Desperate (ChaBin)
Narra Hongbin
Los cinco estábamos sentados en la mesa de la cocina, la misma que habíamos compartido tan alegremente en la mañana ¿cómo podían las cosas tras tocarse tan rápidamente?
"Por tu culpa" me riñó mi propia mente mientras miraba por la ventana, la lluvia incluso había arreciado y N no daba muestras de regresar. Ni siquiera se había llevado su celular así que tampoco podíamos contactarlo.
—Es mi culpa... no lo vi salir del cuarto... —lloriqueaba Hyuk.
—Es culpa de todos, no debimos planear algo tan cruel, —se lamentó Ravi.
—¡Pero no íbamos a hacerlo! Solo queríamos asustarlo y que los dejara en paz. —Incluso Ken parecía preocupado.
Pero yo no les estaba prestando mucha atención, estaba demasiado angustiado además de la sensación de culpabilidad. No importaba lo que ellos dijeran, todo aquello era completamente mi culpa.
Luego de que los tres hyung pelearan y N fuera a encerrarse en su cuarto, Hyuk había mencionado que si HakYeon conociera el verdadero amor, aunque este viniera de una persona del mismo sexo, eso haría que no se metiera con ellos... de allí la conversación había degenerado en el plan que habíamos hecho:
Si lográbamos grabarlo con otro hombre podríamos ocupar aquella grabación para chantajearlo, el plan era que acordaríamos con él que si no decía nada ni se oponía a la relación de Leo y Ravi, nosotros no dejaríamos que el vídeo saliera a la luz. Fue mi oportunidad perfecta así que de inmediato me propuse para hacerlo con él.
Había sido sumamente egoísta y ahora estaba pagando el precio, peor aún, en medio de mi egoísmo había lastimado a N.
—No sirve de nada estar aquí lamentándose, debemos encontrarlo para poder explicarnos y arreglar las cosas. —habló Leo entonces con una firmeza poco usual en él.
—¡Sí, vayamos! —Hyuk ya se había puesto en pie pero Leo lo detuvo con un gesto.
—No podemos ir los cinco, si él regresa no lo sabremos. Además, tú debes de borrar cualquier rastro que pueda quedar de esos vídeos.
—De acuerdo, lo haré.
—Ravi y Hongbinnie, vengan conmigo a buscarlo. Ken, quedate con Hyuk por si N regresa.
Cuando nos estábamos poniendo los impermeables Ravi tomó la mano de Leo y lo beso rápidamente.
—Es raro verte siendo tan mandón, aunque de momento seas el hyung más grande no es normal en ti.
—Estoy preocupado por él, aunque a veces es molesto sigue siendo nuestro amigo, no quiero que le pase nada.
—Tranquilo, no le pasará nada malo, lo encontraremos y arreglaremos este embrollo. —Lo abrazó para consolarlo.
Y de nuevo llegaron aquellos sentimientos de envidia, en verdad deseaba lograr ese mismo tipo de relación con N, solo esperaba no haberlo arruinado irremediablemente.
Salimos los tres abrigados y con un paraguas cada uno, ya en la calle nos separamos para poder cubrir una mayor distancia.
A cada minuto que pasaba me sentía peor, mi pecho dolía por la ansiedad de encontrarlo, la culpa de lo que había hecho y el temor a no volver a verlo. Las calles estaban vacías y oscuras.
¿Y si le había pasado algo? ¿Y si él decidía no volver a vernos ni a dirigirnos la palabra nunca más? Si eso ocurría sería mi culpa por completo y ni siquiera podría reprochárselo. Quería llorar, quería gritar y quería golpear al yo de ayer por pensar en un plan tan estúpido y cruel. Ni siquiera la lluvia a mi alrededor me parecía tan fría como mi interior en ese momento.
Casi brinqué cuando mi celular vibró en mi bolsillo, aunque solo era un mensaje de Leo mi alma regresó un poco a mi cuerpo al leerlo.
Leo: Lo encontré, está en el parque Apgujeong, en los juegos.
Ravi: Vamos por él.
Leo: No, creo que lo mejor será que Binnie vaya a hablar con él, los demás los esperamos en la agencia.
De acuerdo, iré de inmediato : Tú
Guardé el celular y corrí a la dirección indicada, no estaba demasiado lejos. En medio de mi prisa y mi mente angustiada no me di cuenta de que había soltado el paraguas, poco me importaba el agua que caía sobre mi cuerpo, mi único pensamiento era encontrar a N a salvo y poder disculparme con él.
Llegué hasta el parque mencionado y a pesar de la lluvia pude verlo, estaba recostado en la resbaladilla de los juegos para niños apenas cubierto por el techo de éstos, tenía un brazo sobre los ojos.
Por el movimiento de sus hombros debía de estar llorando, pero lo hacía en silencio pues lo único que alcanzaba a escuchar era el sonido de la lluvia ¿Cuántas veces debía haber llorado del mismo modo para que ninguno de nosotros lo notara? No quería saber la respuesta.
Corrí hasta él entonces, antes de que él se diera cuenta y de que yo pudiera pensarlo mejor me lancé a abrazarlo con fuerza, casi no fui consciente del golpe que me había dado en la rodilla contra el duro plástico del juego, lo único que me importaba es que ahora tenía a N entre mis brazos y podría protegerlo de aquello que lo hiciera llorar...
Cosa que duró solo un par de segundo, pues él me empujó con bastante fuerza hasta que caí de sentón en el suelo, N se levantó quedando justo frente a mí pero solo me miró con aquellos ojos en los que no podía distinguir entre la tristeza y la ira.
—¿Qué quieres? Márchate —me pidió con la voz quebrada.
—No hyung, yo...
—Diles a los otros que no necesitan preocuparse, no diré nada, no me interpondré entre ellos.
—Espera...
—No necesitas estar aquí, solo terminarás resfriado. Vete.
Iba a dar media vuelta así que me impulsé de nuevo hacia él para abrazarlo, aunque terminé rodeándolo por la cintura.
—No te vayas N-hyung, por favor. Perdóname, por favor perdóname. —rogué.
—No hagas esto Hongbin, ya te dije que no me opondré a lo que ellos hagan así que esto ya no es necesario.
—Claro que es necesario, Hakyeon-hyung por favor, necesito que me perdones, haré lo que sea.
—¡Basta! —Volvió a empujarme, esta vez con más fuerza—, ¿Por qué sigues con esta mentira Hongbin? ¿Es que aún quieres hacerme más daño?
De nuevo había terminado en el piso, sin saber qué más hacer, me moví aún arrodillado como estaba, hasta poner mis manos en le piso y mi frente sobre ellas.
—Solo dame otra oportunidad Hakyeon-hyung, Por favor, te prometo que no volveré a lastimarte ni a hacerte llorar, así que por favor no nos dejes, ¡no me dejes!
—Levántate Hongbin, no hagas esto. —lo escuché pero yo no podía moverme, me sentía destrozado.
Él se iría, me abandonaría y todo por mi absurdo egoísmo.
—Perdóname hyung, por favor perdóname. No quería hacerte daño, no quería que las cosas salieran así. Haré lo que me pidas, lo que sea pero por favor, no me dejes, —sollozaba sin cesar, quizá sin mucha coherencia.
Sentí de pronto sus manos sobre mis hombros, obligándome a levantarme. Era imposible distinguir las lágrimas de las gotas de lluvia que bañaban nuestros rostros, pero sabía que al igual que yo, él lloraba.
—¿Por qué? ¿Por qué sigues haciendo esto? —su voz era tan suplicante como la mía.
—Porque te amo, —contesté sin pensar—, porque me parte el alma pensar que te he dañado realmente y aún más que no volveré a verte por culpa de mi error.
Me tomó entonces por ambos lados de la cara de manera que quedamos viéndonos directamente a los ojos, luego se acercó un poco hasta que nuestras frentes se tocaron, ambos temblábamos causa de los sollozos y de la tensión en general.
—Júramelo, júrame que todo lo que acabas de decir es real y te creeré; pero por favor Hongbinnie, si no es real dímelo ahora. Haré lo que ustedes me pidan pero no me engañes más Binnie.
Me estaba dando la oportunidad por la que yo rogaba.
—¡Te lo juró! Te amo... No lo sabía, no estaba seguro pero estos dos días me han demostrado lo que siento. Cha HakYeon, yo te amo.
No sabía muy bien cómo expresarlo con palabras, todo lo que decía parecía poco para abarcar la magnitud de lo que sentía en esos momentos, así que terminé de romper los pocos centímetros que nos separaban para unir mis labios a los suyos en un beso tan necesitado como dolido.
Me aferré a sus hombros, me aferré a la esperanza de que él no me dejaría, de que me perdonaría y que podríamos ser felices juntos. Y cuando sus labios me devolvieron la misma intensidad esa esperanza cobró un poco más de fuerza; luego de algunos minutos así nos separamos.
—Lo prometo, no volveré a hacerte daño, no permitiré que nada te haga daño, ni nadie. Por favor, vuelve con nosotros.
—No estoy seguro...
—Los chicos están igual de arrepentidos, nuestro plan fue estúpido e infantil, lo sabemos. Ninguno quería hacerte daño realmente Hakyeonnie. Anda por favor, volvamos.
No había dejado de temblar aunque los sollozos habían disminuído considerablemente, me di cuenta que en su apresurada huida no llevaba puesto más que la chamarra impermeable y el pans.
—¿Te quedarás a mi lado? Si ellos vuelven a... —su voz se cortó de nuevo.
—Ninguno volverá a hacer nada tan tonto, y aunque lo hicieran esta vez te protegeré de todo, te lo prometo.
Me miró por unos momentos, quizá analizando la determinación en mis ojos, al final se puso de pie y me tendió la mano.
—De acuerdo, si prometes estar a mi lado puedo enfrentarme a todo lo demás.
Me levanté también y lo abracé con fuerza, deseando borrar las heridas causadas por mis errores; aunque sabía que aquellas heridas sanarían lentamente, ahora tenía el tiempo para ayudarles.
Regresamos a la agencia donde los demás nos esperaban. Entramos tomados de las manos, podía sentir el temor de N en sus ojos y en el temblor de su cuerpo, pero no bien atravesamos la puerta fuimos recibidos por el resto de los miembros, que nos esperaban con toallas calientes para secarnos y ropa abrigadora para cambiarnos.
En cuanto estuvimos secos y cómodos los demás comenzaron a disculparse.
—Perdónanos hyung, en verdad jamás pensamos en mostrar los vídeos, nunca haríamos algo tan cruel. —Hyuk hablaba intentando contener las lágrimas en sus ojos—. Ahora entendemos que de todas maneras fue algo cruel y malvado hacer algo así, perdónanos.
—Pero hemos borrado toda la información que había de eso, no queda nada. Y nunca más volveremos a portarnos tan mal, —aseguró también Ravi, quien no había soltado la mano de Leo en ningún momento.
—Si nos perdonas prometo cocinar cosas ricas siempre, —agregó éste último en voz baja.
—Y yo lavaré todos los trastes —se apresuró a añadir Ken—, y también haré el aseo de los cuartos cuando estemos aquí.
—Sí, y yo me levantaré temprano, incluso antes que tú para despertarte, —se sumó Ravi,
—Incluso te defenderemos en los programas donde te molesten, —esa solo podía ser idea de Hyuk.
De pronto N se tapó la cara con las manos, parecía que volvía a llorar así que lo abracé con cierta desesperación. Cuando pude verlo mejor me di cuenta que reía y lloraba en una extraña combinación.
—Pensé... pensé que me odiaban... —confesó muy bajo.
—¡¿Qué?!
—¡No!
—¡Jamás!
Hablamos todos al mismo tiempo, lo que ocasionó más risas de N. De pronto Leo se levantó y fue a acuclillarse frente a N, poniendo una mano en su rodilla.
—Lamento si te hicimos sentir eso, sé que se siente muy feo y no quiero que te pase lo mismo. Te aseguro que todos te queremos y nos preocupamos por ti. Cometimos un error pero eso no significa que te odiemos.
N asintió y pasó su mano en la cabeza de Leo como si fuera un niño, él no se quitó como normalmente haría.
—Gracias... —le susurró N con una leve sonrisa, sus lágrimas parecían haber cesado por lo que pude respirar un poco más tranquilo—. Aún debemos pensar en qué vamos a hacer ahora.
—Yo no quiero ocultarlo —dijo Leo mientras volvía al lado de Ravi.
—Yo tampoco —contestó N tomando mi mano, creo que me sonrojé bastante así que solo bajé la cabeza —pero eso no significa que simplemente podamos salir y decirle al mundo que estamos juntos.
—Tengo una idea, —dije entonces, pues desde el día anterior lo había estado pensando.
—¿De qué se trata?
—Para nuestro comeback tienen planeado una gira por américa ¿no es así?
—Sí ¿eso qué tiene que ver? —me contestó N, en realidad todos me miraban con curiosidad.
—Bueno, he oído que son mucho más abiertos en estos temas, creo que incluso los apoyan abiertamente, tienen marchas y todo. Esperemos a estar allá para dar el anuncio y, si las cosas se complican, esperaremos allí hasta que se calmen.
—¿Y si no quieren que regresemos?
—Creo que podemos continuar nuestra carrera allá, tenemos muchas starlights americanas y latinas ¿cuántos mensajes no reciben en inglés y en español a diario?
Todos se quedaron callados, pensando en el plan.
—Tendríamos que hablarlo primero con Joon Hwang-sabonim también, no quiero que piense que simplemente lo estamos traicionando —dijo N.
—Aún tenemos tiempo, pero sí debemos también hablar con él para que todo salga bien. Además él siempre nos ha apoyado, desde los tiempos de Mydol siempre se ha preocupado por nosotros, no creo que esta sea la excepción.
Y la esperanza se volvió cada vez más poderosa, teniendo a N a mi lado, sujetando mi mano, y a los otros miembros apoyándonos, sentía que en verdad todo iba a estar bien.
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