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IX. Recuperación

Título alternativo: Los matices rosas de una nueva amiga.

[...]

Kirishima siguió a Bakugo con la mirada hasta que llegó a la puerta y cerró de un fuerte portazo, porque todo lo que tenía que ver con ese hombre eran reacciones agresivas y miradas feas. Resopló con cansancio, recordando la reciente pelea que se armó con Mina por un simple recado —solo habían pasado un par de horas, por Dios— antes de pedirle que tuviera cuidado, pues la tribu de ahí abajo, la tribu de Mina, no podía saber que habían humanos en los límites de su territorio.

Mina también resopló al verlo azotar la puerta, mascullando algunas cosas entre dientes sobre que si rompía la puerta iba a obligarlo a poner una nueva. Después de eso, todo el resto de la habitación quedó bajo un silencio sepulcral. Kirishima junto a Kaminari quedaron paralizados sobre el colchón del camastro, intercambiando una mirada vacilante y muecas extrañas, como si el aire se hubiera vuelto denso e irrespirable. Finalmente, Denki carraspeó, volviendo a atraer la atención del pelirrojo antes de continuar contándole de sus anécdotas, haciendo que ambos se olvidaran rápidamente del conflicto anterior.

—¿Y Sero? —preguntó Kirishima en algún momento, atrayendo la atención de su amigo —, ¿él sabe... ¿sabe de esto? 

—Oh —Denki se pasó una mano por la nuca ante la pregunta —. Bueno, no. Con suerte pisé el pueblo para conseguir un par de sogas, así que aún no le digo lo que ocurrió, ya sabes, eso —señaló las heridas con la cabeza. Kirishima asintió lentamente.

—Mejor así —dijo y Kaminari arqueó una ceja —, no quiero preocuparlo también.

El chico permaneció en silencio unos segundos como si estuviera meditando al respecto.

—Está bien —contestó finalmente, no es que pudiera salir corriendo y contarle al barman al respecto. Bueno, si podía, pero le tomaría horas lograrlo. 

Kirishima dibujó una sonrisa agradecida en los labios. Miró hacia atrás un momento y se recostó con cuidado, apoyando la mitad de la espalda en la cabecera y la pared, tratando de lucir relajado y engañar a Kaminari. Al verlo, el rubio pensó que estaba cansado y se levantó del camastro antes de comenzar a pasear por la estancia.

El cartel holográfico apareció y Kirishima no perdió oportunidad de hablar.

<Sistema>

<El Sistema escucha>

<¿Qué pasa con el cartel sobre la amenaza hacia la trama? ¿Por qué no desaparece?>

<El cartel permanecerá hasta que ya no exista ninguna amenaza que afecte el curso establecido de la trama> explicó la voz mecánica con simpleza. 

Kirishima contuvo un suspiro de exasperación y pregunto:

<¿Entonces qué es lo que está afectando la trama?>

<El Sistema no puede-

<No puede revelar información de la trama ni de los personajes, lo sé> la cortó de un resoplido, apretando las cejas <. Saltémonos toda esa parte, ¿está bien?> insistió <. ¿Qué puedes decirme ahora?>

Esperó con calma. Dos, tres segundos, y no hubo más que silencio. 

<¿Nada? ¿Es enserio?>

<El Sistema no puede interferir de ninguna manera. Esto es un acontecimiento no previsto ocasionado por el Invitado y debe resolverlo por su cuenta>

<¡¿Ocasionado?!> exclamó Kirishima completamente indignado, revisando que no estuviera haciendo muchas expresiones frente a los demás, pues iba a resultar extraño de ver <, ¡un lunático estuvo a punto de convertirme en decoración navideña!>

<...>

Suspiró. <Como quieras>

Removió la espalda contra el respaldo en un intento de borrar la incomodidad de sus músculos, masajeando cuidadosamente la parte de su cabeza que no estaba abierta con su brazo sano. Con todos los daños y la caída, Kirishima aún se sorprendía que sus escamas fueran tan resistentes como para que ningún hueso de su cuerpo haya logrado romperse.

Pero bien que solo salen cuando más les conviene, ¿eh? Pensó con un gesto irónico. Si pudiera controlar esa parte de su transformación a su antojo entonces todo sería muy distinto. 

Volviendo al tema principal...

El cartel había aparecido por primera vez cuando se encontró directamente con Neito Monoma en el bosque, después de haberle enterrado una maldita flecha en el hombro. En ese momento le resultó comprensible —al menos de la poca atención que le prestó en un inicio, pues su prioridad había sido permanecer con vida—, pero incluso después de librarse del Cazador psicópata el cartel no se había ido. El Sistema bien había dicho que fue algo ocasionado por su culpa... si recapitula un poco, la historia de Medieval Love arranca cuando Midoriya y el Protagonista parten en una aventura para evitar el Segundo Alzamiento, de ahí se unen Bakugo y el príncipe Todoroki. Kirishima observó discretamente la puerta cuando Bakugo volvió, dejando el encargo de Mina sobre la mesa antes de irse por su lado. ¿Podría ser que toda esta situación tuviera que ver? No solo Monoma, sino la intervención completa de lo que estaba pasando —el acantilado y el hecho de que Katsuki había insistido para no alejarse durante su recuperación—, pues estaba desviando el personaje de Bakugo de sus objetivos al estar allí abajo con él. 

¿Qué iba a hacer ahora? ¿Echarlo? ¿Convencerlo de irse?

—Mmh... qué estresante —murmuró para sí mismo, tocando su cabeza de nuevo.

Unos suaves golpes sobre su hombro sano devolvieron al pelirrojo a la realidad.

—¿Kirishima? ¿Estás despierto? 

Eijiro tardó en contestar —. Despierto, despierto —se incorporó con cuidado, parpadeando un par de veces para acostumbrar su vista a la oscuridad que envolvía constantemente la cabaña. Eso de que no existieran los focos de luz parecía estarle afectando, como si no terminara de adaptarse a la baja intensidad de las velas a pesar de llevar alrededor de dos semanas dentro del juego.

—¿Todo bien? —la expresión curiosa y verdaderamente preocupada con la cual lo siguió el rubio consiguió arrancarle una sonrisa sincera a Kirishima —. ¿Kirishima? —insistió Denki, estirando la mano para sostener el brazo de su amigo, cuidando no tocar ninguna de las heridas, hablando en un tono más suave. 

Eijiro tuvo que parpadear un par de veces antes de volver completamente a la realidad, sin saber exactamente qué estaba pasando con él mismo.

—Si... si, perdona. Estoy bien. Algo mareado por la iluminación, es todo. ¿Qué pasa? —contestó rápidamente, desviando la atención de Kaminari con otra pregunta para evitar que insistiera sobre el tema.

—Mina acaba de preparar algo para comer.

—Oh... —expresó el pelirrojo, observando los frutos rojos, las tiras de carne y la jarra de agua sobre la mesa —. Está bien.

No hubo mucha interacción durante la ¿merienda? La oscuridad constante que se filtraba a través de la pequeña ventana no le permitía saber a ciencia cierta qué hora era. Todo parecía ser muy incómodo entre los cuatro, aunque Kaminari se esforzaba con aligerar el ambiente con comentarios ocasionales y chistes absurdos. Mina no era una mala anfitriona, cuidaba bien de él, pero parecía no agradarle la presencia de Bakugo en el grupo.

—Saldré un momento —anunció Kaminari después de dejar el vaso sobre la mesa, tomando su sombrero y el cinturón con las pistolas del respaldo de la silla.

Mina lo observó hasta que el chico abrió la puerta.

—No te alejes —pidió ella con seriedad —. Ten cuidado.

Kaminari esbozó una sonrisa para despedirse y salió cerrando la puerta.

Kirishima volvió a recostarse.

En otras circunstancias no habría querido dormir, no del todo, pero al ver su Barra de Vida a un cuarto de su capacidad total, el pelirrojo pensó que sería bueno recuperar algo de la energía que había perdido esa misma tarde. Mina le recomendó descansar, dejar que su cuerpo empiece a recuperarse por sí mismo, pues los dragones solían tener un metabolismo más acelerado que el de los humanos, lo que ayudaría mucho en su recuperación mientras comiera y descansara adecuadamente.

No hubo queja alguna. Kirishima se acomodó boca arriba sobre el colchón, cuidando de sus heridas, y cerró los ojos con cansancio. Los recuerdos de su reciente conversación con el Sistema arribaron en su cabeza sin quererlo, vio el cartel parpadear débilmente a un costado de la pantalla del menú. No quería lidiar con eso ahora, así que decidió ignorarlo por las próximas horas. Y así fue.

Pasaron los primeros segundos, minutos. Incluso bostezó, pero el estrés y la incertidumbre no le permitieron dormir. Eijiro gruñó internamente por ello y abrió de nueva cuenta los ojos.

Registró la habitación completa sin nada más que hacer y vio a Mina con la pluma en mano y un libro. La habitación parecía casi tan oscurecida como cuando despertó por primera vez allí abajo, cerca del mediodía, pero la poca visibilidad no parecía ser un impedimento para la chica. De pronto empezó a sentir curiosidad, aligerando su mente al dejar de pensar en el problema de la trama, comenzando a surgir preguntas sobre el estilo de vida que Mina debía llevar ahí abajo. Quería preguntarle, de hecho, pero sentía que no era asunto suyo. Además que era inseguro.

—¿Sucede algo? —preguntó la chica sin levantar la vista, reprimiendo una sonrisa.

Kirishima sintió un escalofrío en la espalda, sacudiéndose del susto. Arrugó las cejas.

—No —mintió, mordiéndose el interior de la mejilla.

—Puedes preguntar lo que sea, no voy a morderte —bromeó ella, levantando ligeramente la mirada de los apuntes para verlo antes de continuar con su trabajo —. ¿No puedes dormir?

Kirishima sacudió la cabeza, apartando los mechones largos de su rostro.

—Ashido , tú... sé que no es de mi incumbencia pero... —Mina alzó la vista para prestarle atención. Kirishima cerró su boca de pronto, apretando sus labios en una fina línea, indeciso —, ¿por qué estás aquí? No me refiero aquí abajo, sino... aquí.

—Oh —Ashido jugó con un mechón de su cabello mientras apartaba las cosas de la mesa.

Kirishima se sintió mal al verla quedarse callada, arrepintiéndose de inmediato de haber preguntado.

—Si fue una muy personal puedes-

—Ey, está bien —sonrió ella, buscando tranquilizarlo. Kirishima respiró hondo —. Este es mi hogar, por eso vivo aquí.

—¿Cómo lo hacen? Vivir aquí —preguntó —. Pareciera que es constantemente de noche.

A veces siento que estoy atrapado dentro de Silent Hill, pensó para sí mismo, pero sin la lluvia de cenizas y los monstruos.

—¿Ves esto? —Ashido señaló sus distintivos ojos, Kirishima asintió —. Se podría decir que mi especie evolucionó para adaptarse a estos lugares, así que puedo ver perfectamente. La luz fuerte me molesta un poco, pero dejé las velas, al parecer los humanos la necesitan.

Mina le explicó con calma y entusiasmo todo tipo de cosas sobre su especie. No tuvo problema en hablarle sobre lo que solía hacer en su tiempo libre en la cabaña, con los cristales, explicándole un poco sobre sus compuestos, a pesar de que no eran objetos de valor comercial, si poseían algunas propiedades útiles —no muy sabidas por los humanos, al parecer— de las cuales se podía sacar provecho. Kirishima escuchó atentamente las palabras de la chica. Si bien la conversación era interesante, pudiendo averiguar un poco más sobre el mundo de Medieval Love, pronto una nueva duda surgió en la mente del pelirrojo.

Se removió incómodo, debatiéndose si sería correcto o no adentrarse en la vida personal de la chica con su siguiente pregunta. Mina no tenía por qué seguir respondiendo sus preguntas. ¡Se supone que él es quien le debe por haberlo salvado! Ella pudo simplemente haberlo dejado marchar una vez Bakugo y Kaminari vinieron por él, pero seguía preocupándose por su salud, resolviendo sus dudas... 

Frunció el ceño levemente y mordió su labio. 

Mina detuvo su explicación y observó la expresión conflictiva de Kirishima con ojos agradables.

—Aún te queda otra pregunta —Eijiro alzó la vista rápidamente hasta toparla con los iris dorados de la chica; esa no había sido una pregunta.

—¿Nunca has... querido subir? —murmuró dubitativamente después de un rato de silencio —. Lo siento, volví a hacer otra pregunta personal.

Mina no respondió enseguida. Bajó la vista para observar los pliegues de su ropa y apartó desinteresadamente algunas motas de polvo y migas de la mesa. 

—Hay cosas que aunque las desees con el alma, no siempre podrán cumplirse, Kirishima. Ver el sol, trepar árboles, tirarme sobre el pasto... hay muchas cosas que me gustarían hacer, pero no significa que pueda hacerlo —respondió.

Kirishima abrió la boca para preguntar por qué, pero Mina se adelantó sabiendo lo que diría.

—Hace mucho el jefe de la tribu lo prohibió. 

—¿Y hablarlo? Tal vez puedas...

—¿Con el jefe? —preguntó y Kirishima asintió lentamente. Mina soltó una risa mientras movía la cabeza —. No.

—¿Por qué no?

—Porque no se puede razonar con él, Kirishima.

Kirishima bajó la vista a sus propias manos. Apretó los labios, sin mucho más para decir al respecto, y un tintineo sonó en su cabeza. Cerró los ojos casi al instante, extrañado por la notificación del Sistema.

[Subtrama opcional desbloqueada: Cadenas al cielo. ¿Deseas saber los detalles?] 

Parpadeó confundido. ¿Qué?

<Sistema, ¿qué es esto de la subtrama?>

<Las subtramas sirven para enriquecer la historia, dar profundidad a los personajes secundarios, generar conflictos, aumentar la relación con los personajes y recibir recompensas distinguidas. ¿El Invitado está listo para ver los detalles?>

<Espera, no. Mina no es un personaje secundario, no debería, ni siquiera existía en el juego original. ¿Por qué tiene una subtrama?>

<Las subtramas existen independientemente de los personajes. El Invitado ya no está limitado por un juego de interacción, ahora posee la capacidad de tomar decisiones e ir a donde desee siempre y cuando cumpla con los requisitos de la trama original>

<¿Qué pasa si me niego a realizar una subtrama?>

<Absolutamente nada. Las subtramas son ramas independientes de la historia, por lo que no se altera la trama si se aceptan o no>

<¿Cómo se desbloquean las subtramas?>

<Las subtramas pueden desbloquearse dependiendo de las decisiones del Invitado y las reacciones de los personajes, no todas las subtramas tienen la oportunidad de volverse a intentar>

<¿O sea que de no haberle preguntado nada a Mina esta subtrama nunca se hubiera desbloqueado?>

<Exactamente>

<Bien, creo que entiendo. Dame los detalles>

<Subtrama opcional: Cadenas al cielo. Mina Ashido es una chica solitaria que sueña con subir a la superficie y conocer el mundo de arriba, más su líder tiene estrictamente prohibido a cualquiera de la especie el paso al territorio humano. Objetivo: convencer al líder para dejar que Mina suba. Recompensa: amistad de Mina Ashido. Atributo adicional, Confianza>

—¿Kirishima? —tomó asiento sobre el camastro, tocando el brazo del híbrido con cuidado para llamar su atención —, ¿ocurre algo? Te quedaste callado de repente.

<¿El Invitado desea aceptar la subtrama?>

—Solo... pensaba —murmuró Kirishima, más para sí mismo que para ella. Las palabras del Sistema rebotando en su cabeza, haciéndole cuestionar sus próximas decisiones. Alzó la vista con determinación, convencido de lo que estaba por hacer y dijo: —. ¿Y si pudiéramos? —preguntó —, ¿y si pudiéramos razonar con tu líder para que veas la superficie?

—Kirishima, yo...

—Voy a ayudarte, solo confía en mi.

Se mordió el labio inferior antes de que su expresión se volviera seria. No quería pensar demasiado en el asunto, pues ya había tomado una decisión y se negaba a echarse atrás ahora. Ya había aceptado la subtrama y, de manera consecuente, Mina debería aceptarlo —sería raro que se lo prohíba después—. El tintineo llegó al poco tiempo, acompañado de la voz mecánica del Sistema dentro de su cabeza.

<La subtrama, Cadenas al cielo, ha sido aceptada con éxito. Cargando datos al Sistema... datos cargados. La subtrama ya ha iniciado. Tiempo límite: ilimitado>

Los ojos de Ashido se deslizaron sobre la cara de Eijiro, tan abierta y sincera, y apretó los labios como si tratara de evaluarlo con la mirada. Como si esperara que se echara atrás y abandonaran el tema. Pero Kirishima se quedó callado y, en cambio, tomó su mano. 

Mina suspiró, pero no dijo nada. Se inclinó hacia atrás sobre donde estaba sentada y deslizó su mano con cuidado, lejos del agarre de Kirishima. El híbrido la observó con atención, sin sentirse mal por el ligero rechazo, pues comprendía que ahora debía estar teniendo algún debate en su cabeza, y la dejó pensar.

Finalmente, Ashido habló, alejándose del camastro:

—De acuerdo.

Original: 1527 palabras.

Remastered: 2275 palabras.

Si me tomó mi tiempo terminar el capítulo, pero he estado un poco enferma y hace una semana que no entraba para actualizar nada, pues estaba algo de la mierda y no quería tocar la computadora o el celular. Ahora ya ando mejor, así que me puse en plan terminar el capítulo e ir viendo qué más puedo subir por acá.

No hay muchos cambios significativos respecto al capítulo original, por lo que la nota también será corta.

Espero (nuevamente) la explicación del Sistema sobre las subtramas haya sido entendible, de lo contrario, cualquier duda o pregunta que tengan siempre pueden dejarla por aquí.

Gracias por seguir leyendo esto, lo aprecio mucho.

Un saludo —Kirishi365


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