Agosto de 2012.

Warlock.

Amadeo siempre estuvo enamorado de ella. Cassandra era la mujer más hermosa del universo: a pesar de todo lo que había sufrido, luchaba por aquello que le parecía justo. Aunque sabía que su relación con Carla no duraría mucho, se sentía celoso cada vez que las veía juntas. Parecían... enamoradas de verdad.

Le irritaba que su compañera constantemente se arriesgara a ser descubierta solo para poder contactarse con su novia.

Una vez que ella colgó el teléfono, le preguntó:

—Nadie nos ha visto ¿No?

—No.

—Entonces, hagámoslo.

Amadeo asintió, y levantó el brazo, apuntando su mano hacia ella. Dijo unas palabras en latín, y vio cómo la hermosa figura femenina de Cassandra se encogía lentamente, hasta convertirse en una linda gatita negra.

—Tendré que hacer desaparecer nuestra ropa. Lo siento —chasqueó los dedos, y las prendas de Haider se volvieron invisibles.

Amadeo repitió la acción para sí mismo, convirtiéndose en un felino pequeño de color dorado. También hechizó sus prendas para que nadie las viese.

Siguió a su compañera a lo largo de la aldea de palacios de Warlock, siendo lo más sigilosos posible para que ninguna criatura mágica los descubriera. Debían llegar a la guarida de los procesadores, y espiarlos, antes de que fuera demasiado tarde.

El conocimiento es poder.

Se escondieron de la vista de los vampiros y los lobos —no sería agradable cruzárselos, ya que tendrían que volver a su forma humana y revelar su identidad—, y pronto llegaron al escondite de los procesadores.

Treparon de los árboles con sus uñas. El cuerpo felino de Amadeo se sentía ligero y atlético, pensó que debía convertirse en gato más a menudo.

Una vez en la copa del árbol, brincaron hacia el techo de la vivienda de los psíquicos. Se treparon de la chimenea, y empezaron a escuchar la conversación con sus oídos súper sensibles.

—Tenemos que matar a la humana, Ángel —dijo una voz femenina. Luna. Si estaba allí, era porque sus ojos ya debían dehaberse curado—. Sólo de esa forma los hechiceros podremos tomar Medealis.

—Algunos de los míos intentaron actuar por su cuenta, y les fue bastante mal —comentó con calma el líder de los procesadores—. Ustedes no deberían seguirles los pasos.

—¿Y qué debemos hacer, entonces? —Máximo aulló—. ¿Continuar permitiendo que los brujos nos dominen solamente para evitar la muerte de una simple humana?

—Nosotros no estamos ni de un lado, ni de otro —intervino Alicia pacientemente—, evaluamos detalladamente las posibles consecuencias de las decisiones que tomemos. No me parece lo correcto matar a la niña, y mucho menos, sensato. En la historia de los Tres Mundos, nunca se comprobó que los hechiceros fueran capaces de sostener la vida mágica como lo hacen los brujos. Si ustedes acabaran con la joven Krstch ¿Tendrían la energía mágica suficiente para mantener los ecosistemas de Medealis? ¿Acaso saben hacer encantamientos de creación? ¿Estarían dispuestos a renunciar a sus principios para obtener la independencia que tanto anhelan? ¿Han estudiado lo suficiente para ello?

—Estamos dispuestos a realizar lo que sea necesario —dijo otro hechicero, golpeando la pared con su puño—. ¡No merecemos vivir recluidos como si fuéramos delincuentes! ¡Los brujos no han sido justos con nosotros! ¡Nos maltratan desde los tiempos de La Reforma!

—¡Están resentidos porque ganamos la última batalla!

—¡Han intentado destruir las varitas!

—¡Nos han expulsado cruelmente de los Tres Mundos!

Una ola de murmullos invadió la guarida de los procesadores. Amadeo aguzó sus oídos justo en el momento en que Ángel exclamaba:

—¡SILENCIO! ¡Somos seres civilizados, por el amor a las Fuerzas Sobrenaturales! ¡Tengamos una conversación ordenada!

—¡Tu civilización nos está costando la vida! —escupió una hechicera, quien recibió gritos de aprobación de parte de sus camaradas.

—¿Acaso ustedes están preparados para mantener los ecosistemas de Medealis? —intervino Hernán—. ¿Están capacitados? ¿O quieren destruir el mundo para vengarse de...?

Del brujo de Carla. Del ser más importante de los tres mundos mágicos: el heredero de Medealis.

Muchos conocían su identidad y su paradero: por ejemplo, Ángel... pero no se atrevían a enfrentarse a él.

—¡Escuchen! —intervino un hechicero—. ¡Pensemos bien lo que vamos a hacer! ¡Sabemos que el brujo que marcó a Krstch es sumamente peligroso! ¡Nos advirtió que no tocásemos a la muchacha...!

—¡Estoy harta de las amenazas! —bramó Luna—. ¡No podemos seguir viviendo así!

Un gran número de hechiceros estaba a favor de la esposa de Máximo. La aplaudían con fervor.

—Si tenemos que deshonrar nuestros principios para tener una vida mejor, lo haremos —aseguró un colega de Luna.

Algunos procesadores se oían asustados, otros de acuerdo, pero Ángel, Alicia y Hernán estaban completamente negados a la idea de poner los ecosistemas de Medealis en riesgo.

—El Kingdom of Blood también está en crisis —comentó Máximo—. El único mundo relativamente estable es Warlock ¿Por qué los brujos no se quedan aquí y nosotros tomamos el Kingdom y Medealis?

—¡Estás loco! —bramó Hernán, evidentemente irritado—. ¡Sería un suicidio!

—¡Me parece buena idea!

—¡Estoy de acuerdo!

—¡Comencemos con Medealis, que es el mundo menos estable!

—¡Aprovechemos la debilidad del heredero!

—¡Silencio! —aulló Ángel—. Nos reunimos aquí para lograr un tratado de paz ¡No para iniciar una guerra!

—Hipócritas —gruñó Luna—. Todos sabemos que intentaron obligar a Liese a ponerse de su lado...

Una nueva ola de murmullos sacudió la guarida de los procesadores.

Amadeo y Cassandra intercambiaron unas miradas cargadas de odio, y volvieron a pegar sus orejas a la chimenea.

—¡Su moral no vale nada! —espetó un hechicero, y los demás aplaudieron.

Los procesadores solían ser amigos de los hechiceros, pero si perdían su vínculo con ellos, ya no tendrían forma de llegar a los mundos mágicos. Perderían su poder. Los brujos los ignorarían, porque no necesitan más que sangre humana para ganar energía mágica.

—Ya basta —Ángel se oía exhausto—. Si deciden tomar los mundos mágicos, se desatará una guerra ¿A quiénes creen que apoyarán los vampiros, los lobos, las hadas, los dragonoides, las sirenas y los cupidos? ¡A los brujos! ¡Medealis y el Kingdom nunca podrá ser su hogar!

—Los hechiceros podemos doblegar su voluntad. Además ¡Fuimos capaces de lograr un golpe de estado contra Medea hace casi treinta años! ¡Somos más poderosos de lo que creés!

Amadeo contempló a su amiga. Ella se mantenía inexpresiva, pero sabía que aquel asunto del golpe de estado de Medealis le dolía profundamente.

Y a él también. Los hechiceros le habían arrebatado a su familia. Sus padres habían quedado encerrados en un castillo que había sido sellado con magia e incendiado. Habían muerto cruelmente carbonizados.

Sintió una punzada aguda de dolor en su pecho. A pesar de la angustia, continuó oyendo la conversación.

—Cierto.

—Es correcto ¡Somos más poderosos de lo que piensan! ¡Estamos cansados de que nos subestimen!

—¡Somos capaces de sostener Medealis!

—No estoy de acuerdo ¡Hay vidas inocentes en juego! ¡No pueden arriesgar un mundo mágico completo solamente por su ego!

—No es por nuestro ego ¡Es para vivir en libertad!

Amadeo sintió que la rabia dominaba cada una de sus células. ¡Los mundos mágicos pertenecían a los brujos! ¡Los hechiceros no tenían ningún derecho a reclamarles nada! Y los procesadores... ¡Menudos inútiles! ¡No eran capaces de detener aquella guerra inminente!

—¡Libertad! ¡Libertad!

—¡Organicémonos, y matemos a la humana! Si lo hacemos individualmente, fracasaremos... pero juntos ¡Podremos conseguirlo!

En ese instante, un fuerte viento comenzó a soplar en Warlock. Amadeo perdió la estabilidad, y se cayó hacia atrás.

Su amiga lo fue rápidamente a ayudarlo, pero ya era demasiado tarde: los habían oído.

—¡Hay alguien en el techo!

¡Espías!

—¡Cómplices de los brujos! ¿Quién les avisó que nos reuniríamos aquí?

—¡Hay cientos de criaturas mágicas en Warlock! ¡Podría haber sido cualquiera!

No eran capaces de teletransportarse con su forma felina y no podían recuperar su figura humana, porque descubrirían sus identidades.

Se treparon de los árboles y comenzaron a huir saltando por las ramas de los mismos, pero notaron que los hechiceros comenzaron a dispararles fuego con sus varitas.

¡Maldición! ¿Qué harían cuando la arboleda estuviera completamente incendiada? ¡Se verían obligados a revelar sus identidades!

En ese momento, un haz de luz le rozó la cola y quebró la rama que lo sostenía. Amadeo cayó al suelo. Intentó correr, pero se dio cuenta de que estaba rodeado por una veintena de hechiceros.

No tendría más remedio que volverse humano para escapar, exponiendo su bello rostro ante sus enemigos. Intentó realizar un encantamiento de transformación, pero los hechiceros fueron más rápidos: le paralizaron el cuerpo.

¿Acaso ese sería su fin? ¡Sólo esperaba que Cassandra no cometiera el error de regresar para salvarlo!

—¿Quién será este lindo gatito amarillo? —preguntó Luna, agachándose para acariciarle el lomo. Era tan cínica, que la hubiera mordido o arañado de haber podido hacerlo—. Reconozco esos ojitos azules...

—Revelemos su identidad, y luego, acabemos con él —intervino Máximo.

Los procesadores no parecían estar de acuerdo con la situación, pero esta vez, no intervinieron. Evidentemente, estaban hartos de los problemas.

Justo en el momento en que varios hechiceros alzaban sus barras metálicas en dirección a Amadeo, una luz azul se proyectó detrás de ellos.

Se dieron vuelta, y con horror, contemplaron a dos de las tres personas más famosas de los Tres Mundos: uno era un hombre alto, de cabellos dorados y ojos azules como el mar. Vestía un traje elegante de color negro. A su lado, estaba una mujer morena y robusta, quien llevaba un vestido largo de color rojo y un pañuelo naranja en la cabeza. Su presencia era imponente, altiva.

Amadeo no podía creer lo que veían sus ojos: eran los mismísimos Lord Crewe y Abigail Weis. Los creadores del Kingdom of Blood y Warlock respectivamente. Sintió una mezcla de alivio y pánico al verlos allí.

Sin darles tiempo a reaccionar, Crewe creó una burbuja protectora sobre sí mismo y su compañera, mientras ella alzaba sus manos y realizaba otro encantamiento.

De repente, Amadeo sintió que flotaba en el aire y que una fuerza magnética lo arrastraba hacia Abigail. En el aire, vio que a una gatita negra le sucedía lo mismo.

Los hechiceros y los procesadores se quedaron inmóviles, observando la situación. Si no atacaban a los brujos era porque no estaban preparados para hacerlo ¿Verdad? Sabían que las criaturas mágicas de Warlock los defenderían. No podían luchar sin un plan preparado previamente.

De pronto, Lord Crewe chasqueó los dedos. Una manada de lobos, vampiros, hadas, cupidos y dragonoides rodeó rápidamente a los hechiceros. Éstos sostuvieron sus varitas en el aire, pero temblaban de pies a cabeza.

—Váyanse de mi mundo —ordenó Abigail, acariciando el lomo de Amadeo con una mano—. O serán masacrados.

Cassandra se acurrucó en el hombro de la bruja, y contempló a su amigo con complicidad.

—Esto no terminará aquí —masculló Luna.

Y en ese instante, los hechiceros utilizaron sus varitas para teletransportarse.

¡Muchas gracias por leer! ¡Espero que les haya gustado el capítulo de hoy!

Mientras esperan la próxima actualización, les recomiendo "Sangre Letal" (completa). 

Isabel convive con una madre sumisa, un padrastro abusivo y un hermano menor al cual debe proteger. Samuel sólo tiene a su padre, quien lo maltrata y experimenta con él. Sus caminos están destinados a entrelazarse.

Existe una sociedad secreta que lleva a cabo mutaciones de ADN humano y animal, realiza negocios ilegales y extorsiona a sus enemigos. Se ha experimentado con bebés, de los cuales, sólo tres han sobrevivido. Uno de ellos, es hijo del científico más respetado y temido de la comunidad. Luego de su cumpleaños número dieciocho, harto del abuso e influenciado por la chica que le gusta, todo cambiará: dicho joven empezará a investigar sobre la muerte de su madre y querrá independizarse de aquella sociedad.

"No todos son capaces de lidiar con las consecuencias de sus propias acciones".

CIENCIA FICCIÓN - MISTERIO - DRAMA - ROMANCE. CONTIENE ESCENAS ERÓTICAS Y DE VIOLENCIA +18.

¡Nos vemos en poquitos días!

Sofía.