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«MEISSA WALBURGA BLACK»


"Mantente alejado de mi"

。。 ゜゜ 。。

Noviembre 03, 1977

Meissa caminaba por los pasillos del colegio, mientras se abrazaba a si misma. Era de madrugada.

Ya comenzaba a sentirse el frío, pronto sería Diciembre.

No sabía porque, pero aunque sabía que haría frío, siempre salía sin algún suéter.

O tal vez solo queríamos que James nos diera su sudadera.

Meissa sacudió la cabeza alejando el pensamiento.

Iba a la biblioteca por algún libro. Era de noche, en que momento no podía dormir y tenía que leer. Pero ya había leído mil veces todos los libros que tenía en su habitación.

Quería algo diferente.

Al girar en una esquina, se detuvo en seco. Trago saliva, e intento pasarlo sin mirarlo.

—Pero si es Meissa Black—Habló el chico

Meissa se detuvo antes de pasar a su lado, cerrando los ojos y tratando de no temerle.

Cuando abrió los ojos, trago saliva.

—Matthew...—Dijo Meissa, sintiendo su piel fría

—¿Que te trae por los pasillos?—Dijo Matthew Davis—. Tan sola y...tan noche.

—En lo que a mí concierne—Habló Meissa—. Mi vida no es de tu incumbencia.

Meissa se dio media vuelta, y comenzó a caminar de regreso a la sala común. Su lectura podría esperar.

—Meissa, Meissa—Dijo Matthew

Meissa quería correr. Pero tampoco quería demostrarle que tenía miedo.

Ciertamente, sabía que Davis tenía una clase de "enamoramiento" por ella. Se lo había dicho hace un tiempo. Y tampoco era como que el chico lo disimulara.

Meissa vio por encima de su hombro que Mathew la seguía a paso, algo rápido, por lo que ella también caminó rápido.

Al girar de nuevo en el pasillo, suspiró. Claro que le deba miedo estar con él, a solas. Muchas veces había intentado besarla, aunque ella no quería.

Si no lo enfrentaba, el chico seguiría haciéndolo.

—Mei...

Meissa abrió los ojos, y lo vio a lado de ella.

Se alejó rápidamente.

—¿Que es lo que en realidad quieres?—Pregunto Meissa—. Miles de veces te he dicho que no me gustas, ni me gustaras.

—Solo quiero desearte un feliz cumpleaños, linda—Dijo Matthew acercándose

Mientras Matthew daba un paso hacia ella, Meissa retrocedía dos.

—¿Por qué te alejas?—Hablo Matthew—. Es normal dar abrazos en los cumpleaños, y hoy cumples 18.

—Detén tus pasos ahí—Meissa lo señalo con el dedo

—Solo quiero desearte un feliz cumpleaños—Dijo Matthew—. Como ya dije.

Meissa sabía que el chico era muy insistente, así que sacó su varita de su bolsillo.

Mantente alejado de mi—Meissa apuntaba a Matthew con la varita. El chico sonrió, divertido

—Eres Meissa Black—Habló Matthew—. No eres capaz de herir a un estudiante.

—¿Lo crees?—Meissa lo vio con una ceja alzada—. Pruébame...

Matthew la vio de la misma manera.

—Que no se te olvide, Matthew—Hablo Meissa—. Soy una Black, se muchísimos mas hechizos para herir que tu. Se lo puedes agradecer a mis padres.

Meissa vio como Matthew miraba detrás de ella, y rodaba los ojos.

—Feliz cumpleaños, Mei—Dijo Matthew para después darse la vuelta, girar en el pasillo e irse

—¡No me llames Mei!—Dijo Meissa—. Odio los diminutivos de mi nombre—Lo ultimo los susurro

—¿Entonces ya no te llamo Mei-Mei?

Meissa sintió su corazón latir con más fuerza y velocidad. Sentía que sus latidos podia escucharlos.

Se dio la media vuelta, y vio aquellos ojos avellana, a través de los cristales de los lentes.

—Contigo puedo hacer una excepción—Meissa sonrió, coqueta

James se rio, al darse cuenta que era la misma sonrisa que Sirius ponía cuando, antes, intentaba ligar con las chicas.

—¿Que haces por los pasillos?—Pregunto James

—No podía dormir—Contestó Meissa—. Así que iba a la biblioteca por algún libro, pero me encontré con...—Meissa se callo al ver la ceja alzada de James—...nada importante. ¿Tu qué haces por los pasillos?

—Bueno...resulta que hace 18 años, nacía la chica que me gusta—Hablo James. Meissa trago saliva—. E iba a su habitación a felicitarla. Fui a su habitación, pero nadie me abrió. Luego me fijé en mi mapa...y la vi aquí en los pasillos.

—¡Que casualidad!—Dijo Meissa—. Yo nací hace 18 años.

James se rio, haciendo que Meissa sonriera.

—Feliz cumpleaños, Mei-Mei—Dijo James, extendiendo un regalo envuelto con papel morado

Meissa lo tomó, con una sonrisa. Y fue cuando se dio cuenta que James tenía su mano en su espalda, ocultando algo.

¿Nuestra rosa amarilla?

Eres el primero que me felicita, ¿sabes?—Dijo Meissa

—Me alegra escuchar eso—Dijo James

Meissa, con cuidado, comenzó a abrir el regalo.

Su corazón latía más rápido, si eso se podía, al ver lo que había dentro.

—Sirius me dijo cual usabas—Hablo James

Meissa vio que había un perfume, que era el que ella usaba.

Pero encima de este, había algo más pequeño. Mientras que aún lado, había una caja más pequeña de la que donde venían los regalos.

Meissa tomó cuidadosamente el objeto encima del perfume. Lo sacó, y sonrió.

—Esa la hice yo—Hablo James—. No sabía que regalarte, seguramente ya tienes de todo. Pero...nunca te he visto usar pulseras o anillos.

—Es...hermosa—Meissa le sonrió

James sacó su mano detrás de su espalda y Meissa sentía que podía desmayarse en ese momento.

Era un ramo de rosas amarillas.

—Son 18–Habló James—. Por tus 18 años.

Meissa se colocó la pulsera, y agarró las rosas.

—Son...—Meissa sintió sus ojos cristalizados—...gracias.

A pesar de que era exactamente lo que quería, no podía evitar pensar que era lo más lindo que habían hecho por ella.

Y tenía miedo. Tal vez no era el mejor momento, pero solo una persona le había regalado rosas. Hace tiempo, y ahora, simplemente ambos eran desconocidos.

Meissa bajo la cabeza, sintiéndose entre triste y feliz. Sintió las manos de James, mientras le alzaba la cabeza.

—¿Estas llorando?—Pregunto James, con una sonrisa

Meissa lo observo a los ojos, a pesar de que estaban en el pasillo, oscuro. Pudo ver algo en aquellos ojos avellana, brillaban. Vio como James sonreía.

—Deja de mirarme con esos ojos—Dijo Meissa, ahora evitando mirarlo a los ojos, pues sentía su cara arder

—¿Que ojos?—Dijo James, mientras le quitaba la caja del regalo y el ramo de rosas y los colocaba en el piso

—¿Que...

James puso sus manos en el inicio de sus suéter, y Meissa abrió los ojos, asustada.

James se sacó el suéter, quedándose en su playera común.

Meissa sonrió, cuando James acomodó él suertes y se lo pasó—a ella—por la cabeza.

Ese perfume.

Le gustaba a lo que James olía.

James acomodó el cabello de Meissa, para que no estuviera debajo del suéter.

Y fue cuando Meissa se atrevió a ver a James a los ojos.

Trago saliva, justo ahora quería besarlo.

De verdad que ella no quería enamorarse de él. No quería que James le gustara. Era el mejor amigo de su hermano, pero como el chico de lentes se lo prometió.

La estaba conquistando.

Ahora no podía verlo a los ojos directamente sin sentirse nerviosa. No podía escuchar su voz sin sentirse nerviosa. No podía estar cerca de él sin sentirse nerviosa. Pero sobre todo, no podía evitar que su corazón se acelerara cada que lo veía.

Fue que no aguanto más, y se lanzó a los labios de James.

James no tardó en responderle el beso. Meissa sintió las manos de James rodearla por la cintura, para acercarla más a él.

Mientras que ella, pasaba sus manos por el cuello de James y ponía sus dedos en el cabello azcabache de él.

Se separaron por falta de aire, pero tenían sus frentes juntas.

—Se supone que era yo quien te tenía que besar, Mei-Mei—Hablo James, haciendo que Meissa abriera los ojos—. Es tu cumpleaños.

Meissa se rio. Y cuando iba a separarse, sintió la mano de James que la agarraba—con solo una mano—de los cachetes para girarle la cabeza y volverla a besar.

Al principio, Meissa había soltado una exclamación, de sorpresa. Pero luego se relajó y le siguió el beso.

Para Meissa, James no era la primera persona que besaba. Pero definitivamente, era la primera vez que sentía que era los labios perfectos.

Se volvieron a separar, y fue cuando Meissa sintió un sabor especial en su paladar.

—Sabes a jugo de uva—Susurro Meissa

—Es mi jugo favorito—Dijo James—. Y acostúmbrate, porque cuando te bese, de ahora en adelante, querrás más.

Meissa rodó los ojos, separándose de él.

—¿A donde ibas?—Pregunto James 

—Iba a la biblioteca—Contestó Meissa—. Quería leer algo, pero creo que mejor voy al rato.

—¿Segura?—Pregunto James

Meissa asintió.

—Bien—James tomó las rosas y la caja de regalo, le entregó las rosas a Meissa y la tomó de la mano para comenzar a caminar en dirección a la sala común de Hufflepuff

Meissa sentía que su mano comenzaba a sudar. Pero iba con una sonrisa en su cara.























¿Que les pareció?

Harry? Por un momento fuiste tú?

Jamás me cansaré de decir, que Jeissa mis papis

Matthew te odiamos.

James, te amamos<3

Recuerden que pueden encontrar la otra parte en el perfil de Lune_black

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