Thor amaneció con un dolor en su espalda por la mala postura en que durmió.

Se preparó y fue a la zona central de la nave en la que se encontraba la mayoría de los asgardianos reunidos la mayor parte del tiempo.

Se situó en el trono improvisado que le preparó su gente y sólo fijó su vista al frente en donde veías sólo oscuridad, el espacio calmado sin nada que ofrecer más que el color negro y vacío extremo.

Nadie mencionaba nada.

-¿Alguna novedad?-preguntó Thor harto del silencio.

-Aparte de escuchar la discusión de tu hermano contigo y su desaparición, no hay nada más-habló Valkiria sarcástica. Recibiendo una mirada fulminante del rey.

-Su majestad, si me permite-tomó palabra Heimdall-le puedo decir la ubicación del príncipe Loki para que se encuentre tranquilo-recomendó el antiguo guardián.

Thor lo miró esperanzado.

-¿Dónde está?

-En un planeta deshabitado.

-¿Se encuentra cerca de aquí?-cuestiona.

-Le recomiendo dejarle un tiempo a solas-comentó este en un vago intento de calmarlo.

-Heimdall, te ordeno como tu rey decirme dónde se encuentra MI hermano-contestó furioso.

Heimdall lo observa serio, respira y suspira profundamente.

-Perdone mi imprudencia, pero me niego a esa orden.-contesta con seguridad-Debe analizar el porque dejó esta nave y a usted sólo-respondió retirándose de ahí entre las personas.

El rey sólo quedó humillado y furioso con el guardián del antiguo Bifröst quién sólo tenía fe en que ambos jóvenes resolverán aquél conflicto.