12. Hyung consejero
Sandwichs y jugo de naranja era el desayuno que Taehyung había preparado para ese día. Tarareaba una canción alegre al mismo tiempo que servía todo en platos.
Una sonrisa tonta surcaba en sus labios y sus mejillas se calentaban al recordar lo sucedido el día de ayer.
Aún podía sentirlos; los labios de Jungkook juntándose con los suyos para darle inicio a un enloquecedor beso que apreciaría por siempre en su corazón y memoria.
—Jungkook, ¿Qué has hecho conmigo? —suspiró a la nada, sonriendo nuevamente, concentrándose en su labor de dejar la mesa impecable para que ambos desayunen.
Debía hablar con Jungkook; hacer que acepte sus sentimientos o al menos la mínima posibilidad de poder estar juntos. Luego saldrían a citas, y con el tiempo ser novios, besarlo, abrazarlo y demás cosas con su chico. Rió avergonzado por sus pensamientos, y sintió su piel erizarse con el solo imaginar caminar de la mano con Jungkook.
Se sentía en las nubes, y es que besar a Jungkook era como la llave al cielo. Era volver a casa después de un día cansado. Era comer tu dulce favorito sin prisas. Entrar a la piscina, o ir a la playa. Era la combinación de sus cosas favoritas, pero sin ser remotamente cercano a lo que había sentido antes. Era algo que se sentía como hogar, pero desconocido al mismo tiempo. Besar a Jungkook eran tantas cosas, que Taehyung sentía que no había terminado de captarlas todas, pero que su corazón las entendió a la perfección.
—¿Qué haces aquí?
Taehyung dió un brinco en su lugar, y miró hacía la puerta de la cocina, encontrándose a Jungkook recién levantado y con el ceño fruncido.
Sonrió inconscientemente, sintiendo sus manos picar por las ansias de tomar el rostro de Jungkook, —Preparando el desayuno, Kookie.
—No me llames así. No más —dijo Jungkook sin una pizca de emoción y procedió a tomar asiento, ignorando la mirada desconcertada del mayor.
Su corazón dolió un poco, pero se repuso de manera inmediata, desechando los malos pensamientos. De seguro Jungkook tenía una resaca de mil demonios y por eso su mal genio.
Con eso en mente, tomó la pastilla que había dejado a parte para cuando el menor se levantara y se la tendió, —Ten. Debes tener dolor de cabeza, ayer bebiste demasiado.
Jungkook miró el medicamento y, luego de algunos segundos, lo tomó sin más y lo bebió en compañía del jugo.
—Preparé tus sandwichs favoritos, así que es-
—¿Qué haces aquí? —cortó sus palabras, repitiendo la pregunta del inicio—. ¿No tenías una cita con Bogum? No entiendo porqué estás en mi casa.
Como si le hubiesen echado un balde de agua fría para que despertara, la feliz ilusión de Taehyung comenzaba a desmoronarse por completo.
Lo que pensó sería el comienzo de la más hermosa historia de amor, no era más que una fantasía que su soñadora mente había creado para él.
—Yo, mhm... ¿No recuerdas nada de ayer? —preguntó vacilante con el miedo a flor de piel, y con las ganas de llorar acechando en sus ojos.
Jungkook masticó despacio su desayuno y negó, —Nada.
—T-tú me llamaste y vine a verte...
—No lo recuerdo —volvió a negar Jungkook—. Ni siquiera sabía que estabas aquí. No sé si te llame o si viniste solo, pero se suponía que saldrías en una cita con Bogum —dijo despectivamente—. ¿Querías darte la oportunidad de estar con alguien que te quisiese, no? Me preguntaste hasta cuándo sufrirías por mi. Pues estás haciendo todo mal, Taehyung, porque en el caso de que te hubiese llamado, tú no tendrías que haber venido.
Se levantó de la silla, mirando desde arriba a un cabizbajo Taehyung. »Si tanto quieres olvidarme, entonces no corras hacia mí cada vez que te llamo. ¿Es lo que quieres, cierto? Olvidarme. Pues inténtalo mejor y vete con Bogum.
Sin más nada que decir, Jungkook salió de la cocina y se fue hasta su habitación. Apoyándose de la puerta, respirando hondo, intentando normalizar sus pensamientos.
Pasarían alrededor de quince minutos cuando escuchó la puerta principal abrirse y cerrarse, avisándole que Taehyung se había ido. Se deslizó hasta llegar al piso, y tapó su rostro con ambas manos temblorosas.
Por supuesto que recordaba todo.
Recordaba haber llamado a Taehyung. Su escena de celos y las múltiples confesiones que hizo. Recordaba absolutamente todo.
Incluso ese beso que se repetía sin cesar en su mente, llenándolo de pensamientos y sensaciones desconocidas a las cuales no les podía dar explicación alguna.
Aparentó lo mejor que pudo, manteniendo su rostro firme de toda emoción, aún cuando por dentro se moría de nervios y quería esconderse de todos.
Mordió su labio desesperado, intentando darle explicación lógica a todo lo que estaba sintiendo, más sin embargo, nada era coherente con sus emociones.
Se levantó del piso, y buscó su celular, llamando a la persona que, después de Taehyung, era su más grande apoyo. Necesitaba ayuda, porque él solo sentía que se moriría.
Necesitaba que alguien más le explicara el porqué de sus actos y de todo lo que habitaba en su ser.
♡
—¿Me llamaste al borde de una crisis para solo abrazarte a mi como un bebé? Sé que me quieres, Kook, pero creo que me llamaste por otra razón.
Jungkook apretó sus labios y se abrazó más a su Hyung, queriendo estar un poco más así con él.
Cuando Namjoon llegó, lo único que hizo Jungkook fue abrazarse a él como koala. El mayor no tuvo más opción que cargar al más joven y llevarlo consigo al sofá del hogar, sentándose y sirviendo de apoyo para su dongsaeng.
Se había preocupado, y mucho. Podía sentir la desesperación de Jungkook al momento de hablar con él por el teléfono, así que acudió al llamado lo más rápido que pudo.
Para nadie en el grupo era un secreto que entre Namjoon y Jungkook había una conexión especial; para el menor, su Hyung era la persona más increíble que había conocido y era su ejemplo a seguir. Para el mayor, su dongsaeng era el hermano menor que siempre quiso. Cuidando de ambos mutuamente, y estando para el otro en momentos como este.
—¿Qué sucede? —preguntó Namjoon con voz suave—. Habla conmigo, por favor.
—Estoy confundido, Nam hyung...
Namjoon acarició la espalda de Jungkook, —Esta confusión, ¿Tiene que ver con Taehyung? —un leve asentimiento por parte del castaño se hizo ver y Namjoon suspiró—. He quiero alejarme de este tema debido a que eres grande y debes afrontar tus problemas, pero lo veo todo, Jungkook, y estás haciendo las cosas mal.
Un timbre de decepción se escuchó en la voz de Namjoon, logrando que Jungkook se sintiese avergonzado de sí mismo. Él sabía que estaba actuando mal, que no era el de siempre y que estaba dañando a la persona que más aprecio le tenía en su vida.
—Sabes que soy el mejor amigo de Seokjin, así que sé de todo lo que ha pasado —prosiguió hablando con calma—. Él me pidió que hablase contigo, pero no lo iba a hacer. Quería esperar a que tú mismo te dieses cuenta de lo que está sucediendo.
Jungkook se separó lentamente de su Hyung y tomó asiento correctamente. Miró sus manos y comenzó a jugar con sus dedos, —Yo no sé que estoy haciendo... al principio quería que todo fuese mentira, que los sentimientos de Taehyung no existieran, pero él fue tan atento conmigo que simplemente me dejé deslumbrar.
Namjoon escuchaba atentamente a Jungkook, dándole su tiempo para que hablase con calma. »Quería cada vez más y más. No era el que hiciese mis tareas, me gustaba eso, pero era la mirada que me daba cuando me explicaba lo que había hecho en ellas. La atención que me prestaba cuando hablaba, y como sus ojos brillaban con solo verme... se sintió, bien.
»Me gusta gustarle a Taehyung, porque me hizo sentir importante, valioso. Entonces me volví egoísta, porque quería que Taehyung siempre me viese así, porque me gustaba la sensación de ser el chico que le gusta, porque me gustaba provocarle celos y ver cómo se molestaba por Yugyeom, ¡Yug y yo sólo somos amigos! Pero las cosas se me salieron de las manos, y cuando menos lo pensé, ya lo estaba lastimando con mis estúpidos actos.
»Cuando me enteré de su cita con Bogum... me sentí tan dolido. Él quería olvidarme, posar su atención en alguien que no fuese yo. Sentí como si me estuviese faltando a mi, como si estuviese rompiendo nuestra lealtad. Así que comencé a beber y luego lo llamé. Mi mente decía que estaba mal, que controlara lo que hacía, pero mis manos solo quería tocarlo y mi boca soltaba miles de pensamientos que solo habitaban en mi ser. Pensamientos que nunca admitiría en voz alta.
Las palabras se acortaban, y la ansiedad recorría su cuerpo entero. »Me sentí tan celoso de que Bogum tuviese todo de Taehyung, que cuando menos lo pensé ya estaba besándolo porque no podía concebir que él tuviese un beso de Taehyung antes que yo...
»Es extraño, Hyung, porque a mí no me gusta Taehyung, pero su beso no me disgustó... se sintió, bien. Como si estuviese haciendo lo correcto. No entiendo nada, Nam Hyung, y me estoy odiando por esto.
La sala quedó en completo silencio y Jungkook apretaba sus manos con fuerza, intentando drenar todo lo que estaba sintiendo. Las manos de Namjoon tomaron las suyas y las alejó, evitando que se hiciese daño.
—Lo único bueno de todo lo que dijiste, es que sabes lo mal que has hecho. Eso, y decirme todas tus emociones —el mayor pensó bien sus palabras antes de seguir hablando—. Por una parte te entiendo, no digo que esté de tu lado, eso nunca, actuaste mal, niño.
La mirada de Jungkook se cristalizó levemente, pero sabía que todo lo que su hyung decía era la verdad. Namjoon al verlo así, sonrió de lado y sacudió su cabello con cariño. Jungkook seguía siendo un niño más y él estaría ahí para guiarlo siempre.
—Debes hablar con Taehyung y pedirle disculpas. Jugaste con sus sentimientos y te aprovechaste de la peor manera a tu conveniencia. Ponte en su lugar e imagínate que la persona que te gusta solo te utiliza y luego te desecha como algo inservible.
Cabizbajo, Jungkook asintió, —Lo sé, hyung.
—No, Jungkook, aún no sabes nada —comentó Namjoon, ganándose una mirada curiosa por el contrario—. Porque sabes que has hecho mal, pero no sabes porqué lo hiciste.
Namjoon relamió sus labios. »Te gusta Taehyung. No es solo la "sensación de gustar", no, a ti te gusta Taehyung y todo lo que provoca en ti.
—No es cie-
—Lo es, te gusta —interrumpió—. Quizás al principio no lo hacía, y se dió con el tiempo, o desde un principio fue así y hasta ahora lo vienes demostrando. El orden no importa, si fue antes o después, pero en el presente está que te gusta Taehyung.
Jungkook negaba y rió incrédulo, —A mi no me gusta Taehyung, estás loco. Es mi amigo, solo eso.
—Si es tu amigo, ¿Por qué lo besaste y dices que te gustó? ¿Por qué lo celas y te sientes dolido así alguien más tiene su atención? Jimin también es tu amigo, y yo no te vi haciéndole escenas por su antigua novia.
—Es diferente... —masculló entre dientes, sin querer darle la razón a Namjoon.
—Claro que es diferente. Porque Jimin no te gustó nunca, en cambio con Taehyung sí sientes esa conexión. Te diré qué es lo que está pasando realmente; tu orgullo no te deja aceptar que caíste por tu mejor amigo cuando te dedicaste a decirle a todos que nunca lo harías.
»Dijiste tantas veces que Taehyung no te gustaba, que aceptarlo ahora es como fallarte a ti mismo. Pero en el amor nadie pierde, Jungkook, a menos que llegues tarde, y si sigues dudando puede que realmente pierdas lo que algún día pudo ser tuyo. Incluso, puedes llegar a verlo, pero con alguien más. En este caso, Bogum.
»Verás de lejos, cómo Bogum tiene todo lo que Taehyung tenía para ofrecerte, y que tú desperdiciaste por no querer aceptar lo que realmente sientes.
Sin poder evitarlo, el miedo se asentó en el pecho de Jungkook, logrando que sus ojos se llenaran de lágrimas y lastimosos jadeos salieran de su boca, siendo consolado por Namjoon, sabiendo que sus palabras habían calado en la mente de Jungkook y que, —esperaba él— actuara antes de que fuese tarde.
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