6. Sé que no te gusto
Las clases de educación física eran de las favoritas de Jungkook, y puede que él sea de los favoritos en la materia.
Todo lo contrario a Taehyung. Él apenas y podía caminar un largo trayecto, pidiéndole a su corazón que soportara un poco más el duro ejercicio y haciéndolo bombear sangre a través de sus tapadas arterias llenas de colesterol.
Por eso, cuando su profesor les pidió formar dos grupos, —siendo Jungkook el líder de uno— el castaño no dudó en ignorar a su amigo y evitar meterlo en su grupo. Jungkook era sumamente competitivo, así que no iba a arriesgar una victoria asegurada en el juego por ser bondadoso con Taehyung.
—Taehyung, por descarte quedas en el equipo de Mark —dijo el profesor cuando sólo quedaba él por elegir, ganándose un par de risas por parte de sus compañeros.
Taehyung no iba a mentir, se sintió mal cuando vio que Jungkook no tenía ni las más mínimas ganas de integrarlo a su equipo, pero lo entendía; el voleibol no era para nada lo suyo. Así que sonrió con gracia, riéndose de su situación y se integró al grupo de Mark, quien le sonrió con amabilidad y chocaron puños. Se llevaban bien, al menos.
El juego comenzó, y Taehyung se encontraba en el centro, rezando para que la pelota no llegase hasta él, pero se sentía como un imán, ¡Todas iban al centro!
Divisó la pelota venir hasta él con mucha velocidad, y cerró sus ojos con fuerza, esperando el impacto, más nunca llegó.
—Estuvo cerca, eh —comentó Mark, riendo por la cara asustada de Taehyung—. No te preocupes, yo esquivaré todas las que vengan a ti.
El rubio sonrió en grande y se abrazó a Mark, —¡Gracias, gracias, gracias!
Un poco más lejos, detrás de la malla, Jungkook veía la escena con enfado. ¿Por qué Taehyung tenía que abrazar con tanta confianza a Mark? Le irritaba ver que el rubio tuviese esas acciones con cualquiera.
La pelota se dirigió hasta él y no dudó ni un segundo en enviarla directamente a la cara del líder del equipo contrario, siendo devuelta con agilidad.
—Imbécil —dijo entre dientes al ver como el chico protegía a Taehyung de todas las jugadas, ganándose las sonrisas de agradecimiento el último.
Le parecía injusto, ¿Por qué lo protegía? Estaban en un juego, Taehyung debía jugar solo sin que nadie lo ayudase.
Con la molestia corriendo por sus venas, golpeaba la pelota con fuerza, haciendo que está saliese del área reglamentaria del juego. Empujó su lengua contra el interior de su mejilla hastiado; su equipo iba perdiendo y el idiota de Mark no hacía más que chocar sus manos con Taehyung a modo de celebración.
—Hey, Kook, estamos perdiendo por tu culpa. Concéntrate —reclamó Chanyeol con fastidio de estar en desventaja. Miró a sus otros compañeros de grupo y estos asistieron de acuerdo a lo dicho por el alto chico.
Chasqueó la lengua, —Sí, sí. Juguemos.
Decidido a dejar de lado el tema de Taehyung y su nuevo protector, Jungkook comenzó a concentrarse en el juego, evitando más errores y anotando puntos. Sin embargo, el silbado del profesor había sonado, avisando que ya el partido había terminado y los ganadores eran el equipo contrario.
Bufó con molestia y peinó sus cabellos hacia atrás, despejando su frente y quitando el sudor de su rostro. Su ceño estaba fruncido y no quería hablar con nadie en ese momento.
—¡Kookie, gané!
Jungkook rodó los ojos y contó hasta cinco, mirando como su amigo se acercaba a él con desbordante felicidad.
—Que bien —dijo de manera tosca, no queriendo hablar con él en ese instante.
—Uhg, que seco. Tienes que alegrarte por mi, idiota —se quejó Taehyung—. Es la primera vez que me va tan bien en deporte.
—Cómo no te iba a ir bien si tenías a Mark encima de ti alejando todas las pelotas. Tú no hiciste absolutamente nada, así que no digas que ganaste.
Taehyung parpadeó sorprendido y rascó su nuca sin saber qué decir o qué hacer. Las palabras de Jungkook fueron por demás de rudas hacia su persona, haciéndolo sentir como un inútil por completo.
—Tienes razón, no hice nada y ando diciendo que gané —dijo riéndose sin ganas—. Que tonto soy.
Jungkook supo inmediatamente que había hecho mal al hablarle a Taehyung de esa forma cuando escuchó lo falso que sonó su risa, pero aún se sentía molesto por la reciente derrota y los recuerdos del idiota de Mark encima de su amigo.
—Lo siento, Tae. No quería ha-
—¡Aquí estás!
Las palabras de Jungkook fueron cortadas cuando Mark se acercó a ambos y abrazó a Taehyung por los hombros, y moviéndolo con energía. Apretó sus labios y volvió a empujar su lengua contra su mejilla inevitablemente, ¿¡Acaso este chico no se había ido ya!?
—¡Mark! Me asustaste —dijo Taehyung, y golpeó el brazo del chico.
—Te venía a buscar para ir a la cafetería juntos.
—Clar-
—Taehyung ya va conmigo —interrumpió Jungkook rápidamente, tomando la mano de su amigo entre la suya—. Lo siento, pero ya nos vamos.
—¿Q-qué? Espera, Jungkook, yo- ¡Ah! ¡Adiós, Mark! ¡Será para la próxima y gracias por todo! —gritó Taehyung hacia Mark, siendo arrastrado por Jungkook hasta la salida del gimnasio.
El chico movía su mano a modo de despedida, con una ceja alzada por la confusión que le generaba toda la situación.
Jungkook seguía caminando con Taehyung de la mano, alejándolo de ese idiota. Primero Bogum, y ahora Mark, ¿Acaso todos querían estar con su amigo? ¿A cuántos tendría que alejar de Taehyung?
¡Ni que fuese la gran cosa! Podía aceptar que su amigo era muy carismático y sociable, consiguiendo amistades en todos lados. Además de que su personalidad llamaba la atención de todos y congeniaba con las personas. Tampoco era feo, podía admitir que Taehyung era alguien decente.
O sea, su mejor amigo era normal, ¿Por qué todos tenían interés en él? No lo comprendía, y le molestaba de sobremanera. Nadie iba a alejar a Taehyung de él, porque Jungkook aún no había disfrutado bien de todos los beneficios que conllevaban el gustarle a Kim Taehyung.
—¡Jungkook, ya basta! —el rubio alejó su mano de la del menor y lo miró con incredulidad—. ¿Qué sucede contigo? Me hiciste dejar a Mark solo en el gimnasio. Eres un irrespetuoso.
—¿Qué? ¿Acaso querías pasar el receso con él y sus amigos? —cuestionó Jungkook de brazos cruzados—. Pues vete con Mark. Ya no me importa.
Caminó chocando el hombro con Taehyung, pero este tiró de su mano volviendo a tenerlo frente a frente.
—¿Qué es toda esta escena que me estás haciendo? Explícame, porque no te entiendo nada, Jungkook.
Jungkook alejó su mano de la de Taehyung y desvió la mirada. ¿Qué podía decirle? Ni él mismo lograba entender lo que estaba haciendo. Solo quería alejar a Taehyung de Mark y ya lo había logrado, ¿Pero ahora qué?
—Diría que estás celoso, pero eso sería una ridiculez —comentó Taehyung riéndose y negando con la cabeza.
Jungkook sintió sus mejillas calentarse y lo miró mal, —Yo no estoy celoso. Tú no me gustas.
—Lo sé, por eso mismo dije que era una ridiculez pensar eso —respondió el rubio con suavidad.
—Lo siento, no quería decirlo así —murmuró Jungkook con arrepentimiento. Había sido muy brusco con sus palabras.
Taehyung negó, restándole importancia, —Ya, no te preocupes. Mejor vamos a la cafetería, tengo hambre.
El menor asintió suave, y ambos emprendieron su camino hasta la cafetería.
—Tae... —llamó Jungkook con timidez, escuchando un sonido de afirmación por parte de Taehyung—. ¿Tú querías pasar el receso con Mark y sus amigos?
Taehyung lo miró y sonrió, —No, Jungkook. Mis recesos siempre son con ustedes.
Jungkook volvió a asentir, un poco más calmado luego de escuchar la respuesta.
—La verdad es que sí estabas celoso —dijo el mayor rió por la cara de Jungkook—. Eres celoso con tus amigos. Admítelo, Jungkook.
—No admitiré cosas que no son, así que no veas cosas donde no las hay, ¡Y apresúrate que ya nos deben de estar esperando!
Él no estaba celoso. Taehyung es un idiota, eso era lo único real. Además, a él no le gustaba su amigo, y Taehyung podía hacer lo que quisiese con quien le viniera en gana, pero no con Mark.
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