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«MEISSA WALBURGA BLACK»

"Amortentia"

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Noviembre, 1977

Meissa terminó de ponerse su uniforme, y se cepilló el cabello.

Eran alrededor de las 8 de la mañana, e iría a su primera clase, que comenzaba a las 9.

No había ido a desayunar, prefirió dormir otro rato. Y es que, ayer en la noche. Se había quedado despierta, junto con James. Cuando el vino a verla, como casi todas las noches.

Y es que, a Meissa ya se le estaba haciendo costumbre que James fuera a su habitación en las noches, y se desvelaban.

James siempre le llevaba un pedazo de pastel. Y ambos lo comían mientras Meissa leía, y James terminaba sus tareas.

Giro su cabeza para ver, las aún 18 rosas amarillas, que estaban con las otras rosas que James le daba cada mes.

Sonrió. De verdad que empezaba a sentir algo por James. Aunque ella quería evitarlo.

Cuando volvió a girar su cabeza para verse en el espejo del tocador, vio justó en cima, las dos pulseras y el anillo.

Dentro de la caja que James le había regalado, no solo venía aquel perfume o la pulsera que él mismo había hecho. Si no que también, venía una pulsera y un anillo.

El anillo tenía una piedra color blanco, mientras que la pulsera tenía una piedra—que se veía a miles de metros—color azul.

Se las colocó, ciertamente jamás le había gustado usar pulseras o anillos. Al contrario de sus hermanos, sobre todo Regulus, quienes siempre traían al menos un anillo en cada mano.

Se colocó la mochila en su hombro, tomó su varita y salió de la habitación.

No era que odiará las clases de pociones, pero, ¿por qué tenían que estar por la sala común de Slytherin? Tan...lejos.

Al casi llegar al salón, pudo visualizar una cabellera pelinegra con rulos, la conocía perfectamente.

—No haré eso, Regulus Black—Escuchó otra voz

—Pero...¡amor!—Se quejó Regulus—. Solo se lo tienes que preguntar, y ya yo me encargo de lo demás.

—¡No!—Dijo Mary—. Mejor pregúntaselo tú, directo.

—Jamás me lo dirá, a menos que ya sienta que sea el momento—Dijo Regulus mientras se cruzaba de brazos

—¡Con más razón!—Dijo Mary—. ¿Por qué quieres saberlo?

—El simio con lentes se ha acercado a mi hace...

—¡Mei!—Mary abrazo a la chica Black

Regulus giró su cuerpo, y vio a su hermana mayor con algo de miedo.

—¿De que hablaban?—Pregunto Meissa

—Nada sin importancia—Contestó Regulus, mientras le pasaba un brazo por los hombros a Mary

—Algo le decías de los simios—Dijo Meissa—. Esos son los amigos de Sirius.

—Entra a tu clase ya, Mei—Dijo Regulus—. Hace rato entró el profesor Slughorn.

Meissa abrió los ojos, asustada. Le dio un beso en la mejilla a cada uno, y corrió al salón que estaba a unos cuantos metros.

Cuando entró, quería volver a donde estaba Regulus y jalarle el cabello. Aún eran pocos alumnos que estaban ahí.

Salió de sus pensamientos cuando le llegó un olor, muy particular. Camino hasta estar en una de las mesas, que no tenía nada gente.

Comenzó a contar las sillas, para que alcanzaran para ella y los demás.

Escuchó risas, cuando alzó su cabeza, vio a los demás entrando. Aunque, al igual que ella, arrugaron la frente al olerlo.

Claro que Meissa, identificó lo que olía. Amortentia. Lo sabía porque...

Porque le dio olor al perfume de James, el jugo de uva, cigarro y...a la madera de la escobas.

Abrió los ojos, asustada cuando cayó en cuenta.

—¡Maldita sea, Sirius!—La voz de Marlene la sacó de sus pensamientos—. Esta bien que quieras llamar la atención, pero no tenías que echarte tanto perfume.

—¿Disculpa?—Dijo Sirius—. Eres tú la que nada más entró al salón y...

La risa de Apolo, hizo que todos lo voltearan a ver. Ellos se acercaron, y se acomodaron en la mesa que Meissa ya había apartado.

—¿Que?—Pregunto Sirius

—Pero...—Habló James—. A mi me da olor a Me...

Lily le tapó la boca antes de que terminara de hablar. Apolo apretó la mandíbula, Meissa lo vio confundido. Sabía que no era por la acción de Lily.

—Lo qué pasa es que—Habló Lily, mientras le quitaba la mano de la boca a James—, lo que ven en la mesa de el centro. Es amortentia. Sabemos que la amortentia, huele a la persona que te gusta.

—¡Ahhh!—Dijeron Marlene y Sirius al mismo tiempo

Meissa se perdió en sus pensamientos, con el olor. Había confirmado que le gustaba James. Eso no era bueno.

Cuando giró su cabeza para ver a James, él ya la veía con una sonrisa. Ella le sonrió, tímida.

Sabía que se había sonrojado. A veces ni ella misma se entendía.

A veces era tan lanzada y coqueta. Y otra veces prefería desaparecer en el momento en el que él aparecía.

Sintió como alguien sostenía su mano por debajo de la mesa—justo donde nadie la podía ver—giró su cabeza y vio a James, quien era quien le había tomado la mano.

—Huele demasiado a James—Se escuchó una voz en la entrada del salón

El grupo, miró de quien provenía. Emily.

Y fue que todas las esperanzas de Meissa, desaparecieron.

Vio a la castaña, en la puerta, que aún hacía muecas. Meissa quito la mano, rápidamente, de la de James. E incluso, se pasó en medio de Sirius y Marlene, haciendo que estos se separaran.

—¿Que pasa contigo?—Cuestiono Sirius

—Nada qué te interese—Contestó Meissa—. Sigue con lo tuyo.

—Pero...

Slughorn entró por la puerta.

—Buenos días, clase—Hablo Slughorn—. Como algunos ya se dieron cuenta. El día de hoy, estaremos concluyendo el tema de la poción de amortentia. Primero prepararemos una, nosotros mismos. Pero primero, pasarán en una fila a olerla. No se preocupen, si no les da olor a nada o si les da su propio olor. Es normal.

Meissa comenzó a sentir nervios. ¿Que se supone que haría? No podía describir el olor de James, menos con Sirius ahí, la mataría ahí mismo. Luego iría por James.

—Empezaremos con la señorita Black—Slughorn la sacó de sus pensamientos

—¿Que?—Dijo Meissa, nerviosa

—Que pases frente a la clase y nos digas a qué te da olor—Explicó Sirius

—No soy idiota al igual que tu—Susurro Meissa

—Uy, desde que maldeciste por primera vez, andas que ni tú te aguantas—Dijo Sirius

—¿Le gusta hablar?—Hablo Slughorn—. Bien, pasen ambos aquí.

Meissa suspiró y fue detrás de Sirius.

—Cerveza de mantequilla, cereza y...campo de Quidditch—Dijo Sirius, sin preocupación

Meissa vio como Marlene sonreía. Meissa sabía que era el olor de Marlene.

—Señorita Black—Dijo Slughorn

Meissa trago saliva, se acercó para oler mejor.

—Perfume caro...rosas...chocolate...y...libros—Mintió Meissa

—¿Tu propio olor?—Presunto Sirius, confundido

Meissa se alzó de hombros.

—Eso pasa, cuando no te gusta nadie—Explicó Slughorn—. Pero te sientes feliz y cómoda contigo misma.

Meissa y Sirius regresaron a la mesa, donde Marlene me dio un beso en los labios a Sirius. Y Meissa noto que la mirada de James estaba en el suelo.

—Joven Snape—Habló Slughorn

—Desde aquí huelo a...dulce...lirios...pergaminos—Dijo Apolo desde su lugar

—Señorita Mckinnon.

—Campo de Quidditch, cigarro, perfume caro y...whisky—Dijo Marlene

—Señorita Evans.

—Pastel de calabaza...café...rollos de canela.

—Joven Potter.

—Rosas...perfume dulce y...algo que no lograr identificar—Dijo James

El profesor, siguió preguntando, hasta que llegó a la chica nueva de Gryffindor.

—Señorita Jackson.

—Campo de Quidditch, jugó de uva...perfume caro y cigarro—Dijo Emily

Meissa suspiró, con pesadez. Haciendo que James la mirara con una sonrisa, y Marlene—quien era la que estaba del otro lado de ella—la viera con una ceja alzada.

¿Que les pareció?

Jeissa, mis segundos papis >>>

Meissa mintiendo el olor de su amortentia, y Jackson diciéndolo como si nada.

Recuerden que pueden encontrar la otra parte en el perfil de Lune_black