Capítulo VIII
El primer día de clase, apenas desayunó, estaba tan contento por salir a la calle que sólo pensaba en coger su bicicleta y pedalear a toda velocidad.
-Sé que he sido dura...- empezó su madre en el desayuno.
-Yo diría que un poco nazi.
-¡Trajiste a un chico a esta casa todas las noches durante tres meses y casi te contagia algo!
-Y me lo vas a recordar de por vida, ¿verdad?
-No... sólo cuando me pidas permiso para salir o para usar tu teléfono u ordenador... por cierto, toma, tu teléfono, dado que vas a ir a clase, deberías llevarlo. Si surge algo, es mejor que lo tengas... Y, te lo digo por última vez, ignora a ese chico, no quiero saber que hablas con él, que le veas o algo peor, ¿entendido?
-Sí...
-¡Te lo digo en serio, Kyung Soo!- dijo su madre- tu padre está al corriente de todo.
-¿Qué?
-¿Esperabas que no se lo dijera?
-Bueno, no os pusisteis de acuerdo para no divorciaros y os ponéis de acuerdo para joderme la vida... esto sí es nuevo.
Su madre le abofeteó y se quedaron en silencio.
-Me voy.
-Tu padre y yo estamos de acuerdo en que te irás con él si esto se vuelve a repetir...
-Así que, como siempre, deshaciéndote de los problemas en lugar de enfrentarlos...
La señora Do fue a responder pero Kyung Soo ya había salido. Aquella discusión no había sido plato de buen gusto para Kyung Soo, se secó las lágrimas, subió a su bicicleta y pedaleó.
-¡Kyung Soo!
El chico se giró y vio a ChanYeol.
-¿Qué te pasa?- preguntó ChanYeol, preocupado.
-He discutido con mi madre.
-¿Por lo del castigo?
-Más o menos... Ella me ha echado en cara lo que hice, me ha dicho que mi padre lo sabe, yo la he acusado que sólo sabe ponerse de acuerdo con mi padre para joderme la vida, me ha amenazado con mandarme con mi padre si vuelvo a hacer algo así y yo le he dicho que sólo sabe deshacerse de los problemas en lugar de enfrentarlos. ¡Ah! Y en medio de esa discusión, me ha pegado.
ChanYeol estaba anonadado.
-¿Necesitas algo?
Kyung Soo negó con la cabeza y las lágrimas volvieron a brotar de sus ojos, se volteó para que ChanYeol no le viera llorar.
-Ven conmigo.
Fueron en bicicletas hasta un bosquecillo cercano al colegio. Se sentaron en el suelo y Kyung Soo miró al rio.
-¿Qué pasó?
-Yo... hice una cosa. En ningún momento pensé que lo que estaba haciendo estaba mal... Pero mi madre no hace más que recordármelo y me hace sentir estúpido, ¡por favor, ella se divorció! ¡No tiene derecho a juzgarme!
-¿Le echas en cara a menudo lo del divorcio?
-¡No! Bueno... cuando me saca de mis casillas, sí.
-¿Y eso lleva a algo?
-No.
-¿Y cómo te sientes cuando lo haces?
-Mal.
-¿Y cómo se siente ella?
-Supongo que mal.
-¿Y entonces por qué lo haces?- preguntó, mientras le miraba de reojo y sonreía.
-¡Porque me exaspera y...!
-Y sientes el deseo de echarle sus errores en cara pero así no vas a solucionar nada. Sólo conseguirás que la convivencia se haga insoportable y no creo que quieras eso porque es tu madre, ¿verdad?
-No, no lo quiero.
El chico sonrió y se atrevió a hacerle una pequeña caricia en la mano.
-¿Cómo conoces este sitio?- preguntó Kyung Soo.
-Eh...- se puso colorado- hace un par de años solía hacer pellas y, digamos, que lo conocí.
-¿Así sin más?
-Mi ex novio lo conocía y me trajo- dijo- luego él se fue y yo me quedé.
-¿Me traes a donde tu ex te traía?- preguntó alzando una ceja.
-¿Estás celoso?- preguntó ChanYeol, a su vez, alzando una ceja, sonriendo.
-Ya quisieras.
-Sí, no te lo niego. Eso me lleva a... ¿Qué querías decirme?
Kyung Soo se sonrojó y lo sopesó. ¿Iba a empezar a salir con su mejor amigo sólo para intentar dañar a una persona que estaba seguro que no tenía sentimientos?
-Me dijiste que yo te gustaba, ¿sigue siendo así?
-Sí.
-Ajam.
-¿Ajam?
-Sí.
-¿No tienes nada que decirme?
-¿No tienes nada que decirme tú a mí?
Ambos rieron, se miraron y, sin más, se besaron.
La diferencia de sensaciones y sentimientos no pudo ser más diferente. ChanYeol se sentía feliz, completo y alegre de haber conseguido, por fin, a la persona que quería. Kyung Soo, sin embargo, se sentía vacío, intranquilo y sucio. Estaba jugando con los sentimientos de su amigo...
En la hora del recreo, Kyung Soo y ChanYeol entraron en el colegio, ataron sus bicicletas y subieron a clase. Estuvieron hablando hasta que sus compañeros volvieron.
-¡Kyung Soo!- exclamaron Addie y Liska.
Las chicas fueron hasta él y lo abordaron a preguntas.
-¿Qué te ha pasado?
-¿Por qué no atendías nuestras llamadas?
-¿Hemos oído que estabas castigado?
-¿Qué es eso tan grave que has hecho?
Kai, que estaba detrás, le miraba desafiante. Parecía que sabía el verdadero motivo por el que Kyung Soo había estado castigado y, lo que era peor, parecía encantado de haber sido el causante.
-He tenido problemas con mi madre, ya sabéis, por el divorcio... las cosas se pusieron tensas...
La profesora entró y todos se sentaron en sus sitios.
-No te has perdido mucho, pero bueno... toma- dijo SeHun.
El chico le dio un fajo de apuntes de sus respectivas asignaturas.
-¿Me has fotocopiado tus apuntes?
-Sí. Tú me has ayudado en algunas asignaturas...
-Gracias.
Pasaron las tres siguientes horas en silencio, atendiendo a las clases y, cuando sonó la campana, se levantaron y recogieron sus cosas.
Kyung Soo guardó sus cosas en la mochila y miró a ChanYeol, el chico le sonrió, estiró un brazo para pasárselo por los hombros y salieron juntos de clase. Todos se quedaron bastante anonadados pero, al mismo tiempo, les quedó claro porque no habían ido a las tres primeras horas.
Kyung Soo se sentía observado por todos pero, en especial, por Kai y no sabía cómo comportarse ante eso. Por un lado se sentía incómodo, bajando de brazo de ChanYeol pero, por otro lado, el placer de la venganza era muy fuerte.
-¿Así que, por fin, estáis juntos?- preguntó Addie, feliz.
-¡Sí!- respondió ChanYeol, mientras Kyung Soo le abrazaba.
Kai pasó por allí, les lanzó una mirada de odio, cogió su bicicleta y se fue a su casa sin esperar a su hermana.
-¿Qué bicho le habrá picado esta vez?- preguntó Addie.
-Uno de baja estatura...- mascullo Liska, mirando a Kyung Soo.
Kyung Soo sabía que Liska le haría un interrogatorio y, lo que era peor, no podría librarse de ella porque vivían cerca.
-Bueno, supongo que estáis juntos desde hace unas horas, porque tú has estado bajo arresto domiciliario- dijo Addie.
-Supones bien- dijo Kyung Soo.
-¿Y cómo ha sido?
-Cotilla...
-Yo le dije que me gustaba hace tiempo, poco después de conocernos...
-Vaya, no esperaste.
-Ya, el caso es que no le veía seguro... así que le dije que lo pensara y que me dijera algo cuando quisiera, así que aquel día, antes de las vacaciones cuando no vino, yo fui a verle porque no contestaba a mis mensajes y me preocupaba. En el momento en el que llegué, él iba al médico, le pedí que me mantuviera informado porque tenía un aspecto horrible. Mientras estaba en la sala de espera, me dijo que estaba castigado pero que quería hablar conmigo, que le esperara.
-¡Qué bonito!
Kyung Soo miró a Liska de reojo, la chica no parecía feliz.
-Me quedo aquí. Adiós.
Al poco, ChanYeol también se despidió de ellos.
-Supongo que sigues castigado.
-Supones bien.
-Lo siento.
-Ya... no podré ir a verte... ¡pórtate bien con tu madre!
Kyung Soo rio y ChanYeol, sin poder contenerse, le besó.
-Intentaré llamarte- prometió Kyung Soo.
-No quiero que robes tu teléfono por mí y vuelvas a pelear con tu madre. Mañana te iré a buscar a casa, ¿vale?
-¡Perfecto!
Con un último y fugaz beso, se despidieron.
-Finges muy bien estar enamorado- le acusó Liska.
-Liska...
-¡ChanYeol es mi amigo! ¡Él es muy buena persona y no tienes ningún derecho a hacerle esto! ¿Crees que no se enterará? ¿Qué crees que pasará cuando se entere? Y, otra cosa, ¿Qué pensará Addie cuando se entere que tú has utilizado a su mejor amigo para fastidiar a su hermano?
Kyung Soo la miró de reojo.
-No puedes decir nada de Kai- dijo Kyung Soo- ya escuchaste a Addie, si sus padres llegan a saber que nos acostamos...
-Ya veo que sólo te importa Kai... te arrepentirás de todo esto, Kyung Soo.
La chica se marchó dejando a Kyung Soo sólo y confundido. Sí, estaba haciendo las cosas mal pero, ¿Qué iba a hacer ahora? ¿Cómo enmendarlo? ¿Quería enmendarlo? Bueno, por un lado quería actuar bien con ChanYeol y, por el otro, quería hacer sufrir a Kai.
Cuando llegó a casa, su madre le requisó el móvil, comió y le hizo un interrogatorio sobre "el chico de las cartas".
-¿Le has visto?
-Sí...
-¿Habéis hablado?
-No...
-¿Te ha mirado?
-No lo sé... creo que no.
-¿Te ha sonreído?
-No.
-¿Te ha tocado?
-¡No!
Aunque su madre no parecía convencida, decidió parar el tema.
-¿Y el resto del día? ¿Qué tal?
-Bien.
-¿Tienes muchos deberes?
-Bastantes.
-Bueno, termina de comer y ponte a estudiar.
Kyung Soo terminó de comer y fue a su habitación, en realidad no le apetecía nada ponerse a estudiar, quería tumbarse en la cama, abrazar su almohada e imaginarse que ésta era Kai.
Se sentó un momento en la cama y pensó en lo ocurrido: meses atrás había compartido momentos realmente increíbles y apasionados con Kai en aquella cama; ahora tenía que fingir que nada había pasado. Pensó en ChanYeol, ¿Qué pasaría si el chico quería sexo? No podía dárselo, él no sentía ningún impulso sexual hacia ChanYeol.
Finalmente, dejó de pensar en Kai, en ChanYeol y en su vida amorosa para centrarse en los estudios.
Bạn đang đọc truyện trên: Truyen247.Pro