No hay salvación
Siguiendo con Milo.
Una hora más tarde.
Había pasado una hora de que Camus había subido, de hecho había visto a varios de sus compañeros también subir hacia el templo del patriarca a exepcion del santo de capricornio cosa que le parecía bastante rara, debía admitirlo.
Milo: ¿Que estará pasando allá arriba? - preguntó preocupado mientras arrullaba a su hijo.
No pasó mucho cuando vio a sus padres aparecer en el templo, iban apurados por lo cual ni siquiera se percataron de su presencia, él tampoco les habló en un intento por calmar calmar sus nervios, aunque grande fue su sorpresa al ver cómo los padres de Camus también aparecieron, molestó se iba a levantar para encarar a Dégel, aunque una fuerza extraña le hizo desistir de eso, hasta ellos salieron del templo de acuario fue que el se pudo volver a mover.
Así que iba a seguirlos, hasta que sintió un cosmos extraño provenir de los jardines del templo de acuario, por lo cual confundido se giro a donde estaba la puerta para llegar a los mismos, para si sorpresa, estos se abrieron ante sus ojos, por lo cual confundido tomo a su pequeño y comenzó a caminar hacia allá.
Mientras tanto.
Con Camus.
Él mayor bastante incómodo veía hacia otro lado, ante la inesperada revelación de su compañero de Leo, que también había dejado boquiabiertos a todos los presentes en aquel salón.
Camus: Aioria... - susurró.
Aioria: lo siento, Shura también dijo que no iba a lograr hacer nada más que lastimarme a mi mismo si te confesaba esto, pero él que no arriesga no gana dicen por ahí ¿no? - preguntó mientras veía cómo Camus confundido lo veia.
Kanon: parece que si te aprovechas de esto si podrías lograr quedarte con Milo hermano - le susurró al mayor que preocupado se giro a ver al caballero de sagitario, él cual veía preocupado la escena.
Los jueces y la reina del inframundo se habían quedado mudos ante lo que estaban presenciando ¿de donde había salido esa conversación?
Camus: escucha Aioria, me alagas la verdad, pero tú no me interesas, no de esa forma, lo siento, pero solo te veo cómo un amigo, desde siempre a sido así, es a Milo a quien amo y es por eso que e decidido casarme con él - respondió nervioso.
Aioros: ¿Aioria? ¿Por qué nunca me habías dicho sobre esto? - preguntó.
Aioria: porque sabía que si te enterabas te ibas a enojar, me dirías que eso no podría ser porque Camus y Milo se amaban y bla, bla, bla... - respondió molestó - además... que a Milo siempre le a gustado Saga ¿o no Kanon? - preguntó al gemelo menor.
Saga molestó volteó a ver a Kanon, el cual al sentir la mirada pesada de todos únicamente comenzó a caminar hacia la salida.
Camus: ¿de donde saca esa tontería? - preguntó molestó.
Aioria: porque según me contaron, si acepto estar contigo fue porque la señorita Athena se lo ordenó, le diste lastima y decidió ordenarle estar contigo - aseguró.
Aioros: ¡Aioria! Deja de decir esas tonterías, ni Milo o la señorita están aquí para poder defenderse y no puedes dar nada por hecho únicamente porque alguien te lo contó - aseguró molestó.
DM: así es además... no creo que la señorita haya obligado a Milo a aceptar la propuesta de Camus, ante todo ella quiere que seamos libre para amar a quien queramos - aseguró el caballero de cáncer mientras los demás comenzaron a susurrar cosas.
Camus se encontraba confundido con todo, pero no pudo evitar ver con molestia al caballero de géminis que tampoco entendía de donde había salido ese tema de conversación, pero lo que si tenía claro es que debía hablar seriamente con su hermano menor.
Aioria: ¿sigues sin creerme? Tengo pruebas, hay fotos que comprueban lo que digo - aseguró mientras saco su teléfono y comenzó a mostrar lo que tenía.
Camus incrédulo tomó el teléfono mientras comenzaba a revisar las fotos, en efecto eran de Milo y Saga, unas en la cocina y otras en la habitación privada del templo del de escorpio, lo veía todo sin poder creerlo. Esto lo aprovecho el santo de Leo para robarle un beso y cómo si las cosas no estuvieran mal, justamente eso fue lo que vieron Mystoria y Écarlate al entrar a aquel lugar. Cosa que los dejo mudos.
Por su parte Aiacos al verlo entrar al templo, comenzó a recordarlo todo, Minos al percatarse de eso, rápidamente lo sostuvo al ver que le comenzó a doler la cabeza, mientras que Radamathys y Pérsefone veían todo sin poderselo creer.
En los aposentos de Athena.
Saori al sentir el cosmos de no sólo Eris en su templo, si que el del mismo Ares en su santuario, se obligo a despertar, para después levantarse de la cama donde estaba.
Seiya: Saori - llamo preocupado.
Shun: por favor señorita Saori, vuelva a dormir aún se encuentra débil la marca no se a ido de su cuerpo - pidió preocupado el caballero de andrómeda.
Shiryu: por el bullicio algo malo está pasando en el salón del templo, Shion se descuido y así Athena pudo despertar otra vez, esto es malo - susurró el caballero de dragón.
Ikki: ¿Dónde demonios está Hyoga? - preguntó molestó.
Shiryu: creo que dijo que iría por alguien que tenía algo importante que decirnos, pero que no podría entrar solo al santuario así que lo ayudaría - aseguró mientras veían cómo los menores intentaban hacer que la diosa no saliera de su habitación.
Mientras tanto.
Con Milo.
Impactado por lo que sus ojos veían, daba vueltas en su lugar.
Milo: wow, ¿Dónde estoy? - preguntó.
Eros: pues... en el templo del amor - dijo la voz de un joven, por lo cual se volteó, dándose cuenta que frente a él, había un jovencito de la misma edad de los caballeros de bronce por lo que veía, aunque lo que le sorprendió fue ver que ese chico, se parecía mucho al bebé que sostenía en sus brazos, solo que él era rubio y de ojos rojos y poseia unas hermosas alas grandes y blancas, dignas de un ángel.
Milo: ¿en el templo del amor? - preguntó confundido - pero estaba en el templo de acuario entonces ¿que hago aquí? - preguntó confundido.
Eros: eso no importa, si estas aquí fue porque yo te traje, mi madre no sabe nada, pero tienes que esconderte antes que mi padre te encuentre - pidió.
Milo: ¿tú padre? Entonces tú debes ser ¿Anteros? o... ¿Eros? - preguntó confundido.
Eros: yo soy Eros, al que sostienes en tus brazos es Anteros, mi hermano - respondió mientras Milo sorprendido vio al bebé que tenia.
Milo: ¡¿tú eres el dios del amor correspondido?! - le pregunto sorprendido a su hijo, que únicamente sonrió al escucharlo.
Eros: no grites, que mamá está molesta porque desafío su orden - pidió.
Milo: ¿Que? - preguntó.
Eros: al ser tú él responsable de que papá haya dormido por tantos años, mamá decidió abandonarte, pero nosotros no y con tal de protegerte mi hermano decidió nacer cómo un niño humano para mantenerte a salvo - respondió el rubio - pero lamento decirte que no vas a poder quedarte lo, si lo llevo ahora lograre convencer a mamá para que te de un castigo no tan severo, así que dámelo por favor - pidió, Milo por su parte unicamente se alejó - ¿Que haces? - preguntó.
Milo: No puedo... se arriesgo mucho al bajas hasta allá solo únicamente por mi, ¿Quién me asegura que esa mujer no le hará algo horrible por desobedecerla? - preguntó.
Eros: no permitiré que eso pase, es mi compañero tranquilo, pero debes dejarlo aquí e irte a esconder - pidió el rubio - entiende que si papá te descubre con él en tú poder, te va a matar con mucho más enojo - pidió preocupado.
Milo únicamente vio al bebé, aunque grande fue su sorpresa al ver cómo Eros fue tirado al suelo, para después ver cómo un montón de flechas fueron hacia él, sin mucho más que hacer únicamente les dio la espalda y cubrió al niño con su cuerpo, aunque esas flechas jamás llegaron a tocarlo, sintió cómo algo en sus brazos templo, por lo cual vio, aunque grande fue su sorpresa al ver cómo una luz cegadora salió de ahí la cual se elevo en los cielos, para después ver cómo un joven de cabellos y alas blancas grandes descendió suavemente del cielo, posicionándose delante de él.
Anteros: Te dije que el amor no es juego mamá y cómo dios del mismo tengo que protegerlo - hablo serio.
Milo sorprendido por esto, dirigió su vista al frente, únicamente para ver cómo una mujer de cabellos rubios y ojos azules cómo el cielo salía del templo, la reconoció al instante, ella era Afrodita, la madre de esos dos ¿no es así?
Afrodita: por todos los dioses ¿que se supone que voy a hacer con ustedes? Armonía, Eros y tú se an vuelto una gran decepción para mi - respondió molesta la diosa del amor - es nuestro enemigo, ¡él acabó con su padre hace años dense cuenta! - gritó colérica.
Eros: te dije que era mala idea - le susurró a su hermano mientras se ponía aun lado de él.
Anteros: ¡Ni siquiera debiste haberlo traído aquí en primer lugar! ¡el plan iba bien! - le gritó mientras Milo veía confundido todo.
Continuará...
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