
capítulo #15
Allecra:
Me siento un poco más ligera gracias a que pude confesar una parte de las cosas que quería decir hace tiempo a Dante, para que deje de tratarme tan mal, pero eso no quita el dolor que aún siento, debo recuperarme y tengo que hacerlo ya, Niccoló y Gianna, nunca han estado un solo día sin verme, deben estar muy inquietos, mis pobres bebés.
Esa es la inyección de energía que necesitaba, no puedo retroceder el tiempo, no puedo cambiar el pasado, ni tampoco el presente, solo puedo hacer algo para mejorar mi futuro.
Me seco bien el cuerpo con la toalla y voy en busca de la sábana que tire dentro del baño, las bragas y las medias las tiro en el tacho de basura no soportaría tener que usarlas otra vez.
Camino hasta la puerta solo para comprobar que estoy encerrada, busco algo con lo que pueda golpear la puerta pero no hay nada, hay una silla pero no me ayudaría en nada, la mesa que está al fondo tampoco me ayudaría a tumbar la puerta, golpeó y grito fuerte hasta que me duele la garganta y parece que no puedo gritar más, pero nadie viene ni un solo ruido se escucha del otro lado de la puerta.
Busco frenéticamente en la habitación por si hay algún teléfono o un celular, pero no hay nada, ese cabrón me encerró, apenas regrese lo voy a golpear muy fuerte.
Después de lo que parecen horas finalmente él regresa, con una bandeja de comida, la deja sobre la mesa que está al fondo, no me apetece comer nada en este momento, me bajo de la cama y camino en dirección de la puerta, pero él ya sabía que iba hacer eso, porque aparece Emilio me lanza una sonrisa algo apenada y cierra la puerta con seguro, en mis narices.
¿Qué?, que tiene en la cabeza este hombre.
—¿Se puede saber a qué estás jugando?, ¡Necesito estar con mis hijos!, ellos deben estar inquietos en este momento, de seguro deben haber estado sin poder dormir bien—no me lo puedo creer esto parece una jodida pesadilla.
—Tranquila, solo te estaba dando tiempo a que te sientas mejor para ir por ellos para tenerlos con nosotros, déjame dejarte algo muy claro, por si tienes alguna duda con respecto a lo que te dije antes de irme, hoy nos regresamos a Londres, no hay nada que discutir, tú, Isabella y mis hijos vienen conmigo—puede esperar sentado a que yo le obedezca, nos vamos sí, pero no a vivir juntos.
—¿Quieres hablar claro?, Pues bien, yo me fui porque planeabas matarme y quedarte con mis hijos, así que no confío en ti y nunca lo haré, violaste una y otra vez uno de los principios más importante en la mafia, el hombre que engaña a su esposa no es digno de confianza jamás—él se ríe como si le hubiera contado el mejor chiste de su vida.
—Parece ser que cuando te conviene soy tú esposo y cuando no, solo soy un abusador más de los que has tenido que soportar en tu vida, decídete por favor Allecra—está muy cerca de mí eso solo hace que me mantenga alerta.
—¿No tienes nada que decir a lo otro?—sin decir más toma mi mano en la suya y me lleva hasta la puerta, le sigo el juego para saber qué es lo que va hacer conmigo, Emilio le abre y él le hace un gesto, entre ellos se comunican sin decir palabra y Emilio empieza a caminar.
Lo seguimos hasta una habitación que tiene un cerrojo extra, Emilio lo abre y entra encendiendo la luz, en el cuarto atada de manos a la cama se encuentra Alessandra la estúpida que me quería muerta también.
—¿Qué es esto? ¿Por qué me traes a verla?, Estás pensando en alguna fantasía rara, si es eso de antemano te digo que no participaré en nada—me alejo un poco de ellos, esto no me gusta nada.
—¿Tú?, una insípida y virginal esposa, participando en una orgía, por favor eres ridícula, si Dante fuera el mismo de antes, tú no tuvieras lugar en su cama solo yo—ella es la que está en desventaja y tiene la osadía de burlarse de mí.
—¡Guarda silencio Alessandra!, o Emilio aquí presente te hará callar, ya sabes que le gusta disciplinarte—miro al susodicho y en efecto está emocionado con la idea, tanto que sonríe de una forma cruel.
—¿Qué hacemos aquí?, qué tengo yo que ver con una de tus amantes—espero que no sea lo que me estoy imaginando, no puedo soportar algo así ahora.
—¡Tú!, Alessa habla, dile para qué fuiste a mi casa ese día y porque sigues aún con vida, cosa que puede cambiar en cualquier momento—ella se tensa pero hace lo que él le pide.
—Fui enviada por Vanna teníamos planes para Dante, ella y yo estábamos en una relación, después de que Dante nos juntara en una noche loca de placer y sexo loco, debiste habernos escuchado él participo muy gustoso—ella se ríe y abre sus piernas sugestivamente frente a ellos.
—¡Emilio dame un arma!—Dante espera con la mano extendida, él pone un revólver en su mano y así sin más como si fuera no fuera algo peligroso.
—Ahora vas a decir lo que fuiste a hacer en realidad aquel día maldita loca, si no, tendré que meter una bala en tu cabeza—él apunta a su cabeza sin dudar.
Ella se estremece y su acto de mujer confiada cae—¡Prometiste que me dejarías vivir si te ayudaba a matarlos!, Eres un maldito mentiroso Morello, tu palabra no vale nada—grita ella con lágrimas en sus ojos y enojo.
—¡Alessandra, maldita sea solo habla!—le insiste un enojado Emilio.
—Yo...Yo solo ayude a Vanna para...para tratar de matar a Dante, pero él fue más astuto y me atrapó obligándome a venderla a ella y a uno de los mejores clientes que pude haber tenido, Billy Kray—ella sorbe por la nariz ahora poniendo una cara de total tristeza.
—¿Algo más qué se te olvide confesar Alessandra?—insiste Dante, pero yo estoy sin palabras, me está diciendo que estuve equivocada todo este tiempo y pero yo los vi besándose.
—¿Qué más quieres que diga Dante? ¿Qué me obligaste a ayudarte?, Lo ideal hubiera sido que caigas en nuestra trampa, así la virginal ex esposa tuya estuviera siendo violada una y otra vez por Kray, Vanna estuviera aquí conmigo torturándote a cada momento hasta que ella hubiera decidido que era el momento de acabar contigo—¿Será que Dante tiene ese efecto en las personas?, Los enloquece una vez que han estado con él o si pasan mucho tiempo juntos.
¡Gracias a Dios no es mi caso!
—¡Emilio toda tuya enséñale a nuestra amiga a cómo comportarse frente a mí!—me toma del brazo y me saca mientras Alessandra empieza a llamar a Dante a gritos que la perdone y que vuelva, me quito el agarre de él de mi brazo y decido que tengo mucho que pensar.
Estamos otra vez en el cuarto donde me tenía y sin previo aviso me pega a la pared mientras sostiene mi rostro en sus manos.
—¿Todo lo qué me confesaste hace un momento es verdad?, ¡Necesito saberlo joder!, me está matando por dentro, siento tanta rabia porque ese maldito puso sus asquerosas manos en ti, fue por eso entonces que fuiste a ese hotel y nunca más se supo nada de él—no puedo evitar dejar caer mis lágrimas, giro mi rostro lejos no soportaría que me vea con asco.
—Sí, Dante él lo hizo, luego trato de subirme a mí habitación cuando padre me mando a llamar a su casa la última vez, así que lo convencí de vernos en otro lugar, por eso viste las fotos donde entraba al hotel sola y salía sola, Gabriel me ayudó a hacerlo—me siento tan mal al estar aquí con él, sabiendo que Gabriel me va a odiar más.
—No lo nombres a ese maldito que te ha follado también, porque no estoy seguro de poder quedarme sin hacer nada, por haber tocado lo que es mío— así sin más me besa con hambre y desesperación, trato de no responder, pero es muy difícil, mi corazón y mi cuerpo se han unido para ponerse en mi contra, arranca la sábana que use para taparme.
—¡Eres mía Allecra, siempre lo has sido y siempre lo serás!—empieza a besar mi cuello para después morder fuerte, eso saca un gemido fuerte de mi parte, estoy rota lo sé, desde antes que él llegará a mí vida, cuando vivía un infierno a manos de mi padre.
Pero cuando estoy con él todo se siente bien y correcto, me dijo que nunca me iba a poder amar.
¿Debo creer lo que afirmó cuando me golpeó en el baño?, él dijo que me amaba.
Toma mi cuello en una de sus manos, mientras muerde mis pechos, no puedo evitar agarrar su cabello con fuerza, eso parece gustarle porque gime en mi piel—¡Me lastimaste huyendo de mi y llevándote a los niños!, Pero nunca más te dejaré hacerlo, ustedes son míos y de nadie más, nunca te compartiré con nadie—sus palabras hacen que mi corazón se agite, pero también me dan un poco de miedo.
Se pone de rodillas besando mi vientre, mientras pone una de mis piernas sobre su hombro, me apoyo en la pared que está detrás de mí para no caer, sigue bajando hasta que llega a mi centro y lo devora como un hombre que está tan hambriento, quito mis manos de la pared para agarrar su cabello con ambas manos, mientras mis gemidos se vuelven más y más fuertes a medida que él succiona con más fuerza mi centro, alternando entre jugar con su lengua y sus dedos.
—¡Ba...Basta Dante!,Si me corro no podré hacerlo de nuevo, no creo poder hacerlo me siento débil— es verdad, soy de esas personas que muy raramente tienen orgasmos seguidos, de mala gana deja de hacerlo, se pone de pie con una notable erección, toma mi mano y esta vez no me lanza a la cama como lo hacía antes, hace que me suba y me arrodille frente a él, mientras se saca la camiseta y los pantalones.
—¡Voy a borrar las huellas de todos aquellos que ensuciaron tú cuerpo!—me toma del cabello y me besa con fuerza, se sube a la cama haciendo que me tumbe, alineando nuestro cuerpos para así poder meterse de golpe en mí, clavo mis uñas en sus brazos.
—¡Te amo maldita sea!, si esto que te he mostrado no te convence, dime qué mierda debo hacer para que sepas que te amo con locura—lo dice mientras sus estocadas son más y más fuertes, yo no puedo hablar, ya que lo único que puedo hacer es gemir ruidosamente.
Parece que no es suficiente para él por la forma en que me penetra, es casi como si quisiera fundirse conmigo y que seamos solo uno, Dante sale de mí y me voltea obligándome a ponerme de rodillas, muerde uno de mis glúteos con fuerza eso me hace gritar, luego le da un suave beso y así va subiendo hasta que llega a mis hombros, mis gritos deben escucharse por toda la casa es lo más seguro.
—Te hago un juramento aquí y ahora, solo seré tuyo y de nadie más hasta el último de mis días aquí en la tierra, Allecra no existe nadie más que tú lo juro por Dios—eso me hace jadear de sorpresa .
¿Me está declarando su amor?, ¡Después de que le dije que nunca lo he querido!, no me da tiempo a responder o pensar más, porque se mete con fuerza en mí de nuevo y pone todo mi cabello en uno de mis hombros, con una mano se agarra a mi cuello y con la otra juega con mis pechos, mientras muerde uno de mis hombros con fuerza.
¡Todo es tan intenso, que me gusta mucho!, en poco minutos llega mi orgasmo, agarro con fuerza las sábanas mientras gimo ruidosamente, Dante agarra mi rostro y busca mis labios, me besa, tragándose así mis fuertes gemidos, mientras él persigue el suyo, segundos después se derrama dentro de mí.
Caímos rendidos en la cama, él me pone de lado aún estando dentro de mí, su brazo en mi cintura me mantiene pegado a él con fuerza y mi cabeza está apoyada en su pecho, respiramos con dificultad, tengo miedo de decir o pensar en algo en este momento siento que le va a quitar la magia a lo que acaba de suceder, quiero escapar, me asustan estos sentimientos que me embargan con fuerza.
—No trates de huir de mí Allecra, te seguiré hasta el fin del mundo si es necesario, pero jamás te vas a volver a alejar de mí—asegura y eso me deja sin palabras.
No sé qué pensar, ni que debo de sentir con exactitud ahora, pero todo esto es mucho por hoy, cierro mis ojos cediendo al cansancio.
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