Extra 3: Mystoria
Años atrás.
Narra Mystoria.
Después de que recuperar la armadura de acuario y a Camus.
Cansado suspire al ver que mí esposo, una vez más, comenzaba a distanciarse.
Mystoria: Écarlate, nuestro hijo aún no es un caballero, no te preocupes la marca no lo lastimara - asegure mientras veía cómo mi esposo únicamente cubria su herida con la armadura.
Écarlate: no quiero arriesgarme a lastimarlo Mystoria, aunque no sea desarrollado aún sigue siendo un caballero dorado, buscará la forma de lastimarlo, yo lo se - aseguró él.
Mystoria: no lo hará cariño por favor - pedí mientras me acerque, aunque al momento que toque su brazo sentí un fuerte dolor en mi mano, por lo cual rápidamente caí al suelo, viendo cómo la marca había aparecido de forma tenue en mi mano, para después desvanecerse, vi cómo mi esposo preocupado me vio, para después irse corriendo del templo - ¡Écarlate, espera no es tú culpa! - le grite preocupado, aunque ya era tarde, se había ido.
Mierda, esta maldita cosa solo vino a empeorarlo todo.
Una semana después...
Después de apagar la estufa y mover la sarte para que le pasara un poco lo caliente, vi a mi hijo entrar a la cocina, en silencio jaló un silla y se sentó aun lado de la isla, donde después acostarse sobre la mesa, con la cabeza apoyada sobre la mesa, viendo con tristeza hacia adelante.
Mystoria: ¿Que tienes amor? - pregunte.
Milo: Papá esta muy enojado conmigo - me respondió.
Mystoria: claro que no cariño, ¿por qué lo dices? - pregunte mientras me acercaba, ahora que había hecho este imbécil.
Milo: no me dejo abrazarlo y tampoco me trajo sobre su espalda cómo siempre - me respondió.
Yo unicamente suspire, para después tomar asiento al lado de mí hijo.
Mystoria: papá no está molesto contigo amor, esta molesto con sigo mismo por haber dejado que te lastimaran durante esa misión y también tiene miedo por lo que ocurrió - le dije para animarlo un poco.
Milo: ¿miedo? Eso es imposible, papá es el caballero más valiente de todo el santuario y no le tiene miedo a nada - aseguró confundido.
Mystoria: a pesar de ser caballeros, también nos asustamos mucho bebé, más ante la posibilidad de que podamos perderlos a ustedes - le dije mientras levantaba su carita y seque las pequeñas lágrimas que tenia, para después besar su frente, haciéndolo sonreír otra vez - bien... es hora de comer y también te hice una pequeña sorpresa para el postre - le dije mientras tocaba levemente la punta de su nariz con mi dedo, haciéndolo reír.
Horas más tarde.
09:00 PM.
Después de asegurarme de que Milo estaba dormido, salí del templo de acuario, para ir al templo de escorpio, al pasar por capricornio y sagitario todo se encontraba en silencio, por lo cual pasé sin dar ninguna explicación, pero al salir de Sagitario, vi a Écarlate sentado en el primer escalon para comenzar a subir, suspire para después acercarme de forma lenta, el se giro al escuchar mis pasos cerca, para después verme sentarme aún lado suyo.
Écarlate: Tú y Milo deberían estar dormidos amor ¿por que estas despierto? - preguntó.
Mystoria: Milo estaba muy triste porque no lo dejaste abrazarte - le respondi, el suspiró, para después ver sus manos.
Écarlate: no lo hice con mala intención, simplemente no quiero que se haga daño, esta maldición, es un maldito fastidió y nuestro hijo aún es muy pequeño para aguantar un dolor así - me respondió, yo suspire.
Mystoria: si se lo explicarás él entendería perfectamente eso Écarlate - respondi - nuestro hijo no es idiota.
Écarlate: lo se, jamás dije que creyera que nuestro hijo es tonto, pero no quiero que se sienta responsable, fue por defender lo de esa cosa que terminé así - me dijo, a lo que yo únicamente suspire - por cierto... ¿que paso con el otro niño? - preguntó.
Mystoria: Shion no me a dicho nada - respondí mientras el únicamente suspiró, nos quedamos en silencio algunos momentos, tiempo suficiente para que me diera cuenta de que el se había puesto a llorar, provocando en mi también las ganas de hacerlo, entendía perfectamente esa sensación que él tenía, ese pesar de que por no tener cuidado, Milo compartiera el mismo destino que Aiacos, nos aterraba y mucho, por lo cual cuidando no alterarlo me acerque más y lo abrace de forma suave, el por su parte, rápidamente se volteó y correspondió de forma fuerte mi abrazo.
Regresando a la actualidad.
Después de la noticia del embarazo.
Al recordar esos momentos tan duros para nuestra familia suspire, mientras veía cómo Camus cómo ya era costumbre, fue el primero en llegar con una sonrisa de triunfo.
Camus: ¡No me atrapó! ¡jaja! - se burlo.
Dégel: no cantes victoria tan pronto y regresa al santuario antes de que el venga o te hará correr otra vez, ¿enserió que te pasa Camus? ¿Una canción para empeorar más el asunto? - le dijo serio.
Kardia: a mi me gusto, fue espontánea y directa al grano, no anduvo con rodeos, tuvo pantalones y explicó lo que pasó para que Milo haya terminado así, Écarlate debería premiar a mi hijo, tuvo la creatividad y el valor para explicar lo sucedido, además... Milo ya no es un niño y Camus no le puso un arma en la cabeza para que se acostará con él - aseguró de brazos cruzados mientras Dégel negaba.
Por mi parte reí por lo bajo, para después tomar un vaso y llenarlo con limonada, salí de la casa junto con el vaso y espere a que mi esposo llegara, no tardo más de 5 minutos en volver a aparecer, cansado y agitado.
Écarlate: se me escapo el desgraciado ah~ah, pero se encontrarlo tengo - aseguró cansado.
Mystoria: ¿estuvo divertida la carrera de hoy? - pregunte mientras le ofrecía el vaso con agua.
Écarlate: no me haces gracia - me respondió mientras recibía la limonada y bebía un poco - hm... que rica - dijo feliz mientras veía el vaso.
Yo unicamente lo veía con una sonrisa, a pesar se todos los obstáculos que vivimos, me alegraba mucho saber que logramos estar juntos a pesar de todo y no fue necesario para ninguno de los dos decir "Me rindo"
Continuará...
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