Brunhilde la mayor de las Valkirias se encontraba enfrente de Buddha, aquel que le enseño como hacer el Volund.

Buddha: Déjame ver si entendí... ¿Quieres hacer el Ragnarok para salvar a la humanidad en caso de que los Dioses quieran destruirla? -pregunto lo que entendió mientras lamía una paleta sin mucho interés.

Brunhilde: Si, el Ragnarok es la última carta para la supervivencia humana... -dijo con pesadez mientras pensaba en sus hermanas menores.

Buddha: Acosta de la existencia de tus hermanas, ¿Verdad? -pregunto mirando a Brunhilde mientras dejaba de lamer su paleta.

Brunhilde: ... -no dijo nada y asintió dando una respuesta positiva.

Desde la puerta de la habitación:

Ares: ¿Ragnarok? Tengo entendido que ésa regla es una especie de chiste -se dijo a sí mismo mientras miraba por un hueco por la puerta.

Ares: No hay forma de que los humanos ganen... -dijo mientras se retiraba del lugar con una sonrisa en su rostro.

Camino hasta llegar lejos del lugar donde no había nadie.

Ares se detuvo de repente y se tomó la barbilla pensando eso del Ragnarok.

Ares: Momento, la Valkiria quiere hacer el Ragnarok, pero para eso necesita oponerse a la palabra de los Dioses... Que significa ésto -se pregunta a sí mismo mientras se empezaba a estresar, sus venas se empezaron a marcar y su rostro se empezó a poner rojos.

Su mente estaba trabajando al máximo para averiguar que significa el Ragnarok por parte de la Valkiria.

La cámara se acerca al oído de Ares y viajó hasta el cerebro para ver las neuronas de Ares trabajando para que el Dios averigüe la respuesta.

Click

Es el sonido que hizo su cabeza y su tonalidad roja volvía a la normalidad.

Ares: Ésa Valkyria... Ésto significa... ¡¡Una rebelión!! -grito enojado mientras su fuerza destrozó el suelo en sus pies.

Ares: Pero pensar en eso... Sería una buena forma de demostrar el poder de los Dioses -dijo con un poco de arrogancia mientras sonreía un poco.

Ares: También, una forma de demostrar mí poder -dijo con una sonrisa feliz mientras golpea su palma con su puño.

Ares: Espera... Hace tiempo que no entrenó... Hércules hace tiempo me supero -dijo pensativo mientras ponía su mano derecha en su barbilla.

Ares: Creó que debería entrenar, Hércules al beber la ambrosía se volvió increíblemente fuerte, la ambrosía es la sangre de mí padre... Lo que significa que tengo una especie de ambrosía en mi sangre, por lo tanto puedo superar el poder de Hércules si entrenó duramente en todos éstos días que quedan para la junta en el Valhalla -dijo de manera pensativo, todos eso Ares lo dijo en 0.25 segundos.

Ares: Lo tengo, entrenaré... Mañana -dijo feliz mientras se iba a su hogar lejos del Olimpo, mientras que su cabeza estaba botando humo como si fuera una chimenea encendida.

Ares después de llegar a su habitación lejos del Olimpo cayó rendido en su cama por el uso excesivo de su cerebro.

Al otro día:

Ares abrió lentamente los ojos mirando el techo de su hogar lejos del Olimpo.

Para Ares ser Dios de la Guerra tiene muchas desventajas, odiado por todos, en el campo de batalla es el incontrolable, ¿Porque?... Ares es la encarnación de la Guerra cuando pelea: Muerte, dolor, Destrucción, etc.

A diferencia de Athenea que es la Diosa que ponía fin a las Guerras, ella es más querida por eso.

Ares no inicia Guerras, el solo participa y mata a cualquiera de ambos bandos, sin excepciones.

No importa cuánto le reces, sacrifiques... La Guerra no es justa, también la vida.

Suspiro saliendo de eso pensamientos y se levantó de su cama, un día perfecto para entrenar.

Ares salió de la casa y miró el lugar donde entrenaría, un prado con algún que otro árbol.

Ares: ¿Cómo debería iniciar? -se preguntó así mismo viendo el prado de manera pensativa.

En otra parte:

Brunhilde miraba a Geir, está última estaba algo nerviosa.

Geir: Hermana, ¿porque tengo que ir yo a hacer que Ares-sama no diga nada del Ragnarok? -pregunto nerviosamente mientras juntaba sus dedos.

Brunhilde: Porque tú eres la indicada, el no sospecharía de que la menor de nosotras las Valkirias lo esté distrayendo para que no diga nada -dijo mientras acaricia la cabeza de Geir, está última suspiro mientras miraba el suelo.

Geir: ¿Pero dónde lo encontraría? -pensó mientras usaba la pregunta cómo excusa para no ir.

Brunhilde: Está lejos deo monte Olimpo, en un prado con algunos árboles -dijo simplemente mientras Geir la miraba sin expresión alguna.

Y así Geir se fue a ver al Dios Ares, donde se firmaría una amistad.

Unas horas después:

Ares estaba sudando en todo su cuerpo, para el, se sentía muy bien entrenar de nuevo.

Una sensación refrescante emerge de su sangre, la sangre de Zeús corriendo por sus venas quiere más de ésa sensación refrescante.

Ares: Está sensación... La había olvidado hace tiempo... -dijo con una sonrisa de satisfacción.

En uno de los árboles se escondía la pequeña Geir, temblando un poco.

Geir: Bien, tengo que prepararme -dijo nerviosa y se asomó a mirar desde el árbol.

Vió a un Ares sudoroso con la respiración agitada, rápidamente se volvió a esconder detrás del árbol.

Geir se golpeó los cachetes para espabilar su mente, nuevamente miró miró a Ares y ya no estaba.

Geir: ¿Eh? ¿¡Desapareció!? -grito impresionada mientras miraba por todas partes.

Ares: ¿Me buscas a mi? -pregunto apuntado a si mismo con su dedo estando detrás de el.

Fin del Capítulo