Siguiendo con Milo y Aioros.

Al escuchar la respuesta de su compañero, se puso a pensar el porqué Camus no le había dicho nada de lo ocurrido aquella madrugada, ¿acaso no le daba la suficiente confianza para decírselo o que ocurria?

Aioros: Milo - llamo preocupado mientras el peliazul levanto la vista.

Milo: perdón Aioros estaba pensando en algo - se apresuró a decir.

Aioros: no te vayas a enojar con Camus por lo que te dije Milo, si no te lo dijo fue porque no quería ponerte en peligro en ese entonces - aseguró.

Milo: lo se, lo sé pero... ¿si te das cuenta que de haberlo hecho nada de lo que ocurrio hace años hubiera pasado? - pregunto.

Aioros: no estés tan seguro, ustedes eran niños y aunque tus padres te hubieran creído no hubiera sido igual con el resto de caballeros dorados ¿sabes? - preguntó mientras veía al menor suspirar - vamos Milo no te pongas así - pidió.

Mientras tanto.

Con Camus.

Con la ayuda de Mü logró teletrasportarse hasta la zona donde los antiguos caballeros vivían, únicamente para ver como todo el lugar estaba incendiandose, aunque las llamas poco a poco se apagaban gracias al cosmos de su diosa que había extendido la barrera que tenía protegiendo el santuario hasta rodear lo que era rodorio.

Camus: diablos... ¿que ocurrió aquí? - preguntó preocupado.

Cardinale: por poco y muero calcinado gracias a ese desgraciado ¿sabes? - preguntó molestó mientras se sacudía las cenizas de la cabeza, Camus al verlo rápidamente se aproximo hasta ellos.

Camus: ¡Señor Shijima, Señor Cardinale! - grito mientras se acercaba.

Cardinale: o mira por fin a quien dignaron en enviar, llegas tardes - dijo molestó.

Shijima: perdónalo esta alterado, destruyeron todo su jardín - se disculpó con Camus que únicamente hizo un ademán.

Camus: tranquilo lo entiendo pero ¿que ocurrió aquí? - preguntó.

Cardinale: Los berserkes volvieron a atacar, eso pasó Camus - dijo mientras Camus al escuchar aquello contuvo el aire por cinco minutos - trataron de matar a Écarlate, así que hicimos lo posible por ponerlo a salvo, Mystoria esta con él ahora en casa de Odysseus - respondió serio.

Camus: ¿l-los berserkes? - preguntó incrédulo.

Shijima: ¿Todo en orden Camus? Te veo tenso - aseguró mientras veían como el más joven bajo la cabeza mientras se abrazó a sí mismo, tembló un poco y después negó.

Camus: e-estoy bien tranquilos, únicamente me dio un pequeño escalofrío, pero... ¿todos están bien verdad? - preguntó.

Shijima: Izó y Écarlate fueron los más afectados, si no hubiera sido por la señorita, es seguro que hubiéramos perdido a Izó - aseguró.

Camus: Dijeron que el señor Écarlate y el señor Mystoria están con Odysseus ¿no? - preguntó mientras los veía asentir - iré a asegurarme de que estén bien, gracias por sus respuestas y perdón por no quedarme - pidió mientras se iba corriendo, dejando a los otros dos confundidos.

Mientras tanto.

Con Mystoria y Saori.

Después de que Nike dejó de brillar, el peliceleste se acerco a la chica, para después hablar.

Mystoria: ¿Todos allá están bien señorita? - preguntó mientras veía a la adolescente girarse.

Saori: Si tranquilo, por suerte logre intervenir a tiempo y los berserkes se están retirando... pero ¿será posible que Ares haya logrado escapar? ¿o quien es el que está dirigiendo su ejército? - preguntó confundido.

Mystoria: no lo se, pero lo que si se es que el santuario deberá dormir con un ojo abierto por cualquier próximo ataque - aseguró.

Saori: la barrera los mantendrá seguros tranquilo, volvamos por favor, quiero asegurarme que las heridas de Écarlate no sean graves, Milo ya presintio algo, su cosmos está alterado - dijo mientras Mystoria suspiró.

Mystoria: no quería alterar a mi hijo, ojalá logre controlarse, por otra parte señorita me interesa saber que explicaciones nos dará ahora Kardia, ¿donde esta Dégel? - preguntó.

Saori: creo que lo mejor sera dejarlo descansar y después preguntaremos por Dégel ¿esta bien Mys? Cálmate, te necesito neutro para poder calmar a Milo - suplicó la jovencita.

Mystoria: Si, si lo se, lo siento señorita - pidió.

Saori: bien, regresemos - pidió mientras comenzaban a caminar.

Mientras tanto.

En otro sitio.

Cansado, pero feliz, dejo caer la gran esfera de luz frente a él, mientras que sus amigos se pusieron de rodillas, levantó un poco la vista, únicamente para ver a una mujer de cabellos azules la cual portaba una armadura similar a la que alguna vez vio usa a su tan querida amiga.

Dégel: ¿podría ser que ella sea? - se preguntó mentalmente para después escuchar a su amigo decir.

Unity: después de 22 años de una incalzable búsqueda, no complace informar que trajimos aquello que el señor de los mares dejó para usted antes de volver a caer ante el sello de Athena, diosa Anfitrite - anunció mientras veía como aquella mujer, con un semblante bastante sereno se puso de pie de su trono, para después suavemente comenzar a caminar hasta quedar frente a la esfera.

Anfitrite: muy bien... ahora únicamente falta hacernos con la sangre de Athena y podremos por fin cumplir lo prometido - aseguró sonriendo, mientras Dégel únicamente suspiró.

Todo fuera por el bien de su familia...

Continuará...