🍃━━━ CAPÍTULO 16 ━━━🍃
UNA NOCHE ARRUINADA... CASI

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                NO ERA SORPRESA EL HECHO de que la joven pareja tenía varias cosas en las que diferían.
A Rœle le encantaba hablar, la chica podía pasar horas y horas hablando sin parar de cualquier tema. En cambio Ron, bueno, por lo general él era quien escuchaba a Rœle.
Pero sin duda la más grande diferencia entre ambos, es que Rœle tenía resistencia física y Ron no.

Mientras que la pelinegra se encontraba sobre el pecho de su novio a punto de quedarse dormida, el ojiazul seguía luchando por normizar su respiración. No tenía idea de lo que le había sucedido a Rœle, hubo ciertos momentos en los que pensó que la ojigris se había molestado con él y comenzó a desquitarse arañadolo cruelmente en la espalda. Pero no, Rœle había quedado satisfecha, su expresión pacífica combinada con felicidad lo decía todo.

—¿Qué fue eso? —preguntó Weasley entre pesados jadeos.

Rœle, que por poco se quedó dormida, se quejó durante unos segundos y después levantó la cabeza para conectar sus ojos cansados con los del Gryffindor.

—¿Tú qué crees que fue, Ron?

—No lo sé. ¿Intentabas asesinarme, Rœle? —por más que sonara como una pregunta sarcástica, no tenía la más mínima gana de bromear.

Rœle sonrió de lado. Posó su mano en la cabeza del chico, acariciando su rojizo cabello.

—Que duermas bien, Ronnie —fue lo único que Potter dijo en respuesta. Había utilizado la misma técnica que Pansy ponía en práctica cuando sus conversaciones se tornaban raras.

La pelinegra dejó un casto beso en los labios de Ron, haciendo que se sonroje y su corazón se acelere un poco más.
Rœle descansó su cabeza en el pecho del mago, totalmente dispuesta a dormirse para a la mañana siguiente despertar junto al chico que tanto amaba.

La Slytherin no sabía que su racha de mala suerte no acabó allí.

La puerta del dormitorio se abrió repentinamente. Ron, que ya de por sí estaba teniendo problemas para respirar, sintió que su corazón por poco salió de su pecho.
Rœle se sobresaltó, sus ojos se abrieron de golpe e instintivamente tomó un gran puñado de sábanas, tapándose cuerpo con las telas escarlata aunque no hubiera nada que tapar.

Azul y gris se mantenían fijos en aquel verde difícil de distinguir por las gafas circulares que portaba su dueño.

Harry Potter había ingresado a su dormitorio encontrándose con la no tan grata sorpresa de que su mejor amigo y su hermana melliza estaban en la misma cama. El primero había palideció de nuevo mientras que la chica mantenía su mandíbula apretada, muy por el contrario de su hermano, que tenía la suya tocando en suelo.

Un silencio sepulcral inundó el dormitorio.

Hasta que Harry decidió romperlo soltando el grito más ensordecedor que la pareja oyó en sus vidas.

—¡TÚ! —el mestizo señaló al pelirrojo.

—¿Yo?

—¿¡CÓMO TE ATREVISTE A PROFANAR A MI HERMANA!?

—Creo que la palabra correcta sería "penetrar" —aportó Rœle, todavía adormilada.

La cabeza del ojiesmeralda giró rápidamente en dirección a la pelinegra, la cual por un instante creyó que su hermano se había roto el cuello.

—¡RŒLE! ¡DESHONRASTE A TU CASA! ¡DESHONRASTE A TU VACA! —bramó el azabache.

Ella frunció el ceño—¿Esto es un deja vú, acaso?

—¡En mi propia habitación Ronald Weasley! —Harry volvió a señalarlo—. ¡Agradezcan que entré yo y no Seamus, Dean o Neville! ¡Tan solo imagínenselo, el pobre hubiera tenido que ir a terapia!

—Harry, ¿podrías dejar de gritar? No es para tanto —pidió ella entre dientes.

La boca del de gafas se torció en un gesto de indignación.

—¿No es para tanto? Si alguien más se entera que estas aquí se armará un revuelo —gruñó Harry.

Rœle puso los ojos en blanco. Por más que odiara admitirlo, su hermano tenía razón.
El simple hecho de que la Dama Gorda supiera que estuvo en la sala común ya alcanzaba para un castigo.
La pelinegra suspiró.

—Date la vuelta —ordenó en dirección a su mellizo. Él la miró confundido—. Voy a cambiarme, idiota.

Harry hizo una mueca y sintió un escalofrío recorrerle la espalda. Como consecuencia comenzó a temblar al mismo tiempo que se daba la vuelta, dándole tiempo a su hermana para vestirse.
Rœle estaba que echaba humo por las orejas. Se dispuso a ponerse de pie, pero los ojos cerúleo de Ronald la hicieron detenerse.

—¿Qué? —preguntó Weasley.

—Date la vuelta.

—Pero ya te ví desn-

Antes de que pudiera continuar hablando, los Potter lo interrumpieron—¡DATE LA VUELTA!

El pelirrojo obedeció al instante.

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Rœle pasó, al menos, diez minutos afuera del dormitorio que compartían Harry y Ron, oyendo la pequeña discusión que ambos estaban teniendo. La ojigris comenzó a sentirse culpable, últimamente habían los dos comenzado a tener leves peleas por su culpa.
Cuando dejó de oír la voz de Harry, la pelinegra se alejó de la puerta.
La misma se abrió unos segundos después, dejando ver a Harry portando un semblante serio.

—¿Terminaste de llorar? —la chica elevó una ceja. La risilla de Ron llegó a sus oídos.

Harry apretó la mandíbula.

—Tú camina.

El trayecto hacia la salida de la sala común fue silencioso, pero nada incómodo. Después de todo, ninguno tenía nada que decir. Al menos Rœle, claro. Harry tenía varias cosas en mente para hablar con su hermana al día siguiente, pero aún no estaba del todo seguro.

Cuando los dos estuvieron fuera de la fortaleza de Gryffindor, Rœle se cruzó de brazos, mirando al retrato de la Dama Gorda.

—Más te vale no decir una sola palabra o juro que rasgaré tu cuadro al mejor estilo Sirius Black —amenazó la Slytherin.

Algunos cuadros cercanos comenzaron a quejarse de la pelinegra.

Harry la miró mal.

—¡Rœle!

author's note: Más aburrido imposible ahre.

Maratón 1 |?