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Love me do (ChaBin)

Narra N

—¿En verdad estás en contra de que ellos anden? —la voz de Hongbin era calmada y baja, aunque en el silencio de la oscuridad en mi cuarto podía escucharlo perfectamente.

—¡Claro que no! ¿Por qué todos piensan eso?

—Bueno, por todo lo que les acabas de decir.

Me dejé caer sobre la cama con un suspiro derrotado.Sabía que mi deber era ser un buen líder, guiarlos a todos para lograr seguir siendo un buen VIXX.

Pero me estaba agotando, me sentía sumamente fatigado luego de la pelea que acababa de tener con Leo y Ravi: Era la primera vez que nos reuníamos luego de su presentación en solitario, sólo nosotros seis y ellos nos habían confiado su recién descubierta relación.

Huyk y Ken se emocionaron bastante y los felicitaron, incluso dijeron que ya lo sospechaban, Hongbin también expresó alegría al saberlo... ¿Por qué era yo el único que pensaba en los peligros que eso podría conllevar?

Pero cuando intenté explicárselos ellos se pusieron a la defensiva, como si creyeran que yo me oponía a su relación, que no quería que estuvieran juntos ni nada, aunque intenté explicarles que era por su bienestar las cosas se comenzaron a salir de control, nuestro tono se había elevado bastante y los más jóvenes solo nos miraban apartados con algo de temor.

Al final, cuando incluso llegamos a la amenaza de los golpes, Leo sujetó a Ravi antes de que hiciera algo más, huí de aquella inútil pelea para encerrarme en mi cuarto, donde Hongbin me había alcanzado algunos instantes después.

—Sólo... ah, estoy preocupado por ellos, sabes tan bien como yo cómo es el medio Hongbin, esto podría ser muy difícil para ellos.

—Ellos también lo saben, pero es algo contra lo que están dispuestos a luchar por su relación. Como sus amigos debemos apoyarnos mutuamente.

Sentí su peso al sentarse también a un lado de la cama, yo había quedado boca abajo y ni siquiera entonces me digné a levantar la visita.

—No quiero que ellos sufran... además... —enterré el rostro en mi almohada.

—¿Además?

—Sabes lo sensible que puede ser Leo, no quiero volver a verlo llorar, ¿y si no puede soportar la presión? ¿Y si con el tiempo Ravi lo deja y lo hace sufrir? —La risa de Hongbin me descolocó un poco, levanté la vista por fin para encontrarme con su típica sonrisa.

—¿Tienes tan mal concepto de nuestro Ravi?

—No, no es eso, él también puede ser muy tierno y protector, es sólo que... ¡Ah!—grité frustrado contra la almohada.

De pronto sentí su mano entre mi cabello, iniciando un masaje tan lento como relajante. Por alguna razón, ante aquel contacto las lágrimas comenzaron a fluir desde mis ojos.

Sus manos se movieron entonces hasta mis hombros, donde ejerció cierta presión hasta que logró que me sentara también y me abrazó, quedé así en el hueco de su cuello y, si antes había podido tener algún control sobre mi llanto, en esa nueva posición se descontroló por completo.

—¿Lo viste? ¿Viste la cara de ira de Ravi? ¿Y la mirada de decepción de Leo? Yo solo quiero protegerlos pero... pero...

—Ya, ya, pobre de nuestro Cha-líder, pobrecito —murmuraba Hongbin repetidamente, acariciando mi cabeza y mi espalda.

—¿Te estás burlando de mi? —me enderecé para recriminarle.

Mal movimiento pues mi rostro quedó muy cerca del suyo.

—Pobrecito de nuestro líder, —repitió, mientras su pulgar limpiaba una de las lágrimas que habían quedado—, tan centrado en los otros que no parece darse cuenta de nada más.

Antes de que pudiera preguntarle a qué se refería, sus labios tocaron los míos con un roce sumamente suave y casi imperceptible, sentí más bien su aliento cuando suspiró contra ellos. Instintivamente había cerrado los ojos pero al reaccionar a lo que ocurría lo alejé un poco y lo ví directo a los ojos.

—¿Qué... qué haces?

—Te lo dije, estás tan concentrado en los otros que no te das cuenta de lo que hay directamente frente a ti.

Y de nuevo nuestras bocas se juntaron, esta vez con un poco más de fuerza, respondí a aquel beso pues no sabía qué más hacer, estaba demasiado cansado como para ahora pelear con Hongbin,

Además, debía confesar que aquel contacto efímero se sentía bien, me ayudaba a recargar un poco mi energía agotada. Lo sentí moverse, su peso cayó sobre mí aunque estaba tan concentrado en lo que sentían mis labios que no me di cuenta de lo demás hasta que terminé de nuevo acostado y con él arrodillado sobre mí, recargándose en los brazos para no aplastarme se había alejado un poco para mirarme.

Cuando ya se estaba inclinando de nuevo sobre mí puse ambas manos en su pecho hasta que logré detenerlo, es cierto que mi cuerpo me pedía romper aquella poca distancia que nos separaba y terminar de recuperarme en sus labios, pero mi mente trabajando a mil por hora tenía otros planes.

—Espera... espera un momento... Hongbin ¿Por qué..?

Mi pregunta le hizo reír, su sonrisa y el temblor que aquello ocasionó en su cuerpo logró que me tensara aún más.

—Vamos hyung ¿por qué una persona besa a otra?

Negué con la cabeza.

—No es posible... —una idea me llegó entonces—, ¿Quieres probarme que la relación de Leo-shi y Ravi-shi no es nada malo?

Lo escuché bufar molesto antes de chocar su frente con la mía con algo de fuerza. Exclamé a causa del dolor por no había mucho más que pudiera hacer, atrapado como estaba debajo de él.

—¿En verdad es la única opción que se te ocurre para que yo te bese?

—La otra opción es que yo te guste y eso no es posible, —dije algo molesto, solo un poco.

—¿Ah no?

—No, jamás quieres hacer equipo ni viajar conmigo... —su risa me interrumpió.

—Temía que las cámaras pudieran captar algo que no debían.

Antes de que pudiera preguntarle a qué se refería volvió a inclinarse para besarme con suavidad, sus labios apenas moviéndose contra los míos. Me dejé llevar solo por dos segundos, disfrutando de aquella sensación tan placentera, pero de nuevo mi mente se negó a callarse así que volví a empujarlo.

Pero esta vez el no me lo permitió, con un rápido movimiento tomó mis dos muñecas, sosteniéndolas arriba de mi cabeza con una sola de sus manos. Quedé tan sorprendido que ni siquiera intenté soltarme, solo me quedé viendo a aquellos ojos profundos ¿dónde había quedado nuestro tierno y alegre Kong?

—Binnie, no lo hagas, esto puede ser muy riesgoso para nosotros también. En este momento debemos proteger a Taek y a Wonsik.

—¡Es suficiente! No quiero oír más —su tono autoritario, para nada usual en él, me silenció por completo—. En este momento ya no tienes ninguna otra responsabilidad, ningún control.

—¿Qué?

—En estos momentos sólo eres mío y es tiempo de que te enamores de mi.

Sus palabras me descolocaron completamente, me tenía por completo a su merced. Cerré los ojos con un suspiro de rendición, ya no tenía más sentido pelear y ya no quería hacerlo.

Hongbin percibió me rendición y lo sentí volver a inclinarse sobre mí, una parte de mí anhelaba de nuevo aquel beso que parecía curar mi alma cansada incluso levanté un poco la barbilla para poder encontrarme con él.

Esta vez el beso fue más intenso y demandante, aunque atrapado como estaba no podía hacer más que mover mis labios contra los suyos, en cuanto logró abrirlos un poco su lengua no dudó en tomar posesión de mi boca con la misma intensidad.

Pasaron varios momentos así de intensos, al final necesité de unos momentos para poder recuperar algo de aliento pero en cuando me alejé Hongbin decidió mover sus besos hacia otra parte, bajandolos poco a poco hasta llegar a mi cuello.

Cuando se le ocurrió morder en aquella zona tan sensible todo mi cuerpo se arqueó, creo que incluso solté un jadeo. Hongbin había logrado su objetivo pues en ese momento mi mente estaba completamente en blanco, sin poder pensar en otra cosa que no fueran las sensaciones que me recorrían por completo.

Sus manos recorriendo mi piel solo aumentaban aquella pasión y ni siquiera fui consciente de lo que eso realmente significaba, pues no solo mi cuerpo sino mi propio ser estaba ahora bajo el control de otro, y ese otro era nadie menos que Lee Hong Bin.

Me comenzó a quitar la playera, la pasó por mi torso y mis hombros pero la dejó justo sobre mis manos y como quedó enrollada eso ayudó a que las oprimiera hasta dejarlas juntas. Una sujeción innecesaria quizá pues no podía ni quería moverme, aún así el saber que ni siquiera tenía esa responsabilidad de mantenerme inmóvil ayudaba a mi estado.

Una vez con ese camino libre las caricias y los besos de Hongbin comenzaron un camino descendente mientras yo solo podía retorcerme de placer e intentar mitigar los gemidos que pugnaban por salir de mi garganta. Esto último se me hizo mucho más difícil cuando a él se le ocurrió que podía jugar con mi pecho como si fuera el de una mujer, mordiendo y succionando hasta volverme loco.

No paró hasta que estuvo satisfecho, sólo entonces comenzó de nuevo a bajar, dejando una línea de pequeños besos que pasaba por mi abdomen y hasta mi cadera; antes de que pudiera reaccionar él ya había desabrochado y bajado lo suficiente mi pantalón.

—¡Kong! Eso no... —pero era demasiado tarde, su mano me había tomado con cierta fuerza y la intensidad de la sensación me hizo callar y arquear mi cuerpo.

El placer era demasiado fuerte, cuando su aliento y sus labios se sumaron a su mano estuve completamente perdido, mi cadera se movía para seguir el ritmo que él marcaba; había movido mis manos solo para poder cubrir mi boca y sofocar los gemidos cada vez más intensos que me ocasionaba.

El cosquilleo en mi vientre llegó demasiado rápido, estaba completamente a merced del placer y muy pronto éste explotó con fuerza en mi interior, expandiéndose por todo mi cuerpo en potentes oleadas.

Jadeé su nombre aun contra la tela y contra mis manos, extasiado por aquel delicioso arrebato que jamás siquiera me hubiera animado a imaginar, pero allí estaba él, lo único real y sólido en medio de aquella vorágine que me devoraba.

Aun cuando el placer remitió mi respiración era sumamente agitada, Hongbin se movió para quedar a mi lado y me abrazó hasta que quedé recostado en su pecho, sus dedos aún jugaban con mi cabello.

—Espero que ahora te sientas más relajado hyung —bromeó él, le di un suave golpe en el pecho.

—Ha sido una locura... no pensé, bueno que tuvieras esa clase de sentimientos Binnie.

—Ha sido culpa de Taek y de Ravi, ellos se veían tan felices a pesar de todo que me ha dado envidia, envidia y valor para buscar lo mismo.

Contuve un suspiro, no quería que las preocupaciones volvieran a llenarme pero era necesario pensar en el bienestar de todos. Como si leyera mis pensamientos Hongbin se inclinó para dejar un beso entre mi cabello.

—Podemos hacerlo N-hyung, todo saldrá bien.

Y con aquellas palabras de aliento comencé a quedarme dormido, rodeado por aquella tibieza yo también podía creer que todo saldría bien.

******

Hola bonitos lectores, oficialmente "medicina contra la depresión" solo iba a ser un one-shot pero hace poco que la releí para subirla también a AO3 se me ocurrió esto para continuarla así que aquí está. 

Aunque este Hongbin me costó algo de trabajo escribirlo me ha gustado al final cómo ha quedado, a la mitad incluso pensé cambiarlo por Ken pero ahora me doy por satisfecha.

Por último, a mi mente maquiavélica y gustosa del drama se le ha ocurrido algo más que añadir en esta parte, pero aún no estoy muy segura de si hacerlo o no... ¿Quieren ver a N sufrir un poco? jajaja lo pensaré y si queda lo subiré.

Gracias por leer ¡Sean felices!

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