Una semana, una maldita semana entera había transcurrido desde que me folle a Kim Taehyung, y todavía no lograba sacármelo de la cabeza. Parecía que se había grabado en cada célula de mi cuerpo, infectándome con su olor, su sabor, la suavidad de su piel y sus gemidos.

Con un gruñido de frustración, barrí con mis manos todo lo que había sobre mi escritorio. Mi respiración se volvió errática y sentía un torrente de ira corriendo por mis venas, dirigida no solo hacia mí mismo, sino también hacia Kim. Él era el responsable de lo que estaba pasando, de mi incapacidad para concentrarme en el trabajo. Mi padre estaba constantemente vigilándome, preocupado por mi comportamiento errático, y Yoongi, tampoco ayudaba con sus constantes provocaciones.

Necesitaba tomar una decisión de una vez por todas, no podía permitir que esta ansiedad me consumiera. Debía enfrentar la situación y decidir qué hacer con respecto a Kim.

Daemon: Déjamelo a mí.

Jungkook: Ni de coña. Si te lo entrego, será darle una sentencia de muerte.

Daemon: Solo quiero tener algo de él, tú ya conseguiste lo que querías. Permíteme disfrutarlo también.

Un gruñido escapó de mi garganta ante la idea de compartirlo. Los celos empezaron a agitarse dentro de mí.

Daemon: Oh, ¿me dices que te has puesto celoso? ¿En serio? Sabes lo ridículo que suena.

Jungkook: ¡Cállate de una maldita vez!

Daemon: No permitiré que alguien más se acerque a él. Solo quiero que tu conciencia se apague un poco, pero sabes que igual disfrutarás.

Jungkook: No lo tocarás.

Daemon: Sabes que lo haré, ya sea a las buenas o a las malas.

Jungkook: ¿Por qué no desapareces y me dejas en paz?

Daemon: Me iré cuando ya no me necesites, pero sabes que eso nunca pasará. Permíteme tenerlo una vez y te prometo que no le haré daño.

Jungkook: Haz lo que quieras, pero déjame en paz.

Como si fuera una orden, Daemon tomó el control de mi cuerpo, relegándome a un segundo plano en mi propia mente. Tomé el teléfono y llamé a Jackson.

Jackson: Jefe.

Daemon: ¿Dónde está Kim?

Jackson: Hace diez minutos salió de su departamento con el joven Park. Se dirigen hacia Gangnam.

Daemon: Bien, avísame inmediatamente cuando se detengan. Quiero saber a dónde van.

Jackson: Como ordene.

Daemon se acomodó nuevamente en su silla y encendió un cigarro, una media sonrisa juguetona adornó sus labios carnosos. Era su momento, su oportunidad para jugar un poco y descubrir qué era lo que tenía Kim que hacía que Jungkook se alterara tanto. Exhaló el humo, disfrutando de su cigarro, mientras su otra mano se deslizaba hacia su entrepierna. Un gemido ronco escapó de sus labios, no podía negar que pensar en Kim lo excitaba, apretó fuerte su miembro sintiendo el dolor agudo mezclado con el placer.

Su móvil emitió una notificación.

Jackson: Acaban de detenerse en el Restaurante Yang Good, esta es la ubicación °15, Nonhyeon-ro 95-gil, Gangnam-gu, Pyeonghwa Bldg. 1F°.

Justo en ese momento, Yoongi entró a la oficina, observando el desorden en el suelo. - ¿Estás redecorando, Kook? - dijo mientras se sentaba frente al escritorio.

-No me vuelvas a llamar así, o será lo último que digas, - respondió Daemon con una mirada helada hacia su hermano.

Yoongi se movió incómodo en su asiento. - ¿Y ahora qué pasó para que tengas este humor de mierda?

-Al contrario, y para que veas que puedo ser un buen hermano, te llevaré a almorzar. - se levantó de la silla, apagó su cigarro y acomodó su ropa.

Yoongi lo miró con extrañeza, presentía que esta salida no traería nada bueno. - Y dime, ¿qué estamos celebrando? - dijo con ironía.

Pronto lo sabrás, muy pronto. - Sonrió Daemon, dejando entrever que algo grande estaba por venir.

Llámenlo loco, pero tenía días con la constante sensación de ser observado. Era desesperante. No había querido decirle nada a Jimin porque sabía cómo podría reaccionar, y tampoco tenía la certeza de que realmente lo estuvieran vigilando. Pero ahí estaba otra vez, ese tirón en la boca del estómago y los pelitos de la nuca erizados. Mirando disimuladamente alrededor, no vio nada fuera de lo común. Estábamos en un restaurante al que Jimin quería venir durante días, y hoy, como era nuestro día de descanso, decidimos pasar un agradable día juntos, solos.

Las personas a nuestro alrededor charlaban alegremente y estaban inmersas en sus conversaciones. Nadie nos miraba directamente, pero ¿por qué me sentía tan inquieto? Desde mi viaje a Busan, esa sensación no me abandonaba.

-Tae Tae, estás muy pensativo ¿te pasa algo? No has probado bocado, no pienses que me voy a comer todo este BBQ solo-. dijo Jimin sacudiendo los palillos.

Taehyung reaccionó. -No pasa nada, Jimin. Solo estaba pensando en lo mucho que tiempo hemos pasado sin comer carne así y estaba apreciando el ambiente del lugar, es muy bonito. -, mintió sintiéndose mal al ocultarle la verdad a su mejor amigo. Tomó los palillos y llevó un trozo de carne asada a su boca.

-Pero cuñado, ¡qué agradable sorpresa!-, una voz baja y ronca habló detrás de mi. Un escalofrío recorrió mi espalda y me quedé congelado en mi sitio. Esa voz se parecía demasiado a la suya. Sin moverme, mis ojos se enfocaron en Jimin, quien sonreía ampliamente, mostrando pequeñas arrugas en los ojos.

-¡Oh, Dios mío! ¡Qué agradable sorpresa!-, se levantó de su silla haciendo una pequeña reverencia. -Sería un honor que nos pudieras acompañar-, dijo con las mejillas sonrojadas.

-Jimin-, otra voz se escuchó.

-Amorcito-, Jimin saludó a Yoongi, quien rápidamente empezaba a atar cabos y cuestionarse por qué Daemon estaba allí. ¿Qué razón habría tenido para querer venir al restaurante?

Mientras tanto, Taehyung miraba fijamente el plato, sin atreverse a voltear y enfrentar lo que temía: su voz. Su voz era lo único que podía pensar, y aquellos ojos de obsidiana que lo invitaban al pecado. Su cuerpo tembló al sentir una mano apoyarse en el respaldo de su silla, muy cerca de su cuello. Una vez más, sus cabellos se erizaron, pero esta vez no por miedo. ¿Y si realmente era él? Qué posibilidades abrían.

-¿Vienen a comer o ya se iban?-, preguntó Jimin.

-Venimos a comer. Tenía ganas de probar la carne de este lugar-, respondió Daemon, observando de reojo la espalda de Kim.

-Pueden sentarse con nosotros si gustan- respondió un emocionado Jimin, señalando la mesa.

Antes de que Yoongi pudiera responder, Daemon se adelantó y retiró la silla que estaba al lado de Taehyung. -Será un placer-. Se sentó de inmediato y asentó su mirada en su acompañante, quien no podía apartar la vista de su plato.

-Kim Taehyung-. su voz sonó más grave.

Taehyung dio un respingo en su asiento y miró al hombre que se había sentado a su lado. Su corazón latía desbocado, perdiéndose nuevamente en aquellos ojos.

-Que exquisita coincidencia, siempre es un placer volver a verte-. dijo Daemon sin quitarle la vista de encima, jugando con la perforación de su labio.

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