23| nerves and bad jokes
🍃━━━━ CAPÍTULO 23━━━━🍃
NERVIOS Y MALAS BROMAS
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UN BUFIDO SORDO SE DESLIZÓ por los labios (ahora resecos) de la pelinegra. Con otro pesado libro sobre botánica entre sus brazos, ojeras bastante notables y cara de no haber dormido en días, Rœle se acercó a la mesa donde Harry se hallaba sentado. Tenía la cara hundida en el libro que leía antes de que su melliza fuera en búsqueda de otro manual que pudiera ayudarlos. La Slytherin evitó hacer algún gesto de irritación en cuanto vio al cansado azabache casi dormido, pero no dejó pasar la oportunidad de hacer buen uso del libro que consiguió. Dejó caer el ejemplar sobre la mesa, causando un estruendo que seguramente la traería problemas con la bibliotecaria.
No solo Harry se espantó, Hermione Granger y Ron Weasley también dieron un divertido respingo. El pelirrojo se llevó una mano al pecho, respirando por la boca mientras dirigía una mirada de molestia a su novia. Hermione se acarició la sien, buscando calmarse. Toda la tarde encerrada en la biblioteca no resultó ser tan placentero como pensaba.
El chico de cicatriz respiraba de forma acelerada, casi cómica.
Rœle osciló los ojos y arrastró la silla más cercana para sentarse junto a Harry, haciendo de cuenta que nada había sucedido.
—¿Qué encontraste? —fue Hermione la que acabó con el silencio.
—Según el nerd de Ernie, es el ejemplar más completa de plantas acuáticas y esas mierdas —contestó Potter.
—Rœle —la reprochó Harry.
Ella lo empujó con su hombro.
La castaña del grupo se acercó a la mesa para tomar el libro entre sus manos, pasando a la página del índice.
—Espero que esto sea de ayuda —rogó en un susurro—, de todas formas, ya se saben los contraechizos. No estarán del todo indefensos en la segunda prueba —los alentó la nacida de muggles.
Rœle giró el torso y apoyó uno de sus brazos por el respaldo de la silla, mirando a la amiga de su mellizo con una sonrisa cínica.
—Noticias, Herms: no nos servirá de nada si no podemos respirar —musitó, volviendo a rodar los ojos al final.
—Lo sé, pero ¿y si fuera al revés? Estarían igual de perdidos que ahora, quizá más —razonó la castaña.
Rœle ladeó la cabeza.
—Buen punto —reconoció—, pero eso solo será válido si alguien más te da la razón. ¿Tú que piensas, Expelliarmus?
No hubo respuesta por parte del antes mencionado, puesto que se había quedado dormido en algún punto de la conversación entre Rœle y Hermione.
—Agh, esto es imposible —se quejó la de cabello enmarañado, regresando su vista al libro.
Harry cambió de posición, dándole a Rœle la oportunidad de golpearlo repetidas veces en la nuca con un pergamino enroscado. El Gryffindor escondió su cara entre sus manos para desviar los golpecitos.
—¡Ya desperté! ¡Ya desperté! —gritó por lo bajo. Rœle dejó el pergamino en su lugar.
Exhaló por la boca. Se sentía muy cansada, pero faltaban pocas horas para la segunda prueba y quería estar lista para lo que fuera.
—No puedo creer que estemos a horas de morir ahogados y tú solo pienses en dormir —fue su turno de reprochar al azabache.
—Oye, no duermo desde hace dos días y tengo muchísima hambre, pero al menos no me estoy atragantándose con tostadas como Ron —se defendió.
Tal y como lo había dicho, Weasley estaba sentado en la silla adjunta a la de Hermione, comiendo en silencio.
Rœle elevó una ceja.
—Que no te vea Madame Pince, esa mujer es capaz de lanzarte a los centauros por ir contra las normas de la biblioteca —Harry lo apuntó con su pluma, en señal de advertencia.
El pelirrojo escondió la última tostada que le quedaba, guardándola en su bolsillo del pantalón.
—Entonces que ella escupa el chicle —murmuró refiriéndose a la competidora del Torneo.
—No me digas que estás mascando chicle —Harry la miró mal—. ¿Por qué no me diste uno?
—¡Chicos, concéntrense!
Lo siguiente que se oyó fue una oleada de «¡Shhh!» dirigidos a Granger, que se alteró por la evidente falta de atención de sus amigos. La castaña, sonrojada por la vergüenza, se encogió en su asiento.
—Creo que eso fue todo —Rœle suspiró, entrelazando sus dedos mientras apoyaba sus manos sobre su rodilla izquierda—. Tuvimos una buena vida, Harry.
Al antes mencionado niega con la cabeza ante la indirecta de su melliza.
—No digas eso, Lee —pidió el único sangre pura del grupo, disgustado por el hecho de que la pelinegra insinuara que iba a morir ahogada.
—Eres demasiado sensible, Ronald.
—¿Podrías dejar de jugar con los chistes suicidas un momento? Me pones muy nervioso —habló Harry.
—Por Merlín, tú debes haber salido más a la familia de mamá.
—¡Ah, esto no sirve de nada! —se quejó Hermione cerrando de un golpe los Problemas mágicos extraordinarios—. Pero ¡quién demonios va a querer hacerse tirabuzones en los pelos de la nariz!
Rœle soltó una risita.
—A mí no me importaría —dijo la voz de Fred Weasley—. Daría que
hablar, ¿no?
Harry, Ron, Rœle y Hermione levantaron la vista. Fred y George acababan de salir de detrás de unas estanterías.
—¿Qué hacen aquí? —les preguntó Ron.
—Los estamos buscando —repuso George—. McGonagall quiere que vayas, Ron. Y tú también, Hermione.
—¿Por qué? —preguntó la castaña, sorprendida.
—Ni idea... pero creo que es urgente —contestó Fred.
—Tenemos que llevarlos a su despacho —acotó George.
Ron y Hermione miraron a los Potter, quienes sintieron un vuelco en el estómago.
¿Iría a echarles una reprimenda? A lo mejor se había dado cuenta de lo mucho que los ayudaban, cuando se suponía que tenían que arreglárselas solos.
—Nos veremos en la sala común —le dijo Hermione a Harry al levantarse
con Ron. Los dos parecían nerviosos—. Llévense todos los libros que puedan, ¿sí?
—Bien —asintió Harry, incómodo.
—Suerte, chicos —les dijo Ron.
Rœle no dijo nada, se limitó a ver cómo los tres Weasley y la chica Granger se iban.
Hacia las ocho, la señora Pince ya había apagado todas las luces y les metía prisa para que salieran de la biblioteca. Tambaleándose por el peso de todos los libros que pudo tomar, Rœle volvió a la sala común de Slytherin, no sin antes decirle a Harry que no se rindiera y que siguiera buscando alguna manera de salvarse.
Pansy estaba sentada a su lado, con al menos cinco libros rodeándola y una migraña en camino.
«Tiene que haber una manera» repetía de vez en cuando, específicamente cada vez que cerraba un libro, luego de no encontrar nada.
Las esperanzas de Rœle fueron descendiendo rápidamente al igual que la pila de libros que trajo de la biblioteca. No supo cómo, pero Pansy se quedó dormida a mitad de la noche, con la cabeza apoyada sobre el respaldo del sofá y Magia disparatada para brujos disparatados en su regazo.
Potter gruñó, cerrando de golpe su libro y dejándolo a un costado para acariciarse las sienes.
¿Cómo mierda había acabado involucrada en todo esto? Y peor aún, ¿por qué también Harry?
Algo muy en el fondo le decía que, de estar vivos, sus padres se sentirían muy decepcionados.
Apartado creado originalmenge el 27 de agosto de 2019.
━━━AUTHOR'S NOTE: esta parte en los libros es una joyita. anyways, casi no hablé mucho de rœle y harry y la verdad tengo ganas de que se vea más de ellos así queee... ¿prefieren que el siguiente capítulo continúe con harry yendo por rœle a su sala común para que lo ayude a seguir con la búsqueda de las plantas acuáticas o comience directamente con ellos en la segunda prueba?
yyyy acá se termina el maratón, pero voy a seguir publicando igual porque ya no falta mucho para terminar el primer acto xdxd
Maratón 5/5
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