Muy bien. Muy bien.

Ahora tengo a dos vampiros esperando.
Me sorprende que ambos hayan aceptado con facilidad. Esperaba que me pidieran explicaciones.

Pero no lo hicieron.

Camino decidida hacia la biblioteca, esperando que Reiji esté ahí.

Me preocupa lo que escuché aquella noche. Si hay algo como "el eclipse" tal vez les haga daño no beber sangre.

Entro al enorme sitio y lo veo en el lugar de siempre.

Qué bueno! Si está ahí.

Me he vuelto extraña, preocupándome por estos vampiros.
Me pregunto si es pecado lo que siento por ellos.

O lo que siento por...Reiji?

Bueno, no pensaré en eso ahora.

Llego y me paro feliz a su lado. Intentando captar su atención.

"Hola Reiji. Buenas noches~" Le sonrío.

Me mira acomodándose sus gafas. Parece que estaba estudiando en un libro.

"Buenas noches. Me necesitas para algo?"

Oh. Esperaba que asumiera por qué estoy aquí.

Me inclino un poco estirando mi cuello.

"No tenemos asuntos pendientes? No tienes sed?"

Se queda en silencio mirándome un rato. Como si hubiera dicho algo raro.

"No lo creo. Hay algo que necesites de mí..?"

Esa es mi frase, Reiji.

"No...no en realidad." Sonrío apenada.

Si él no lo dice, qué tan estúpida voy a sonar pidiéndole que me muerda?

"En ese caso, te pido que te retires. Me estás interrumpiendo."

Mi rostro se pone rojo como tomate. Asiento y me doy la vuelta.

Oh rayos. Qué raro...

Entonces prometí mi sangre por nada.
.
.
.
Llego a casa. Tomo un baño. Sólo quisiera dormirme.

La puerta es golpeada repetidamente y abro para ver quien es.

Oh. Son dos Sakamakis.

Subaru y Laito me miran, luego entran ambos a la habitación.

"No lo puedo creer, zorrita. Nos invitaste a los dos? Si que eres una pervertida."

"No me importa si está este lunático. Ya no puedo aguantarme la sed." Dice Subaru.

Ambos vienen por mi sangre.

Me siento en mi cama algo nerviosa.

"Está bien, adelante chicos." Me ofrezco.