Años atrás...

Santuario de Athena.

Siglo XX.

Él pequeño de cabellos morados arreglaba sus sandalias para salir a entrenar, mientras hacía esto veía a su pequeño hermano de tan sólo 6 meses de vida, un hermoso bebé de cabellos azules que sonreía por todo.

Aiacos: eres un regalado ¿por qué no eres serio cómo papá Milo? - le pregunto a su hermanito que únicamente hacia rodar una pequeña pelota roja, la cual seguía gateando.

Mystoria: jaja, deja a tú hermanito en paz, que a ti no te guste ser feliz no es su culpa - se burlo su madre mientras se acercó a su bebé - ¿Quieres comer amor? - le pregunto sonriendo a su pequeño que alegre aplaudió.

Aiacos: papá también dice que no tienes porque mimarlo tanto o crecera cómo un niño caprichoso - aseguró mientras se cruzaba de brazos.

Mystoria: ¿sabes que se me hace gracioso? - pregunto mientras veía a su hijo de cinco años cumplidos negar - es saber que tú papá está celoso de sus propios hijos, ninguno de ustedes le ha robado mi cariño, además... no estoy mimando a tú hermano, lo trato cómo te trato a ti ¿o no? Yo también te pregunto si quieres comida - le dijo mientras veía al menor cruzarse de brazos mientras hacía un puchero.

Aiacos: pero desde que nació ya no me cargas cómo lo haces con él y lo llevas a todos lados - aseguró mientras vio a su madre reír.

Mystoria: jaja, hay mi niño, si lo cargo es porque es un bebé y aun no sabe caminar y tiene que ir conmigo a todos lados ya que no se puede cuidar sólo, tú ya lo haces, ya eres un niño grande ¿no? - pregunto.

Aiacos: si tienes razón, entiendo ahora mami - aseguró sonriendo, pero después reaccionó ante lo primero que escucho - ¿papá está celoso de nosotros? - pregunto confundido.

Mystoria: ahora no, pero cuando tú naciste si - le respondió mientras se ponía de pie - ¿ya te vas a entrenar? - preguntó.

Aiacos: Si mamá, él señor Manigoldo me espera con Deathmask en la arena, volveré para el almuerzo - dijo mientras vio a su madre asentir.

Mystoria: esta bien, ten cuidado con los entrenamientos y no te distraigas, que no quiero ver que te lastimaron otra vez ¿esta bien? - pregunto mientras se acercó a su pequeño que únicamente asintió, para después dejar un pequeño beso sobre su cabeza y después se fue hacia la cocina - no olvides dejar puesto el corralito para que Milo no salga, ya comenzó a bajar los escalones - pidió.

Aiacos: esta bien mamá, adiós Milo, cuída a mamá en mi ausencia - le pidió a su hermanito que sentado donde estaba únicamente le sonrió, para después ver cómo su hermano comenzó a caminar, por lo cual comenzó a seguirlo.

Aiacos al llegar a la puerta salió, tomó el comienzo del corral que su padre había hecho para evitar que su hermanito saliera del templo de acuario en lo que su madre estaba ocupada, aunque la voz de alguien llamo su atención, cuando se volteó pudo ver a Deathmask que había subido a traer a Shura y de paso se lo iba a llevar a él.

Él por su parte sonriendo cerró rápido el corralito y corrió rápidamente para ir con sus amigos, sin darse cuenta de que Milo ya no estaba adentro del templo si no que ya estaba afuera y al verlo bajar él se acerco hacia las escaleras y comenzó a bajar los escalones de espaldas cómo había aprendido.

Dos horas después...

En el coliseo.

Llevaban dos horas de entrenamiento, Manigoldo únicamente los observaba desde las gradas.

DM: Aiacos, hay que medir nuestra fuerza de ataque aprovechando que él viejo está descansando - aseguró.

Aiacos: ¿Que? - dijo mientras vio cómo Deathmask señaló al mayor que se encontraba prácticamente durmiendo en las gradas.

DM: entonces ¿Aceptas? - pregunto mientras él menor después de pensarlo un poco emocionado asintió, quería medirse en fuerza con su compañero de entrenamiento, quería impresionar a sus padres y también asegurarse de que podría cuidar a su hermanito.

Aiacos: espero que no te arrepientas - dijo mientras se preparaba.

DM: Jaja, eso debería decírtelo yo - se burlo mientras también se preparo.

Él pequeño bebé Milo llegaba gateando a la entrada del coliseo, donde se sentó y busco con su mirada, al ver a su hermano en la mitad de la arena, sonrió para después comenzar a bajar.

DM: veamos quien es mejor con haciendo la técnica más poderosa de cáncer.

Aiacos: adelante, veraz que podre esquivarlo fácilmente - aseguró sonriendo.

DM: muy bien pequeño ¡Hondas infernales! - gritó mientras Aiacos únicamente se preparo para evitarlo, aunque grande fue su sorpresa al ver que su hermanito se había sentado en medio de ambos, cansado por tanto gatear para llegar hasta ahí.

Aiacos: ¡Deathmask detente! - gritó, el peliazul al notar la presencia del bebé en medio de ambos intento detener su ataque.

Manigoldo: ¿eh? ¿Que esta pasando? ¿Que hace ese bebé ahí? - pregunto una vez despertó, cosa que logro que Deathmask gracias nerviosismo no pudiera detener más su ataque, lo que provocó que saliera disparado hacia donde se encontraba Aiacos, él cual rápidamente cargo a su hermanito y se volteó recibiendo el golpe de lleno, pero sin dejar que él bebé sufriera daños.

La lluvia de tierra que se vio, más él llanto del bebé que se escucho segundos después de eso, fue una escena aterradora para ambos peliazules.

Fin del Flashback.

Al recordar esto, Deathmask únicamente suspiró, Aiacos se había vuelto un juez del infierno gracias a él ¿no? Eso explicaba lo tan mal que lo había pasado durante su estancia en el inframundo.

DM: me lo merecía - susurró.

Afrodita: ¿de que hablas Masky? - pregunto confundido y cuando el santo de cáncer iba a hablar escucho la voz de su diosa.

Saori: ¡Milo! - gritó preocupada, cosa que hizo caer en cuenta a ambos ex caballeros que su hijo no se encontraba en el templo de Shion.

Écarlate: Camus... ¿Dónde esta Milo? - pregunto preocupado mientras el caballero de acuario unicamente respondió.

Camus: en acuario - respondió preocupado, algo andaba mal, cosa que se reafirmo al ver cómo la diosa salió corriendo de ahí y detrás de ella los caballeros de bronce que se encontraban con ella.

Mystoria y Écarlate preocupados se vieron entre sí, para después tomar de la mano a Aiacos y comenzaron a seguir a la adolescente, al verlos todos los presentes también los siguieron.

Continuará...