3-UNA DECISIÓN DIFÍCIL
Os dejo con un nuevo capítulo. Como siempre, espero que os guste, que lo voteis, comenteis.... Vamos, el mismo rollo que os suelto siempre (y que casi nunca funciona :D )
Disfrutadlo y por favoooooor COMENTAAAAAR. Que de verdad, me encanta leer los comentarios que dejais, que me animais el día cuando los leo, que algunos son para enmarcarlos porque me puedo tirar horas riéndome al acordarme de alguno en concreto.
Pues lo dicho, os dejo con el capítulo. Y ya sabeis, imaginaros a Kara y Lena con 18 y 19 años jajaja
------------------------------------------------------------------------------------------------------------------------
"¡¿Fuisteis a la guerra sin chaleco antibalas?! Y claro, Lenito disparó sin control y dejó una víctima."
KARA
25 de Octubre de 2024
Vi cómo amanecía a través de la ventana de Lena. Yo seguía abrazada a ella y ella seguía acariciando mi brazo con suavidad. Ninguna durmió, ninguna dijo nada en toda la noche. Sólo Lena de vez en cuando me preguntaba si estaba bien y yo me limitaba a asentir con la cabeza. Me aparté de Lena, levantándome.
-Lena: ¿Estás bien?
-Kara: Tengo que hacer pis.
-Lena: Vale. Te espero aquí.
-Kara: Amor...
-Lena: ¿Sí?
-Kara: Gracias. Por quedarte conmigo.
Lena se levantó y se acercó a mí.
-Lena: Siempre estaré contigo. ¿Tienes hambre? Puedo prepararte algo para desayunar. – Dijo y negué con la cabeza – Kara, tienes que comer algo. Por favor. Anoche apenas cenaste.
-Kara: ¿Un poco de leche?
-Lena: De acuerdo. ¿Quieres que te espere?
-Kara: Sí. Siento que si me quedo sola, empezaré a llorar de nuevo.
-Lena: Entonces ve, estaré aquí.
Entré al baño y salí poco después, acercándome a Lena, que volvió a rodearme con su brazo. Estaba asustada, aterrada más bien, pero con Lena me sentía segura y sentirla cerca me ayudaba a relajarme lo suficiente como para no perder el control y empezar a gritar y tirar cosas por todas partes.
Bajamos a la cocina y allí estaba la madre de Lena hablando por teléfono.
-Lillian: Gracias Sandra... - dijo colgando y mirándonos- Ya están los resultados.
-Lena: ¿Y...? – preguntó mientras yo me abrazaba más a ella.
-Lillian: Estás embarazada, Kara.
-Lena: ¡Kara! – gritó, sujetándome. De no haber sido por ella, me habría ido al suelo. Las piernas no me sostenían. Empecé a temblar, pegándome más a Lena, buscando su contacto – Tranquila, mi amor.
-Lillian: ¿Sabes de cuánto...?
-Lena: Tres semanas – dijo.
-Lillian: Bien, pasaremos por la clínica para ver los resultados con más detalle. Aún es pronto, pero también te haré una ecografía para ver que todo está bien y... Kara, ¿quieres que hable con tu madre?
-Kara: No. Yo... Yo creo que... Debería hacerlo yo y...
-Lena: Iré contigo.
-Kara: ¿Lo harás?
-Lena: Soy tan responsable como tú de esto. Puede que incluso más. No voy a dejar que lo hagas tú sola.
-Kara: Gracias... - dije intentando levantarme. Lena me ayudó y me senté en una de las sillas.
-Lillian: Lena, vosotras id desayunando. Yo voy a vestirme. Supongo que hoy no iréis a clase.
-Lena: No lo creo.
-Lillian: Está bien.
Cuando la madre de Lena se fue, Lena cogió una silla, sentándose frente a mí y acariciando mi mejilla.
-Lena: Kara...
-Kara: ¿Qué vamos a hacer, Lena?
-Lena: No lo sé. ¿Tú qué...?
-Kara: No lo sé. Ahora mismo estoy muy confundida. Debería llamar a mi madre y a Alex. Quiero que mi hermana también esté. Quiero decírselo antes de que mi padre vuelva, y...
-Lena: Vale, escucha. Iremos poco a poco. Primero, vamos a desayunar, nos daremos una ducha, nos vestiremos e iremos a la clínica. Después, cuando hayamos terminado allí, iremos a tu casa y hablaremos con tu madre y con Alex.
-Kara: ¿Y luego?
-Lena: Luego hablaremos nosotras. Y hablaremos a solas, pensando las cosas, decidiendo por nosotras mismas, no dejando que nadie influya en nuestra decisión, sea cual sea. Pero decidiéndolo juntas. ¿Sí?
-Kara: Sí.
-Lena: Bien... - dijo levantándose. Preparó un par de vasos de leche y los dejó sobre la mesa. Luego volvió a sentarse a mi lado, cogiendo mi mano y sonriéndome. La miré mientras ella escribía algo en su teléfono. Sabía que ella estaba tan asustada como yo, pero me impresionaba cómo mantenía la calma en este momento en el que yo, lo único que sentía que podía hacer era derrumbarme y llorar. Llorar durante horas, puede que días.
Después de desayunar, ducharnos y vestirnos, fuimos de nuevo a la clínica. Nos dirigimos directamente a la consulta de Lillian y entramos. Nos sentamos en las mismas sillas del día anterior y cogí la mano de Lena con fuerza mientras Lillian revisaba los resultados en su ordenador.
-Lillian Vaya...
-Kara: ¿Qué?
-Lillian: Nada, es sólo que... - miró a Lena rápidamente y luego a mí de nuevo- Quiero asegurarme de algo. Kara, túmbate en la camilla y levántate la camiseta.
-Lena: ¿Ocurre algo malo?
-Lillian: Eso depende.
-Lena: ¿De qué?
-Lillian: De vuestro criterio.
-Kara: No entiendo...
Me tumbé en la camilla y Lena se quedó a mi lado, cogiendo mi mano.
-Lillian: Esto va a estar un poco frío, Kara – dijo echando u gel sobre mi vientre. Me tensé un poco al notar que, efectivamente, estaba más frío de lo que esperaba. Lillian cogió el transductor y empezó a pasarlo por mi vientre, con movimientos lentos.
-Lena: ¿Qué pasa, mamá?
-Lillian: Los niveles de hcg de Kara son un poco altos para estar sólo de tres semanas. A no ser que...
-Lena: ¿A no ser qué...?
-Lillian: Que sean dos bebés.
-Kara: ¡¿Dos?!
-Lena: ¡¿Dos?! ¿Estás segura, mamá?
-Lillian: No, aún es muy pronto para ver nada, habrá que esperar una o dos semanas más para poder ver algo con claridad.
-Lena: ¿Con el otro ecógrafo tampoco puedes saberlo?
-Kara: ¿El otro?
-Lena: Sí, uno que es vaginal, creo.
-Lillian: Creo que hablo demasiado contigo de mi trabajo- dijo riéndose – Aunque veo que prestas atención.
-Lena: Sí, bueno. Me parece interesante.
-Kara: ¿Entonces hay que esperar?
-Lillian: Sí – dijo, limpiándome el gel del vientre – Ya puedes levantarte. Esperaremos dos semanas más. Que estás embarazada es seguro, Kara, en eso no hay ninguna duda. Y por mi experiencia, podría decirte casi al cien por cien que son dos bebés.
-Kara: Mi padre me va a matar... - dije mirando a Lena – Si con uno ya lo tenía seguro, con dos aún más.
-Lena: Tranquila. Mamá, ¿qué... qué hacemos ahora?
-Lillian: Primero pensar qué queréis hacer. ¿Queréis tenerlos?
-Lena: Pues...
-Kara: Tenemos que pensarlo – dije mirando a Lena. Su rostro pareció cambiar durante un segundo. ¿Acaso ella sí los quería? Recordé que parecía contenta cuando se lo dije, pero... –Lena, amor... ¿Tú quieres...?
-Lena: Ahora no. Recuerda lo que te dije antes. Solas y juntas.
-Kara: Vale...
-Lillian: Mientras voy a abrirte una ficha y a recetarte algunas vitaminas y cosas que necesitarás tomar. Te daré una cita para dentro de dos semanas.
-Kara: Sí.
-Lillian: ¿Vas a decírselo a tu madre?
-Kara: Sí. La llamaré ahora. Y le mandaré un mensaje a mi hermana. Quiero que esté presente.
-Lillian: ¿Quieres que os acompañe? Puedo cancelar mis citas de la mañana y...
-Kara: No. Lena estará conmigo. Pero gracias.
-Lillian: De acuerdo.
-Lena: Mamá, le mande un mensaje a Andrea y le dije que había cogido ese virus estomacal que hay por ahí y que no iría a clase, ¿podrías hacerme el justificante?
-Lillian: Claro.
-Lena: Tú deberías decirle lo mismo a Sam, Kara.
-Kara: Sí.
Después de responder algunas preguntas que me hizo la madre de Lena y de que me diese algunas recetas, y un montón de papeles, salimos de la consulta.
LENA
26 de Octubre de 2024
Tras salir de la consulta, Kara se sentó en la sala de espera.
-Lena: ¿Estás bien? – me agaché frente a ella, preocupada.
-Kara: No. Lena, esto es... Ya has oído a tu madre. Los síntomas empezarán pronto. La gente del instituto empezará a hablar y...
-Lena: Que les den, Kara. Que hablen.
-Kara: Lena, no saben que estamos juntas, ni que tú eres... Pensarán que soy una puta que se ha acostado con el primero que se le ha puesto por delante y se ha quedado embarazada.
-Lena: Bien, pues que lo piensen. ¿Y qué? Tú y yo sabemos la verdad, y con eso es suficiente. Y si tengo que contar la verdad delante de todo el instituto, pues lo haré, Kara. Me importa una mierda lo que piensen de mí los demás. A mí sólo me importa lo que pienses tú.
-Kara: No... Te destrozarían, Lena, te machacarían, te...
-Lena: Podría soportarlo si sé que tengo tus brazos esperándome para darme un abrazo.
-Kara: Amor... - dijo acariciando mi mejilla.
-Lena: ¿Dónde quieres decírselo a tu madre y a tu hermana?
-Kara: Me gustaría hacerlo en casa, pero si nos ve algún vecino, le dirán a mi padre que estuviste allí y...
-Lena: Diles que vayan a la mía.
-Kara: ¿Segura?
-Lena: Sí. Venga, llámalas.
-Kara: No. Si las llamo, me pondré a llorar y...
-Lena: Pues envíales un mensaje. – dije, pidiendo un taxi mientras Kara enviaba los mensajes - ¿ya?
-Kara: Sí.
Cuando el taxi avisó de que estaba en la puerta, salimos. Subimos en la parte trasera y Kara fue mirando el montón de papeles que mi madre le había dado. Al ver su cara, me preocupé.
-Lena: ¿Qué pasa?
-Kara: Aquí hay un montón de cosas que dice que no puedo comer o que debería comer menos. Lena, no puedo comer mucho dulce. Ni sushi...
Me reí, pero al ver su carita de pena, paré.
-Lena: Lo siento. Es que has puesto una carita...
-Kara: No te rías de mí – dijo haciendo un puchero.
-Lena: No lo hago.
Cuando llegamos, nos sentamos en el sofá del salón a esperar. Kara seguía mirando los papeles.
-Kara: Lena – dijo mirándome.
-Lena: ¿Qué?
-Kara: ¿No estás asustada?
-Lena: No – dije abrazándola – Estoy aterrada, como tú. Pero si las dos entramos en pánico y perdemos los nervios a la vez, esto será un caos – bromeé, intentando calmarla.
-Kara: Dos bebés, Lena. – dijo apoyando la mano en su vientre, aún plano. Ese gesto me enterneció.
-Lena: No es seguro.
-Kara: Tu madre ha dicho que está segura casi al cien por cien.
No sabía qué decir. Seguía mirando la mano de Kara sobre su vientre. Ella no se daba cuenta, pero yo ya la estaba imaginando con su vientre grande y redondeado, tumbada a mi lado, y las dos acariciándolo.
-Lena: Joder... - dije, al notar una presión familiar en mis pantalones.
-Kara: ¿Lena? Amor, ¿qué pasa?
-Lena: Nada, lo siento, yo...
-Kara: ¿Eso es..? – preguntó, mirando el bulto que cada vez era más grande.
-Lena: Lo siento, es que...
-Kara: ¿Qué ha pasado? Ni siquiera te he tocado.
-Lena: No necesitas tocarme para que esto pase. Debería ocuparme de esto antes de que lleguen tu madre y tu hermana.
-Kara: ¿Necesitas ayuda?
-Lena: ¡No! No, tú... quédate ahí, no sea que... No tardo – dije corriendo hacia al baño.
Corrí hacia el baño y me apoyé en el lavabo, echándome agua fría por toda la cara. Empecé a pensar en cualquier cosa que pudiera bajarme la erección. Tras cinco dolorosos minutos, lo conseguí. Salí del baño y vi que Kara seguía en el sofá. Iba a preguntarle si quería comer algo cuando el timbre sonó y Kara se tensó, levantándose del sofá de un salto.
-Kara: Son ellas.
-Lena: Eh, tranquila. Ellas te quieren. Y nos apoyan.
-Kara: No sé si nos apoyarán con esto.
-Lena: Lo harán. Porque te quieren, Kara. Tranquila – dije besándola y alejándome para abrir – Eliza, Alex, hola.
-Eliza: Hola Lena. ¿Kara y tú no deberíais estar en clase?
-Lena: Bueno, es que...
-Alex: ¿Se os pegaron las sábanas y decidisteis faltar todo el día?
-Lena: No, no es eso. Pasad. – Tras dejar los abrigos y los bolsos en la entrada, fuimos al salón y vi que Kara seguí allí de pie, completamente tiesa y muy, muy blanca. Me acerqué a ella, preocupada – Kara...
KARA
Me quedé en silencio, mirando a mi madre y a mi hermana, sin saber qué decir.
-Kara: Hola... Mamá... - dije tragando saliva y cogiendo la mano de Lena con fuerza.
-Eliza: Kara, cielo, estás muy pálida, ¿te encuentras mal? – se acercó, tocando mi frente – hija, estás helada.
-Alex: ¿Estás enferma?
-Kara: Yo...
-Lena: Será mejor que nos sentemos. Eliza, Alex, ¿queréis tomar algo?
Ambas negaron con la cabeza y se sentaron en los sillones que había enfrente de nosotras. Lena se sentó en el sofá, tirando de mí con suavidad para que hiciera lo mismo.
-Alex: ¿Se ha muerto alguien? Porque tenéis unas caras...
-Lena: Hay algo que... queremos contaros. – dijo, al ver que yo era incapaz de hablar. Lo único que podía hacer era boquear como un pez moribundo fuera del agua.
-Eliza: Me estáis preocupando.
-Lena: Verás, Eliza, Kara es...
-Kara: ¡Estoy embarazada! –solté de golpe.
-Eliza: ¿Qué?
-Alex: Espera... ¿Has dicho que estás...?
-Kara: Embarazada. Sí...
-Eliza: Kara, cariño, ¿estás... estás segura?
-Lena: Mi madre lo confirmó esta mañana en su clínica. Kara se hizo un test de embarazo ayer y dio positivo, pero como esas cosas pueden fallar, decidimos asegurarnos con un análisis.
-Alex: ¿Has dejado embarazada a mi hermana, Lena? – preguntó Alex. - ¿Sabes lo que has hecho?
-Kara: Alex...
-Alex: Kara, papá te va a matar si se entera. Pero antes la matará a ella. Kara... Papá va a convertir tu vida en un infierno.
-Kara: Mi vida ya era un infierno antes de esto.
-Alex: ¡Pero...!
-Lena: No permitiré que le haga nada a Kara.
-Alex: ¿Y cómo piensas impedirlo? Podrá ocultarlo durante un tiempo, pero eso se acaba notando, ¿Lo sabes, verdad?
-Kara: Aún no hemos decidido si vamos a tenerlos. – dije levantándome y alejándome un poco del sofá.
-Eliza: ¿Tenerlos?
-Kara: La madre de Lena cree que... Son dos bebés. Me hizo una ecografía, pero dijo que aún era muy pronto. Sólo estoy de tres semanas y...
-Alex: Espera, espera... ¿cómo que aún no habéis decidido si...? Kara, ¿no estarás pensando en..?
-Kara: No lo sé, Alex, ahora mismo estoy hecha un lío.
-Alex: ¿Lena?
-Lena: Apoyaré a Kara en lo que decida – dijo.
-Eliza: Tú si los quieres – dijo mirando a Lena a los ojos.
-Alex: ¿Cómo lo sabes? – preguntó, mirando a nuestra madre.
-Eliza: Por cómo está mirando a Kara. Así me miraba vuestro padre cuando supimos que tú venías de camino, Alex. Hasta que supimos que eras una niña.
-Kara: Lena... - dije mirándola.
-Lena: No. Kara, no vamos a tomar ninguna decisión ahora. Recuerda lo que dijimos.
-Kara: Juntas y solas.
-Alex: ¿Cómo?
-Lena: Sólo queríamos que lo supierais. Como madre y hermana de Kara debéis saber lo que pasa. Pero, le dije a Kara que es algo que debemos hablar y decidir nosotras. Que nadie debería interferir en nuestra decisión. Es algo que debemos hacer las dos. Juntas y solas. – dijo, acercándose y cogiendo mi mano de nuevo. Me quedé mirándola y por primera vez lo noté. Noté que durante un segundo, Lena bajó la mirada rápidamente hacia mi vientre y luego me miró a los ojos. Sus ojos brillaban más que nunca. Entonces fue cuando también noté el temblor de su mano. Su nerviosismo, su miedo. Había estado tan centrada en mí, que no presté atención a Lena. Acaricié su mejilla y luego miré de nuevo a mi madre y a mi hermana.
-Kara: Sólo... Sólo quiero saber si tenemos vuestro apoyo y...
-Eliza: Pues claro que lo tenéis.
-Alex: Sí, claro. Eso no se pregunta, Kara.
-Kara: No os enfadéis con Lena. No ha sido culpa suya, fue cosa de las dos. Nos deseábamos tanto en aquél momento que... Nos dejamos llevar y... Bueno, voy a ahorraros los detalles. Pero Lena intentó que no pasara. Intentó salir antes de...
-Alex: Sí, sí, vale... Lo hemos pillado.
-Kara: Lo que me da miedo ahora es que papá se entere y... La madre de Lena dice que los primeros síntomas no tardarán en aparecer y...
-Eliza: Intentaremos ocultarlo todo el tiempo que podamos. Si decidís que queréis tenerlos, buscaremos la forma de que tarde en enterarse.
Lena me abrazó por detrás y apoyó sus manos sobre mi vientre. Me quedé mirándolas, en silencio.
-Alex: ¿Lo sabe alguien más?
-Kara: No. Ni Sam, ni Winn... Winn ni siquiera sabe que salgo con Lena. Ya sabéis cómo es. No lo hace con maldad, pero a veces se le escapan cosas que no deben.
-Lena: Quiero que sepáis que Kara no va a estar sola con esto en ningún momento. Si tengo que enfrentarme a Jeremiah por ella...
-Alex: Lo sabemos, Lena.
-Eliza: ¿Cuándo tienes la próxima ecografía?
-Kara: En dos semanas.
-Eliza: Dos semanas... Bien. Puedes quedarte el fin de semana con Lena, si a su madre no le importa. Alex te traerá algo de ropa para estos dos días. Porque imagino que ahora mismo queréis estar juntas y tenéis una decisión muy importante que tomar. Como habéis dicho, necesitáis decidirlo juntas y solas.
-Lena: Kara puede quedarse sin problemas, Eliza. Mi madre estará encantada.
-Eliza: Bien. – Dijo acercándose a mí – Sabes que tu padre a veces adelanta sus viajes de vuelta, así que ten tu teléfono cerca por si acaso.
-Kara: Sí.
-Eliza: Lena, cuídala.
-Lena: Lo haré. Por cierto, Eliza, como hemos faltado a clase, yo le dije a una amiga que estaba con ese virus estomacal que hay tan fuerte. Kara pondrá la misma excusa, así que necesitará un justificante tuyo para el lunes.
-Eliza: Claro... Me ocuparé de eso.
Cuando se marcharon, me senté en el sofá, estaba agotada. Miré a Lena.
-Kara: Amor...
-Lena: Sé lo que vas a decirme. Y tenemos todo el fin de semana para hablar. No has dormido nada, debes estar agotada y ahora necesitas descansar y cuidarte. Hablaremos luego.
-Kara: Sólo iba a pedirte un beso... - dije sonriéndola. Lena se acercó y me besó – Tú tampoco dormiste nada. ¿Vamos a tu cuarto y tratamos de dormir un poco? Necesito que me abraces, Lena.
-Lena: Está bien – dijo sonriéndome- Vamos.
LENA
Subimos a mi cuarto y nos metimos en la cama. Kara se acurrucó sobre mí y la acaricié, en silencio. Unos minutos después noté que se había quedado dormida. Con mucho cuidado de no despertarla, salí de la cama y cogí mi teléfono. Salí de la habitación, cerrando la puerta y bajé al salón, llamando a mi madre.
-Lena: Mamá... - dije cuando contestó.
-Lillian: Lena. ¿Ocurre algo?
-Lena: No. Sólo quería decirte que... Kara se quedará hasta el domingo en casa. No te importa, ¿verdad?
-Lillian: No. Total, ¿qué puede pasar, que la dejes embarazada, Lena?
Suspiré, sabía que tendríamos esta conversación.
-Lena: Lo siento, mamá. Nos dejamos llevar y...
-Lillian: Le pedí a la cuidadora de la casa de tu hermano que os dejase esos preservativos en su casa por algo, Lena.
-Lena: ¡¿Fuiste tú?! Quiero decir... ¡Lo sé, mamá! Siempre usamos protección, debes creerme. Pero es que... Nos echábamos tanto de menos que nos dejamos llevar y... No quise que pasara, intenté salirme antes, pero no fui lo bastante rápida. ¿Estás enfadada?
-Lillian: No, no estoy enfadada. Pero cariño, sois muy jóvenes para eso.
-Lena: Lo sé, mamá. Y haré lo que tenga que hacer, afrontaré las consecuencias. Si Kara quiere tenerlos, yo...
-Lillian: ¿Kara? ¿Acaso tú no quieres?
-Lena: Claro que quiero, mamá. Nada me gustaría más. Sabes de sobra que yo no podré quedarme embarazada y eso es algo que... No importa. El caso es que, si Kara no se siente preparada aún, aceptaré su decisión, aunque me duela. Pero no quiero que lo haga por que se sienta obligada, porque esto es algo para toda la vida. Una vez decidamos lo que queremos hacer, ya no podremos dar marcha atrás. Pero quiero que sea Kara quien decida si está preparada. Porque yo sí. Sé que lo estoy. Pero Kara ya tiene bastante con su padre y yo sólo quiero lo mejor para ella.
-Lillian: Lo sé, cielo.
En ese momento me pareció escuchar un ruido en la escalera y miré hacia atrás, pero no vi nada.
-Lena: Voy a ver cómo está Kara. Se quedó dormida, no conseguimos dormir nada en toda la noche.
-Lillian: Tú también deberías dormir, Lena. ¿Ya hablasteis con su madre?
-Lena: Sí. Luego lo hablamos. Adiós mamá.
-Lillian: Adiós, cielo.
Colgué y subí de nuevo al cuarto. Allí, vi a Kara sentada en el borde de la cama.
-Lena: ¿Ya te has despertado? Has dormido poco.
-Kara: Tú has dormido menos.
-Lena: Lo sé. No quería despertarte, así que fui a...
-Kara: Lena, ya lo he decidido.
-Lena: ¿El qué?
-Kara: Quiero tenerlos.
Me acerqué, agachándome frente a ella.
-Lena: Kara, mi amor, ¿estás segura?
-Kara: No. Me da mucho miedo, estoy asustada, y no sé qué haremos yo con dieciocho años, tú con diecinueve, y dos bebés. Pero sé que si no los tengo... Si no los tenemos... Nos arrepentiremos después. Además, son tuyos, Lena. Jamás podría deshacerme de algo que es una parte de ti.
-Lena: Kara... Mi amor, yo te voy a apoyar en lo que tú decidas. Quiero que lo pienses bien y...
-Kara: No quiero pensarlo más. – dijo cogiendo mis manos – Te escuché hablando con tu madre – dijo, y la miré – Sé que los quieres, Lena. Le dijiste que tú no podrás quedarte embarazada y creo que eso es algo que te duele, no poder vivir la experiencia de tener un bebé en tu vientre. Así que yo quiero hacerlo por ti. Eres mi primer amor, Lena – dijo cogiendo mi rostro entre sus manos – pero sé que eres la mujer de mi vida y que quiero todo contigo.
-Lena: Kara... - dije emocionada.- Mi amor, te juro que no va a faltaros de nada. Que haré todo lo posible por ser la mejor madre del mundo. Pero necesito que me digas, Kara, que no lo haces porque yo lo quiero. Quiero que lo hagas porque tú también quieres hacerlo. Mi amor, esta es una decisión que no podremos cambiar.
-Kara: Quiero hacerlo. Y lo tenía decidido antes de escucharte hablar con tu madre. Iba a decírtelo. Iba a decirte que quería tener estos bebés, porque soñé contigo, cogiéndolos en brazos, sonriendo, feliz... Y supe que eso era lo que quería. Quería que ese sueño fuera real, Lena. Y podemos hacerlo real. Sigo estando asustada, no te lo voy a negar. Pero sé que si tú estás conmigo, todo será más fácil.
-Lena: Siempre vas a tenerme, Kara. – Dije besándola con fuerza – Te amo... Y a esta cosita, o cositas, de aquí dentro – puse mi mano sobre su vientre, llorando – también. Sé que podremos con esto. Vas a ser la mejor mamá del universo.
-Kara: ¿Tú crees? – preguntó mirándome.
-Lena: Por supuesto.- la besé con fuerza, riéndome, feliz. – ¿Sabes? Mentí cuando dije que tu llavero era el mejor regalo que me habían hecho. Este es el mejor de todos, sin duda.
Un rato después, la hermana de Kara pasó a traerle algo de ropa, pero decidimos no decirle nada aún. Pasamos el resto del día viendo la televisión, y hablando. Hablamos mucho sobre lo que podrían cambiar nuestras vidas con dos bebés. Cuanto más hablábamos, más convencida estaba de que Kara también quería esos bebés no sólo por mí, sino también por ella. Hicimos incluso una lista de pros y contras y aunque los contras pesaban mucho, los pros eran algunos más.
Cuando llegó mi madre, hablamos con ella, comunicándole nuestra decisión. Nos sonrió y empezó a darnos algunos consejos, sobre todo a Kara. Yo apenas escuchaba lo que decía mi madre. Sólo podía mirar a Kara e imaginármela con un bebé en brazos. O con dos.
27 de Octubre de 2024
Kara y yo estábamos sentadas en el sofá, acurrucadas, viendo la televisión. De pronto Kara se levantó rápidamente y echó a correr hacia el baño.
-Lena: ¡Mamá! – grité, siguiendo a Kara. Cuando llegué, estaba agachada, vomitando – Mi amor... - dije agachándome a su lado, sujetando su pelo y acariciando su espalda.
-Lillian: Lena, ¿qué pa...? Vaya, veo que ya has empezado – dijo mirando a Kara. – Tranquilas, esto es normal. Te durará algunas semanas.
-Kara: ¡¿Semanas?! – gritó.
-Lillian: Me temo que sí. Has empezado antes de lo que pensaba, lo que confirma mis sospechas de que puedan ser dos bebés.
-Lena: Mamá, creo que eso no la tranquiliza – dije mientras Kara vomitaba de nuevo.
-Lillian: Iré a comprarte algo para que te asiente el estómago.
-Kara: Gracias...
-Lena: ¿Estás mejor? – pregunté cuando por fin Kara se puso de pie.
-Kara: Sí... - dijo enjuagándose la boca. – Lo siento...
-Lena: Tranquila... Supongo que te veré así más de una vez.
-Kara: Que sexy, ¿eh? – bromeó.
-Lena: Mucho... - dije acariciando su mejilla - ¿quieres tumbarte un rato?
-Kara: Sí.
-Lena: Vamos... - dije acompañándola hasta mi cuarto. Kara se tumbó en la cama y yo me senté a su lado, acariciando su pelo. - ¿A qué hora volvía tu padre?
-Kara: A las ocho.
-Lena: Entonces te acompañaré a tu casa después de comer.
-Kara: No. Si alguien te ve y se lo cuenta a mi padre...
-Lena: No voy a dejar que vayas sola en un taxi, Kara. Te acompañaré. Nos bajaremos un poco antes y me quedaré hasta que entres en tu casa.
-Kara: ¿Ahora vas a estar así todo el tiempo?
-Lena: ¿así, cómo?
-Kara: En plan guardaespaldas.
-Lena: Por mí, sí, lo estaría. Pero el no poder acercarme a ti en el instituto... Kara, eso va a matarme. No saber si te encuentras bien, si necesitas algo... Ya ni siquiera podré chocarme contigo por miedo a hacerte daño.
-Kara: La gente empezará a sospechar si no me tratas como siempre, Lena. Choca conmigo, pero ten cuidado. Yo también necesito ese leve contacto. Además, se supone que nadie va a saber nada de mi embarazo y si tú empiezas a tratarme diferente, cuando se sepa, que se sabrá antes o después, pensarán que tú sabías algo. Todo tiene que seguir igual, amor.
-Lena: Está bien. Pero Kara, prométeme que si te encuentras mal, o pasa cualquier cosa, me llamarás. Si se tienen que enterar, que se enteren. Lo primero sois tú y el bebé. O los bebés. ¿Entendido?
-Kara: Sí... - dijo sonriéndome.
-Lena: Intenta descansar... - dije besando su frente.
-Kara: Quédate conmigo. Por favor.
Asentí y me tumbé de lado tras ella, abrazándola y besando su hombro. Puse mi mano sobre su vientre, acariciándolo y Kara acarició mi mano, en silencio.
Estuvimos tumbadas hasta la hora de comer. Después de eso, ayudé a Kara a recoger sus cosas para acompañarla a casa.
-Kara: Amor... Deberíamos contárselo a Sam y Andrea.
-Lena: ¿Quieres contárselo?
-Kara: Creo que merecen saberlo. Gracias a ellas, tú y yo podemos vernos fuera del horario de clases. Ya que nos cubren, creo que merecen saber lo que pasa.
-Lena: Claro. ¿Y cuándo quieres contárselo?
-Kara: ¿Podemos quedar con ellas ahora, antes de ir a mi casa?
-Lena: Escribe a Sam, yo escribo a Andrea. – dije.
Quedamos con Sam y Andrea en el viejo autocine que había a las afueras. Hacía años que lo cerraron, pero aún se podía acceder a él con el coche. Pedimos un taxi para llegar hasta allí y esperamos. La primera en llegar fue Sam. Cinco minutos después, lo hizo Andrea.
-Sam: ¿A qué viene tanto misterio?
-Andrea: ¿Pasa algo?
-Lena: Tenemos algo que contaros, chicas.
-Sam: ¿No iréis a romper, verdad? Con lo que nos está costando cubriros, si ahora rompéis es para mataros.
-Kara: No vamos a romper. Al contrario. Vamos a estar más unidas que nunca. – dijo mirándome. Asentí, dejando que fuese Kara quien diese la noticia. – Estoy embarazada.
-Andrea: ¡¿Qué?! ¡¿Qué has hecho, Luthor?!
-Sam: ¡No me jodas! ¡¿Qué...?! ¡¿Pero cómo...?!
-Lena: ¿De verdad hay que explicarte cómo se hacen los bebés, Sam?
-Sam: No, pero... Kara, ¿Has puesto los cuernos a Lena con un chico? ¿Y Lena te lo ha perdonado?
-Lena: ¿Cómo?
-Andrea: ¡¿Fuisteis a la guerra sin chaleco antibalas?! Y claro, Lenito disparó sin control y dejó una víctima.
-Sam: ¿Lenito?
-Kara: Sam no sabe lo de tu... - dijo, señalando mi entrepierna.
-Lena: ¿No lo sabe? ¿No se lo has contado?
-Kara: No. Lena, es algo privado tuyo. Yo no tengo porqué ir contándole a nadie lo que mi novia tiene entre las piernas. Eso es algo que debes decidir tú a quién contárselo. Por muy pareja mía que seas, no es algo que me corresponda a mí revelar, amor. – dijo y sonreí enternecida.
-Sam: Me estoy perdiendo.
-Andrea: Sam... Lena ha dejado embarazada a Kara.
-Sam: ¿Lena? ¿A Kara? – Dijo, soltando una carcajada – os estáis burlando de mí, ¿verdad?
-Lena: Mira su cara – dijo señalándome - ¿crees que nos estamos burlando?
-Sam: ¿Hablas en serio? Tú... ¿Tú has dejado embarazada a Kara? ¡¿Cómo?!
-Lena: Soy intersexual.
-Sam: ¿Qué es eso?
-Lena: Soy mujer, pero tengo órganos masculinos. Un pene, para ser exactas.
-Sam: ¡¿Eres un tío?!
-Lena: ¡No! ¡Acabo de explicártelo!
-Kara: Sam, céntrate, escucha a Lena.
Le hablé a Sam sobre mi condición y les contamos lo ocurrido el día del cumpleaños de Kara.
-Sam: Entonces... ¡¿Vais a tener un bebé?!
-Kara: O dos, aún no lo sabemos.
-Sam: ¡¿Dos?! ¿Qué pasa, que ser intersexual te da poderes o algo así? ¿Algún tipo de súper esperma?
-Andrea: De ser así, le habría hecho quintillizos como mínimo, no sólo gemelos. – dijo riéndose.
-Lena: Eh, tomaros esto en serio. Vamos a necesitar vuestra ayuda para poder ir a las revisiones y demás.
-Andrea: Claro, contad con ello.
-Sam: Por supuesto... ¡Vais a ser mamás! – gritó, abrazándonos.
-Kara: Sam, no te emociones tanto, esto es horrible, ¿sabes? Me encuentro fatal. He empezado hoy con las náuseas y me siento como si me hubiese atropellado un tráiler.
-Sam: Pobre... - dijo abrazándola - ¿Se lo has dicho a tus padres?
-Kara: Sólo a mi madre ya mi hermana. Mi padre no lo sabe aún. Por eso debéis tener cuidado, nadie debe enterarse de mi embarazo.
-Andrea: Kara, acabarán sabiéndolo. Eso llega un punto en el que se nota, ¿sabes?
-Kara: Pues cuando llegue el momento ya nos preocuparemos por eso. Cuanto más tarde mi padre en enterarse, mejor para todo el mundo.
-Sam: Bien. Seremos dos tumbas.
-Andrea: Por supuesto.
Tras un rato más hablando, Kara se fue con Sam en su coche y yo con Andrea en el suyo. Seguimos a Sam hasta casa de Kara y nos detuvimos un poco más atrás. Que vieran a Kara con Sam, era más seguro que el que la vieran conmigo. Kara bajó del coche, me dijo adiós con la mano, y entró en su casa. Luego Sam arrancó, y Andrea me llevó a mí a casa.
8 de Noviembre de 2024
Las dos semanas habían pasado muy despacio. Por suerte para nosotras, el día que faltamos a clase, también faltaron otros veinte alumnos afectados por el virus, así que nuestra ausencia no resultó sospechosa para nadie. Kara y yo teníamos que conformarnos con vernos por los pasillos y en nuestros encuentros en el baño.
Kara solía mantenerme informada de todo por mensajes. La pobre lo estaba pasando fatal con las náuseas y a mí me estaba matando el no poder estar con ella para animarla y ayudarla. Por suerte, aún no había tenido que salir corriendo a vomitar delante de su padre, así que él aún no sospechaba nada.
Me dirigí al baño, para mi encuentro con Kara y la escuché vomitar. Abrí la puerta con cuidado y me agaché a su lado.
-Lena: Cariño...
-Kara: Esto es horrible... - dijo llorando.
La miré. Parecía cansada y tenía ojeras. La abracé, acariciando su pelo.
-Lena: Lo siento. Te dije que estaría contigo y no lo estoy cumpliendo.
-Kara: Tranquila, amor... Tenemos que hacerlo así. A mí tampoco me gusta esto.
Acaricié el vientre de Kara despacio.
-Lena: ¿Lo que te dio mi madre para las náuseas no te funciona?
-Kara: A veces... - dijo levantándose. La ayudé y coloqué un poco su pelo, sonriéndola – Estoy horrible, ¿verdad?
-Lena: No... Sólo despeinada. Parece que un gato ha saltado sobre tu cabeza y ha estado jugando con tu pelo.
-Kara: Idiota... -dijo riéndose.
-Lena: Recuerda que hoy tenemos que ir a la clínica.
-Kara: Sí. Sam me acercará con su coche.
-Lena: Entonces te veré allí. A las cinco y media. No creo que pueda esperar tanto para verte de nuevo.
-Kara: ¿Tú estás bien?
-Lena: Sí. Deberías enjuagarte un poco.
-Kara: Sí... - dijo saliendo y enjuagándose en el lavabo.
Cuando se enjuagó, cogí su rostro entre mis manos y la besé, apoyando mi frente contra la suya.
-Kara: Lena... Amor. Alguien puede vernos, no estamos en ningún cubículo y...
-Lena: Lo sé. Pero lo necesito. Necesito besarte, Kara. Tocarte. Necesito ver que estás bien. Mi amor, estás preciosa, pero tienes mala cara y eso me preocupa. ¿Duermes bien? Mira que ojeras, pareces un mapache... - dije acariciando las pequeñas manchas bajo sus ojos.
-Kara: Estoy bien, tranquila. De todas formas, hay cosas que quiero preguntarle a tu madre esta tarde.
-Lena: Está bien. Cuídate, ¿Vale? No quiero que os pase nada – susurré.
-Kara: Lo estoy haciendo. Te lo prometo, Lena.
Asentí y me dirigí hacia la puerta, echándole una última mirada a Kara y saliendo.
KARA
8 de Noviembre de 2024
Entré en la clínica acompañada de Sam. Fuimos a los baños. Habíamos quedado allí con Lena y Andrea. Si alguien veía a Lena, ella siempre podría tener la excusa de que venía a ver a su madre. Y si alguien me veía a mí, podría decir que acompañé a Sam a una revisión con su ginecóloga. Tampoco sería tan raro.
Cuando Lena y Andrea entraron en el baño, corrí a abrazar a Lena, besándola.
-Andrea: En serio, es muy injusto que tengáis que veros así. Y más ahora que Kara te necesita tanto, Lena.
-Lena: Lo sé... - dijo mientras acariciaba mi rostro, sin dejar de mirarme ni de sonreírme – Pero no podemos hacer nada más. Si por mí fuera, ya estaría buscando un piso para irme a vivir allí con Kara. Pero con el embarazo de Kara ahora eso es impensable. No quiero que se quede sola. De esta forma, al menos sé que está con su madre y con su hermana.
-Kara: Llegaremos tarde, amor.
-Lena: Podéis ir a la cafetería de enfrente a esperar si queréis. Os avisaremos cuando salgamos. Nos encontraremos aquí de nuevo.
-Sam: Está bien. Hasta ahora – dijo saliendo con Andrea.
Lena cogió mi mano y caminamos juntas hasta la consulta de la madre de Lena. Tuvimos que esperar un poco, pues había dos mujeres delante. Cuando era nuestro turno, Lillian salió.
-Lillian: Kara, Lena... Seguidme – dijo empezando a caminar. La seguimos hasta otra consulta. Lillian tocó la puerta y abrió - ¿Podemos pasar?
-Voz: Claro.
Lillian entró y nos hizo un gesto para seguirla. Luego cerró la puerta.
-Lillian: Kara, Lena, Ella es Lucy Lane. Desde hoy ella será tu obstetra Kara. Ella seguirá tu embarazo y me mantendrá informada de todo.
-Lena: ¿No te encargarás tú?
-Lillian: No es lo más adecuado. Es tu novia, lo que me convierte en la abuela de esos bebés. Si pasara cualquier cosa, temo no poder ser objetiva o tomar una decisión equivocada. Para evitar eso, será Lucy la que se encargue. No os preocupéis, estáis en muy buenas manos. Lucy es de las mejores. De no ser así, no os habría traído con ella.
Miré a Lena, que parecía tranquila.
-Kara: Está bien, lo entendemos – dije.
-Lucy: Lillian. ¿Quieres quedarte para la ecografía o...?
-Lillian: Claro. Quiero ver a mis nietos por primera vez.
-Lena: Estás muy segura de que son dos, mamá.
-Lucy: Tu madre no suele equivocarse. Y tras ver los resultados de los análisis y la ficha de Kara, yo también lo creo. Bien, Kara, bájate los pantalones y túmbate en la camilla.
-Kara: ¿Los pantalones?
-Lucy: Haremos una ecografía vaginal. En este caso es más fiable. Tranquila, no duele, te lo prometo.
Me quité los pantalones y me tumbé. Lena se puso rápidamente a mi lado, cogiendo mi mano.
-Lena: Tranquila...
-Lucy: ¿Preparada Kara? – Preguntó y asentí – Bien, vamos allá.
Estaba tan asustada que sólo podía mirar a Lena, que no apartaba sus ojos de los míos, sonriéndome.
-Lillian: Vaya, mira eso...
-Lucy: Parece que tenías razón, Lillian.
Lena levantó la cabeza, mirando hacia el monitor y yo me giré a mirarlo también.
-Lena: ¿Son dos?
-Lucy: Sí. ¿Veis eso de ahí? Son vuestros bebés.
-Kara: No... - susurré, mientras notaba un par de lágrimas resbalar por mi cara.
-Lucy: ¿Estás bien, Kara?
-Kara: Yo...
-Lena: Tranquila, mi amor. Podremos con esto, ya lo verás... - dijo besándome- Luego miró a Lucy – Teníamos la esperanza de que sólo fuera uno. La situación de Kara con su padre no es muy buena y cuando se entere de su embarazo, de que son dos bebés... Kara tiene miedo de cómo se lo pueda tomar.
-Lucy: Entiendo...
-Lillian: Bueno, yo me voy. Tengo pacientes esperando- Cogió mi mano libre – Tranquila Kara, todo irá bien...
Lillian salió y la doctora Lane me dijo que ya me podía vestir. Tras vestirme, Lena y yo nos sentamos frente a la doctora Lane y ella me miró.
-Lucy: Quiero hacerte unas pruebas antes de irte Kara. Y quiero que me hables un poco de ti. Bueno, de vosotras.
-Lena: ¿Ocurre algo, hay... algún problema?
-Lucy: No. Ninguno. Pero quiero hacer un seguimiento más exhaustivo del embarazo de Kara. – dijo mirándome – No tienes por qué preocuparte Kara, pero por tu edad y al tratarse de un embarazo de más de un bebé, puede haber ciertos riesgos. Eso no quiere decir que vaya a pasaros nada a ti o a tus bebés. Sólo que necesitarás más revisiones y más control. ¿De acuerdo? Empezaré tomándote la tensión, sacándote una muestra de sangre y necesito que rellenéis algunos datos. – Miró a Lena – Estoy al corriente de tu situación por tu madre. Pero necesito algunos datos médicos de ambas. Todo esto es normal, no tenéis que asustaros.
-Kara: Pues yo estoy muy asustada... ¿Riesgos...? ¿Qué riesgos? – pregunté.
-Lucy: Ninguno de los que preocuparse a no ser que aparezcan. ¿De acuerdo?
-Lena: Eso no nos tranquiliza.
-Lucy: Hay más probabilidades de que Kara pueda tener problemas de tensión alta, o de que los bebés puedan nacer antes de tiempo, entre otras cosas. El cuerpo de Kara aún no está del todo desarrollado, y esas cosas influyen. Pero como ya os digo, no tiene por qué pasar nada. Por eso haremos más controles, para atajar a tiempo cualquier problema que pueda presentarse. Si tenéis alguna duda, podéis llamarme, o preguntarle a tu madre.
Tras las pruebas y algunas preguntas que le hice sobre los síntomas que estaba teniendo y que me asegurase que todo era normal y estaba bien, me dio algunos consejos, me mandó algo para las náuseas, y me recetó algunas cosas. Luego salimos y caminamos hacia los baños mientras enviábamos un mensaje a Sam y Andrea.
-Kara: Lena... - dije cuando entramos.
-Lena: Tranquila... Mi amor, tú estás bien, y los bebés también. Ya la has oído. Tienes que estar tranquila, no alterarte, hacer ejercicios suaves.
-Kara: No sé si esto ha sido una buena idea. – dije. Y me arrepentí en cuanto vi el rostro y la mirada de Lena.
-Lena: ¿Te arrepientes de nuestra decisión? ¿Has... cambiado de idea? Si lo has hecho... Tal vez aún estés a tiempo de... - dijo, con la voz quebrada.
-Kara: No. No, amor – dije cogiendo su rostro entre mis manos – Lo siento, no quería decir eso. Estoy asustada, Lena, muy asustada. Eso es todo. De verdad, no me arrepiento. Quiero estos bebés. De verdad. Los quiero tanto como te amo a ti. Y sabes que te amo demasiado, Lena. Lo sabes, ¿verdad?
-Lena: Sí. Pero Kara, si no estás segura... Si quieres...
-Kara: Quiero seguir adelante, Lena. ¿De acuerdo? Lo siento... Siento haber dicho eso – dije abrazándola.
En ese momento, la puerta del baño se abrió y Sam y Andrea entraron.
-Sam: Kara... ¿Va todo bien? – preguntó.
-Andrea: ¿El bebé está bien?
-Kara: Los bebés están perfectamente.
-Sam: ¡¿Los?! ¿Entonces Lena hizo doble diana?
-Lena: Si Sam, son dos... - dijo secándose las lágrimas.
-Sam: ¿Por eso estáis llorando?
-Kara: No. Es que soy una bocazas idiota... - dije besando a Lena.
-Andrea: Entonces... ¿va todo bien?
-Kara: Sí.
-Sam: ¿Estáis seguras de esto? Son dos bebés, Kara.
-Kara: Estamos seguras – dije mirando a Lena y apretando su mano. Lena me miró y sonrió, asintiendo.
-Andrea: Bueno, pues vamos a celebrar que todo está bien ¿Batidos?
-Kara: Esa es una buena idea. Nos vemos allí en unos minutos, amor – dije besando a Lena.
Lena y Andrea salieron primero. Sam y yo esperamos cinco minutos y salimos también, subiendo al coche de Sam y dirigiéndonos a la cafetería.
--------------------------------------------------------------------------------------------------------------------------------
Por cierto.... Sé que el que actualice cada 2 semanas, para algunas es mucho tiempo. Pero las razones de que lo haga cada dos semanas son las siguientes:
*Escribir un capítulo no es fácil. Hay días que estás más inspirada, otros que no lo estás nada, y escribir por escribir para que salga una chapuza pues como que no, prefiero tardar un poquito, pero estar 100% segura de que lo que os subo es si no bueno, al menos, decente.
*No sólo escribo. Esto es algo que hago en mis ratos libres para distraerme. Estoy buscando trabajo, lo necesito. Y aparte de eso, tengo que salir a comprar, hacer vida social... Los fines de semana son para l@s amig@s.
*Escribir es algo que uso para relajarme. Algo que, al no cobrar por ello, y no depender de unos plazos concretos de entrega, me ayuda. Si sé que tengo que entregarlo X día, me agobio y no sale nada bueno de eso. Hay veces que tardo las 2 semanas en escribir un capítulo, otras veces a lo mejor sólo 1, y otras veces a lo mejor tardo sólo 2 días. Pero me gusta revisarlos, ver si quito o añado algo.... Aparte, en 2 semanas doy tiempo a que más gente lo lea y comente.
Podría daros más razones, pero creo que esas son las más importantes y espero que lo entendais. No lo hago por "capricho". Lo hago porque quiero daros buenos capítulos. O intentarlo al menos. A veces serán mejores, otras veces serán peores, eso lo sé. Pero por lo menos intento que no den ganas de dejar de leerlos al primer párrafo. jajaja.
Bạn đang đọc truyện trên: Truyen247.Pro