Siguiendo con Milo.

Vio al lado de una de las paredes de su cráter otra caja, por lo cual confundido se acerco, para poder sacarla, rodeo el agujero y acerco su mano hasta el lugar, donde después de usar un poco de fuerza, saco el cofre, el cual abrió, encontrándose ahí un par de gafas, una bufanda roja y un libro, confundido vio todo esto, únicamente para ver al fondo el nombre de "Athena"

Milo: ¿Que es esto? - preguntó confundido mientras veía todo - no creo que la señorita haya puesto esto también aquí - susurró confundido - se la llevare para comprobar - aseguró mientras guardaba todo en el cofre y lo ponía en una bolsa que tenía sobre la cintura.

Se comunico por vía cosmos y le pidió a Mü llevarlo a rodorio esta vez, a lo cual no se tardo mucho y cuando llego ahí, comenzó a buscar el lugar señalado por su diosa en el papel que le dejó.

Mientras tanto.

Con Camus.

El mayor por su parte adornaba el templo de su amado, con la ayuda de su alumno en en un lado y veía de vez en cuando a sus suegros del otro.

Hyoga: si las miradas mataran, ya no estaría de nuevo entre nosotros maestro - aviso mientras Camus suspiró.

Camus: Si lo se y la verdad no lo culpo por verme de esa forma - aseguró mientras intentaba actuar normal para que su suegro pelirrojo no se diera cuenta de que ya se había percatado de su mirada asesina sobre él.

Hyoga: espero Milo no regrese rápido - dijo preocupado el rubio.

Camus: no te preocupes, conociendo a la señorita le habrá dejado un puzzle gigantesco para resolver que lo dejara ocupado por un par de horas - aseguró mientras veía de forma disimulada a su diosa y los demás caballeros de bronce ayudar con las decoraciones.

Hyoga: ¿y por cierto? ¿Que hizo con la orquídea? - preguntó.

Camus: se la di al patriarca para que la guardará hasta que llegara la hora, no puedo arriesgarme a dejarla aquí y que se arruine ¿sabes? - preguntó serio mientras seguía con lo suyo, Hyoga más calmado suspiró, esa cosa era sumamente delicada, además de que se suponía, según viejas leyendas que si llegaba a romperse durante, antes o después de la ceremonia, eso significaba un mal augurio para la futura pareja, ya que significaba que el novio realmente no quería a su pareja y que le seria infiel durante todo el matrimonio.

Hyoga: Si, seria malo, pero... conociendo al patriarca, la dejo bien escondida - aseguró el rubio calmado.

Mientras tanto.

Templo del pontífice.

Los gemelos veían la gigantescas estatua de Athena, si no supieran que esa es una falsa forma, jamás entenderían donde se escondía la legendaria armadura de su diosa.

Saga: ¿estas seguro de que esta aquí? - preguntó.

Kanon: claro que si, todo el mundo sabe que el lugar más seguro de todo este templo es esta armadura, por lo cual, lo que trajo Camus está aquí dentro - aseguró viendo la estatua.

Saga: pero entrar ahí seria como si estuviéramos profanando a la mismísima Athena, no voy a volver a caer tan bajo ¿sabes? - preguntó serio.

Kanon: ¿entonces prefieres que en plena propuesta te arroje hacia ellos para que te opongas? - preguntó de brazos cruzados.

Saga: eso seria más ridículo - respondió serio.

Kanon: pues entonces a la carga hermanote - aseguro mientras lo comenzaba a empujar.

Saga: Kanon ya dejemos esto por la paz ¿Quieres? Estoy destinado a vivir solo contigo, Milo ama a Camus y él corresponde a sus sentimientos - le dijo mientras se daba la vuelta y comenzaba irse, el gemelo menor únicamente se cruzo de brazos y suspiró.

Kanon: Saga, nadie está destinado a estar solo, ellos mismos se lo buscan, eres mi hermano mayor y desde que regrese a la vida jure que te apoyaría en todo para compensar la soledad que te deje aquí cuando te obligue a encerrarme en ese lugar - aseguró mientras el mayor suspiró.

Saga: solo regresemos al templo de géminis ¿quieres? - pidió mientras comenzaba a jalarlo.

Kanon: ¿estas seguro? - preguntó mientras veía al mayor asentir, por lo cual sin mucho más que hacer únicamente lo siguió, bueno, tocaba el plan "b" irle a rogar a Aioros para que fuera a hablar con su hermano mayor.

Horas después.

8:00 PM.

Cansado el caballero de escorpio caminaba de regreso al santuario, iba cubriéndose de la lluvia que lo había agarrado de imprevisto, con la capa de su armadura, su diosa le había pagado un cocinero especialmente para el, que le dio de comer durante el resto de la tarde y ya se encontraba a punto de explotar eso y sumado la multitud de aldeanos que no lo dejaban escapar porque iban a saludarlo, abrazarlo y conversar con él.

Milo: estoy muerto... pero cual era el objetivo de todo esto - susurró cansado mientras suspiraba, al pasar cerca de una pequeña cueva hecha de rocas, escucho un ruido bastante anormal, por lo cual se giro, al escuchar más detenidamente curioso comenzó a notar que lo que escuchaba ahí, era el llanto de un bebé, por lo cual se agacho e hizo un esfuerzo por ver, pero estaba oscuro, gracias a un relámpago que ilumino el cielo, logró ver al final de la pequeña cueva un pequeño bulto envuelto en sábanas blancas que se movía de manera insistente, dando unos pequeños quejidos.

Preocupado por esto, intento entrar, aunque era muy grande para ese pequeño espacio, por lo cual se acostó sobre el lodo e hizo un esfuerzo por estirarse, hasta que logró tomar parte de la sábana y comenzó a jalarlo suavemente hasta tenerlo a su alcance, salió de la pequeña cueva y lo tomó entre sus brazos de forma suave, notando que en efecto, era un bebé, no llevaría mucho de nacido, eso era obvio gracias a la sangre que había sobre su cuerpecito.

Milo: por el amor de Athena ¿Quién fue el desalmado de dejarte aquí? - pregunto mientras veía como el pequeño se movía un poco, al recordar la lluvia rápidamente se quito la capa de encima y envolvió en la parte seca al pequeño por completo, para después arrullarlo un poco - tranquilo, tranquilo ¿si? Yo cuidare de tí - le susurró sonriendo, para después cubrirlo y cuidando no hacerle más daño, comenzó a caminar hacia el santuario.

El agua de la lluvia estaba bastante fria, pero la armadura cubría su cuerpo, además... que prefería llegar con el cabello mojado y pasar horas sacándolo de nuevo, que esa pequeña criatura sufriera más frío, así que utilizando su cosmos, comenzó a brindarle un poco de calor, en un intento de ayudarlo a secar lo que se había mojado en esa cueva.

Continuará...