Todo estaba oscuro, no podía ver ni oír nada. Solo recuerdo ver ese auto chocar contra mi cuerpo y luego solo vi mi sangre en el suelo. Cuando me quise dar cuenta todo estaba oscuro y no sabía en dónde estaba.

Cuando abrí mis ojos estaba acostada en una cama matrimonial, desnuda y con algunos moretones en el cuerpo.

No podía creerlo, había renacido.

Era imposible.

-Anette! -una mujer rubia entró corriendo con lagrimas, al verme despierta se quedó sorprendida para luego lanzarse a mi y abrazarme con fuerza.

Ella solo sollozaba, balbuceando "pense que habías muerto" o "fue mi culpa que todo esto pasara".

Al principio no entendí nada, ni siquiera podía entender lo que había pasado. Hasta que los recuerdos de esta mujer llegaron a mi cabeza.

Anette Eneida, una mujer con mala suerte, quien fue abandonada en un orfanato desde bebé, un lugar donde la maltrataban y le hacían la vida imposible hasta que huyo de allí junto a su mejor amiga.

Sarah Fleurs, lástima que las dos niñas inocentes de 8 años fueron engañadas por un hombre que les prometió darles un hogar y una familia.

Todo fue mentira.

Ese lugar es un maldito burdel.

Fueron sirvientas hasta que cumplieron los 12 años y el verdadero infierno comenzó.

-..estoy bien -susurro con la voz ronca, parece que los gritos de dolor de anoche le afectaron.

Abrazó con cuidado a su rubia amiga y luego miro con asco la habitación.

No dejaría que nadie más la pisotee, desde ese día la antigua Anette había muerto.

"Hoy nace una nueva Anette".

Resoplo con enojo mirando la copa de vino en su mano.

Desde que despertó en ese cuerpo se convirtió en una mujer seductora y sádica.

Con gran sorpresa notó que a la mayoría de los hombres les gustaba que sea así, incluso el jefe del burdel iba cayendo a sus pies. Que a pesar de tener sus años se mantenía guapo.

Se convirtió en una maldita zorra que estaba esperando el momento indicado para largarse de allí.

Pero gracias a su nueva personalidad solo se acostaba con los mejores clientes y estos no estaban para nada mal.

Por qué demonios los hombres guapos y adinerados eran tan estupidos?.

-An, estás bebiendo demasiado.

Sarah miro preocupada a su amiga.
La bella rubia se sorprendió con el gran cambio que tuvo su amiga, pasó de ser una joven abusada y sumisa a una de las mujeres más deseadas del burdel.

-no te preocupes Sarah, todo está bien -frego su mejilla con la de ella y se levantó sin importarle que los clientes la miren con lujuria.

Su ropa de bailarina color rojo como la sangre la hacía más pálida de lo que ya era, resaltaba sus labios y su cabello marrón junto a sus ojos violeta, que ante la luz del sol parecían piedras preciosas.

-iré a tomar algo de aire.

Sin más que decir dejó sola a su amiga y se fue directo a los pasillos para ir a su cuarto.

-"tch, yo era una excelente cirujano, era una gran mujer, una de las mejores en cirugía y ahora soy una zorra...aunque creo que esto me lo merezco, en el pasado tenía una vida sexual muy activa e hice sufrir a varios".

Una sonrisa lasciva surgió de sus labios al recordar sus tantas parejas tanto hombres como mujeres.

Otro motivo por el cual era consentida en el burdel.

Al ser una chica que no se negaba a nada, las demás mujeres de allí fueron seducidas por Anette y gracias a eso su vida y la de Sarah cambiaron para bien. Y eso que solo había pasado 1 año desde que estaba en ese mundo.

!!!

Se quedó sorprendida cuando chocó contra alguien.

-oye fíjate por donde caminas!.

Miro enojada al hombre pero de pronto sonrió divertida y acarició su rostro.

-wow es raro ver a alguien tan apuesto como tú por estos lados, de seguro viniste a ver a Madame Canard.

Madame Canard era una bella mujer rubia de ojos celeste, era muy codiciada por los hombres y era una de las que cayeron ante Anette.

El hombre solo se mantuvo callado y de un momento a otro la tomó de la cintura.

-...eres muy hermosa.

-ehh~ eso crees?, no eres el primero que lo dice -sonrió con un leve sonrojo abrazandolo por el cuello.

El hombre solo sonrió y la besó.

No sé hicieron esperar mucho y en segundos estaban en un cuarto totalmente desnudos.

Anette jamás se iba a imaginar que esa noche sería el comienzo de lo que el destino le tenía preparado.

-no puede ser!.

El hombre castaño junto a la rubia se exaltaron viendo con una gotita a la joven ante ellos.

-sabía que esto me podía pasar pero no ahora!, siempre me cuide, quién demonios era ese hombre para dejarme embarazada en una noche?!.

Mientras Anette seguía maldiciendo al mundo Madame Canard y el jefe del burdel solo suspiraron.

Hace 2 meses Anette se había acostado con un cliente adinerado y ese fue el último ya que después de eso por algún motivo su cuerpo estaba débil. Hace unos segundos un doctor les confirmó lo que temían.

-Anette, ya que estás embarazada ya no nos sirves querida.

-ah! -el castaño se exaltó cuando recibió una mirada fulminante de la menor -estoy preñada y me tiras a la calle!?.

-embarazada querida, embarazada.

Corrigió la rubia.

-como sea!.

Ella bufo y se cruzó de brazos.

-bien, pero por lo menos consigueme una casa o algo, gracias a mi tu clientela aumento -hizo un puchero sensual haciendo sonrojar a la rubia que la abrazó de golpe.

-querida~ si te acuestas conmigo no le haré daño a tu bebé.

-que atrevida Madame~.

Mientras ellas dos se coqueteaban el hombre solo negó con la cabeza divertido. Si hubiese sabido que esa niña era así desde hace mucho la hubiera tenido en cuenta.

-bien, gracias a nuestra "amistad" te daré una casa y algo de dinero -saco un cheque y unos papeles.

Anette solo sonrió de lado.

Por el momento viviría con eso pero luego tendría que conseguir trabajo y una nueva casa.

No se iba a quedar con esa casa que le dio su ahora ex jefe. No quería nada de ese hombre.

-gracias, pero no se van a desligar tan fácil de mi, puedo venir a visitarlos, verdad?.

Se sentó en el sofá con Madame a su lado a punto de tomar alcohol.

-no tomes eso!.

La rubia le propinó un zape en la cabeza haciéndola chillar.

-oye!.

-claro que puedes, de seguro vendrás a visitar a esa rubia -sin darle importancia siguió mirando unos papeles mientras Madame seguía regañando a Anette.

El problema era cómo haría para sacar a Sarah de allí.

-y si te llevas a Sarah?.

Ante lo que dijo la rubia la sala quedó en silencio.

-querido la pequeña An estará sola con su bebé y la única que sabe de esas cosas es Sarah, además de que son amigas, cuando Anette se ponga gorda como una sandía ella nos puede comunicar de lo sucedido con An! -junto sus manos alegré mientras la peli marrón la miro enojada.

-"vaya no crei que ellos me hayan tomado cariño y eso que yo solo los uso para mi beneficio, después de haberme ignorado y dejar que me traten tan mal al final me toman aprecio, que irónico".

Miro al castaño que se quedó pensativo.

-mmm es buena idea, además de que esa rubia ya no nos está dando ningún aporte, bien te la puedes llevar pero ya sabes las reglas, cuando salgan de aquí ustedes no saben nada de este lugar ni de nuestros trucos.

-lo sé jefe, seremos conocidos pero esos lazos se han cortado cuando crucemos esa salida -sonrió con desinterés haciendo sonreír al hombre.

Cuando una mujer quedaba embarazada en el burdel ellos le daban dos opciones, abortaban o se iban de allí cortando todos sus lazos.

Algunas abortaban ya que no iban a tener una buena vida fuera de ese lugar y todos lo sabían. Pero quienes eran beneficiadas como Anette podían elegir la segunda opción.

Quién pensaría que todo fue tan fácil.

-ya deja de llorar.

Miro con una gotita el llanto de su amiga.

Habían llegado a su nuevo hogar y Sarah aún no caía de que eran libres de ese infierno.

-pero...pero.

Siguió llorando haciendo sonreír a su amiga.

-"debe de ser duro para ella todo lo que pasamos, me fue difícil aceptar mi situación pero si no hacía esto y me acercaba a los grandes líderes del burdel no íbamos a salir de allí, aunque jamás me esperé que me tomaran tanto cariño de seguro fue por el gran aporte que les daba".

Se levantó del sillón y miro el living.

Era una casa linda, no era ni muy elegante ni muy pobre. Era adecuada para ellas dos.

Estaban en un pueblo lleno de corruptos, había demasiada pobreza y varios nobles. Eran fieles al imperio pero la corrupción y ambición aún existía.

-sarah -la rubia la miro curiosa y ella tomó sus manos -nos iremos de aquí.

-eh?, pero cómo?.

Era imposible irse de ese pueblo.

Anette solo sonrió y un brillo surgió de sus manos.

Era magia.

-desde hace 1 mes puedo usar magia, es hora de irnos.

Nuevamente la rubia volvió a llorar y las dos fueron envueltas en un brillo dorado.

Ahora sí iban a cortar todo tipo de lazo con ese pueblo, ese lugar que fue un infierno para ellas.

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