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1. Me gustas

Jungkook y Taehyung iban caminando hasta la casa del menor luego de un largo día de clases, bromeando y empujando al otro, soltando enormes carcajadas por la situación.

Se conocían desde pequeños, puesto que sus madres eran amigas y no dudaron en juntar a sus hijos para así formar en ellos un lazo tan fuerte como el de su propia amistad. Por suerte, su plan resultó con mucho éxito y ambos chicos se volvieron inseparables amigos con el paso de los años. Tenían más amistades, tanto en común como por separado, pero nada tan fuerte como lo que tenían entre ellos.

—¡Quítate de encima! ¡Hueles a sudor! —se quejó Jungkook a la vez que empujaba a Taehyung lejos de él.

El chico rubio se acercó nuevamente y abrazó a Jungkook, evitando que se escapara de sus brazos, —¿Ah, sí? ¡Pues me olerás hasta llegar a casa porque no te soltaré!

Jungkook se quejaba e intentaba librarse de Taehyung, pero era simplemente imposible. Soltaba maldiciones e insultos, haciendo que la risa de su amigo se escuchara por toda la calle, llamando la atención de las personas que pasaban por ahí.

A lo lejos divisó su casa y como pudo, comenzó a hacerle cosquillas a Taehyung, logrando que este lo soltara.

—¡El último en llegar hará la tarea de ambos!

Dicho esto, Jungkook comenzó a correr hasta su casa, siendo seguido de cerca por Taehyung, siendo ganador el menor de ambos, teniendo una sonrisa triunfante una vez llegó hasta la puerta de su hogar.

—¡Estuviste muy lento! —se burló Jungkook—. Harás mi tarea, ya lo dije.

Taehyung sonrió de lado y se encogió de hombros, —No hay problema, yo la hago.

El castaño frunció el ceño. Últimamente Taehyung estaba muy raro y condescendiente con él. Le restó importancia y abrió la puerta, llamando a su madre, sin obtener respuesta alguna. Su padre sabía que no estaba ya que trabajaba hasta tarde.

—¿Tu madre no está?

Jungkook negó, —De seguro y salió con tu mamá a comprar cosas. Voy a calentar el almuerzo.

—Te ayudo.

—No es necesario, Ta-

—Insisto.

El menor se quedó con la palabra en la boca, viendo como Taehyung se adentraba en la cocina y comenzaba a calentar la comida como si nada. Como ya estaba haciendo todo, Jungkook sólo se sentó en una de las sillas del lugar a esperar que su amigo terminara.

Las actitudes que había tomado Taehyung últimamente se le hacían muy extrañas. Antes, él nunca se le habría ofrecido a ayudar, más bien se hubiese quedado aplastado en el mueble hasta que terminara, y ahora se estaba encargando de todo él solo. También estaba el tema de su tarea; el Taehyung de antes lo hubiese empujado para llegar antes y no hacer la tarea de ambos, pero ahora había aceptado muy fácilmente el castigo.

La única teoría que podría explicar las acciones de Taehyung era de que quisiese un favor de gran magnitud como para comportarse como un niño bueno con él. La pregunta era; ¿Qué quería Taehyung? Debía ser algo muy grande e importante, y aunque lo pensara y pensara, nada llegaba a su mente.

—Comienza a comer —la voz de Taehyung lo trajo a la realidad y miró su plato de comida ya servido. El rubio abrió la nevera y sacó un par de coca-colas para ambos, haciendo entrega de la que le correspondía a Jungkook, y sentándose en su puesto—. Buen provecho, Kookie.

—¿Kookie? —preguntó extrañado Jungkook.

—Uh, sí. ¿Te molesta?

Jungkook negó, —No me llamas así desde que éramos niños. Es extraño escucharte decirme así de nuevo.

—Me gusta ese apodo, es lindo. Te queda bien. 

Y hasta ahí llegó la conversación, ya que Taehyung se dedicó a comer. Jungkook arrugó la nariz y también comenzó a comer. Ya después le sacaría toda la información a Taehyung, pero por ahora saciaría su hambre.

Luego de terminar de comer, el rubio se encargó de lavar los platos y demás utensilios utilizados. Jungkook no quiso ni llevarle la contraria, si Taehyung quería pedirle un favor de vida o muerte, debía aprovechar su momento de complacencia. Ya después vería si lo ayudaba en lo que le pedía o no.

Subieron hasta la habitación de Jungkook y el dueño del lugar se tiró en su cama para reposar un poco la comida.

—¿Qué tarea debo hacerte? —preguntó Taehyung mientras se sentaba en la silla del ordenador.

Jungkook señaló su bolso, —El cuaderno verde. Has mi tarea de literatura.

—¿Sólo esa?

—¿Quieres más?

—El que perdiera iba a hacer la tarea del otro, y yo perdí.

Jungkook abrió ligeramente la boca sin poder creerse lo que escuchaba. Taehyung, al ver que no obtenía respuesta por parte de Jungkook, tomó el bolso de este y revisó cuaderno por cuaderno, dejando en el escritorio todos aquellos que tengan una tarea pendiente, siendo un total de tres cuadernos; literatura, álgebra y biología. Dejó el bolso de lado y comenzó a hacer las tareas de Jungkook sin decir alguna palabra.

El menor aún seguía algo sorprendido por la facilidad con la cual Taehyung había aceptado hacer su tarea. Lo miró por un rato más, pero su amigo sólo estaba enfocado en esas actividades ajenas. Sus ojos se fueron cerrando poco a poco y terminó dormido en su cómoda cama.


Sintió unas suaves caricias en su rostro que lo fueron trayendo de vuelta a la consciencia. Las caricias seguían y él intentaba abrir los ojos de una vez por todas. Comenzó a parpadear hasta poder quitar lo borroso de su vista y pudo enfocar a Taehyung dentro de su campo visual.

Se encontraba sentado a un lado suyo, mirándolo desde arriba, y con su mano estirada hacia su rostro, siendo el responsable de esos delicados toques en su mejilla que lo hacían adormilar. Los movimientos pararon, y Taehyung alejó su mano cuando Jungkook se encontraba más despierto que dormido.

Ladeó la cabeza y sonrió de lado, —Ya terminé tu tarea y has dormido lo suficiente. Después se te hará difícil conciliar el sueño en la noche.

Jungkook, —algo aturdido por recién despertar— se sentó en la cama y rascó sus ojos con el dorso de su mano. Se levantó de la cama y se dirigió al baño que se encontraba dentro de su habitación para lavar su rostro y dientes. Luego de hacerlo, y ya despierto del todo, volvió a la habitación y se encontró a Taehyung mirando una fotografía de ambos cuando eran más pequeños.

El rubio tenía una pequeña sonrisa en el rostro, detallando la foto con paciencia. Rascó su cabeza y también sonrió. Recordar lo antigua que era su amistad, y cómo había ido evolucionando con el pasar del tiempo, era algo impresionante que lo llenaba de orgullo.

Se acercó hasta Taehyung y se sentó a su lado, mirando la foto también, —Es una de mis favoritas.

—Te ves tierno en ella —comentó Taehyung y sonrió.

—En aquellos tiempos decías que era el niño más feo del mundo y que de grande sería horroroso.

Taehyung negó y rió, —Pues estaba equivocado. Eras un niño muy lindo y ahora estás muy guapo.

Las mejillas de Jungkook se calentaron y miró a Taehyung como si le hubiese salido una tercera cabeza. El rubio lo miró de vuelta y respiró hondo, dejando la fotografía en su lugar y sentándose de frente a Jungkook. Su cara demostraba mucha seriedad y Kook no sabía porqué había comenzado a sentirse tan nervioso por dicha expresión.

—Necesito decirte algo.

Jungkook mordió su labio y bufó, —¿Es algo malo?

—Depende de tu respuesta —respondió Taehyung de manera simple, llenado a Jungkook de miles de dudas.

—Me estás asustando, Taehyung.

—No creo que estés más asustado que yo en este momento, Kookie... —habló el mayor de manera suave, denotando la inseguridad y miedo que lo carcomía—. Yo... he estado dándole vueltas a un asunto que ha rondado por mi cabeza. Le pregunté a mis amigos sobre eso y todos me dieron la misma respuesta que yo quería evitar, más sin embargo, hoy puedo aceptarla ya que es la verdadera.

Taehyung tomó las manos de Jungkook y lo miró directo a los ojos. »Me gustas, Jungkook. Creo que es algo que he sentido desde siempre y ahora es que pude darme cuenta. Sé que nuestra amistad es importante para ambos, pero si me das la oportunidad, podremos salir adelante juntos. Soy quien te conoce mejor; tus gustos, disgustos, sueños y metas, así que sería el indicado para ti. Me gusta todo de ti, desde tus defectos hasta virtudes. Me gusta tu rostro y tus lindos lunares. Me gustan tus ojos, tú nariz y tus labios... me gustas, Jungkook, en serio.

Taehyung se acercó hasta Jungkook para poder besarlo, pero este último desvió la mirada y se levantó de la cama, alejándose del mayor. Su mente estaba hecha un lío y no sabía como sentirse al respecto. Solo tenía claro una cosa:

—Tú no me gustas, Tae...

La expresión en el rostro de Taehyung decayó notablemente y Jungkook se sintió horrible por eso, ¡Pero no podía mentir! Nunca había pensado en su amigo de esa manera. Nunca había pensado en él como una posible pareja.

—Y-yo pensé q-que tú podrías sentir lo mismo...

—Lo siento, Taehyung. Yo no quisiera herir tus sentimientos, pero todo esto es muy sorpresivo para mi. Debes de entenderme —dijo Jungkook con arrepentimiento en su voz. Se acercó hasta su amigo y estiró su mano hasta él, deteniendo el movimiento y devolviendo su mano, evitando tocarlo—. No quisiera perder tu amistad, Tata. Sabes que eres muy importante para mi y no sé qué haría sin ti.

—No te preocupes, Kookie —habló Taehyung y sonrió, aunque era una sonrisa muy falsa y Jungkook se sintió peor por eso—. Una parte de mi estaba preparada para el caso en que no correspondieras mis sentimientos. Intentaré no hacerte sentir incómodo, sólo quiero que seas consiente de lo que siento por ti.

Jungkook asintió lentamente y Taehyung se acercó hasta él para abrazarlo. Aunque quiso corresponder, Jungkook no lo hizo. Aún no sabía exactamente cómo debía actuar de ahora en adelante con Taehyung. Lo que menos quería era darle falsas ilusiones.

El mayor se separó de él y dejó un suave beso en su frente; algo que era común entre ellos y que ahora parecía mucho más íntimo, haciendo que la mejillas de Jungkook se volvieran rojas y que su pulso se acelerara a causa de los nervios.

—Ya debo irme, Kookie. Tu tarea está lista, así que no te preocupes por ella... y ya no te preocupes por mi, estoy bien.

Despeinó los cabellos de Jungkook y se fue de su casa, dejando al castaño con un montón de dudas y una sensación extraña en todo su cuerpo.

Le gustaba a Taehyung, ¿Cómo pasó eso?

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