Había vuelto a soñar con ella.

Ya llevaba una semana entera soñando los momentos que tuvo a lado de aquella hermosa mujer, pero ese en particular fue el que lo marcó de por vida por las palabras dichas. En esos tiempos de confusión, transformados a seguridad plena junto a ella y deformados en demencia sin esa rubia.

Cada vez que Thor lo besaba alucinaba con una Sigyn con un rostro rencoroso y vengativo, Loki se alarmaba tanto que empujaba a Thor con fuerza para ver qué no era real y luego terminaba llorando en los brazos de Thor o empezaba a darle un ataque de pánico puro.

¿Tenía una deuda con aquella mujer o era producto de su imaginación?

Recordaba aquella plática con Frigga sobre la importancia de la fuerza mental en un hechicero para ser poderoso.

Tal vez debería excavar un poco en sus memorias sobre sus clases de magia con su madre, cuando le daba aquellas lecciones de gran importancia en la gran biblioteca de Asgard.

Donde paso la mayor parte de su infancia depositando sus lloriqueos ahogados, sus sueños en cada libro que leía y su sed de sabiduría.