10.-
Los ojos del hombre moreno brillaban con excitación mientras permanecía postrado de rodillas, admirando al hombre frente a él. Anhelaba poder tocarlo y hacer todo lo que le pidiera. Quería demostrarle que sería todo lo que él deseara con tal de tener la oportunidad de volver a verlo. Debía disfrutar cada momento al máximo, ya que no sabía si esa oportunidad volvería a presentarse.
Llevaba poco tiempo trabajando en el club, pero sabía que su jefe atraía a clientes de gran importancia que pagaban cantidades exorbitantes por cada persona seleccionada. Corrían rumores de que, si agradabas lo suficiente a un cliente, era posible irte con él esa misma noche.
Asimismo, estaba consciente de que el hombre frente a él era Jeon Jungkook, un importante CEO de la industria hotelera y propietario de los lujosos hoteles "Jeon's Imperial". Lo sabía porque en su trabajo tenía que conocer a los peces gordos que frecuentaban el club. En su primera semana de trabajo, había investigado y memorizado todos los nombres y rostros importantes. Nunca sabes cuándo tener la suerte de encontrarte con ellos y tienes que estar preparado para destacar.
- ¿Qué esperas para empezar? - interrumpió una voz grave sus pensamientos.
Con una voz coqueta, respondió: - ¿Qué desea que haga, amo?
El hombre frente a él frunció el ceño. - ¿Amo? No sabía que a una puta le gustaba jugar así. Pero déjame decirte algo, no me gusta perder el tiempo ni jugar juegos estúpidos. Así que abre la boca y déjame follártela-, ordenó de manera autoritaria.
Sin apartar la mirada de Jeon, Cha Hakyeon (N, del grupo VIXX) temblorosamente llevó sus manos a la bragueta del pantalón y, con sumo cuidado, la abrió. Debajo de sus ajustados calzoncillos negros, se podía vislumbrar la silueta del miembro de Jeon. Halando el elástico hacia abajo, liberó su enorme falo.
Dios, estaba acostumbrado a ver penes todos los días, ¡pero diablos! Lo que tenía enfrente no estaba completamente erecto y era inmensamente grande y grueso. Sabía que debía hacer un buen trabajo oral, pero mañana seguramente sentiría dolor en la mandíbula e incluso en su trasero. Aun así, no podía dejar pasar esta oportunidad.
Sin titubear, sacó su lengua y la pasó por la cabeza del miembro de Jeon. Con su mano derecha, lo agarró por la base para ejercer presión mientras realizaba movimientos ascendentes y descendentes. Su lengua trazaba círculos alrededor de la punta del glande, recogiendo las primeras gotas de líquido preseminal que comenzaban ha aparecer.
A pesar de que Daemon estaba intentando disfrutar de la mamada que el prostituto le estaba dando, sentía que algo le faltaba. Agarrándolo por la nuca, ejerció presión y comenzó a marcar el ritmo. La presión en sus testículos apenas se percibía; necesitaba más, mucho más.
-Abre bien la boca, maldita sea. - gruñó Daemon, metiendo su pene hasta el fondo de la garganta de Hakyeon.
La saliva del moreno comenzaba a bañar sus testículos. Sabía que le estaba costando respirar, pero eso le excitaba. Con su otra mano, apretó fuerte su garganta y podía sentir cómo su miembro se adentraba hasta lo más profundo.
Los ruidos de arcadas empezaron a escucharse mientras Daemon embestía con más fuerza. Hakyeon intentó apartarse, empujando hacia atrás, pero fue en vano. La fuerza con la que Daemon lo agarraba por el cuello y la nuca hacía que le resultara imposible liberarse. Le faltaba aire y comenzaba a desesperarse. Sus manos se movieron frenéticamente, tratando de llamar la atención y de empujar a Jeon, ya no podía aguantar mucho más.
Mientras Daemon follaba sin piedad la boca del moreno, Jungkook decidió aparecer en su mente, su voz resonó furiosa y frustrada.
Jungkook: ¿Por qué diablos pierdes tiempo con esta puta? - se sentía irritado viendo cómo Daemon se complacía con el moreno.
Daemon: Cállate, hoy necesito desahogarme y eso es exactamente lo que haré. - gruñó en respuesta, dejando en claro que no toleraría ninguna objeción.
Jungkook: Apúrate quiero ver a la palomita.
Daemon: ¿porque le dices así? Que ridículo eres.
Jungkook: Ridículo tú que le dices "Presa". Deberías comenzar a llamarlo de otra manera. Quiero que se quede con nosotros durante mucho tiempo para poder torturarlo.
Daemon: Entonces, cállate y déjame terminar aquí. A menos que quieras que la sangre derramada esta noche sea la de tu adorada palomita.
Jungkook bufó molesto y desapareció, dejando a Daemon con el control total de su cuerpo.
Daemon, enfadado, tiró de la cabeza de Hakyeon hacia atrás, lanzándolo al suelo. Su pene estaba dolorosamente erecto, pero aún no sentía satisfacción. La conversación con Jungkook lo había molestado y ahora necesitaba canalizar su ira de otra manera.
Hakyeon, finalmente liberado, tosió desesperado. Su garganta le dolía y sus pulmones ardían por la falta de aire. Se sentía mareado y confundido.
Cof... cof... cof... - Hakyeon tosía sin control.
-Eres un completo desperdicio de dinero. - Gruñó Daemon mientras se masturbaba, observando al hombre tosiendo a sus pies.
Hakyeon volteó a mirarlo con sus ojos llenos de lágrimas y utilizó el antebrazo para limpiar su cara de la saliva dispersa.
-Lo siento. Puedo hacerlo mejor. ¿Qué desea que haga? - No quería que Daemon seleccionara a otro en su lugar. Estaba decidido a demostrarle que él era la mejor inversión posible.
Daemon dejó de masturbarse y se inclinó hacia él para estar más cerca de su rostro.
- ¿Hacer todo lo que desee? ¿Estás absolutamente seguro de eso? - Una sombra de una sonrisa se dibujó en su rostro.
Hakyeon, absorto por la belleza de Jeon, sin pensarlo mucho, asintió con la cabeza afirmativamente.
-Levántate - ordenó Daemon mientras volvía acomodarse en su silla.
Hakyeon, tembloroso, se puso de pie y se colocó frente a Jeon, esperando instrucciones con anticipación.
Daemon lo observaba intensamente, su mirada se centró en el cuello del moreno y notó las marcas moradas donde lo había agarrado anteriormente. Recordó la noche anterior cuando Jungkook apretó el cuello de su presa y una punzada de satisfacción invadió sus pensamientos.
Eso era lo que necesitaba para saciar su ira acumulada.
-Acuéstate en la mesa boca arriba y deja la cabeza colgando hacia atrás-., susurró Daemon en un tono autoritario y excitante.
Una oleada renovada de anticipación recorrió el cuerpo de Hakyeon. No podía negar que escuchar esa orden de Jeon provocaba una inmediata respuesta de deseo en él. Rápidamente, se subió a la mesa dispuesta frente al asiento de Jeon, colocándose como se le indicó. Podía sentir vibrar su imaginación al imaginar lo que estaba a punto de suceder.
Daemon, con una calma deliberada, colocó un cojín en el suelo debajo de la cabeza inclinada de Hakyeon. Sin perder tiempo, se arrodilló sobre el cojín, y como esperaba, su entrepierna quedó a la altura perfecta de la boca del puto.
-Abre-, susurró mientras guiaba su miembro hacia los labios de Hakyeon.
Un gemido escapó de la boca de su compañero, resonando en la habitación.
Daemon no esperó más y comenzó a embestirlo con brutalidad. Sus manos se aferraron a la garganta de Hakyeon, aplicando una presión intensa y excitante. Cada embestida hacía que su miembro se deslizara profundamente en la garganta de Hakyeon, y los gemidos que escapaban de él hacían que vibrara con placer.
Hakyeon, completamente excitado, comenzó acariciar su propia erección mientras era tomado sin piedad por Jeon.
En un movimiento rápido, Daemon sacó una navaja que llevaba siempre consigo. Con precisión y destreza, hizo un corte profundo en la garganta de Hakyeon, sintiendo la liberación tan ansiada.
Mientras el cuerpo de su amante se retorcía, Daemon sentía que explotaba en un maravillo orgasmo. Su semen se mezclaba con la sangre que brotaba del corte, creando una imagen intensamente erótica para su vista.
Observando su excelente corte, Daemon continuó penetrando el cuerpo inerte, prolongando su nirvana mientras observaba la punta de su miembro salir por la herida de la tráquea. Con una de sus manos, paso sus dedos por la mezcla que salía de la garganta, llevó los dedos a sus labios, degustando el sabor prohibido.
-Ummmm delicioso-, gruñó con satisfacción.
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