— Chanyeol — mencione — ¿estas cocinando? —

Chanyeol sorprendido giro para mirarme.

— En verdad un día de estos me van a reunir con mi amado Beakyun — comenzó a reír.

— ¿con quién? — no había escuchado aquel nombre.

— Mi baekhyun, es mi difunto marido — seguía volteando lo que parecía ser tocino.

— Oh... bueno yo no quiero que nos faltes aun — me sentí incomodo por hablar de la muerte, así que me ocupe de hacer té para ayudar a chayeol.

— Falta mucho para que yo llegue a eso, aún tendrán muchos años de regaños — volvió a carcajear.

Con el desayuno hecho, lo que faltaba era despertar a hoseok.

Me dirigí hacia su habitación...

— Hoseok... — estaba impresionado con quien lo acompañaba en la cama.

Ambos estaban dormidos y gracias a dios con ropa. Sin hacer ruido salí del cuarto dirigiéndome a la cocina, chanyeol no lo creería.

Me detuvo el timbre de la florería.

— Yo abro — me apresure.

Quede petrificado.

— Hola yoon... vengo por taehyung — era jimin el que había tocado.

Parecía que él no había bebido, se encontraba a las 7 de la mañana muy bien arreglado.

Cerré mi boca y con toda la madurez posible quise contestar.

— Esta dormido — hable con duda, aun no me cabía el volverle a ver era incomodo — ¿quieres que lo despierte? —

— Si me permites, su sueño es pesado y creo que yo puedo hacerlo — menciono con un sonrisa.

Incomodo por el momento, lo deje pasar. Le enseño no muy convencido la habitación de hoseok.

Él se queda parado sin abrir la puerta.

– ¿esta vestido, verdad? —

– Si... los dos —

En cuanto abra la puerta me retirare.

Jimin aún no ha tocado el picaporte. Su conducta es muy extraña. De repente se voltea hacia mí manteniendo una mirada apagada y confusa.

— Es un lugar muy acogedor — dice de repente.