-Uuuhhggggg, maldición, mi espalda. - Taehyung abrió los ojos, tratando de moverse, pero un dolor punzante en su cadera lo dejó inmóvil. Respirando profundamente, se restregó la cara con las dos manos. - Mierda, mierda, mierda, bien hecho, Kim. Te felicito por ser el más pendejo del año. ¡¡Ahhhhhhhh, maldita sea, qué dolor!!. - Extendió su mano derecha en busca de la lámpara para encender la luz y saber dónde diablos se encontraba. No podía recordar nada después de su explosivo orgasmo en manos de Jungkook fantástico Jeon que literalmente le voló los sesos. Lo último que recordaba fue que sus piernas fallaron y todo se volvió oscuro mientras trataba de inhalar aire en sus pulmones.

Una espaciosa habitación se desplegó frente a sus ojos, revelando el lujo del lugar. La cama en la que se encontraba era de tamaño King, frente a ella había un amplio sofá con una mesa, en el techo colgaba una lámpara de cristal en cascada que se extendía hasta la mitad de la habitación. En una esquina, se podía apreciar un televisor de 80 pulgadas, una auténtica monstruosidad. Sus ojos volvieron al frente, y allí vio una pesada cortina que bloqueaba la luz, pero lo que más le llamó la atención fue el tamaño de esta, que cubría dos paredes completas. Dirigiendo su mirada hacia la mesita de noche, vio una botella de agua, una caja de aspirinas y una nota. Un calor reconfortante llenó su corazón, por un momento se sintió un poco mimado. Sabía que era una tontería, pero esos pequeños gestos le encantaban. Sentándose en la cama, una punzada en sus caderas le quitó la poca felicidad que acababa de sentir momentos antes. - ¡¡Aaaaaahhhhhhh, maldito animal!! - gritó con dolor.

-Hijo de puta, ¿me querías matar? Aaahhh, maldición, qué dolor. Espero que estas pastillas sean efectivas, porque ¿cómo diablos voy a manejar de vuelta a Seúl hoy?.- Después de tomar los calmantes, agarró la nota y comenzó a leerla.

Taehyung.

Me hubiera gustado verte esta mañana, pero tenia que regresar lo antes posible a Seúl, me tome el atrevimiento de llevarte a donde me estaba hospedando después que te desmayaras anoche...

Cuando despiertes y si te apetece puedes llamar a la recepción para que te suban el desayuno, pide todo lo que desees, no tienes que preocuparte por los gastos, corren por mi cuenta.

Deje a uno de mis hombres, el cual esta afuera de la habitación para que sea quien maneje, anoche me dijiste que debías de regresar a Seúl.

Ha sido una nueva experiencia conocerte, espero tener la oportunidad de volverte a ver Kim Taehyung.

Jeon.

Una sonrisa tenia plasmada en su rosto al terminar de leer la nota que le había dejado. - Para mi fue un placer conocerte Jungkook. – murmuro

De repente, unos suaves golpes en la puerta interrumpieron sus pensamientos y lo trajeron de vuelta a la realidad. Taehyung se acercó a la puerta y preguntó quién era antes de abrir.

Señor Kim, soy Jackson. Mi jefe me dejó instrucciones de hacerle entrega de un pedido que realizó para usted - dijo un imponente hombre vestido de negro, con facciones fuertes y una presencia intimidante. Taehyung se sorprendió al escucharlo hablar y asintió. Jackson le entregó una bolsa, explicando que era un regalo de Jeon y que estaba destinado a que Taehyung se cambiara de ropa antes de partir de vuelta a Seúl. Mientras Jackson se retiraba y esperaba en la sala.

Taehyung se quedó perplejo al recibir el pedido sorpresa de parte de Jeon. No podía creer lo que veían sus ojos mientras sostenía la bolsa de Gucci entre sus manos. Entrando nuevamente a la habitación, se dejó caer en el sofá, abriendo la bolsa con ansias. Un elegante traje negro y una camisa a juego estaban meticulosamente doblados, listos para que Taehyung los vistiera. Era evidente que Jeon había pensado en todos los detalles para hacer que se sintiera más cómodo antes de regresar a Seúl. Mientras Taehyung se cambiaba, se dio cuenta de cuánto había empezado apreciar a Jeon en tan poco tiempo. Había algo en su presencia, una atracción indudable y una conexión que iba más allá de la superficialidad. Taehyung sintió una mezcla de emociones en su interior, una mezcla de deseo, curiosidad y una ligera tristeza al pensar que tal vez no volvería a ver a Jeon después de este encuentro. Una vez vestido, decidió pasearse por la habitación para aprovechar al máximo el lugar lujoso en el que se encontraba. Dirigió su atención hacia la ventana de cristal y abrió completamente las cortinas, revelando la impresionante vista al mar y al puente Gwangan. El paisaje pintoresco lo dejó sin aliento, y un sentimiento de paz y serenidad lo invadió. Mientras disfrutaba de la brisa marina en el amplio balcón, Taehyung no pudo evitar pensar en lo que había dejado atrás en Seúl. El estrés, las presiones y las expectativas que siempre lo rodeaban parecían borrarse por un momento en aquel idílico lugar.

Seúl, 6:00 am.

Jungkook, aparentemente calmado, hacía una llamada desde su teléfono. - ¿Dónde estás? En 10 minutos llegaré a la casa de seguridad-, preguntó con voz serena.

Yoongi, en el otro extremo de la línea, respondió con sarcasmo: -Buenos días para ti también. Estoy aquí desde anoche esperando por ti-.

Jungkook no perdió tiempo en formalidades y fue directo al grano. - ¿Y nuestro invitado? -.

Yoongi replicó con esa tranquilidad característica: -Respirando-.

-Perfecto. -, concluyó Jungkook antes de colgar el teléfono. Recostó su cabeza hacia atrás y cerró los ojos, pero las imágenes de la madrugada seguían persiguiendo su mente. Los gemidos de Taehyung resonaban claramente en su cabeza, su cuerpo temblando entre sus brazos, la calidez que envolvía su miembro cada vez que lo embestía, el sabor de Taehyung que aún quedaba en su lengua. Se removió incómodo en su asiento, sin entender por qué no podía dejar de pensar en él.

Había algo en Taehyung que lo atraía de una manera inexplicable. Esa necesidad que lo llevó a desnudarlo, marcarlo y saborear su cuerpo de formas que no podía comprender lo tenía desconcertado. Sentimientos extraños tuvo anoche, algo que nunca había experimentado antes. Los cuestionamientos llenaban su mente, no entendía por qué Taehyung lograba afectarlo de esa manera, sobre todo considerando su naturaleza psicópata.

Sabía que tenía que apurar las cosas. Algo en su interior le decía que algo no estaba bien, que era hora de acelerar sus planes y poner fin de una vez por todas a Kim Taehyung.

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