Sin libertad
Minutos antes.
Mientras veía la esfera en sus manos que trataba de escapar, vio cómo dos hombres aparecieron a cada uno de sus lados.
Uno de cabellos rojos y otro de cabellos azules, estaba impresionado de que pudieran llegar hasta donde él se encontraba era cierto, sin embargo... también sentía que él los conocía, más al hombre de cabellos rojos, algo le decía que esa persona, era importante para él.
Antares: que extraño... ¿por que los habrán dejado entrar aquí? - preguntó confundido, para después ver cómo él hombre de cabellos rojos poco a poco abría sus ojos - así que despertaron ¿puedo saber quienes son ustedes? - fue lo que pregunto el rubio, su sorpresa fue ver cómo él hombre delante de él se levantó de golpe y vio todo rápidamente para después hablarle.
Écarlate: ¿de que hablas? Oye dejando de lado eso ¿que es eso? - pregunto mientras intento tocarla, al ver esto, el rubio se alejó mientras la esfera en sus manos comenzó a moverse de forma agresiva, al punto de que iba a caerse de sus manos, por lo cual encendio su cosmos para obligar a ese poder a tranquilizarse - ¿Que es esto? ¿Que es este lugar Milo? - preguntó confundido.
Antares: ¿Milo? - preguntó en un susurró confundido, ¿por que lo había llamado así? - estamos en el mundo de los sueños, esto que sostengo en mis manos es el cuerpo y arma divina de Ares y yo soy su guardián... y mi nombre es Antares no Milo señor, pero supongo que la razón por la que está aquí es porque es uno de mis sucesores ¿o me equivoco? Debe ser un guardián de escorpio - fue lo que confundido respondió, mientras veía cómo él pelirrojo preocupado lo vio.
Écarlate: ¿de donde sacas todo eso? Tú nombre es Milo y eres mi hijo ¿no lo recuerdas? - pregunto él por su parte únicamente lo vio confundido, ¿hijo? ¿Por qué lo estaba llamando así? Sin darle tiempo a reaccionar él mayor de forma más desesperada tomó su rostro entre sus manos, lo acerco al suyo y le dijo - hijo mírame, soy tú papá, papá - le dijo de forma desesperada mientras el un poco incomodo se movio.
Antares: señor, creo que se está confundiendo, en mi vida lo había visto, he permanecido todo él tiempo aquí sólo y que yo sepa, jamas tuve un padre o alguna madre - fue lo que respondió mientras veia cómo él pelirrojo angustiado lo veía, después de eso vio cómo él hombre de cabellos azules se levantó de forma lenta ¿que está pasando?
Kardia: ¿d-donde estoy? - preguntó confundido, para después ver con sorpresas sus manos - puedo ver... - susurró impresionado.
Antares: ¿puedes ver? - preguntó confundido - entonces... si ustedes están aquí es porque tienen algo que los ata a él, ¿su alma ya se hizo presente en el Santuario? Díganme que la armadura de escorpio se a escondido - pidió mientras ambos hombres lo vieron.
Kardia: ¿así que por qué estás aquí no haz despertado Milo? Camus está muy preocupado por ti - le dijo mientras el rubio suspiró.
Antares: ya dije que no me llamo así, aunque no se porque siento que en alguna parte de mi vida obtuve ese nombre, de alguien, alguien muy especial para mí que no recuerdo... - susurró.
Kardia confundido por esto vio a Écarlate, él cual molestó le quito la esfera de las manos al rubio que preocupado únicamente vio cómo el hombre de cabellos rojos se levantó con la esfera y comenzó a agitarla. Kardia rápidamente se le unio mientras preparaba su aguja, si ese era el cuerpo de ese dios, tenían que exterminarlo ahí mismo.
Antares: ¡señores, no hagan eso, delatara su ubicación! - gritó preocupado, sin embargó no pudo moverse, preocupado vio hacia atrás, únicamente para ver cómo unos ojos rojos se abrieron de par en par viéndolo.
Écarlate al ver esto rápidamente le dio la esfera a Kardia, para después acercarse al rubio, al mismo que cargo entre sus brazos y se alejó rápidamente mientras una espesa niebla negra comenzaba a seguirlos.
Kardia: ¿Que es eso? - preguntó preocupado.
Saori: él alma de Ares... entro a este mundo - aviso la diosa mientras hacía acto de aparición - tienen que salir de aquí, no podemos dejar que obtenga esta esfera - aviso mientras veían cómo la niebla poco a poco estaba más cerca de ellos.
Écarlate: pero ¿por donde salimos? - preguntó preocupado.
Antares: tienen que dejarme aquí, trataré de ganar tiempo para que ustedes salgan - pidió mientras sintió cómo él pelirrojo lo sujeto más fuerte para que no intentará bajar.
Écarlate: No Milo, si salimos tú te vienes con nosotros - aseguró molestó - ya perdimos a tú hermano no voy a perderte a ti también, tú madre jamás me lo perdonaría - le respondió.
Antares: ¿mi madre? Oiga y por última vez, yo no me llamo Mi... - ya no pudo seguir al ver cómo Nike comenzó a brillar, dirigió su vista a su diosa que había alzado su báculo, obligando a Ares a retroceder por unos instantes hacia la oscuridad de aquel lugar.
Saori: ¡rápido, tenemos que irnos! - les gritó preocupada a sus caballeros, los cuales comenzaron a buscar con la mirada, Écarlate rápidamente pudo ver cómo una puerta de madera se materializó, para después ver cómo está se abrió, dejando ver a Hypnos, él cual serio hablo.
Hypnos: así que fuiste tú el culpable de hacer desaparecer al señor Hades, maldito insolente - hablo molestó mientras ingresaba.
Athena aprovecho esto para tomar los brazos de Kardia y Écarlate, para después comenzar a correr hasta la puerta, dejando que el dios del sueño se encargará de Ares para hacerlos ganar un poco más de tiempo.
Él rubio por su parte confundido vio a su diosa, ¿tan joven estaba? ¿Cuánto tiempo había pasado dormido? ¿Quienes eran esas personas que habían aparecido?
Mientras tanto.
Camus, con la ayuda de su padre habían resguardado el templo de escorpio bajo una gran cúpula de hielo, mientras los jueces, algunos espectros y satélites que habían llegado, intentaban entrar.
Camus: ¿Que esta pasando? - preguntó angustiado. Dégel por su parte sin responder comenzó a caminar hacia la habitación privada del templo de escorpio, donde vio a Mystoria ver preocupado a su diosa, que después de unos segundos abrió los ojos, antes de que pudiera caer el peliceleste se apresuró a ir con ella para ayudarla a estar de pie.
Mystoria: ¿esta bien señorita? - preguntó.
Saori: Si... logre traerlos a todos - susurró con una sonrisa, ambos hombres vieron cómo Écarlate y Kardia comenzaron a levantarse, Camus al entrar y ver esto, alegre vio a Milo que también se había levantado, pero su alegría duró bastante poco al ver sentir una fuerza bastante diferente en el cosmos de su prometido, reconcia la fuerza de ese cosmos, sin embargó no sentía lo cálido del mismo, parecía que únicamente habia quedado él cosmos de aquel fuerte guerrero que no le importaba nada más que... cumplir su misión.
Camus: Milo... - llamo haciendo que todos los presentes reaccionarán, para después ver al chico, que únicamente dirigio una de sus manos a su rostro.
Antares: otra vez llamando así... ¿cuantas veces voy a tener que repetirlo? - preguntó ya algo irritado - ese nombre es ridículo, sin embargó... ¿por que lo siento tan propio? - fue lo que pregunto mientras que Mystoria al escuchar esto, se dio cuenta de que algo anda mal.
Su hijo... jamás había dicho cosas así de su nombre, a él le encantaba su nombre, preocupado se acercó, intentando tomar su rostro para verlo, sin embargo sintió cómo el chico sobre la cama tomó su mano por la muñeca y lo alejó rápidamente de él de un empujón y sin darles tiempo a reaccionar vieron cómo este se puso de pie sobre la cama, Escorpio salió por fin de donde estaba escondida, también acuario, ambas rápidamente vistieron a sus respectivos portadores, el peliazul rápidamente quito sus manos de su rostro y salió corriendo, llevándose la esfera que estaba rondando en la habitación.
Mystoria: ¡Milo, es peligroso que salgas! - le gritó preocupado mientras comenzaba a seguirlo, Écarlate por su parte rápidamente se puso de pie y también lo hizo, Camus y Saori se vieron entre sí y también lo hicieron, mientras que Dégel suspiró, únicamente para ver cómo Kardia, de manera molesta lo veía, ya había recuperado su vista, sentía esa mirada azul verla con aquel sadismo con el que veía a sus enemigos, tenía mucho que explicarle eso era seguro.
Continuará...
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