XXIX
El sintió mi mirada.
La pequeña tenue luz de la calle, era la única que nos alumbraba, el atardecer estaba muriendo, y a su paso dejo la habitación cálida y en completa calma.
— Te quiero — jimin se acercó sutilmente, dio un paso a mí temiendo que yo actuara de mala manera. Al no decir nada sobre su acción, acerco su mano a mi mejilla — di que me quieres — susurro con miedo en su mirada.
— Te quiero — cerré los ojos, por donde lo viera, era mejor decir la verdad. No tenía opción. Si quería arreglar esto.
— Dame una oportunidad, por favor — tan cerca de mí.
— No —
— ¿Por qué? — se escuchaba derrotado
— Podríamos comenzar de nuevo, con nuevas personas, ¿Por qué me sigues buscando? —
— Por la misma razón que tú no has comenzado una vida nueva... porque te sigo amando —
— No puedo pensar en estar con alguien más, ni con jungkook... pero tampoco contigo — el gruñido proveniente de jimin me hizo entender lo que había dicho. Aún era un tema muy delicado, hablar de él.
— Puedo vivir con eso... — confeso — entiendes que yo no voy a dejar que escapes de nuevo, ¿verdad? —
— No puedo escapar, pero eso no quiere decir que estaré contigo —
— Entonces... ¿estás de acuerdo en volver a verme? Sé que ya no quieres estar conmigo como una pareja, pero podemos tratarnos como simples conocidos —
— Jimin... — el me callo
— Solo será algo casual, como cuando nos conocimos, no puedo hacernos olvidar el pasado, pero vamos, tu familia está en Seúl, y aunque no lo quieras me llevo bien con ellos, nos toparemos en más de una ocasión, hay que hacer las paces y volvámonos a hablar, extraño reír contigo —
Escuchaba a jimin nostálgico, extrañando tanto como yo o más, lo que teníamos antes. Una bella amistad que nos cegó para dar paso a un romance.
Si. Extrañaba a jimin, al que considere mi mejor amigo y posteriormente el hombre que ame.
— Igual yo — medite y al fin conteste a su petición — seamos conocidos entonces —
— Suga... — jimin aún no lo creía
— Pero eso no significa que te permitiré hacer algo, seremos conocidos únicamente —
Sus ojos no dejaban ese brillo y la sonrisa más verdadera que le haya conocido.
Se acercó a abrazarme — cuenta con eso —
Afiance aquel abrazo, por fin volvían las cosas (algo) a la normalidad.
Ya que era muy tarde, le pedí a jimin un taxi para que se dirigiera a Seúl. Aunque este lugar tenia habitaciones extras, esta pequeña "amistad" era aún sensible y delicada. No me sentía cómodo que jimin estuviera aquí aun.
Bạn đang đọc truyện trên: Truyen247.Pro