— Lo hiciste por egoísmo, no por amor.

— que no, TaeHyung. Tú tenías un futuro brillante en...

— ¡NO! Mi futuro brillante estaba al lado tuyo, no a miles de kilómetros.

Las lágrimas fueron en aumento, logrando nublar mi vista.

— Pude haber muerto, no quería arrastrate a ese hoyo junto a mí.— musitó, sus manos a cada lado de sus piernas y su cabeza baja me daba la impresión de que estaba más apenado que cualquier otra persona.

— Muy tarde, caí en ese hoyo cuando me fui lejos de ti, cuando ahora veo que al que amas no es a mí.

Y sin más, salí corriendo hacia mi habitación, con la esperanza de que él me siguiera; sin embargo, no lo hizo.





Datos:

• HoSeok: cabello castaño
•TaeHyung: cabello rubio
• YoonGi: cabello negro

Nota del autor:

Bebés, les deseo unas felices fiestas patrias a todas las peruanas que están leyendo esto, espero que estén pasando un buen domingo. ♥

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