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4-MÁS PROBLEMAS

Nuevo capítulo, siento el retraso, sé que tendría que haberlo subido el domingo, pero estuve liada. (Además, estoy intentando escribir el epílogo de "Maldito fantasma de la ópera" pero he tenido un gravísimo bloqueo con él.  Espero poder terminarlo en esta semana.)  Aquí lo teneis. Espero que lo disfruteis y como siempre, ideas, estrellitas, comentarios, teorías....

Empiezan a venirse cosas fuertes.


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"Entonces coge tus cosas, y vete de esta casa."

LENA

1 de Diciembre de 2024

Habían pasado tres semanas más. Kara había entrado en su octava semana de embarazo, lo que quería decir que ya estaba de dos meses. Gracias a Sam y Andrea, ya que teníamos que estudiar para los exámenes, Kara y yo pudimos vernos algo más estas semanas.

Kara seguía con náuseas, varias veces al día. Llamamos a Lucy y nos dijo que era normal, ya que al ser dos bebés, daban más guerra que uno solo. Kara también parecía cansada y aunque yo intentaba que se sintiera cómoda y tranquila en todo momento, empezó a tener cambios de humor.

Hoy habíamos quedado a comer de nuevo con su hermana y Maggie. Cuando llegamos, Alex nos abrió y abrazó a Kara.

-Alex: ¡Hola! ¿Cómo están mi hermana favorita y mis sobrinos, eh? – preguntó, tocando el vientre de Kara.

-Kara: Sólo tienes una hermana, Alex. Y tus sobrinos dan mucha guerra – dijo entrando directa al salón. Alex me miró.

-Alex: ¿Está bien?

-Lena: No. No lo está llevando nada bien. Tiene muchas náuseas y está muy cansada. Lucy dice que es normal, pero... Me preocupa.

-Alex: ¿Lucy?

-Lena: Su obstetra.

-Alex: Oh... Pasa.

Entré y Alex cerró la puerta. Me acerqué a Kara y la abracé por detrás, besando su cuello.

-Lena: Siéntate... - susurré en su oído.

-Kara: Lena, estoy bien – dijo apartándose – Sólo estoy embarazada, ¿vale? No me estoy muriendo.

-Lena: Lo siento, es que pareces agotada, cariño.

-Kara: Lo siento... - dijo acercándose de nuevo y besándome – Perdona, es que creo que me estoy volviendo loca, Lena. Esto no está siendo nada fácil. Te necesito a mi lado, y los pocos ratos que podemos pasar juntas no son suficientes.

-Lena: Lo sé... - dije abrazándola.

-Alex: Maggie vendrá enseguida. Tuvo que ir a ver a su padre.

Nos sentamos en la mesa a esperar y Maggie apareció diez minutos después.

-Maggie: Hola – dijo besando a Alex. Luego nos miró – hola chicas. Siento el retraso, ¿tenéis hambre?

-Kara: Sí, mucha.

-Maggie: Imagino. Ahora que tienes que comer por tres. – dijo sentándose en su sitio. – Dime Kara, ¿cómo lo llevas?

-Kara: Regular.

-Maggie: ¿Estáis seguras de esto, sabéis dónde os estáis metiendo?

-Alex: Maggie, no empieces. Te dije que no sacaras el tema.

-Maggie: Lo siento Alex, es que son muy jóvenes. Van a arruinar su vida por un calentón. Kara, quizás sería mejor que no tuvieras estos bebés y esperases unos años más antes de formar una familia.

-Kara: ¿Perdona?

-Alex: ¡Maggie!

-Maggie: Deberíais pensarlo mejor.

-Lena: No tenemos nada que pensar.

-Maggie: Vamos Lena, no puedes ser tan perfecta. ¿De verdad no te importa que Kara se haya acostado con un chico y se haya quedado embarazada? ¿En serio eres tan estúpida como para aceptar cargar con los hijos de otro?

-Lena: ¿Qué insinúas, Maggie?

-Maggie: No insinúo nada, Lena. Intento abrirte los ojos. Lo que ha hecho Kara no está bien – dijo mirando a Alex – No me mires así, Alex, ya te dije lo que opino del embarazo de tu hermana.

-Alex: Maggie para ya.

-Kara: Yo jamás engañaría a Lena con nadie. – dijo levantándose y poniéndose a mi lado.

-Maggie: ¿Y cómo explicas entonces eso, eh? – Señaló su vientre - ¿Magia?

-Lena: Concepción natural. Esos bebés son míos.

-Maggie: Claro... ¿y cómo se supone que ha pasado eso, eh?

-Lena: Ella tampoco lo sabe, ¿verdad? – pregunté mirando a Kara y a Alex, que negaron con la cabeza – Entiendo. – Me enfrenté a Maggie – Voy a resumirlo. Tengo pene, Maggie. Por eso pude dejar embarazada a Kara. No era mi intención que pasara, pero pasó. Y asumo mi responsabilidad. Así que no, no soy estúpida.

-Maggie: ¿Qué tienes qué? ¿Qué eres, un hombre?

-Lena: No. Soy una mujer con genitales masculinos. Se llama intersexualidad. Quizás deberías informarte un poco.

-Maggie: Eres un... Qué asco.

-Lena: ¿Asco? ¿Te doy asco?

-Alex: Maggie, basta. Estás hablando como tu padre.

-Maggie: Es que mi padre tiene razón en muchas cosas, Alex.

-Alex: ¿En qué cosas, exactamente?

En ese momento, vi que Kara se llevaba la mano al vientre, gritando.

-Kara: ¡Au!

-Lena: Kara... Mi amor, ¿qué pasa?

-Kara: Me duele...

-Lena: ¿Qué? Llamaré a mi madre y nos vamos a la clínica. Alex, lo siento...

-Alex: Voy con vosotras, os llevo en coche, vamos. – Miró a Maggie – No quiero verte aquí cuando vuelva, Maggie, se acabó, estoy harta de ti.

-Kara: Lena... - sollozó.

-Lena: Alex... Hay que darse prisa.

Fuimos hasta el coche y una vez allí, subí con Kara en la parte de atrás, abrazándola. Llamé a mi madre para contarle lo que ocurría y también a Lucy, la doctora de Kara. Cuando llegamos, la pasaron directamente a una consulta. Lucy me permitió entrar con ella, mientras Alex se quedaba fuera con mi madre. Revisó a Kara y tras unos minutos nos miró.

-Lucy: Kara, ¿estás teniendo mucho estrés últimamente?

-Kara: Sí, la verdad es que sí. Entre el embarazo, los exámenes, mi padre...

-Lucy: Vale, escúchame. Está todo bien, pero debes relajarte. Tanto estrés no es bueno, y el primer trimestre es la parte más delicada. Sobre todo en tu caso, ¿de acuerdo?

-Kara: ¿Entonces los bebés están bien?

-Lucy: Por ahora sí. Pero si sigues así, podrías perderlos. Tanto estrés no te conviene.

-Lena: Mi amor... - dije acariciando su espalda y mirando a Lucy - ¿Puedo hacer algo para ayudarla?

-Lucy: Dale mucho cariño. Algún masaje relajante. Llévala a pasear... Intenta que esté lo más tranquila posible.

-Lena: Puedo ayudarla a tranquilizarse respecto al embarazo y los exámenes, pero con lo de su padre...

-Lucy: Kara, hablo en serio, debes cuidarte más.

-Kara: Vale...

-Lucy: Os dejaré un rato a solas. – dijo saliendo.

En ese momento, Kara se derrumbó.

-Lena: Mi amor... - dije abrazándola.

-Kara: Me he asustado mucho, Lena.

-Lena: Yo también... Tranquila, ya ha pasado.

-Kara: Lo siento...

-Lena: No ha sido culpa tuya, cariño. Tranquila, vamos... Acabarás estresándote más, y eso no es bueno, ya lo has visto. Escúchame. Mañana no quiero que vayas a clase, ¿vale? Dile a tu madre lo que ha pasado, que le diga a tu padre que estás enferma. Pero no vayas. Quiero que descanses. ¿Me prometes que descansarás? – Kara asintió - ¿Sí? Bien... Tranquila, venga. No soporto verte así.

Cuando salimos, hablamos un rato con mi madre y Alex llevó a Kara a casa. Me habría gustado ir con ella, pero su padre estaba allí, así que no era una opción.

2 de Diciembre de 2024

Estaba terminando de recoger las cosas de mi taquilla y guardando otras, mientras Andrea estaba a mi lado.

-Andrea: ¿En serio piensas saltarte las últimas horas para ir a ver a Kara?

-Lena: Necesito ver que está bien, Andrea. Anoche la noté muy triste por teléfono.

-Andrea: ¿Y si te ve su padre allí?

-Lena: Está trabajando.

-Andrea: ¿Y si llega antes y te ve en el cuarto de su hija?

-Lena: Pues le diré que he ido a llevarle a Kara los deberes porque Sam no podía.

-Andrea: ¿Antes de acabar las clases? No va a colar, Lena.

-Lena: ¡Necesito verla, Andrea!- dije, cerrando la taquilla con un golpe. – Luego te llamo.

-Jack: Vaya... Menudo humor. ¿Qué pasa, Lena, que como hoy no está Danvers para que la molestes, no tienes con quién desahogarte?

-Lena: Piérdete, Jack. – dije empezando a caminar. Él me siguió.

-Jack: Vamos... Lena, ¿cuándo va a ser mi turno? Me estoy cansando de esperar...

-Lena: ¿Tu turno para qué?

-Jack: Para salir contigo.

-Lena: Nunca.

-Jack: Vamos Lena – dijo bloqueándome el paso – Te has tirado a medio instituto, ¿qué tienen los demás que no tenga yo, eh?

-Lena: ¿Perdona? Escúchame, Jack... Puede que haya salido con algunos de los chicos de este instituto, pero no me he acostado con ninguno.

-Jack: ¿Entonces eres virgen? Eso me gusta... Puedo enseñarte algunas cosas.

-Lena: Tampoco he dicho eso.

-Jack: Has dicho que...

-Lena: Que no me he acostado con ningún chico del instituto. Para tu información, Jack, y por si no lo sabes, existen más personas fuera de estas cuatro paredes. Además, tú no eres mi tipo. Eres demasiado...

-Jack: ¿Demasiado qué...?

-Lena: Demasiado joven.

-Jack: Vamos, sólo soy tres meses más joven que tú, cumplo los dieciocho el mes que viene. No es tanto tiempo.

-Lena: Lo sé, pero me gustan mayores que tú.

-Jack: ¿Cómo de mayores?

-Lena: Sólo un poco mayores que tú...

Jack me agarró del brazo.

-Jack: Estoy intentando hacer esto por las buenas, Luthor. O sales conmigo por las buenas, o...

-Lena: ¿Me estás amenazando, Jack? Sigue molestándome y te denunciaré por acoso. – dije soltándome con brusquedad.

-Jack: Acabarás siendo mía, Lena, te lo aseguro.

-Lena: Ya... Ya... No es la primera vez que lo dices. Adiós Jack.

Volvió a ponerse delante de mí.

-Jack: No me toques los huevos, Lena.

-Jack: Créeme Jack, no tengo ninguna intención de hacerlo. Qué asco. – dije siguiendo mi camino.

Salí del instituto mientras pedía un taxi. Sinceramente, debía empezar a plantearme seriamente sacarme el carnet de conducir. Hasta ahora no había tenido ninguna prisa, tampoco era algo que me emocionara. Pero ahora podría hacerme mucha falta si alguna vez tenía que ir con Kara o los bebés al hospital, como ocurrió ayer, y no había nadie que pudiera llevarnos. Cuando llegué a casa de Kara, llamé al timbre, esperando.

-Eliza: Lena... - dijo al abrir la puerta.

-Lena: Eliza... Siento presentarme así, pero necesito ver a Kara. Necesito ver que está bien.

-Eliza: Pasa... - dijo. Entré y ella cerró. – Kara está durmiendo. No pasó una buena noche, estaba muy nerviosa.

Contuve las ganas de llorar.

-Lena: No la despertaré, lo prometo. Sólo quiero verla. Por favor.

-Eliza: Claro, sube – dijo sonriéndome – Se alegrará de saber que viniste a verla.

Subí al cuarto de Kara y dejé mi mochila en el suelo, sin hacer ruido. Me acerqué a su cama y la miré. Parecía tranquila.

-Lena: Hola, mi amor... - susurré, inclinándome un poco para besar su cabeza. Luego me senté con mucho cuidado en la cama, apartándole el pelo del rostro. Estuve mirándola algunos segundos, hasta que la vi revolverse, inquieta- Sshhh... Tranquila, mi amor. Estoy aquí – dije acariciando su mejilla. No quería despertarla, así que mis movimientos eran lentos y suaves. Un rato después, saqué de mi mochila una rosa que había comprado por el camino para ella y uno de mis cuadernos. Escribí una pequeña nota y la dejé junto a la rosa, sobre su mesilla. – Descansa... Te amo, Kara.- dije besando su frente, cogiendo mi mochila y saliendo. Bajé las escaleras, intentando no llorar.

-Eliza: ¿Ya te vas?

-Lena: Sí. Necesita descansar y no quiero que se acabe despertando. Además, no quiero que el señor Danvers llegue antes de tiempo y me vea aquí.

-Eliza: Lena, ¿estás bien?

Negué con la cabeza.

-Lena: No. Quiero estar con ella, a su lado, ayudándola. Kara está pasando por esto casi todo el tiempo sola y yo me siento fatal por ello. – Empecé a llorar – Siento que la estoy fallando, que...

-Eliza: No la estás fallando – dijo abrazándome – Lena, estás siendo un gran apoyo para Kara. Ella sabe que si pudieras, estarías con ella cada segundo. Pero por culpa de mi marido no puede ser así.

-Lena: Eliza, si yo...

-Eliza: ¿Sí?

-Lena: No importa. Debo irme. ¿Me avisarás si pasa algo, verdad?

-Eliza: Claro que sí. – dijo y la miré.

-Lena: ¿Qué le dijo Alex al señor Danvers cuando trajo a Kara a casa?

-Eliza: Sólo que no se encontraba bien y había estado vomitando. Dijo que probablemente le había sentado mal la comida.

-Lena: Bien. Gracias... - dije marchándome.

KARA

2 de Diciembre de 2024

Me desperté pasada la hora de comer. Después del susto de ayer, estaba tan nerviosa, que era incapaz de dormirme. Alex se quedó hasta después de cenar para intentar calmarme y mi madre pasó la tarde y un par de horas por la noche a mi lado, hasta que tuvo que irse para que mi padre no la viese levantada en mi cuarto. Como no podía dormir, probé a escribir a Lena, aunque lo más seguro era que estuviese dormida. Para mi sorpresa, ella también estaba despierta y estuvimos escribiéndonos mientras mi madre me abrazaba. Poco después de que ella se fuera, el sueño me pudo y me quedé dormida.

Me senté en el borde de la cama para levantarme y en ese momento tuve que correr de nuevo al baño para vomitar.

-Eliza: ¿Kara? – Preguntó, entrando en el baño y acercándose para ayudarme – cielo...

-Kara: Mamá... Esto es horrible.

-Eliza: Lo sé, mi vida. Irá pasando, ya lo verás. – dijo ayudándome a levantarme cuando terminé de echar hasta los pulmones por la boca.

-Kara: He soñado que Lena estaba aquí – dije mientras volvía a la cama. – Soñé que me hablaba, y me acariciaba la mejilla.

-Eliza: No lo soñaste, cariño – dijo señalando hacia mi mesilla.

Miré y vi una preciosa rosa roja allí colocada. Me acerqué y la cogí, oliéndola. Después me fijé que había una nota. La abrí, leyéndola.

"Hola mi amor. No podía aguantar más sin verte y asegurarme de que estabas bien. Parecías tan triste por teléfono... Cuando vine estabas dormida y no quise despertarte. Siento mucho no poder quedarme y estar a tu lado. ¿Puedes llamarme o escribirme cuando despiertes? Te amo.

L."

-Kara: ¿Por qué no me despertó?

-Eliza: Porque necesitabas descansar, cariño. Y Lena lo sabe. Te dejaré para que la llames. – dijo saliendo.

Cogí mi teléfono y pulsé el número de Lena en la marcación rápida.

-Lena: Hola, mi amor...

-Kara: Hola... Gracias por la rosa, me encanta.

-Lena: ¿Te gusta?

-Kara: Mucho... ¿Qué haces? Pareces agitada.

-Lena: Correr. Necesitaba despejarme un poco, así que vine al gimnasio de casa y me puse a hacer algo de ejercicio.

Sonreí, imaginándome a Lena toda sudada y noté un cosquilleo familiar entre las piernas.

-Kara: Cómo me gustaría poder verte ahora.

-Lena: ¿Y tú cómo estás?

-Kara: Bien. Bueno, mejor. Aún estoy asustada y me gustaría que estuvieras aquí, pero...

-Lena: Lo sé... No hay nada que desee más, mi amor. El no verte hoy por los pasillos me estaba matando, así que me escapé para verte.

-Kara: Lo sé. Pensé que estaba soñando. Pero ahora sé que estabas aquí de verdad – dije sonriendo.

-Lena: Quiero que mañana también te quedes en casa, por mucho que me mate no verte.

-Kara: Ya estoy mejor...

-Lena: Lucy te dijo que tuvieras un par de días de reposo. Por favor, hazle caso, no queremos otro susto.

-Kara: No, no queremos... - dije enternecida.

Estuvimos hablando un rato más, en el que Lena me contó su encuentro con Jack, hasta que escuché llegar a mi padre y tuve que colgar. Después, llamé a Sam para hablar con ella también.

8 de Enero de 2025

Las semanas fueron pasando. Yo ya estaba de catorce semanas, poco más de tres meses. Las náuseas habían ido pasando, cosa que agradecí bastante. Llevaba ya un par de días sin vomitar, pero tenía otros síntomas, como no aguantar ciertos olores. Olores que antes me gustaban, ahora me hacían sentir enferma. Mi madre y Alex me estuvieron ayudando bastante y Lena cada vez estaba más pendiente. En la semana Diez pudimos escuchar los latidos de nuestros bebés y Lena se emocionó tanto que no pudo dejar de llorar durante toda la consulta.

Durante las vacaciones navideñas, habíamos podido vernos algo más, con la excusa de salir a buscar los regalos. Incluso habíamos empezado a mirar algunas cosas para los bebés. Lena no pudo evitar comprar unos zapatitos y un par de trajecitos que guardaba en su casa.

Durante las semanas anteriores, en el instituto, pude notar que la gente me miraba y cuchicheaba. Posiblemente ya sospechaban algo, ya que me habían visto correr por los pasillos más de una vez en dirección al baño para vomitar. Y aún más cuando llegué con una nota de mi madre pidiendo que me permitieran saltarme las clases de educación física.

Salí de la ducha y me miré en el espejo del baño, viendo cómo mi vientre ya empezaba a verse bastante abultado. Era evidente que no podría ocultarlo durante mucho más tiempo y eso me aterrorizaba. Mi padre se acabaría enterando y quién sabe cómo reaccionaría.

Salí del baño para empezar a vestirme en la habitación. Acababa de ponerme el pantalón y trataba de abrocharlo, sin demasiado éxito cuando la puerta se abrió.

-Jeremiah: Kara, hoy te llevaré yo al instituto tengo que ir a una reunión en... - dijo, mirándome.

Palidecí, cubriéndome lo más rápido que pude.

-Kara: ¡Papá, me estoy vistiendo! – Grité- ¿No sabes llamar?

-Jeremiah: Es mi casa, no necesito llamar a las puertas. Kara, déjame verte.

-Kara: ¿Qué? ¿Quieres verme medio desnuda?

-Jeremiah: Kara... - dijo acercándose y arrancándome la almohada con la que intenté cubrirme de las manos. Bajó la mirada hasta mi vientre. - ¿Estás embarazada, Kara?

-Kara: ¿Qué...?

-Jeremiah: ¡Respóndeme! – gritó. En ese momento, mi madre entró en el cuarto.

-Eliza: ¿Qué pasa?

-Jeremiah: Mira a tu hija... ¿No notas nada raro? – preguntó, sin darle tiempo a responder - ¡Mira su vientre, Eliza! ¡Tu hija está embarazada! ¡¿Verdad?!

Miré a mi madre, asustada.

-Kara: Sí.- susurré, esperando que mi padre me diera un bofetón en cualquier momento. Pero sólo hubo silencio.

-Eliza: Jeremiah...

-Jeremiah: Estás embarazada... - dijo, empezando a sonreír.

Mi madre y yo nos miramos, confusas.

-Eliza: ¿Jeremiah...?

-Jeremiah: Eso es maravilloso... ¿Sabes lo que significa eso, Eliza? Que Kara se ha acostado con un chico. Que por fin se ha olvidado de esa tontería de que le gustan las mujeres.

Miré a mi madre y ella negó con la cabeza. Pero yo ya no podía más con esta situación.

-Kara: No es de ningún chico.

-Jeremiah: ¿Cómo?

-Kara: No me he acostado con ningún chico, papá. Los bebés...

-Jeremiah: ¿Bebés...?

-Kara: Son de... Una chica.

-Jeremiah: ¿Una....? Kara, ¿pretendes que me crea que una chica te ha dejado embarazada?

-Kara: Es la verdad. Llevamos más de un año saliendo. Ella es...

-Jeremiah: ¡¿Acaso me tomas por imbécil, Kara?! – gritó, levantando la mano. Pero mi madre se puso delante.

-Eliza: Te está diciendo la verdad. Esa chica es intersexual, Jeremiah.

-Jeremiah: ¿Tú lo sabías...? ¡¿Sabías que estaba embarazada?! ¿Y qué demonios es eso de intersexual? ¿Una amante por internet?

-Eliza: Sí, lo sabía. Y no. La novia de Kara es una chica con genitales masculinos. Tiene pene, Jeremiah.

-Jeremiah: Novia... Espera... - dijo mirándome - ¿Tu madre y tú me estáis diciendo... que te acostaste con una chica... Que esa chica tiene pene... y ella te ha dejado embarazada?

-Kara: Sí.

-Jeremiah: ¿Quién es esa chica?

-Kara: No voy a decírtelo.

-Jeremiah: ¡¿Quién es, Kara?!

-Kara: No te lo voy a decir. Te conozco, y no pienso dejar que la ridiculices y la humilles.

-Jeremiah: No vas a tener a esos bebés.

-Kara: ¿Qué?

-Eliza: Ya es tarde para eso, Jeremiah.

-Jeremiah: Entonces coge tus cosas, y vete de esta casa.

-Kara: ¿Me estás echando?

-Jeremiah: No quiero tenerte aquí. Ni a ti, ni a esas... cosas que tienes ahí dentro. Me das asco, Kara.

-Kara: Pero, papá...

-Jeremiah: Cuando vuelva a casa esta tarde, no quiero verte aquí – dijo saliendo, furioso.

-Kara: Mamá...- dije. Mi madre se acercó, abrazándome.

-Eliza: Llamaremos a tu hermana para que te quedes con ella. Tranquila, cariño.- Me aparté y me senté en la cama, notando que empezaba a faltarme el aire y me llevé la mano al vientre. – Kara... Kara, cielo, tranquila...

-Kara: Llama a Lena...

-Eliza: Cielo.

-Kara: Llámala... Por favor... Dile que venga.

-Eliza: Está bien – dijo cogiendo mi teléfono y llamando a Lena. Escuché que también llamaba a mi hermana. Me tumbé en la cama, intentando calmarme. Oí que llamaban a la puerta algo después. Mi madre bajó a abrir y sentí a alguien subir corriendo por las escaleras.

-Lena: ¡Kara! – Dijo acercándose a mí – Kara, cariño... ¿Estás bien? – Acarició mi vientre – Tranquila, respira... Estoy aquí, tranquila... Eso es... - dijo, cuando empecé a calmarme un poco. – Eso es, mi amor... ¿Puedes levantarte? Nos vamos ahora mismo a la clínica.

-Kara: Estoy bien, sólo...

-Lena: No, no estás bien... ¿te duele?

-Kara: No...

-Lena: ¿Qué ha pasado?

-Kara: Mi padre lo sabe. Entró cuando me estaba cambiando y vio mi vientre... Al principio pareció alegrarse. Pero fue porque pensó que me había acostado con un chico. Cuando le dije que eran de una chica intersexual... Quiso que me deshiciera de ellos.

-Lena: ¿Qué...? ¿Te hizo algo, Kara?

-Kara: No. Mi madre le dijo que ya era tarde para eso y entonces él... Me echó de casa.- dije, empezando a llorar de nuevo.

-Lena: Tranquila... - dijo abrazándome – Kara, debes calmarte, ¿sí? Esto no es bueno para ti. Ni para ellos.

En ese momento, Alex y mi madre entraron en la habitación.

-Alex: Kara... - dijo acercándose.

-Lena: Deberíamos llevarla a la clínica de mi madre. No quiero que pase lo de la otra vez. Alex, ¿puedes llevarnos?

-Alex: Claro.

-Kara: Mi ropa ya no me entra...

-Lena: ¿Tienes un pantalón deportivo?

-Kara: Debe haber alguno en el armario...

Vi que Lena se acercaba al armario y rebuscaba entre mi ropa, sacando un pantalón de chándal que solía usar para estar por casa.

-Lena: Ponte esto... - dijo ayudándome a levantarme - ¿Necesitas ayuda?

-Kara: Creo que sí – dije sentándome en el borde de la cama. Alex me quitó el vaquero que no había conseguido abrocharme y Lena me ayudó a ponerme el otro pantalón. Me puse de pie, sujetándome a ella, temblando.

-Lena: Eso es... - dijo acariciando mi vientre – Alguien va a tener que ir de compras hoy...

-Kara: No creo que tenga tiempo para eso. Mi padre quiere que me vaya antes de que él vuelva.

-Alex: Espera, ¿qué...?

-Eliza: Tu padre la ha echado de casa.

-Alex: ¡¿Pero cómo puede ser tan cabrón?! Kara, te quedas conmigo. – dijo. – Me vendrá bien un poco de compañía ahora que Maggie no está.

Me miró. Alex y Maggie rompieron el mismo día que ella y Lena discutieron en su casa, el día que tuvimos que ir corriendo a la clínica. Sabía que Alex no lo estaba pasando bien. Llevaban juntas tres años.

Al principio, me sentí muy culpable porque hubieran roto. Pensé que yo tenía la culpa. Pero Alex me dijo que no. Que llevaban meses discutiendo por todo. Que Maggie cada vez se parecía más a su padre y él no hacía más que comerle la cabeza con sus ideas políticas. Pero lo que más le dolió a Alex, era que Maggie no quería hijos. Al principio, mi hermana lo aceptó, con la esperanza de que cambiase de idea. Cuando le contó que yo estaba embarazada, esperó que Maggie se alegrase y le entrasen ganas de ser madre con Alex, pero fue todo lo contrario.

Alex me secaba las lágrimas mientras Lena seguía sujetándome.

-Lena: No. Kara vendrá conmigo.

-Alex: ¿Contigo?

-Lena: Hablaré con mi madre, no creo que le importe. En casa hay sitio de sobra. Incluso podemos poner una cama más grande en mi habitación y compartirla. Al menos hasta que podamos encontrar algo para nosotras y los bebés. Kara y yo llevamos demasiado tiempo separadas. Ella lo está pasando mal con el embarazo y yo lo estoy pasando mal de no poder estar con ella, cuidándola y tratándola como merece. Vamos a tener dos bebés juntas, lo justo es que las dos pasemos por todo esto y lo disfrutemos juntas. Porque quiero que Kara lo disfrute, no quiero que siga sufriendo ni un solo minuto más. – Dijo, mirándome a los ojos.

-Kara: ¿Seguro que a tu madre no le importará?

-Lena: Cuando le contemos lo ocurrido, lo dudo. Además, quiero llevarte a Metrópolis para que conozcas a mi padre en persona, Kara. Será más fácil si vives conmigo.

-Kara: ¿A tu padre? – pregunté.

Había hablado con el padre de Lena un par de veces por teléfono, cuando Lena le dijo que estábamos saliendo. Lena y él solían hablar a menudo, pero él apenas tenía tiempo libre para poder visitarla debido a su trabajo. Era un cirujano muy solicitado, director del hospital de Metrópolis y dueño de una clínica propia. Adoraba su trabajo, pero apenas tenía tiempo para su familia. Por eso, cuando le enviaron a Metrópolis y Lillian no quiso ir con él porque no quería dejar su clínica en National City, ambos acordaron divorciarse de forma amistosa. Pues ambos entendían cuanto amaban cada uno sus trabajos. Aunque Lionel estaba muy presente en la vida de Lena. La llamaba casi a diario. Lena solía ir a verle en navidades, pero este año no había ido para quedarse conmigo. Por lo visto, se alegró mucho cuando Lena le dijo que iba a ser abuelo y le dijo que contásemos con él para lo que fuera.

-Lena: Está deseando conocerte, mi amor. Si vienes a vivir conmigo, tu padre no podrá controlar lo que haces. Cuándo entras, o sales, con quién, dónde vas... Eso se acabó. Sé que tú la cuidarías muy bien, Alex, y que Kara tendría total libertad contigo. Pero necesito tenerla a mi lado. Me estoy perdiendo el ver crecer a nuestros bebés dentro de ella cada día. Y no quiero seguir perdiéndome eso.

-Alex: A mí me parece bien. Si Kara quiere...

-Kara: Sí. Me encantaría.

-Alex: Bien, entonces... Primero vamos a la clínica. Si todo está bien, os llevaré a Lena y a ti a clases. Volveré y recogeré algunas de tus cosas para llevarlas a casa de Lena. Después de las clases, si te sientes con ganas, iremos a comprarte ropa.

-Lena: Vamos... - dijo sonriéndome.

LENA

Cuando Eliza me llamó y me contó que Kara había discutido con su padre y que no estaba bien, salí corriendo hacia casa de Kara. Ni siquiera llamé a un Taxi, pues no quería perder tiempo esperándolo. Corrí durante casi quince minutos hasta que llegué. Cuando Eliza me abrió la puerta, tiré mi mochila al suelo y subí directa al cuarto de Kara. Me preocupé al verla en la cama y con el pantalón desabrochado, pero cuando me dijo que no sentía dolor, me relajé.

Cuando Kara me contó lo ocurrido con su padre, se me partió el alma por verla así. Sabía que, a pesar de todo, en el fondo, Kara le quería y que le dolía que él la tratase así.

De camino al hospital en el coche de Alex, abracé a Kara, en silencio. Alex y Eliza iban hablando, pero yo no prestaba atención. Sólo podía mirar a Kara y su cara de tristeza. Deseaba poder cambiarme por ella, ser yo quien estuviera sintiendo ese dolor. Kara no lo merecía. Y menos ahora.

Cuando llegamos, llevé a Kara directamente a la consulta de Lucy. Tuvimos que esperar, porque estaba atendiendo a otra paciente. Mi madre debió enterarse de que estábamos allí, porque fue a buscarnos.

-Lillian: Lena... ¿Qué ha pasado...? Kara, ¿estás bien, cielo?

-Lena: El padre de Kara la ha echado de casa. Mamá, ¿puede...?

-Lillian: No tienes que preguntarlo, Lena. Claro que puede quedarse.

-Eliza: Gracias, Lillian – dijo acercándose a saludarla.

-Lillian: No tienes que agradecérmelo Eliza. También son mis nietos. Y quiero a Kara como si fuera mi hija. Quiero que Alex y tú sepáis que podéis ir a verla cuando queráis, siempre seréis bien recibidas en nuestra casa – dijo sonriéndolas.

-Alex: Gracias Lillian.

Mi madre conocía a la madre y a la hermana de Kara porque nosotras nos encargamos de presentarlas cuando empezamos a salir. Todas aceptaban nuestra relación y nos apoyaban y pensamos que estaría bien que se conocieran en persona. Desde el primer momento, mi madre se llevó bien con la madre y la hermana de Kara.

Además, nuestras madres ya se conocieron hacía unos años, cuando mi madre compró a Eliza un cuadro para colgar en la clínica, que ella misma había pintado, antes de que su marido le prohibiera seguir dedicándose a eso. Kara había heredado el amor por el dibujo y la pintura de su madre, hasta que su padre se encargó de destruirlo obligándola a ir a clases de dibujo para que estudiase arquitectura. Kara me contó todo eso con lágrimas en los ojos a los pocos días de empezar a salir. Después, vi que la vida de Kara no era nada fácil y ahora, hoy, entiendo por qué Kara intentó suicidarse aquél día.

Mientras esperábamos, vi que Kara jugueteaba con el colgante del gatito que le regalé por su cumpleaños. Sonreí y acaricié su rostro, besándola en la mejilla.

En ese momento, Lucy salió.

-Lucy: Kara... Pasa. – dijo – Lena, ¿entrarás con ella?

-Lena: Sí.

-Alex: ¿Nosotras podemos entrar? – preguntó, señalándose a sí misma y a Eliza.

-Lucy: ¿Y ustedes son...? – preguntó, mirando a Alex de arriba abajo y medio sonriendo.

-Alex: Soy su hermana. Y ella es nuestra madre.

-Lucy: ¿Kara...?

Kara sólo asintió y entramos las tres con ella, mientras mi madre me pidió que fuera a verla cuando acabásemos en la consulta.

Una vez dentro, Lucy revisó a Kara y le hizo algunas preguntas. La madre de Kara le contó lo ocurrido y Lucy dijo que Kara no podía seguir así o acabaría perdiendo a los bebés. Al parecer, Kara no estaba cogiendo todo el peso que debía, y eso le preocupaba. Kara cogió mi mano y yo la sonreí, intentando calmarla.

-Lena: Kara se vendrá a vivir conmigo – dije – No tendrá que seguir aguantando tanto estrés. Me encargaré de que coma bien y esté tranquila. Voy a cuidarla como se merece.

-Lucy: Estoy segura de que lo harás. Kara, por favor, necesito que comas mejor, ¿de acuerdo? Que descanses lo suficiente, que intentes estar tranquila. Sé que es muy difícil, teniendo en cuenta tu situación, pero debes intentarlo.

-Kara: Sí...

Durante la más de media hora que estuvimos allí, vi cómo Alex y Lucy se miraban la una a la otra. Lucy le recomendó a Kara que procurase tener algo de reposo después de las clases y que si notaba cualquier molestia, por pequeña que fuera, la avisara de inmediato.

-Lena: Voy a ver a mi madre, espera aquí – dije cuando salimos. Kara asintió y se sentó en uno de los sillones de la sala de espera. Me acerqué a su oído – Para entretenerte, puedes picar un poco a tu hermana. Creo que Lucy le gusta. ¿Te has fijado en cómo se miraban ahí dentro? – Kara sonrió y acaricié su rostro – Vuelvo enseguida.

-Alex: Claro.

Tras hablar con mi madre sobre lo que había dicho Lucy, volví al a sala de espera, donde Kara y Alex parecían discutir en voz baja mientras Eliza se reía.

-Lena: Listo, podemos irnos.

-Kara: ¿Podemos saltarnos las clases hoy? No tengo la cabeza para...

-Eliza: Claro cielo.

-Alex: Iremos a comprarte ropa.

-Lena: Y a tomar un batido. Ya has oído a Lucy, tienes que coger más peso y alimentarte mejor. Un batido de chocolate no creo que te siente mal.

-Kara: Ñam... - dijo riéndose.

MIKE

8 de Enero de 2024

Estaba saliendo de clase, cuando vi que el padre de Kara me había enviado un mensaje diciendo que fuera a su oficina al terminar. Subí en la moto y conduje hasta allí. Al llegar, entré directamente.

-Mike: Señor Danvers, ¿quería verme?

-Jeremiah: Sí. Siéntate. – Lo hice y lo miré. –Kara está embarazada. ¿Tú sabías algo?

-Mike: ¿Qué...? Joder, ¿en serio? Entonces es cierto...

-Jeremiah: ¿Qué es cierto?

-Mike: Bueno, en el instituto lleva unas semanas corriéndose el rumor de que Kara estaba embarazada. Hay gente que la ha visto correr por los pasillos hacia el baño en varias ocasiones. Y a veces faltaba a clase. Yo creía que sólo había cogido algunos kilos de más, como le gusta tanto el dulce... Pero no pensé que... ¿Quién es el padre del bebé?

-Jeremiah: De los bebés. Y eres tú.

-Mike: ¿Yo? ¿Kara le ha dicho eso? ¡Si ni la he tocado! ¡Kara me odia, ya lo ha visto, no me deja ni acercarme a ella!

-Jeremiah: Lo sé. Pero vas a decir que eres tú.

-Mike: ¿Por qué?

-Jeremiah: Porque, por lo visto... Mi hija se ha acostado con una chica que tiene pene y ella la ha dejado embarazada.

-Mike: ¿Con una...? ¿Eso existe?

-Jeremiah: Por lo visto sí. Así que Mike, si no quieres quedar humillado, cuando todo el mundo sabe que llevas años detrás de mi hija, pero que una chica con pene te la ha ganado y la ha dejado embarazada, te encargarás de decir que tú eres el padre de esos bebés.

-Mike: ¿Y yo qué gano con eso?

-Jeremiah: Aparte de ahorrarte la humillación, a mi hija. – Dijo – Anunciaré que tras saber del embarazo os prometisteis y vais a casaros cuando acabéis el instituto.

-Mike: ¿Qué...? Kara no querrá. Además, ya es mayor de edad, no puede obligarla, todo el mundo lo sabe.

-Jeremiah: Kara me obedecerá, si no quiere perder a esos bebés.

-Mike: ¿Perderlos?

-Jeremiah: Eres libre de hacer lo que quieras con Kara, Mike. Pero quiero que mañana todo el instituto sepa que tú eres el padre de esos bebés.

-Mike: ¿Lo que quiera...? – Pregunté sonriendo - ¿Eso incluye...?

-Jeremiah: ¿Follártela? Por supuesto. Tendrás que hacerlo si quieres que todos te crean. Puedes grabarlo y pasárselo a todo el instituto si quieres. Me da igual. Pero no quiero que la gente sepa que mi hija se quedó embarazada de una... de ese fenómeno, sea quien sea. Y por cierto, quiero que te encargues de averiguar quién es esa chica.

-Mike: Claro, pero...

-Jeremiah: Hazlo, y me encargaré de que tengas la vida que siempre has querido junto a Kara. Pagaré vuestra boda, os compraré una casa, incluso te compraré una moto nueva si lo deseas. Pero quiero saber quién es esa chica.

-Mike: Cuente con ello, señor Danvers.

-Jeremiah: Bien. Puedes irte.

Asentí y salí de allí, subiéndome en la moto y conduciendo hasta casa. Una vez allí, empecé a pensar en cómo hacer correr el rumor de que los bebés de Kara eran míos.

LENA

9 de Enero de 2025

-Kara: ¿Estás segura, Lena? – preguntó, cogiendo mi mano. Estábamos escondidas en un callejón cerca del instituto.

-Lena: Kara, ahora vivimos juntas. ¿Qué importa que nos vean llegar juntas?

-Kara: Pero....

-Lena: Tu padre ya lo sabe. Y antes o después, lo sabrá todo el mundo.

-Kara: Puede que sepan de mi embarazo, pero no que estos bebés son tuyos. No quiero que se metan contigo, Lena.

-Lena: Que digan lo que quieran, no me importa – dije besándola- Vamos...

-Kara: Uf, amor... aparta un poco, ¿te has echado perfume, o te has revolcado con los restos de la basura?

-Lena: ¿Qué...? Kara, cariño, no es perfume, es colonia, y te encanta que use esta concretamente. Siempre dices que te vuelve loca.

-Kara: Pues ahora no lo soporto. Aparta, por favor...

Suspiré y empezamos a caminar hacia el instituto. Al entrar, Jack spheer se acercó a mí, que iba algo más adelantada. Kara se quedó algo más atrás porque decía que realmente no soportaba el olor de mi colonia.

-Jack: Eh, Lena, ¿Ya te has enterado?

-Lena: ¿Enterarme de qué? – pregunté. En ese momento, vi que todo el mundo miraba a Kara, cuchicheaba y se reía.

-Jack: De que Danvers si está embarazada. Y que el padre de los bebés es Mike Matthews.

-Lena: ¿De dónde has asacado eso?

-Jack: Ha salido esta mañana en la portada de Catco – dijo, entregándome la revista. En la portada había unas fotos de Kara y Mike y un titular que decía: "La hija de Jeremiah Danvers, embarazada de gemelos. El padre de los bebés es Mike Matthews y ambos han decidido casarse en Agosto".

-Lena: ¿Pero qué...?

Miré a Kara, que parecía agobiada. Quise acercarme a ella, pero Kara empezó a correr y Jack me detuvo.

-Jack: ¿No te parece increíble? ¡Encima dos bebés! Se lo tenían muy calladito. Pero es evidente que ya no podía ocultarse más.

-Lena: Vete a la mierda, Jack – dije intentando alejarme.

-Jack: ¿Dónde vas?

-Lena: A buscar a Kara.

-Jack: ¿Por qué, ahora sois amigas? Si no os soportáis.

-Lena: Aparta, Jack.

-Jack: ¿Y si no...?

-Lena: Te apartaré yo de una patada.

-Sam: ¡Lena!

-Lena: Sam...

-Sam: ¿Y Kara?

-Lena: No lo sé, entramos juntas, pero se fue corriendo hacia el baño. Todo el mundo la miraba, parecía bastante afectada.

-Winn: ¿Vosotras sabíais que Kara y Mike estaban juntos y que ella estaba embarazada?

-Sam: Ahora no, Winn. Voy a buscar a Kara.

-Winn: ¿Por qué siempre soy el último en enterarse de las cosas? ¡Sam, espera, voy contigo!


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