Capítulo VII
De pronto, escuchó a su madre volver.
-Y no vas a volver a pasar las noches solo, ¿me oyes? Le pediré a alguien que esté contigo...
-Claro.
Su madre fue a salir pero no lo hizo.
-Explícamelo- dijo la mujer, sentándose en una silla.
-¿Qué te explique qué?
-Todo... ese chico... las cartas...
Kyung Soo se puso boca arriba, se secó las lágrimas y, con un clínex, se limpió la nariz.
-¿Recuerdas ese chico que yo te decía que era... diferente?
-Yo te pregunté si te hacía bulling.
-Sí, en realidad... me lanzaba miradas, sonrisas, me... tocaba.
-¿Te tocaba?
-Sí, pero a mí no me importaba.
-Ahora vengo.
Su madre bajó y volvió con una botella de whisky y un vaso.
-Sé que no es un buen ejemplo pero... entiéndeme.
-¿Puedo beber yo?
-Te quedan unos meses para los dieciocho, así que no. Continúa- dijo, bebiendo un trago pequeño.
-Me empezó a mandar cartas y yo quería tirarlas pero... las guardaba.
-¿Él sabía que las guardabas?
-No, al principio no. Un día fui a estudiar a casa de una amiga, Addie. Resulta que Addie es hermana de este chico y ese día él estaba en casa y... nos besamos. Le pedí que viniera a verme por la noche, que tú no estarías. Esa noche nos acostamos y supo que yo guardaba las cartas- las lágrimas surcaron su rostro- de lo que me has dicho tú, yo... me di cuenta anoche.
-Me da miedo preguntar pero... ¿cuantas noches ha estado aquí?
-Todas desde hace tres meses.
La señora Do se mareó.
-¿Has terminado los exámenes?
-Sí.
-¿Qué tal las notas?
-Bien. Muy bien, de hecho.
-¿Cuántos días de clase te quedan?
-Dos.
-No vas a ir, te vas a quedar en casa, no vas a hablar con nadie y en las vacaciones vas a conocer todos los significados de los términos "soledad", "sin amigos" y "castigo". ¿De acuerdo?
Kyung Soo asintió.
-Cuando vuelvas a clase, quiero que le ignores y sigas tu vida, como bajen tus notas, te mandaré a un internado.
Kyung Soo volvió a asentir.
-Y ahora voy a quemar esas cartas, pero antes iré a la Iglesia a por agua bendita, por si sale el Diablo de ellas...
-Mamá, otra cosa...
-Dime.
-Nunca usamos protección y siempre se corrió dentro de mí.
El chico dijo todo aquello muy deprisa y mirando a la ventana, no quería ver a su madre.
-¿Disculpa?
-Nunca usamos protección y siempre se corrió dentro de mí.
-¿Es que no te hemos enseñado nada tu padre y yo?
-Es que... él...
-Sí, he leído esas cartas, pero lejos de lo que él quería tenías que haber pensado en ti y tu salud. Vístete, te llevaré a una clínica privada. Espero no hagan muchas preguntas... ¡Nos ha tenido que pasar esto justo en Corea!
-¡Lo siento!- dijo, llorando.
-¿Él te importaba?
-Sí, yo siempre pensé que era mi pareja. Yo... yo hacía planes para presentártelo, pero no pensé...
-Vale, vale... no pasa nada, te equivocaste. Vístete, te llevaré al médico.
Mientras Kyung Soo se vestía, comenzó a oler a papel quemado en el piso de abajo. No lo pudo evitar y lloró con más fuerza. La última prueba de que Jong In y él habían tenido algo estaba ardiendo en la cocina.
Finalmente, se puso el abrigo, cogió un paquete de clínex y bajó.
-¿Nos vamos?
El chico asintió y, cuando abrió la puerta, vio a ChanYeol a punto de llamar.
-¿Qué haces aquí?- preguntó Kyung Soo, sorprendido.
-Hoy no fuiste a clase, no respondes mis mensajes, estaba preocupado.
-No me encuentro bien, voy al médico.
-No tienes buen aspecto. ¿Puedo ayudarte?
-¿Quién eres?
-Es ChanYeol, estudia conmigo, es un amigo.
Su madre miró fijamente a su hijo y éste negó. Había entendido aquella mirada "¿es el chico de las cartas?"
ChanYeol miró a la señora Do y se presentó con su habitual sonrisa.
-Te dejo que vayas al médico. Avísame cuando salgas y te digan qué te ocurre. Encantado de conocerla.
El chico salió con su bicicleta y Kyung Soo se metió en el coche de su madre.
-¿Ese chico es sólo un amigo?
-Oye, que te hayas enterado que me gustan los tíos, no es razón para que pienses que voy a ir como perro en celo detrás de todos.
-Vale, estás susceptible, lo entiendo.
La mujer arrancó y fueron hasta una clínica privada que quedaba apartada. No obstante, de camino a la clínica, Kyung Soo pensaba en ChanYeol. ¿Sería él la solución a sus problemas? Le había dicho a Kai que continuarían pero ¿Qué pasaría si empezaba a salir con ChanYeol y todos se enteraban? ¿Pero y si ChanYeol decidía pasar de él en Navidades? Bueno, podría mandarle un mensaje en el hospital diciéndole que necesitaba hablar con él después de Navidad. Su madre no le quitaría el teléfono en el hospital.
-Hola, esto... vengo por mi hijo, necesita unas pruebas porque... esto... ha estado teniendo relaciones sexuales sin protección- dijo en voz baja.
La mujer tecleó, le puso una pulserita a Kyung Soo y le hizo pasar por una sala a parte donde sólo estaban los pacientes. Efectivamente, su madre le dejó el teléfono para que estuvieran comunicados, fue entonces cuando le mandó un mensaje a ChanYeol.
"Hola, estoy en el hospital, esperando, creo que... me he decidido ya, ya sabes, de lo que me dijiste y me gustaría hablar contigo. Por desgracia, tiene que ser después de Navidad, mi madre me ha castigado sin móvil y sin visitas... ¡madres! Pero, por favor, ¡espera a que hable contigo!"
"Claro, esperaré, no te preocupes, ¿por qué te ha castigado?"
"Bueno... es madre, según ella, no necesita motivo aparente... vale, esta vez me la he cargado, pero tampoco fue para tanto..."
"Jajaja mejórate, ya hablamos"
Iba a utilizar a ChanYeol, ahora sí que se sentía mal.
-Do Kyung Soo.
El chico entró y se sentó frente a la doctora.
-Bien, Kyung Soo, aquí pone que has estado teniendo relaciones sexuales sin protección. Eso es muy peligroso, no sólo por el hecho de dejar embarazada a tu pareja, sino por las enfermedades que podría transmitirte ella a ti o tú a ella.
-Bueno, lo del embarazo queda totalmente descartado. Las practicaba con un hombre...- la mujer parpadeó- un hombre para quien, creo, no he sido el único para él- continuó, evitando llorar.
-Bien, te haremos un análisis para comprobar y unas pruebas- dijo, poniéndose los guantes- quítate los pantalones y la ropa interior, luego túmbate ahí- le señaló una camilla.
Kyung Soo se dirigió a la camilla y se tapó la cara. Iba a matar a Kai, su venganza sería grande, le haría pagar por todo esto.
Lentamente, y sintiéndose expuesto, comenzó a quitarse los pantalones y luego se bajó la ropa interior. Se tumbó y miró al techo. Se arrepentiría, se arrepentiría de lo que le había hecho.
Se sobresaltó al sentir el tacto de la doctora en su miembro y posteriormente en su perineo. Cerró los ojos y procuró no llorar cuando sintió los dedos de la doctora en su interior, palpando que todo estuviera bien.
Definitivamente acabaría con Kai.
-Parece estar todo bien. Ahora un análisis de sangre para asegurarnos. Ve vistiéndote, por favor. Yo misma te sacaré la sangre.
Kyung Soo se vistió en un segundo, le sacaron sangre y respiró al oír que la analítica estaba perfecta. Después tuvo que soportar una charla sobre sexo, preservativos, relaciones homosexuales y enfermedades de transmisión sexual por parte de la doctora.
-¡Los utilizaré a partir de ahora!
-Eso espero.
Kyung Soo salió casi corriendo hacia la sala de espera de los familiares donde estaba su madre, que lo esperaba con ansia.
-¿Y bien?
-Estoy sano.
-Perfecto, disfrutarás de tu salud estando castigado en casa.
El chico había olvidado el castigo, pero no le importaba, estaba sano.
Entraron en el coche y su madre se encendió un cigarro. Era el primero en ocho años.
-¿En qué pensabas? ¿Sabes que pensé que te estabas drogando?
-Te diré que lo siento, pero ¿para qué? Con eso no soluciono nada, fui un estúpido, me dejé embaucar, creí en sus palabras y me abrí de piernas para él, ¿cómo crees que me siento yo? Claro, no lo sabes.
-Te sientes estúpido.
-Vale, lo sabes.
-¿Y si hubiera sido un chico que quería algo más de ti? ¿Y si quería robarte? ¿Y si quería matarte? Kyung Soo, debes prometerme que debes tener más cuidado de ahora en adelante.
Llegaron a casa y Kyung Soo se tumbó en su cama, no le apetecía hacer nada. Simplemente le apetecía fundirse con las sábanas y morirse.
-¡Kyung Soo, baja, por favor!
Se levantó con pesar y fue hasta la cocina.
-Limpia los platos, haz la comida y luego limpia la cocina.
-¿Qué?
La mujer sonrió.
-Ya te dije que conocerías todos los significados de "estar castigado". Además, así piensas en como limpiar las manchas de grasa y no piensas en ese chico. ¡Venga!
-¡Odio limpiar!
-¡Pero te encanta cocinar! Voy a hacer unas llamadas...
Mientras Kyung Soo limpiaba los platos y se preguntaba porque no tenían un lavavajillas, su madre hablaba con su vecina. Era una señora de su misma edad, soltera y siempre habían sido amigas. Kyung Soo puso los ojos en blanco al escucharlas hablar de sus cosas.
-¡Cómo pueden ser tan dramáticas!- masculló.
Quiso mandarle un mensaje a alguno de sus amigos, pero recordó que no tenía el teléfono. Su madre se lo había requisado. Suspiró y se puso a hacer la cena en el momento en el que su madre entraba por la puerta.
-Mi amiga HyeNim vendrá todas las noches a cuidar de ti.
-Coñazo- resopló mientras cortaba las verduras para la cena.
-¿Has dicho algo?
-Nada.
Pasaron dos días y llegaron las vacaciones de Navidad, pero Kyung Soo seguía sin poder comunicarse con nadie, no podía salir, el móvil y el ordenador le habían sido requisados y, si alguien venía a verle, su madre o HyeNim le prohibían verle.
Finalmente, cuando llegó primeros de enero, Kyung Soo se sentía feliz por poder salir, aunque sea para ir a clase y hablar con los demás. Además, era ahora cuando empezaba su venganza contra Kai.
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