Siguiendo con Camus.

Mystoria rápidamente dejó de verlo al sentir algo que lo hizo correr de inmediato hasta la casa, donde ingreso, dejando confundido al pequeño Camus.

Afrodita: no debes preocuparte Camus, estará bien - aseguró el peliceleste mientras el niño únicamente asintió, los mayores los alejaron a todos del lugar para esperar a los mayores y a ese niño llamado Milo.

No sabía porque pero ese pequeño se le había hecho bastante simpático, su momento de reflexión se vio Interrumpido al sentir como un viento super fuerte los mando a volar a todos, aunque Afrodita evito que se hiciera mayores daños, por mucho aire se le estaba haciendo difícil respirar y estaba a punto de caer inconsiente, pero antes de eso vio como el hombre de cabellos celestes salió corriendo del lugar con el pequeño en brazos corriendo en zigzag mientras huía de una mano de color negro violeta, pero antes que logrará atraparlo vio como el hombre pelirrojo que había entrado ahí al principio, vistiendo una armadura similar a la del hombre anterior se puso delante de ellos impidiéndole a la mano gigante alcanzarlos.

Al parecer esto no le gusto a esa cosa porque con fuerza se estrello contra el suelo, levantando arena, impidiéndole así seguir viendo y después de eso... no vio más que oscuridad...

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Dos días después de lo sucedido.

Se movió al sentir algo pesado sobre el, cuando abrió los ojos vio que no se podía mover, porque estaba enrollado con una sábana, como si fuera un recién nacido, el pequeño comenzó a moverse incómodo, mientras veía toda la habitación, era una bastante lujosa debía admitirlo. Escucho como la puerta de la habitación se abrió, para después ver aún hombre de cabellos verdes, el cual vestía una túnica de color negro, acercarse.

Shion: me alegra ver que estas despierto, me preocupaba que no lo hicieras más - le dijo mientras paraba de caminar aun lado suyo en la cama.

Camus: ¿Dónde estoy? ¿Dónde esta Afrodita y mis demás amigos? - preguntó.

Shion: Afrodita esta con su madre en su templo, no se si sepas esto pero... Al ser hijo de Manigoldo debemos tener cuidado con él o posiblemente se nos desvie del camino gracias a Deathmask - le dijo mientras el niño lo veía confundido - mi nombre es Shion, ¿puedo saber el tuyo? - preguntó.

Camus: mi nombre es Camus... - respondió.

Shion: ¿Camus? bastante peculiar, pero mucho gusto Camus, así que... francés ¿no? Interesante - dijo.

Camus: ¿puedo saber que hago aquí? - pregunto.

Shion: no es para nada malo, solo necesito hacerte una pregunta ¿Quién te dio la armadura? - pregunto.

Camus: le dije al señor de ayer que papá me la dio antes de desaparecer, solo me pidió que no fuera a abrirla si no era una emergencia - respondió.

Shion: ¿y puedo saber el nombre de tú padre? - pregunto.

Camus: ¿por qué tendría que decírselo? El me advirtió de esto... ¡déjeme salir! - gritó mientras se movía de un lado a otro.

Shion: vamos... no hay necesidad de ser tanto escándalo por esto - aseguró mientras levanto su mano, haciendo que un brillo saliera de ella, mismo brillo que cubrió a Camus por completo y cuando se disipó vio que estaba completamente libre - no tienes nada que temer Camus, aquí nadie te hará daño, estas a salvo, lo prometo - aseguró mientras se sentó delante de él en el suelo.

Camus no quería confiarse de aquel hombre, su padre le había advertido de esas personas, que buscaban esa armadura que era de su mamá, pero al verlo tan sereno únicamente suspiró y no muy seguro respondió con un nombre.

Camus: Kardia... - dijo haciendo que el peli verde confundido lo viera.

Shion: ¿Que? - pregunto.

Camus: el nombre de papá era Kardia... - respondió triste.

Shion: jaja, así que Kardia... ¿de casualidad el nombre de tú madre no era Dégel? - pregunto.

Camus: ¿usted lo conoce? - pregunto.

Shion: claro que si, fueron mis amigos, alumnos de los dos hombres que viste ayer - aseguró.

Camus: ¿el señor de cabellos celestes y el de cabellos rojos eran los maestros de mis padres? - pregunto sorprendido.

Shion: lo eran, hasta que escaparon junto con la armadura de acuario antes de que Athena volviera a irse - le respondió mientras dirigia una de sus manos aún cajón que tenía en la mesita de noche, saco un álbum y busco, hasta hayar algo que momentos después enseño - ¿de casualidad no son ellos? - pregunto mientras mostraba la imagen.

El pequeño al ver la foto rápidamente bajo de la cama acercándose al hombre, para momentos después quitarle el libro y verlo, si era él... ¡su padre!

Camus: Si... el es papá, ¿entonces si lo conoce? - pregunto sorprendido, para después ver a la otra persona - ¿así que él es mi madre? - pregunto dejando confundido a Shion.

Shion: ¿por qué preguntas? Claro que si, el es Dégel, ¿que no lo reconoces? - pregunto mientras el pequeño se sentó en el suelo y dijo.

Camus: nunca conocí a mamá, papá dijo que se había ido aún viaje después de que yo nací y que pronto regresaría, pero nunca pasó - respondió mientras el peli verde suspiró, para después jalar al niño y sentarlo sobre su regaso, lo abrazó para después decirle.

Shion: no te preocupes, el vendrá a buscarte a aquí - aseguró mientras el niño lo vio.

Camus: ¿de verdad? ¿Pero como sabrá que estoy aquí? - pregunto.

Shion: lo hará porque sabe que la armadura debe regresar a su casa y con ella su nuevo portador, Mystoria ya no puede usarla, como yo tampoco puedo usar la mía y por eso se la di a mi hijo Mü - aseguró mientras Camus noto como un pequeño de cabellos lilas se asomaba a los pies de la cama, viéndolo - él es Mü, mi hijo, estoy seguro que se llevarán bien - aseguró mientras ambos pequeños se veían.

Mientras tanto.

Con Mystoria.

Él peliceleste únicamente se encargaba de asegurarse de que su hijo despertara pronto, aunque de vez en cuando escuchaba ruidos en su armario, por lo cual molestó habló.

Mystoria: ¡Deja de hacer ruido! ¡que no vez todo lo que provocaste por tus travesuras! ¡estuvieron a punto de matar a Milo! - gritó mientras escucho que el ruido paro.

Écarlate: oh vamos amor... no la regañes, el solo quería que su amiga regresara a casa - pidió mientras entraba a la habitación.

Mystoria: a ti también te pedí que durmieras tonto... tus heridas más tú enfermedad no te tienen en las mejores condiciones para que hagas esto - regaño al pelirrojo que sonrió, mientras arreglaba la venda de sus brazos.

El tiempo se le acabaría pronto si no tenía cuidado, pero estaba bien de que su pequeño hubiera salido bien de todo.

Mystoria: ven aquí voy a arreglar eso, no entiendo como ustedes les gusta meterse en tantos problemas - pidió mientras se acercaba, pero antes de que pudiera tocar sus brazos el pelirrojo rápidamente se aparto.

Écarlate: por favor aléjate Mystoria... no quiero herirte - pidió mientras él peliceleste suspiró.

Mystoria: amor... también tengo la misma herida que tú, de todos en el santuario, vamos no vas a lastimarme - suplicó mientras el otro negó.

Écarlate: No, si muero quiero saber que por lo menos tú estarás cerca de nuestro bebé para protegerlo del que quiera hacerle daño - aseguró mientras Mystoria suspiró.

Mystoria: vamos a estar los dos aquí Écarlate, no te preocupes, los dos vamos a cuidar de Milo ¿si? - pidió mientras se acercó y tomó su rostro son sus manos. Para después sonreír y besarlo, sería una pena que ahora que quiera abrazarlo tuviera que usar la armadura para no lastimarse el también pero... con tenerlo a su lado le bastaba.

Continuará...