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• Capítulo 5 •

Capítulo 5





Un año después:



— ¿Tengo que ir?, Estoy más que seguro madre que mi presencia no es requerida allí. Estoy más que cansado de esto, no estoy muy entusiasmado de salir de aquí es un fastidio, cada que salgo con mi madre siempre estamos en constante movimiento son salidas ajetreadas si tampoco salimos mucho pero no quiero ir a su estúpida reunión.

Ir de un lado a otro no es muy cómodo, hoy me encuentro en un cómodo departamento que mi madre se puede costear las cosas han cambiado mucho en solo un año. Pero aún no puedo dejar de pensar en ¿Qué pudo pasar si me hubiera quedado con mi padre?. No puedo evitar sentir nostalgia ante mis recuerdos en aquella casa.

Puede que haya cumplido todos y cada uno de sus planes para conmigo, pero no pude dejar a mi madre irse sola. ¿Cómo podría hacerlo? La verdad es que no tuve ninguna opción. Esa pobre mujer nunca podría estar por si sola en el mundo, hoy en día estoy orgulloso del progreso de mi madre. Está aprendiendo a ser auto-suficiente, valiente y hasta ser alguien de carácter, si mujer de principios y carácter fuerte. Es sinceramente impresionante y todo gracias a Él. No puedo creer que un hombre pueda ser tan feminista, diría que está enamorado de mi madre pero no. Sería asqueroso hasta seria incestuoso.

Así es señoras y señores. Él porrista número uno de mi madre es mi tío. No puedo evitar poner los ojos en blanco y soltar un resoplido a la nada, me parece algo ridículo pero que les puedo decir trato de mantener un muy bajo perfil, trato de no llamar mucho la atención, aunque eso sea prácticamente imposible donde llego me hago notar sin quererlo mi claro intelecto, mis muy buenos modales e incluso mi aspecto siempre me han hecho resaltar ante el resto de los demás niños de mi edad. Lo supo mi padre un día en el kínder en el que vio a todos esos mocosos haciendo idioteces, en cambio yo... yo había hecho un castillo con unos legos y después de que termine un niño arruino mi obra maestra... entonces hice lo mismo que mi padre haría, lo hice tragar los legos. Fue una de las primeras veces que vi a mi padre sonreír de verdad, después de eso me dijo que se sentía muy orgulloso de mi, que era un digno hijo de el gran Erick Volkova y de cierta manera a mí también me hizo feliz.

Pero eso es el pasado. Después de vestir me con un traje, el cual es de color azul marino, mi camisa blanca muy bien planchada y mi corbatín negro son un complemento perfecto para mí vestimenta. Luego cepille mis dientes y después de eso comí una manzana roja. Y luego Me dediqué a esperar a mi madre y a mí tío en la sala del departamento, ahora aquí sentado en el sofá en el L, es acogedor este ambiente hogareño que ha conseguido mi madre a través de los meses ya casi se cumplen dos años después de irnos aquella noche...

Lo recuerdo como si hubiera Sido ayer...


Flashback de hace un año y medio:

— Zinov. — Escucho a lo lejos una voz femenina, la cual me suena muy conocida. — Zinov, vamos hijo despierta... Por favor, por favor.


Las ligeras sacudidas y los ligeros roces que me proporcionan las manos de mi madre por fin me terminan de despertar, soñoliento y visión un poco borrosa, paso mis manos por mis ojos para quitarme un poco la pereza. Miro a mi madre entre la oscuridad de mi cuarto con la única Luz tenubre que traspasa por el fino cristal de la ventana de mi habitación. Su mirada era de preocupación y nerviosismo puro. Pero como siempre su sonrisa, su sonrisa siempre trataba de trasmitir esa paz que ella tanto anhelaba. Y que yo muy en el fondo, también anhelaba. La miré sin expresión alguna en mi rostro pálido, traté de no demostrar la lluvia de emociones que estaba debajo de mi máscara.


— Ey. — Me susurró, sentí su aliento caliente en mi rostro, la seguí mirando a los ojos y es allí justo en ese momento. Entendí perfectamente que pretendía hacer y la respuesta es un no, un NO rotundo de mi parte, no me iré con ella. —  Hijo, sabes, re- recuerdas lo que me dijiste.



Su mirada se tornaba nublada por las futuras lágrimas que amenazaban con salir de sus lagrimales en cualquier momento, su rostro pálido y delegado, lleno de rasgos finos y ojos grandes me pedían a gritos que no la dejara sola en esto. No podré seguir mirando la a los ojos por mucho tiempo más, tendré que hacer algo para que ella no se vaya o no intente irse conmigo a cuestas. Mi madre estaba a punto de quebrarse, ella es más fuerte de lo que ella cree. Ocultar sus emociones es algo que se aprende con el tiempo, tener ese "poder" para hacer que tus emociones no te sobrepasen es digno de admirar.


Mi madre no quería darse a ver débil en frente de mí. Ella quiere dar me el ejemplo, el ejemplo de fortaleza.



Y eso señoras y señores es digno de admirar. O por lo menos es digno de reconocer.



— Si lo recuerdo madre. Le hablo en tono de voz normal.


— Shhhh, Zinov no hables en voz alta. Te puede oír. Ruedo los ojos, y ella me regresa una mirada severa.


Vaya... De dónde abra aprendido eso. Ha cogido mucho valor con tan pocas horas.


— Seré muy breve mi pequeño. — Su sonrisa vuelve a iluminar su rostro hermoso y no puedo evitar sentir bien con su sonrisa.


Pero se borra rápidamente al volver al aquí y al ahora, mi padre puede darse cuenta de que mi madre no está a su lado y se con seguridad que la irá a buscar y para mí mala suerte ella está aquí conmigo pero... Lo peor no es que yo me gane un regaño o un castigo de parte de mi padre, lo peor es que soy un niño. Un enano en sí, el cual no puede hacer nada para salvar a mi madre ni salvarse así solo.


Así que el tiempo es crucial y yo estoy muerto si me meto en este embrollo.



Vuelvo a mirar a mi madre la cual está en una especie de debate que se Lidia en su cabeza. Lo sé yo estuve así hace poco.


—  Zinov, nos vamos. — Soltó así sin más en forma de demanda, la seguridad en su voz me demostró que estaba decidió a ir se a largarse, a huir de este lugar.


No estaba jugando. Deberás nos íbamos a ir de esta casa.



No pude evitar sentir asustado por la situación y la seguridad en sus palabras, esto es real en serio. Ella está decidida a ir se. A huir se de casa, mierda ¿y ahora qué?.


—  Así que Quiero que tomes solo lo necesario y nos vayamos de aquí, lejos de este mundo... Y lejos de este infierno, vamos. — Se puso de pie rápidamente luego Tomo un bolso que estaba debajo de mi cama, no sabía que había uno allí abajo.


Seguramente ella lo puso allí. Es lo mas lógico.


Ella miraba sin parar el reloj digital en su muñeca, no sabía que tenía uno. Mi padre jamás la dejo ni tener un teléfono o algo parecido. La miraba estupefacto, en mi cama sentado. La seguía con la mirada mientras Miles de cosas pasaban por mi cabeza. Una de ellas eran las incógnitas sobre cómo mi padre no se ha dado cuenta de que mi madre no está a su lado. Y de cómo mi madre está en pijama y va corriendo de aquí para allá por mi cuarto.


No sé en qué momento paso pero yo me encontraba en los brazos de mi madre, y ella corriendo conmigo por el gran jardín, recordaba el olor a Rocío en las rosas, eso me hizo mirar atrás...


Casi en todo momento veía una imagen y luego nada, negro, borroso. Nada... Las pocas cosas que recuerdo, la mayoría son olores, imágenes muy pocas, sonidos casi nulos en mi memoria. Pero lo que más recuerdo fue una de las últimas imágenes que vi, la gran casa. Donde nací. Dónde aprendí mucho y dónde debería haberme quedado. Lo último que pensé aquella noche fué; Y allí está, la gran casa.



Y allí está la gran casa, la mansión del Gran Erick Volkova, El Al'fa-volk (Lobo Alfa) así le llaman y ese nombre se lo ganó en su juventud en Rusia, pero esa ya es otra historia, la gran casa que forjó con sus propias manos para mí madre y para él, la quiso tan grande y lujosa como fuera posible, solo el eligió todos y cada uno de los elementos decorativos en esa casa, eligió los mejores materiales de construcción para forjar su casa, su refugio, su centro de operaciones. Dejando el tema de mi padre de lado, recuerdo que aquella madrugada, La luz del sol aún no aparece, hacía frío... Supongo que es de madrugada. La voz de mi madre me susurraba una y otra vez que todo estaría bien. Creo que Ella se lo repetía una y otra vez a ella misma. Creo que en ese momento estaba en una especie de shock del cual por alguna razón no puedo salir. Pero en un abrir y cerrar de ojos... Ya estoy metido en un auto. Solo trataba de procesar todo lo que estaba pasando en ese momento, pero creo que al tratar de procesar tanta información en el momento, creo que mi cerebro colapso en ese momento y allí...



Y allí... Caí en un sueño profundo.







Final del flashback.






La verdad no se el por qué perdí la consciencia en ese momento, solo sé que desperté en un cuarto, con paredes blancas y amarillo pollo, con una ventana pequeña y marco blanco, con un televisor pequeño y parece averiado, había una mesita de noche de color blanco algo desgastada al parecer es de madera. Estaba acostado en una cama con sábanas blancas con un cobertor amarillo pollo, es horrible y también huele horrible. Y mi mamá se encontraba a mi lado. Al contrario de mi ella parecía no haber dormido nada, se veía inquieta y algo perturbada hasta llegue a notar la triste. Y no es para menos, seguro pensaba en que mi padre, que vendría por ella.



Por nosotros.





La verdad es que decir que me sentía inquieto era decir poco. Me molestaba no saber nada y no saber qué nos iba a pasar. No sabía dónde carajos estábamos. Y no sabía si mi padre nos mataría al darse cuenta de que era de mañana y nosotros ya no estábamos. En pocas palabras me sentía como un traidor.




— Zinov. — La voz de mi madre interrumpe mis pensamientos, dirijo mi mirada a ella y puedo ver qué viste algo formal, bueno entre nosotros casual pero formal. Sensual pero sin llegar a ser vulgar. Mi madre se ve muy bien a decir verdad.



No es tonta, hoy en día sé que mi madre es todo menos una tonta ella sabe que si necesita correr, necesitará algo cómodo con que darse a la fuga. Ah otra cosa que se me estaba pasando por alto. Mi madre y yo nunca nos quedamos en un solo sitio menos de un mes, siempre estamos en movimiento, jamás nos quedamos en lugares públicos o con cámaras. Y si salimos nos vestimos muy cubiertos para pasar desapercibidos. Así es tal cual se lo imaginan, gorras, gafas oscuras, chaqueta o sudadera o suéter y bufandas. Es molesto cuando tenemos calor pero mi madre ya probó la libertad... Y le gustó, le gustó mucho.


El atuendo de mi madre es sencillo pero elegante, me gusta el color del vestido, en color crema y decoraciones en negro, tiene unos tacones bajos color piel y un bolso a juego. El vestido le llega unos ocho dedos más arriba de los tobillos. Y por más raro que se escuché la mujer tiene puestas unas medias... Si, medias de las mismas que te pones para los tenis pero estás son de color piel. Cuando les dije que ella no está jugando es cierto. Si ella tiene que correr lo hará. Y con tacones no lo hará o por lo menos no conmigo en brazos. Así que se los quitará me elevará en sus brazos y saldrá disparada como alma que lleva el diablo. Recuerdo una vez que uno de los empleados de mi padre regreso de una misión que le ordenó mi padre y en su relato dijo: Mi señor, afortunadamente todo fué un éxito. La misión fué todo un éxito... Pero hubo un momento en el que por primera vez, señor me da vergüenza decirlo en voz alta pero. Hubo un momento en el que de verdad temí por mi vida. Y en ese momento, tuve que correr por mi vida.



Así es como mi madre se siente a la hora de escapar, si tiene que correr lo hará. Para salvar, no su vida... Si no la mía. Al día siguiente de habernos ido de la mansión de Erick Volkova, la vez en que me di cuenta que estábamos lejos de mi casa y lejos de ese país. Apenas abrí mis ojos aquella mañana mi madre me miraba con ese amor y esa fortaleza y de sus labios saliendo las palabras más hermosas que una madre le puede decir a su o sus hijos.



— Zinov. —Esa sonrisa perfecta, Pero su rostro había perdido todo rastro de color en él, las puntas de su mano derecha delineaba mi rostro. — Mi niño grande. Créeme que jamás quise que presenciarás aquello.


Su rostro se tornó triste en ese momento, yo tampoco quisiera volver a recordar aquel día en que vi a mi padre disciplinando a mi madre... Creo que eso me marcó en su momento. Pero algún día espero no volver a recordar lo.




Mi Zinov, te diré algo. Que sé que tú me entenderás perfectamente porque eres un niño muy maduro para tú edad, tú eres el amor de mi vida, eres la única Luz de mi vida, eres mi fortaleza y mi motor para seguir y tú mi niño, Mi fuerza, MI fortaleza, por ti, todo es por ti, por ti haré todo lo posible para que crezcas feliz y sano lleno de amor, créeme que yo no corro por mi vida Zinov. Yo corro por Tí vida, tú eres Mi vida por ti aguante todo, una y mil veces pensé que ya mi vida no valía nada pero cuando me enteré que tú estabas aquí. — Con emoción y lágrimas en sus ojos que caían por las bolsas debajo de sus ojos cansados, se puso las manos en su vientre y luego se secó las lágrimas y trato de dejar de llorar mientras sorbía su nariz al mismo tiempo, cerró sus ojos y respiro profundo y luego me miró a los ojos con firmeza y seriedad.



— POR ti mi niño, luche contra la muerte, por ti y no por mí. — Su dedo índice me señalaba y luego se señalaba a ella misma, la seguridad en su voz y la manera en la que luchaba consigo misma para no quebrarse en frente de mí era impresionante. — Ahora Zinov, ahora te haré un juramento. Te juro que nunca más vas a volver a ver lo que viste aquél día, te juro hijo mío y me juro a mí misma que nunca más nos pondrá una mano encima, jamás Zinov. Y ahora más que nunca me esforzaré por correr por ti, por tú bienestar, por salvar tú vida y verte crecer y ser feliz, te lo juro mi cielo, te juro que daré mi vida por procurar la tuya.




Ese día me sorprendió mucho sus palabras, ese día me di cuenta que mi madre era otra persona, tal vez estaba aprendiendo a ser ella misma. Y me gustó ver el futuro potencial que tenía. Además que en ese momento me sentí protegido.



















Vestido de Liliana de Volkova.

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