Capítulo V
Kyung Soo miró a Addie, realmente parecía que odiaba a Kai pero no se lo podía reprochar, ¿alejarla de su novio? Ahora bien, ¿Qué iba a hacer él? Ya había quedado con Kai y no para hablar... se sentía tan indeciso...
Sonó su teléfono y se alarmó.
-Es mi madre, hola mamá [...] sí, claro, volveré pronto [...] estaré allí, no te preocupes [...] vale, adiós.
Kyung Soo colgó y comenzó a recoger las cosas.
-Mi madre hoy tiene turno de noche, así que me voy a casa para cenar con ella.
-Claro, ve con cuidado.
-¡Te acompaño!- dijo ChanYeol.
Kyung Soo miró a Liska, pero la joven se quedó allí, de brazos cruzados.
-¿Nos vamos?- preguntó ChanYeol.
-Claro...
Así pues, se dirigieron juntos hacia la calle.
-¿Estás bien?- preguntó ChanYeol.
-Perfecto.
-¿Ha ocurrido algo con Kai?
-¡Nada!- respondió, abriendo mucho los ojos.
-¿Te gusta él? ¿Kai?
Kyung Soo lo miró. Tenía una sospecha de donde acabaría aquella conversación y no quería.
-¡Claro que no! ¡Apenas hemos hablado! ¿Qué tal los exámenes? ¿Estás preparado?
-Kyung Soo, me gustas.
Zas, ahí lo había soltado.
-Pero... yo...
-No pasa nada- dijo ChanYeol, con una sonrisa- sé que ahora estarás confundido, no lo asimilarás... no esperaba una respuesta ahora, de hecho, no quiero una respuesta ahora. Quiero que lo pienses, ¿de acuerdo? tienes todo el tiempo que necesites.
Y, con una última sonrisa, ChanYeol se dirigió a su casa y Kyung Soo a la suya con un único pensamiento "aquella noche había quedado con Kai para follar", había quedado con él sin pensar en cómo era en realidad, había quedado con él sin pararse a preguntarle a su hermana la verdadera identidad de su hermano, había quedado con él aun sabiendo los sentimientos de su mejor amigo y pensaba seguir quedando con él aun siendo confirmados estos sentimientos. ¿Qué clase de persona era? Suspiró y se desvió unos metros para entrar en una farmacia.
-¿Qué desea?
-Lubricante.
El hombre le señaló el estante, Kyung Soo cogió el que le pareció más normal, pagó, lo guardó y se dirigió a casa.
Aquella noche cenó con su madre, pero no estaba muy atento.
-Hijo, ¿estás bien? ¿Necesitas que me quede?
-¡No!
La mujer se sorprendió ante la respuesta radical de su hijo y, cuando iba a responderle, el móvil de Kyung Soo se iluminó. Un mensaje.
-Estamos comiendo- le reprendió.
-Podría ser importante.
Era de un teléfono que no conocía, aun así, lo leyó y el corazón se le aceleró.
Hola, soy Jong In, Kai, como prefieras llamarme (aunque prefiero que tú me llames Jong In). Tras la conversación de hoy no sé si sigues queriendo que vaya a tu casa... ¿quieres?
Mi madre se va en media hora. Ven
Kyung Soo no tenía ni idea de lo que estaba haciendo, pero sólo recordar lo que había pasado en la habitación de aquel chico le hacía querer cometer una locura... como la que estaba a punto de realizar.
-Bueno, me voy ya, cierra la puerta, deja el móvil encendido. Si ocurre algo, la vecina estará al tanto, puedes llamarme cuando quieras. Te quiero.
-Yo también.
Su madre le dio un beso en la coronilla y salió. A los cinco minutos sonó el timbre, sabía que sería Kai. Salió corriendo, abrió la puerta y el chico le recibió con una sonrisa.
-Pasa- dijo, con elegancia- ¿quieres tomar algo?
Kai miró hacia atrás y le lanzó una mirada muy clara y específica al chico.
-Tengo que hablar contigo- dijo Kai- sé que dijimos muchas gilipolleces cuando estábamos en la cama, casi follando, no sé si el hecho de que me invitaras aquí para follarte, así sin más, es una de esas gilipolleces.
Kyung Soo se sentó en el sofá y Kai le imitó.
-Reconozco que soltarlo de la nada fue una gilipollez, no lo pensaba en aquel momento, simplemente dije lo que quería decir sin pensar en las consecuencias y sin razonar.
-Dijiste lo que querías decir... entonces quieres que nos acostemos...
-Sí... pero... has cambiado, ¿verdad?
Jong In sonrió, se levantó y le tendió una mano a Kyung Soo.
-Claro, supongo que mi hermana te ha contado que dejé mi antigua vida porque mis padres me dijeron que, si seguía viendo a hombres, me mandarían lejos. No te mentiré, es cierto, pero pasado un tiempo... no sé, reflexioné, me di cuenta de que lo que estaba haciendo estaba mal, senté la cabeza, estudié y el año pasado saqué muy buenas notas. Y, supongo que te habrás fijado, que este año también. No soy un buen chico como LuHan o como ChanYeol, pero no soy un monstruo, cometí mis errores, los pagué y ya está.
-¿Y por qué yo?- preguntó Kyung Soo, mientras le guiaba a su habitación.
-Me atraías- dijo, sin más- luego empezaste a levantar otra clase de sentimientos en mí y, de paso, otra clase de cosas- dijo, mirando su miembro. Kyung Soo sonrió, abrió la puerta de su habitación y entraron- luego me di cuenta de que me gustabas de verdad y de que me ponía muy celoso cada vez que estabas con ChanYeol... me fui dando cuenta de que me gustabas. Fue por eso por lo que empecé a mandarte la notas- suspiró- no sé si hice bien en que fueran tan subidas de tono, pero quería que supieras que iba a por ti y que iba en serio. Me gustaría que, en un futuro, si tú quieres, mis padres puedan conocerte como algo más que el amigo de mi hermana.
-¿Has pensado ya en eso?
-Sí, pero no mucho...
Kyung Soo sonrió.
-¿Qué hay de ti? No sé nada de ti, salvo que eres muy guapo, sexy, inteligente, besas muy bien y tus gemidos son mi mayor afrodisíaco...
Kyung Soo sonrió y se sonrojó.
-Vivía en los Estados Unidos y allí todo era diferente, jugaba al ajedrez, tenía amigos...
-¿Tenías novio?
El chico se quedó en silencio.
-Tenía novia. He estado pasando por un momento... complicado estos días, ¿Qué me pasa? ¿Soy gay? ¿Cómo es que quiero acostarme con un hombre?
-¿Quieres esperar? A mí no me importa. ¡Podemos hablar toda la noche de lo que tú quieras!- le dijo con una sonrisa encantadora que nunca le había visto.
La verdad es que Kyung Soo no entendía como Kai no se llevaba bien con su hermana y los amigos de ésta, si era un amor.
-En realidad, sí, quiero hablar.
-¡De lo que quieras!
-Quiero que tú me hables... más bien, que me leas... y no cualquier cosa... quiero que me leas esto- abrió el cajón donde guardaba las notas, las sacó y se las dio- y quiero que me las leas en ese orden... para mí.
Kai las miró y se mordió el labio inferior. Se levantó y se dirigió al oído del chico.
-¿Quieres que te las lea mientras te meto los dedos?- le susurró.
-Mmm... Jong In...
Kyung Soo se abalanzó a los labios del chico y le besó mientras caían en la cama.
-Léemelas... por favor, quiero que tú lo hagas... compláceme...
Kai le quitó los pantalones del chándal a Kyung Soo, revelando su miembro erecto y se lamió los dedos.
-¡Espera! ¡Tengo lubricante! Lo compré antes de venir a casa.
Jong In sonrió, cogió el lubricante, y lo echó sobre la entrada del chico, lentamente introdujo el primer dedo y Kyung Soo gimió.
-¿Sabes? A veces me pongo a fantasear y pienso en cómo será tu entrada...- susurró Jong In- y mis dedos lubricados entrando por ella... pienso en tus gemidos... me gustaría oírte gemir.
Kyung Soo sonrió y acarició la espalda de Jong In mientras sentía como los dedos del chico entraban y salían a placer.
-Anoche me viniste a la mente y estuve pensando en cómo sería el sabor de tu esperma, ¿realmente saldría tan caliente de tu miembro a mi boca mientras te la chupo? ¿Cómo es exactamente? No pude evitar masturbarme mientras pensaba en ello y, mientras lo hacía... me hubiera gustado tanto que hubiera sido tu culo... te miro desde atrás cuando subes las escaleras y sólo pienso una cosa... me gustaría oírte gemir.
-Jong In... chúpamela... fóllame... ah... sigue...
-¿Te gusta?- preguntó, penetrándolo fuerte y velozmente con dos dedos.
Kyung Soo le arañó la espalda y alzó las caderas para que pudiera llegar más al fondo de él.
-Sí... ahí... más...
-No hago más que pensar en ti, en tu sabor, en tu estrechez... quiero estar dentro de ti, quiero moverme salvajemente, sentir como lo deseas, sentir como enloqueces... bebé, me gustaría oírte gemir.
-¡Fóllame... ya-ah!
-¿Deseas mi polla? ¿La deseas dentro de ti?
-Sí... Jong In, por favor...
Jong In se lamió los labios y aceleró el ritmo de su mano, haciendo que el chico pataleara por el placer.
-¿Eres consciente de lo que estás provocando en mí? Percibo tu olor desde mi pupitre y me excitas... ¿Sabes que el recreo me masturbo pensando en ti? No lo puedo evitar... Siempre estoy en el primer baño, lo hago en silencio, pero siempre me verás salir de ese baño... pero nunca estoy satisfecho, no eres tú... necesito moverme dentro de ti, bañar tu interior, hacerte sentir lo caliente que me tienes... en serio, me gustaría oírte gemir.
-¡Córrete... dentro... de mí! Ah... fóllame...
Jong In paró de mover los dedos y Kyung Soo respiró, no obstante, aquello no le gustó, sentía que necesitaba correrse, estaba demasiado alterado. Poco a poco, sintió como Jong In le penetraba con tres dedos y arqueó un poco la espalda, le dolía, pero el chico sabía mover los dedos para que eso no fuera así.
-¿Nunca te has parado a pensar en cómo sería si tú y yo nos acostáramos? Yo sí. Te quitaría lentamente la ropa- Jong In le terminó de desnudar- te tumbaría en la cama y te besaría como sé que jamás te han besado, recorrería tu cuerpo con mis labios y con mi lengua, me arrodillaría frente a ti y te juro que te haría la mayor felación que jamás te hayan hecho, sentirías en tu miembro la calidez de mi boca, sentirías mi lengua recorrer veloz y salvajemente tu miembro, ¿te lo imaginas? No tienes sólo porque imaginártelo- Kyung Soo arqueó la espalda al sentir como Jong In dejaba de hablar y lamía su miembro- mientras te la chupo, y ves como tu miembro entra y sale de mi boca, te metería los dedos y comenzaría a moverlos dentro de ti hasta que empezaras a alterarte, hasta que sintieras que te hago rozar el orgasmo, pero no cariño, no te lo cedería... te tumbaría, te abrazaría y te follaría. Piensa, ¿cómo crees que te sentirás al notar mi miembro moviéndose salvajemente, llegando una y otra vez a aquella zona que ni tu mano, por miedo a que te guste, ha llegado nunca? Con cada embestida te haré perder la razón, con cada embestida te haré morir de placer, entenderás todos y cada uno de los significados de la palabra pasión y sentirás como la delicia del orgasmo te consume mientras sientes como mi miembro se clava en lo más profundo de ti haciéndote gritar, sentirás como me derramo en tu interior, suplicarás por más... y te lo daré, bebé, te lo daré... me gustaría oírte gemir- suspiró y volvió a lamer su miembro- dime Kyung Soo, ¿cómo crees que será notar mi polla moviéndose en tu interior?
-Ah... placer...
-Exacto.
Jong In se desnudó y Kyung Soo se quedó sorprendido al ver el tamaño del miembro de Jong In.
Jong In cogió el lubricante y, mientras se lo pasaba por su hombría, miró a Kyung Soo.
-¿Seguro que es lo que quieres?
Kyung Soo asintió enérgicamente y Jong In le besó como, efectivamente, nadie en su vida le había besado. Pronto, en aquella casa, sólo se escuchaba el sonido de los besos y Kyung Soo no estaba nervioso, sentía el miembro de Jong In en su entrada, completamente duro, pero no le importaba, aquellos besos lo distraían de todo, de todos menos...
-¡AH! -gimió, arqueando la espalda.
Jong In había empujado las caderas sin previo aviso y había golpeado, directamente, la zona más erógena de Kyung Soo.
-¡Muévete!- le ordenó Kyung Soo, agarrándole del pelo, ya que jamás había sentido tal placer.
Jong In comenzó a moverse a salvajemente dentro de Kyung Soo y ambos comenzaron a gemir.
-Más... más...- gimió Kyung Soo, enroscando las piernas tras la espalda de Jong In y agarrándose con fuerza a él- ah... sí...
-Oh, Kyung Soo... gime así... por favor... oh...
-Ah... Jong In... no pares...
Jong In se movía salvajemente dentro de Kyung Soo haciéndole gritar y el chico sentía fuertes corrientes eléctricas en la espalda que le hicieron doblarse y gritar. En pleno delirio de placer, se acercó más al rostro, contraído por el placer, de Jong In y le besó.
-Más... por favor... más...
Un brazo de Jong In fue a parar tras la espalda del chico, para levantarlo, y el otro lo puso en el cabecero de la cama, a modo de soporte, tomó aire y comenzó a moverse veloz y salvajemente.
-¡AH!
-¿Te... gusta?- susurró Jong In, con dificultad, al oído de Kyung Soo.
-Sí... Sí...
Kyung Soo agarró más fuerte el pelo de Jong In y mientras se sentía arrastrado hacia arriba y hacia abajo debido a la intensidad de las estocadas. Notó como Jong In le apretaba aún más contra sí y gritó al sentir su miembro rozarse bruscamente entre ambos cuerpos.
-Ah... sigue... sigue... JONG IN...
-KYUNG... SOO... AH... ME CORRO...
-DENTRO DE MÍ...
Y, con un último grito, ambos llegaron al final. Kyung Soo entre el abdomen de Jong In y el suyo propio y Jong In dentro de Kyung Soo.
-Ah...- gimió Kyung Soo, aun preso del placer, dejando descansar los brazos y las piernas- no te muevas...
Jong In seguía dentro de Kyung Soo pero no le importaba, había sido el mejor polvo de su vida. Besó su cuello y, lentamente, fue saliendo dentro de él.
-¿Qué tal tu primera experiencia gay?- preguntó Jong In, sonriéndole.
A pesar de que no le gustaba la pregunta, porque le parecía carente de romanticismo, respondió.
-Salvaje.
-Entonces he hecho bien mi trabajo.
-¿Quieres ducharte?
-No, lo haré en casa. Hazlo tú, duerme, descansa y nos vemos mañana.
Jong In se levantó y comenzó a vestirse dejando a Kyung Soo anonadado.
-Pero... ¿te vas ya?
-¿No pensarías que me quedaría toda la noche?- al ver la cara de Kyung Soo, añadió- ¿Qué pasaría si tu madre volviera y nos viera en la cama? Puedo quedarme un rato más contigo... pero no me arriesgaré toda la noche, tu madre te mataría.
Kyung Soo sonrió, así que sólo se preocupaba por él.
-Tienes razón- dijo, poniéndose el pantalón de chándal- te acompañaré a la puerta.
Bajaron la escalera y llegaron a la puerta. Jong In besó apasionadamente a Kyung Soo y se separó de él.
-¿Cinco minutos?- preguntó Kyung Soo.
-¿Para qué finalidad?
Kyung Soo rio.
-Vale, acabarían siendo más...
Jong In sonrió y salió a la oscura calle.
-Llámame cuando llegues a casa... me preocupa que te vayas tan tarde...
-No te preocupes.
Jong In se fue a casa y Kyung Soo se fue a su cuarto donde el olor a sexo aun perduraba. Suspiró, no estaba muy seguro de lo que acababa de pasar, pero quería que siguiera pasando y quería que siguiera pasando con Jong In.
A la media hora un mensaje le sobresaltó.
En casa, soñaré con tus gemidos
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